12/14/2016

El gasolinazo que nos viene


¿Y los consumidores? ¿Y el aumento a los salarios?

Manuel Fuentes 

lasillarota.com

En unos días ya no diremos: ¡Feliz 2017! sino: ¡Cuidado con el gasolinazo de 2017! que amenaza con aumentos desmedidos y todo bajo el control de empresas privadas nacionales y extranjeras que empezaran a competir por desbancarse unas a otras, creando monopolios velados y teniendo como rehenes a los consumidores.

Como siempre seguiremos teniendo un gobierno pequeño (milésimo) y empresas grandes sin límite.

El gobierno para incentivar el negocio de la gasolina, prevé dar las mejores garantías para facilitar la ganancia de los competidores en perjuicio de quienes usan un vehículo automotor, pero también de los que, sin usarlo, por ser un medio para transporte de alimentos y todo tipo de enseres.

Y estos aumentos ¿adivinen a quién será cargado?

Existen previsiones que el precio de la gasolina al iniciar el año 2017 podría incrementarse hasta en tres pesos por litro en aquellas zonas en que se inicie el proceso de “liberación”. Tomarán en cuenta el precio spot del combustible de referencia en Houston, los costos de almacenamiento, la transportación y la carga fiscal, todo ello para cargarlos al precio final.

Según previsiones del diario Reforma, en Monterrey la gasolina podría alcanzar un aumento en la Magna de 2.89 pesos y en la Premium 2.94 pesos por litro.

La revista Expansión considera que la depreciación del peso frente al dólar influirá en el costo de la gasolina. “Apenas hace dos meses el consenso de analistas era que el alza para el 2017 sería de un 10% pero desde entonces el peso se ha depreciado poco más de 9% frente al dólar y el petróleo ha subido un 19 por ciento”.

¿Qué pasará en los lugares más alejados donde hay escasez de gasolineras? Seguramente bajo la línea de la oferta y la demanda el precio del combustible se incrementará. En esos sitios, en los más apartados de las ciudades, generalmente viven los más pobres y serán los más afectados. Estas asimetrías que se prevé se generen no pueden ser parte del disimulo gubernamental.

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofese), recomendó también “…homologar la calidad de combustibles a los que se comercializan en Estados Unidos y Europa”.

La Cofese dice sin rubor en un estudio que “es deseable aumentar el valor correspondiente al límite superior de la banda de precios máximos, a fin de que a inversionistas les sea atractivo participar en la comercialización de combustibles.” ¿Y los consumidores? ¿Y el aumento a los salarios?

El propósito de esta liberación es “acabar con la política del precio único nacional”, aunque reconocen “riesgos” de que las empresas del sector gasolinero “acumulen poder sustancial de mercado” y establezcan barreras a la entrada o desplacen a otros competidores, principalmente a nivel regional.

Prevén variaciones en el precio de la gasolina hasta una vez por semana, pero contradictoriamente mantener controlados (congelados) los salarios, porque según ellos subirlos, ¡sería inflacionario!

Los “expertos” que elaboraron estos planes para “liberar” el precio de las gasolinas, seguro lo hicieron desde un rascacielos de Nueva York, en cómodas oficinas. Desde allí mandaron instrucciones a nuestros gobernantes tecnócratas para que disciplinadamente las apliquen.

Como premio seguro, les tendrán un lugar, como a otros, en una gran compañía multinacional como consejeros, como asesores, en otras palabras: como viles sirvientes apátridas de los grandes intereses.

Las recomendaciones que les enviaron desde el Norte fueron:

¡Mejorar el mercado! (para beneficio de unos cuantos) ¡aumentar las ganancias de las empresas (de preferencia transnacionales)! ¡Hacer cada vez más pequeños los gobiernos! (como el mexicano).

¿Y las personas? ¿Y los trabajadores? ¡Ah!, esos, como siempre, no están en sus planes…


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