5/08/2013

Los periodistas pal cafe....


Han vuelto las sonrisas y el entusiasmo a la cúpula de la política nacional. Bienaventurados los que regresan al Pacto por México (PpM) después de una breve pausa anecdótica, pues de ellos será el reino del peñismo repartidor de regalías tanto a diestra de blanco y azul como a siniestra de negro y amarillo. La secretaria Rosario Robles y el gobernador Javier Duarte pueden seguir en paz, pues la revuelta opositora ha terminado: la primera se deshizo de algunos empleados absolutamente prescindibles y el segundo sacrificó a su secretario de Finanzas. Y todos felices.
A la canasta básica de engaños agradecidamente aceptados por Gustavo Madero y Jesús Zambrano para regresar al redil pactista, del que en realidad nunca se apartaron más que en términos teatrales, se agregaron dos piezas igualmente volátiles, meras emisiones palabreras circunstanciales: un discurso de apasionado compromiso de Enrique Peña Nieto contra el uso electoral de los recursos públicos (y, si no lo cumpliere, que Monex, Soriana y los ríos de dinero electoral de 2012 se lo reclamen) y un agregado ( addendum, fue el término en latín seleccionado para tan especial fecha) al texto original del Pacto por México, con el que de manera ceremoniosa se establecieron rigurosas medidas de blindaje para evitar los malos pensamientos y peores acciones de los mapaches priístas en general y de la Cruzada contra el Hambre en particular.
Aterrorizada con ese clausulado de añadidura, Rosario Robles habrá de convertirse a partir de ahora en una especie de monja ascética con presupuesto federal que repartirá sin consideraciones partidistas ni cálculos comiciales, al igual que los gobernadores de tres colores que, arrinconados por el mencionado addendum, ya no querrán reproducir en sus terruños la experiencia de los veracruzanos grabados en semanas anteriores en audio y video en plena cátedra de trapacerías electorales con programas sociales.
Aparte de superar el incidente en mención, los nuevamente sonrientes Madero y Zambrano prestarán hoy otro servicio a la Patria, pues darán marco de convalidación a la propuesta de reforma en materia financiera que el vicepresidente Luis Videgaray ha elaborado y que formalmente presentará Peña Nieto. No hay rebelión alguna de banqueros, financieros ni especuladores por el contenido de esa reforma que forma parte del paquete de reordenamiento de factores de poder en torno al cesarismo restaurado, sin beneficios reales para las mayorías populares pero con una devolución al priísmo pinolero de hilos de control de gigantes que se habían trepado a las barbas del panismo pigmeo en los dos sexenios anteriores.
Fuera de los salones palaciegos, las desgracias continúan. La explosión de una pipa de gas en el estado de México, en un tramo de la autopista México-Pachuca, causó cuando menos 20 muertos, decenas de heridos y daños a casas y automóviles. Como en otras tragedias recientes, no todo queda en el casillero comprensible de los accidentes por sí mismos, de lo azaroso, lo imprevisto. La sobrevivencia diaria de los mexicanos está sujeta a las condiciones de funcionamiento de servicios que en su gran mayoría son prestados de manera deficiente e incluso ofensiva a partir del entramado de intereses corruptos que colocan a los habitantes del país en maltratos y riesgos constantes (un ejemplo inmediato, evidente: el transporte público concesionado a empresarios que aportan dinero para campañas políticas para que los ganadores toleren vehículos en pésimo estado, choferes agresivos y una permanente violación de las reglas mínimas de cuidado a los pasajeros).
Un México en el que no hay pacto social vigente, en el que los que tienen poder agreden a los demás, en el que se pueden violentar por sistema las reglas básicas de convivencia, está lleno de potenciales formas de explosión, y no sólo políticas o sociales. El paso de vehículos pesados, por encima de las normas permitidas, o cargados de sustancias peligrosas, o manejados de manera imprudente, forma parte del paisaje natural de los mexicanos a lo largo de todo el país, con especial riesgo en zonas altamente pobladas. Mientras la nación tenga en los cargos públicos a políticos ansiosos de obtener dinero subterráneo, para enriquecimiento personal y para campañas electorales, continuarán los accidentes que deberían ser prevenidos e impedidos. No es un asunto de mala suerte o de coincidencias, sino resultado de la descomposición institucional que arregla las cosas a gusto de los poderosos, con pactos sonrientes, mientras abajo deja a la gente a merced de la ley de la selva.
Astillas
En la entidad que tiene como gobernador a Ángel Aguirre se ha vuelto a clases en condiciones volátiles, como consecuencia de las negociaciones aceleradas luego de la detención, y casi inmediata liberación, de cuatro miembros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero. En Bucareli, mientras tanto, el poderoso subsecretario Luis Eduardo Miranda continuaba ayer dialogando con una comisión de profesores, entre versiones de que es inminente que el gobierno de Peña Nieto fije su posición definitiva respecto a las demandas y protestas relacionadas con la reforma educativa... En el ámbito del sindicalismo magisterial oficialista los dirigentes siguen replegados, decididos a no recorrer caminos judiciales como su antigua jefa, Elba Esther Gordillo. Tanto en la directiva nacional como en las estatales hay expedientes de uso irregular de cuotas sindicales y de enriquecimientos inexplicables para ser activados contra quienes pretendiesen moverse fuera de la línea que les ha sido marcada... Y, mientras The Walt Disney Company trata de quedarse con la marca Día de Muertos, no en relación con las jornadas fúnebres de cada día en el México de Calderón, continuado con Peña Nieto, sino por razones de comercialización de productos lúdicos y de una película sobre esa antigua fiesta popular mexicana, ¡hasta mañana, con Agustín Carstens calificando el alza del huevo como choques temporales!
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Facebook: Julio Astillero


Viene una temporada muy buena para los siquiatras. Algunos de nuestros políticos han hecho el compromiso de enmendarse. Por sí mismos no lo conseguirían, así que tendrían que recurrir a ayuda profesional. El sillón del siquiatra o la alfombrilla de la meditación budista. Aun así, se vale dudar. ¿Ustedes creen que la clase política priperrepánica es capaz de regenerarse? Yo tampoco. ¿Dejaría de usar recursos públicos para comprar votos? Difícilmente, o más bien, imposible. ¿Los gobernadores se abstendrían de sacar dinero de la Tesorería para las campañas? ¡Sólo que les cortaran las manos! Sin embargo, a eso –y otras cosas más– se comprometieron los presidentes de los partidos del pacto: César Camacho, Gustavo Madero y Jesús Zambrano. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, resumió en ocho puntos el catecismo de la nueva pureza. Sobresale uno que, si se llegara a cumplir, colocaría en aprietos a varios gobernadores: ‘La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público investigará las cuentas bancarias de todos los gobiernos de los estados de las cuales se hagan retiros en efectivo por cantidades relevantes’. ¿Irá a ser?
La tragicomedia
Para efectos prácticos, el addendum del Pacto por México viene a ser el pacto II. Si fuera dable resumir en unas cuantas palabras cuál es su contenido, podría decirse que los dirigentes del PRI, el PAN y el PRD acordaron no ser tan transas y someterse a la ley. Todo comenzó –ustedes lo recuerdan– cuando mapaches veracruzanos fueron sorprendidos mientras maquinaban algo usual: comprar votos. La presencia de funcionarios de Sedeso complicó las cosas porque abonaba la idea de que se utilizarían recursos del gobierno. Nada inusual tampoco. Suspendieron o destituyeron a funcionarios prescindibles, pero doña Chayo no fue tocada. Entonces, Gustavo Madero y Jesús Zambrano –este muy titubeante, no quiere verse muy indignado, le interesa seguir en el ajo– decidieron ausentarse de las ceremonias pactistas. Dejaron colgado al presidente Peña Nieto, que en esos días presentaría la reforma financiera. Hasta ahí la historia es bastante conocida. Lo tragicómico es que acordaron hacer un agregado al pacto en el que se comprometen, ahora sí, a tomar la senda del buen camino. Doña Chayo respirará feliz: la petición de juicio político en su contra quedará en nada.
Sube todo
Uno de los principales instrumentos que utiliza el Banco de México para contener la inflación es simple: congelar los salarios. Por otro lado, el peso no ha sufrido una devaluación, al contrario, tenemos un superpeso. ¿Entonces qué es lo que está disparando la inflación, qué es lo que genera el aumento de precios de estos días? Agustín Carstens confía en que serán choques temporales y deberían de disiparse, y por lo mismo el Banco de México se va a mantener vigilante. Pero la gente tiene que comer; su teoría de los choques no resuelve nada. Si preguntan a productores, comerciantes, transportistas, les dirán que la razón de los aumentos son los gasolinazos y el incremento del gas y la electricidad. Recientemente vimos cómo el Gobierno del Distrito Federal tuvo que ceder a las presiones de los transportistas y les autorizaron nuevas tarifas.
Una letra
Cambió el sentido de una frase de ayer en este espacio. Decía: ‘la utilidad neta de las 43 instituciones de banca múltiple alcanzó la suma de 30 mil millones de pesos el mes de marzo’. Debió decir ‘al’ mes de marzo.



A saber dónde compran los materiales o a quién le encargan el trabajito, pero lo cierto es que hasta ahora ninguno de los blindajes electorales ha servido para mayor cosa. Es cuestión de recordar que a lo largo de los años –cuando menos desde el nacimiento del Programa Solidaridad (después Progresa y más adelante Oportunidades)– todos los inquilinos que han tenido Los Pinos, los gobernadores, los presidentes municipales, las dirigencias de los partidos políticos, las autodenominadas autoridades electorales, los candidatos a puestos de elección popular, los diputados y senadores, y los que se queden en el tintero se han comprometido a blindar los procesos electorales y alejar de éstos a los programas sociales, con resultados diametralmente opuestos a los discursos.
Indistintamente (Solidaridad con Salinas de Gortari; Progresa con Zedillo y Oportunidades con Fox, Calderón y ahora Peña Nieto), en tiempos electorales se escucha un solo discurso en los tres niveles de gobierno (de todos los colores y sabores): no se utilizarán los programas sociales para promover electoralmente a uno u otro candidato, a uno u otro partido, a una u otra fórmula, porque pertenecen al pueblo de México y están perfectamente blindados. Y más tardan en decirlo y propagarlo, que en brincar partidos y candidatos para denunciar, precisamente, el descarado uso de tales programas y sus cuantiosos recursos para los fines originalmente negados (blindaje nivel cero).
El caso aplica para todos los partidos en el gobierno (federal, estatal o municipal), y los que quedan fuera de él son los encargados de denunciar la utilización del presupuesto social para fines electorales, en una interminable cadena de acusaciones (tricolores contra blanquiazules, éstos contra los amarillos, quienes a su vez culpan a los primeros y a los segundos). Así, en el jaloneo por el jugoso presupuesto social con fines netamente electorales, la única diferencia es quién está arriba y quién abajo, quién lo utiliza y quién queda fuera de la jugada. El quid es que no los cachen en la maroma, como Rosario comprenderá, y el ejercicio se registra de muchos años atrás, tras decenas de blindajes.
La más reciente horadación del blindaje electoral (cortesía de Rosario y el gober veracruzano) dio pie a la opereta panista-perredista (nos vamos del Pacto, pero nada más tantito), porque las dirigencias de ambos partidos descubrieron que los programas sociales eran utilizados con fines electorales; es decir, lo que el PAN hizo durante sus 12 devastadores años en Los Pinos y el PRD a lo largo de sus estancias en los gobiernos estatales y municipales, acciones éstas que en su momento fueron denunciadas públicamente por los tricolores, es decir, a quienes ahora blanquiazules y amarillos acusan de lo mismo.
Gustavo Madero y Jesús Zambrano también descubrieron que los delegados de la Sedeso en realidad son operadores políticos del gobierno en turno (los de antes y el de ahora), que utilizan los cuantiosos recursos del ramo para promover a sus respectivos partidos y candidatos y, obvio es, pasarse el blindaje por el arco del triunfo. Lo del hambre, la miseria, y demás dramas sociales que viven los mexicanos sólo es el pretexto. El problema fue que los cacharon.
Y entonces, para salvar el entuerto y dar por concluida la opereta de referencia y la infructuosa pataleta del dúo dinámico que se cita (Madero y Zambrano, toda vez que Rosario y el góber veracruzano mantienen el hueso), los pactistas anuncian (¡sorpresa!) más blindaje electoral y firman un adéndum netamente con fines electorales. Lo mejor del caso es que el Chucho menor jura que los nuevos términos en el marco del Pacto por México no son ni deben verse como compromisos electorales, sino como de profundo carácter ético (¡¡¡!!!), según nota de El Universal.
¿Y qué contiene el adéndum que no es electoral, sino ético? Once compromisos adicionales: respeto a la ley y limpieza electoral; blindaje electoral; participación de la sociedad civil (en el blindaje); profesionalización e imparcialidad (electoral) de los delegados y operadores de programas (sociales) federales; comisiones plurales estatales; comisión plural nacional de preservación del entorno político de equidad de la competencia; creación de condiciones de equidad de la competencia en cada uno de los 14 estados que sostendrán elecciones en julio de 2013; observación electoral; reforma electoral adelantando compromiso 89 y 90; sistema nacional de programas sociales, adelantando compromiso seis; y transparencia, deudas estatales y combate a la corrupción.
Cómo se ve, el adéndum nada tiene de electoral (Zambrano dixit), en el entendido de que el blindaje se da, precisamente, por la ostentosa falta de ética de la clase política. Si algo los motiva a blindar lo que oficialmente ya estaba blindado es la desconfianza prevaleciente entre la mafia política. Entonces, va otra dosis de blindaje electoral. Y hagan sus apuestas para ver quién es el primero en agujerearlo.
Y como es costumbre, la decisión de los pactistas provocó júbilo entre los prianirredistas: diputados del PRI, PAN y PRD apuntaron que el adéndum establecido en el Pacto por México contribuirá a impulsar las reformas postergadas en materia financiera y energética, pero sobre todo, a responsabilizar a todos los actores involucrados para que los recursos públicos no se utilicen en la compra de voluntades, y se impulse la participación de organizaciones sociales en la elaboración de propuestas legislativas. Tras la reactivación del Pacto por México en Palacio Nacional, los representantes de las principales fuerzas políticas en el Congreso advirtieron que retornar a las actividades políticas en torno al pacto es un signo de madurez de las fuerzas políticas, que habrá de arrojar resultados positivos en la consolidación de programas y proyectos que coadyuven al desarrollo político y económico de los mexicanos (La Jornada, Enrique Méndez y Roberto Garduño). Y se quedaron tan frescos.
Las rebanadas del pastel
En materia de blindaje, el electoral no ha sido el único horadado: a lo largo de los años blindaron la economía, y reventó; blindaron las finanzas, y tronaron; blindaron los programas sociales, y los cacharon; blindaron la política agroalimentaria, y cada día importamos más. Entonces, el problema no es en sí el blindaje, sino la ínfima calidad de los componentes utilizados, en especial el ético, precisamente… Un enorme abrazo para mi amado Chícharo, por su velita número 11.



Las obras maestras son maestras en el arte de no estorbar.
En un poema pareciera que las palabras dicen sus propias palabras.
Una lengua con sentido de la escucha, la del poeta.
No sólo cantar, también escribir, en especial si versos, requiere un arte de la respiración.
Corregir no dejando lo que está bien y quitando lo que está mal, sino desde la disposición al compromiso con lo que se escribe y, eventualmente, se publicará.
Toda obra de arte un talismán, no un fetiche.
Repetición que concentre (en apertura), no que aburra (cerrando puertas).
Atención atendida, desde la inteligencia, la sensibilidad y la belleza.



La explosión de un vehículo de carga doblemente articulado que transportaba gas LP y se volcó ayer en la vía México-Pachuca, en Ecatepec, estado de México, dejó saldo trágico: 23 muertos –entre ellos 10 niños– y una treintena de heridos; causó daños materiales aún no cuantificados en varias de las viviendas y calles aledañas a la zona y provocó el cierre por varias horas de la referida vialidad en ambos sentidos.

Debe removerse a Humberto Benítez de la Profeco, opina
¿Qué esperan para remover a Humberto Benítez Treviño? No sólo se trata de la ridiculez de la lady Profeco (lo que no quita gravedad a su asunto), ni sólo de la persecución administrativa contra funcionarias de su propia dependencia (La Jornada, viernes 3 de mayo, página 17). Les recuerdo los infames procesos incoados, mediante acusaciones falsas, en 1994, contra opositores al régimen priísta, cuando Benítez Treviño era el procurador general de la República, como cortina de humo tendida para facilitar el paso de los últimos cien días de la impunidad salinista hacía el sexenio de Ernesto Zedilllo. Si ahora el gobierno del PRI quiere limpiar en algo su cara, que actúe, y deveras haga saber quién es quién en los precios.

El conciliábulo de notables, formado por un reducido conjunto de burócratas partidistas, políticos de reciente y largo incruste en los círculos del poder y un manojo de actuales funcionarios federales, parió el ahora famoso Pacto por México. La obra cumbre de su difundida eficacia y capacidad de maniobra. La tarjeta de presentación de una administración que, por cierto, se topó con un frágil sendero de intereses disímbolos, imprevisto, pero útil para navegar entre borrascas temporales. Peña Nieto recalibró con tal instrumento sus pretensiones de gobernar, quitado de la pena, a un país escindido, empobrecido sin remilgos, plagado de violencia y atribulado a extremos indecibles. Se convirtió así dicho pacto en la muletilla que ahora se blande ante propios y extraños para repintar los borrosos rasgos de una modernidad predicada. Todo un quehacer público que se inicia, pulula y agota en ese cerrado, cupular coto donde sólo moran los de mero arriba.

Todos sabemos que la democracia representativa es una forma política insuficiente en América Latina. ¿Por qué? Dicho mal y pronto, porque en nuestro continente la economía capitalista ha sido, usualmente, insuficientemente dinámica para absorber plenamente a la población. Por eso, ha habido siempre multitudes dedicadas a labores poco o mal articuladas al Estado –campesinos, economía informal– y que viven el Estado como una institución dedicada a la extorsión o a la represión, y no como un mecanismo mantenido por sus impuestos y que, a cambio, los representa. Esa situación, a la que hoy usualmente se llama exclusión, lleva a que la democracia representativa represente mejor a unos sectores –digamos que a los de la economía formal– que a otros. De hecho, la autoadscripción en la clase media pasa por el sentimiento de que el Estado te representa o, al menos, que te debe representar, y que tienes derecho a exigirle representación.

Dos buenas noticias, y dos malas. De las buenas: 1) Palestina y Venezuela suscribieron un acuerdo para el reconocimiento de certificados, títulos, o diplomas de educación universitaria para los ciudadanos de ambos países; 2) en su portal de Internet Google sustituyó la mención territorios palestinos por la de Palestina para designar a Gaza y Cisjordania.

Uno de los factores determinantes de la actual crisis es la desigualdad económica que creció en el mundo en las últimas cuatro décadas. El estancamiento en los salarios condujo al endeudamiento insostenible de los hogares para mantener el nivel de consumo. Así y con burbujas especulativas se sostuvo la demanda agregada y el proceso de acumulación de capital. Pero esa modalidad de crecimiento económico se acompañó de una inestabilidad creciente en las principales economías capitalistas.


Uno de los actos religiosos que Carlos Monsiváis practicó hasta sus últimos años fue recorrer la Lagunilla con cierta frecuencia y con mayor intensidad la Plaza del Ángel de la Zona Rosa. Allí nos veíamos con un grupo de amigos cada sábado, más para participar de las tertulias que para comprar algo.
Libros, grabados, litografías y material fotográfico fueron, más que la razón, el imán que lo arrastraba. Cuando llegaba una pieza a sus manos –y una pieza era Una Pieza–, resultaba notorio pues literalmente se desprendía de la conversación y empezaba a revisarla con minucia de coleccionista hasta que de pronto murmuraba entre dientes: ¿Cuánto?
Después de las compras Carlos necesitaba una capilla para hacer pública la devoción por sus hallazgos en compañía de sus amigos. Podía ser el salón de té Auseba –lo fue por muchos años hasta que terminó convertido en zapatería–, el famosísimo Bellinghausen donde comía con Julio Scherer, alguno de los varios Vips o Sanborns que por allí abundan o El Péndulo, donde nos terminamos estableciendo.
Foto
Carlos Monsiváis (1938-2010), en junio de 2006 Foto José Carlo González



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