4/30/2015

La impunidad de Fausto

Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto





(Foto: ESPECIAL)
Si el Fausto de Goethe vendió su alma al diablo a cambio de la juventud eterna, el Fausto de Michoacán le vendió su conciencia a Los Caballeros Templarios a cambio de que lo hicieran gobernador y compartió con los criminales el ejercicio del poder. Hoy, ante las evidencias conocidas en video, ya no hay duda que el decrépito mandatario con licencia no sólo se corrompió y fue cómplice del cártel del narcotráfico que controlaba su estado, sino que toda la familia Vallejo, esposa e hijos incluidos, fueron parte de esa connivencia y convivencia con el crimen organizado. 
La sorpresa no es que se demuestre con videos lo que siempre fue vox populi en Michoacán, y que periodistas como Denise Maerker exhiban públicamente y en televisión nacional las evidencias de que Rodrigo Vallejo —recién liberado por el Poder Judicial— era simplemente el “enlace” y el mensajero entre su padre, el gobernador y el capo Servando Gómez La Tuta, en la más sofisticada y documentada red de narcopolítica que se haya conocido en México; la verdadera sorpresa es por qué si eso lo supieron el entonces procurador Jesús Murillo Karam, el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, y hasta el propio presidente Enrique Peña Nieto, que conocieron y tuvieron acceso a todos esos videos, no actuaron ni hicieron nada y por qué permitieron la impunidad del hoy mandatario con licencia. 
Porque el expediente que hoy se hace público, y que permitió la detención y encarcelamiento por sólo unos meses de Rodrigo Vallejo, estuvo en manos de Murillo Karam desde marzo del 2014 y fue discutido y analizado en el gabinete de Seguridad del gobierno federal mucho antes de proceder penalmente contra el hijo del gobernador. ¿Por qué entonces si Murillo, Osorio y otros miembros del gabinete conocieron de la gravedad de la infiltración del narcotráfico y de los diálogos de Rodrigo con La Tuta, que claramente hablan de un narcogobierno, al junior Vallejo sólo se le acusó de “encubrimiento”, delito no grave que permitió su liberación por parte de los jueces? ¿Por qué no se acusó también al gobernador Fausto Vallejo si había elementos y evidencias para sustentar su colaboración con el narco? 
Un manto de impunidad y un pacto político secreto cubren a Fausto Vallejo y a su familia, a pesar de las evidencias de narcopolítica en su contra; y también una extraña incapacidad e impunidad cubren al ex procurador Jesús Murillo Karam que, lejos de rendir cuentas por esta omisa actitud, que parece incluso complicidad, hoy disfruta de la “beca” y el premio que le otorgó su amigo, el Presidente, en la Sedatu. 
NOTAS INDISCRETAS… Si David Korenfeld no fue cesado de inmediato y permaneció 10 días en el cargo después de que estalló el escándalo por el uso del helicóptero oficial para su familia, fue por una sola razón: sus amigos de Los Pinos, que lo defendieron a capa y espada, aumentando el costo político al presidente Enrique Peña Nieto. En la oficina de Aurelio Nuño se resistieron hasta el último momento a que Korenfeld se fuera “porque es un buen cuate, muy inteligente”. Cuando pasaron los días de Semana Santa y la golpiza en la prensa fue monumental no sólo para el director de la Conagua, sino para Peña, muy a pesar de sus amigos, el ex alcalde de Huixquilucan tuvo que irse por la honrosa salida de la “renuncia”, que no el cese que algunos en el gabinete proponían desde el inicio… En Pemex nadie se explica por qué a Carlos Murrieta Cummings que recientemente dejó la Dirección de Operaciones “por motivos personales”, ahora se le ve de lo más activo trabajando para empresas petroleras privadas, a las que filtra información estratégica que conoció por su cargo en la petrolera nacional. No sólo eso, el ex funcionario ha pasado información a algunos periodistas del área que dirigió en la empresa pública, con lo que pudiera estar incurriendo no sólo en una falta ética, sino en un delito por no respetar la secrecía y poner en riesgo a Pemex ante sus competidores privados. A ver si no le pasa a Murrieta Cummings lo que al pez… El alcalde panista de Saltillo, Isidro López, fue denunciado ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales por su abierto apoyo a las campañas del PAN en Coahuila. La denuncia fue interpuesta por el regidor perredista del ayuntamiento, Alfredo Martínez, quien lo acusa de violar la equidad en la contienda municipal. Es el mismo alcalde que hace unos días se quejó de que el ayuntamiento debía pagarle “horas extras” porque, según él, trabaja más de las 42 horas a la semana. En su cinismo, el munícipe, que cobra 95 mil pesos mensuales, afirmó que “voy a continuar (participando en las campañas) pero con menos baile porque ando fregadón del pie izquierdo”. Este alcalde salió más folklórico que los sarapes de Saltillo… Se baten los dados. Amenaza la Serpiente.
sgarciasoto@hotmail.com 

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