12/17/2013

Pemex y el alza al metro


Los gritos y el silencio



Hay un término que no aparece por ningún lado estos días, es evidente que la clase política de todos los colores lo guarda celosamente para pretender algún tipo de moralidad en sus actos. La palabra prohibida es CORRUPCIÓN (así con mayúsculas). En los ridículos debates respecto a la reforma energética fuimos testigos de actos de un patetismo notable, Layda Sansores la cucaracha saltimbanqui que ha estado saltado entre partidos por décadas y que gracias a amlo hoy se cobija en su bloque de reptiles, lanzo un acalorado discurso que termino con una infame cita a Saramago “vayan y privaticen a la puta madre que les pario”, horas después el desconocido senador Antonio García Conejo se desnudó en tribuna lo que genero un episodio de comedia publica con el hashtag #PosMeEncuero, sin que realmente a ningún internauta le importara el contenido de su ridículo. En la calle las manifestaciones tuvieron varias señas de su propia miseria, la mayor parte del cerco al senado era de adultos mayores muy cansados para protestar que llevaban sillas para permanecer en el cerco, nunca lograron reunir suficiente gente como para rodear las pocas manzanas que permanecen bloqueadas y la manifestación estuvo encabezada por dos personajes mediocres en extremo, Marti Batres y Andrés Manuel López Beltrán (el mismo del episodio de los tenis de lujo en un evento de campaña de su papá). Alrededor del senado los impresentables del PRD giraban sin sentido con un pequeño sequito de trasnochados en un evento que simbolizaba sin duda la falta de apoyo popular a su causa. 

Aquí cabe preguntar, ¿que se defiende si se defiende PEMEX? ¿Una empresa incapacitada para hacer cualquier cosa por infinitas trabas burocráticas y una corrupción de niveles inimaginables? ¿Una empresa sin la menor responsabilidad social que es signo de desastre ambiental ahí donde se instala? ¿Una empresa pública que solo sirve para enriquecer ladrones de la clase política? ¿Un gran negocio de unos cuantos que reparte utilidades en función del nivel de corrupción que se haya alcanzado? ¿Una empresa sin ninguna capacidad de crecer o modernizarse con el talento propio de la nación? ¿La caja grande de los partidos políticos para mantener a un ejército de inútiles en la nómina publica? ¿o simplemente una empresa que impone precios exorbitantes por sus productos? Lo que postulan los perredistas, sus partidos apéndices, amlo (hoy pudriéndose en su propia inmundicia) y todos los emocionados por el discurso sensacionalista (no son muchos) es que necesitamos regresar al pensamiento de los años 60´s reciclar el discurso de la modernidad, quemar petróleo hasta para respirar, construir un estado omnipotente que se sostenga en los ingresos de las materias primas de exportación y garantizar por la vía de sus tribus una corporativización generalizada de la sociedad. 

No reconocer esto es un acto de hipocresía o un caso grave de ceguera y desmemoria histórica. Del otro lado de la arena esta la reforma ya aprobada por priistas y panistas, esta reforma más que ceder la rectoría del estado sobre el negocio del petróleo, cede al mercado las actividades petroleras y mantiene la propiedad sobre la materia prima, es decir desmonta la empresa y abandona el proyecto histórico que en algún momento intento pero que nunca pudo operar sin fallas o sin graves carencias ocasionadas por la corrupción. Y no es que la corrupción se acabe con una u otra propuesta, insisto, nadie de la clase política la menciona, una nota apenas visible en los medios es que el senador Romero Deschamps miembro de la comisión de energía y Secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana no se ha presentado al senado ni ha aparecido en público durante todo este proceso. Ningún trabajador petrolero en ningún lugar se ha manifestado pese al riesgo de perder su empleo con las nuevas reglas del juego. Esto no es de sorprenderse, la reforma esta negociada con un sindicato charro y los trabajadores corporativizados y amenazados no se atreverán a arriesgar su empleo o su vida enfrentando a una mafia inmensa que los emplea. Romero Deschamps está disfrutando ahora los frutos de su lealtad al priismo, por eso no solo puede negociar los oscuros tratos de la reforma, también puede estar en libertad a diferencia de Elba Esther Gordillo encarcelada por traidora al priismo.

Y de Romero Deschamps conocemos no pocas muestras ofensivas de corrupción, los infames lujos que su hijo y su hija se dan a costa de la riqueza que debería ser pública. Y el silencio cómplice que toda la clase política, incluyendo a amlo y su pandilla, guardan respecto a estas prácticas. Y finalmente en la escena esta la sociedad civil, las y los ciudadanos que no pueden enfrentarse ni a los precios de los productos de PEMEX ni a la destrucción ambiental que ocasiona, las personas que nunca ven un beneficio gracias a la “empresa pública” y que si ven los groseros actos de corrupción que se ejercen con esa riqueza. No es una sorpresa que esas personas no perciban a PEMEX como algo propio y que más aun estén indignadas por las prácticas de esa mole corporativa sin rostro.

Y la pregunta que se necesita quizás no es sobre el futuro de PEMEX, sino sobre el futuro en general, concluidas pese a los ánimos medievales de las tribus antihistoricas, la modernidad, la postmodernidad y en plena constitución de la hipermodernidad estamos ante el reto de un momento histórico donde la sociedad organizada de manera autónoma y horizontal puede tomar la responsabilidad de los temas de desarrollo y sostenibilidad ambiental. Aun en procesos primigenios las empresas sociales de alta tecnología con prácticas de open source pueden hoy ser más funcionales y más necesarias que los viejos remanentes de una época totalitarista donde el estado corrupto asumía por la vía de la corporativización las actividades estratégicas de la sociedad. Conceptos como la generación social de energía, la economía de fuente abierta y el desarrollo postfordista pueden ser una salida histórica no burocrática a las necesidades sociales.

Y entonces llegamos al metro.

Una cuarta parte de la población del país vive en la ciudad de México, la principal infraestructura de transporte es el metro, esta obra (construida originalmente con tecnología francesa que es hoy día obsoleta) ha sido la columna vertebral de la ciudad por décadas, sin embargo hace años que el servicio está colapsado, El metro está secuestrado por mafias de muchos niveles, llegando a casos de corrupción ridículos donde empleados roban material y lo revenden de regreso a la empresa. El servicio está destrozado por la lentitud y la invasión de vendedores ambulantes que organizados en mafias coludidas con la autoridad se apropian de espacios públicos sin la menor empatía por los usuarios. Estas mafias recibieron del anterior jefe de gobierno el regalo de espacios fijos en los pasillos, mismos que no han sido ocupados por las propias pugnas entre los grupos de poder entre gansters. 

De la actual administración del metro no puede decirse sino que se trata de una pandilla mafiosa, de una lado está el asesino impune Joel Ortega (en lo que debería ser un insulto grave a cualquier persona de la ciudad) y del otro Fernando Espino Arevalo uno de los más notables charros sindicales de este país. Debajo de ambos una manada de corruptos e ineptos tienen en sus manos una de las principales empresas públicas del país. Cabe resaltar que bajo el lema de “primero los pobres” y bajo la falsa bandera ecologista, amlo utilizo los recursos públicos en la construcción del mastodonte llamado segundo piso del periférico, sin que haya construido una sola línea nueva para el metro, en 16 años de gobiernos perredistas se han construido solo 2 nuevas líneas del metro y una de ellas llevo los niveles de corrupción al extremo cuando se entregaron solo 20 de las 24 estaciones acordadas. Ahora ante el desolador panorama el aprendiz de tirano que gobierna la ciudad impone amparado en una encuesta falsa el aumento de tarifa al servicio. Presenta antes de hacerlo una evaluación sesgada que no dice una sola palabra de corrupción y no menciona a ninguna de las mafias que se han apoderado del espacio público.

También vale mencionar que el plan presentado para el metro apela nuevamente a traer tecnología y talento extranjero cuando tenemos no solo miles de profesionistas capaces sino además un grave problema de desempleo, sin ningún problema el GDF pudo apoyarse para la evaluación y el plan de acción en las universidades del país pero no lo hizo, todo se hizo a modo, discrecionalmente, con velos sobre los temas realmente graves y sin la menor sensibilidad a la realidad social del país.

Ante esta grosera imposición que solo sirve para dar oxígeno a los gremios corruptos, las protestas ciudadanas no se hicieron esperar, las exitosas convocatorias a saltar los torniquetes popularizadas con el hashtag #PosMeSalto llevaron a protestas en toda la ciudad en las que participaron miles de personas, dos marchas de protesta trataron de llegar al zócalo siendo detenidas por miles de policías de un agrupamiento que debió desaparecer desde 1968, en la primera una improvisada acción quemo uno de los símbolos de la apropiación mercantil del espacio público, el insulso árbol de navidad patrocinado por coca-cola que se instala en Paseo de la Reforma, La segunda marcha más nutrida que la primera, es detenida primero en el Ángel de la Independencia y finalmente en Bellas Artes. El mensaje es claro: si no eres un descerebrado que nos siga sin cuestionar nada, entonces no tienes cabida en la ciudad. El zócalo está cerrado para todos, excepto para sus estúpidas tribus y para sus patrocinadores privados, ahí se acaba la república, ahí se muere la nación de manos de los que hoy chilletean por no tener suficiente en la tajada de PEMEX.

Ante esta andanada contra la sociedad, las tribus de escandalosos seudo izquierdistas del PRD y sus apéndices callan mientras se reprime a las expresiones sociales de descontento, en un acto de infinita hipocresía las asamblea legislativa ofrece apoyo al jefe de gobierno contra las iniciativas federales que regularían las protestas públicas. Por su parte sin ningún marco legal el jefe de gobierno aplica la represión selectiva y limita de facto las expresiones públicas, cede al mercado los espacios públicos pero los cierra a los ciudadanos. ¿Y los desnudos en el senado, las mentadas de sus escandalosas senadoras, las mil y un vueltas a la manzana en protesta por la afectación a la economía popular?, no eso aquí no pasa, ante los actos de su aprendiz de tirano hay silencio cómplice como hacia la corrupción de ellos y de los demás, ante el riesgo de perder dinero de PEMEX y verse en la necesidad de trabajar, ahí hay gritos escandalosos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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