4/24/2018

Los periodistas pal café. . .


La derivación más inmediatamente observable del primer debate entre candidatos presidenciales ha sido la habilitación del panista Ricardo Anaya Cortés (RAC) como presunto ganador y, en esa secuencia, como principal tirador electoral en contra del delantero Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Con un discurso estructurado, buena oratoria y una bien estudiada capacidad para atacar a los adversarios en sus puntos débiles (en específico al tabasqueño, pero también a José Antonio Meade Kuribreña), Anaya Cortés parecería haber llegado al punto de constituirse inequívocamente en el verdadero y único retador real y viable de AMLO.
Varios medios de comunicación y mesas de analistas políticos comenzaron a tallar ayer la figura en madera queretana de quien habría de encarnar unitariamente la rebelión (hasta ahora silenciosa, o cuando menos, poco eficaz) de los antipejistas. La planicie discursiva del abanderado priísta, José Antonio Meade, y su recurrencia al método de la ecuanimidad y la ortodoxia (la complicidad, dicen sus adversarios), estarían condenándolo a un tercer lugar en riesgo de bajar aún más, según los emocionados cálculos de los anayistas o, para abrir más el abanico, de los frentistas.
Sin embargo, en la política, y más en la mexicana, no todo lo que brilla es oro, de la misma manera que no todo lo que no brilla y debería estar bajo investigación judicial (como es el caso del neoleonés apodado El Bronco) puede ser desechado: el súbito fulgor hechizo de Anaya Cortés como primer actor posdebate debe ser visto con reservas, sin perder de vista el amplio y sorprendente catálogo de marrullerías que aún pueden ser usadas para intentar la resurrección del pentasecretario de Estado, ahora identificado con un emblema tridorito.
Anaya, tan brioso como mentiroso (ayer mismo se confirmaron como falsas algunas de las aseveraciones que a sangre fría soltó el panista durante el debate), mantiene en la mirilla política no sólo a Meade y al sistema priísta, sino al actual jefe máximo del PRI y de la candidatura de José Antonio, el viajero pero no distante EPN. Con toda claridad te pregunto, ¿tu jefe, Enrique Peña Nieto, ha gobernado con honestidad?, planteó este domingo Anaya a Meade, sin que este se animara a esbozar una respuesta al respecto.
Ayer mismo, el mencionado Meade insistió en que el expediente judicial del terreno en una zona industrial de Querétaro debe tener como consecuencia la inhabilitación moral, política y jurídica de Anaya. Hasta ahora, la procuraduría federal de justicia no ha señalado formalmente al panista como partícipe de ese entramado con evidencias de lavado de dinero. Al contrario, la PGR ha recibido la propiedad a discusión como una especie de desagravio, y ha dejado fuera de la acción penal a un chofer utilizado como prestanombres para crear y manejar la empresa involucrada en el caso Anaya (se dice que esos pasos de distensión provienen de gestiones de avenimiento realizadas por personajes de alto poder que buscan que Meade y Anaya terminen en una sola candidatura antipejista).
Planteado de otra manera: el encono entre Peña/Meade y Anaya continúa y la guillotina del expediente judicial queretano está siempre dispuesta a caer más allá de los expiatorios límites hasta ahora tocados. La adhesión, aparentemente contra todo sentido lógico, del gobernador michoacano Silvano Aureoles a Meade, y el coqueteo para que otros mandatarios estatales, perredistas y panistas, hagan lo mismo, sugiere que algo en las alturas del poder se cocina y se ofrece para seguir todos a la mesa del mismo banquete. A fin de cuentas, a Anaya se le está dejando fuera de las sanciones judiciales por el caso de la nave industrial queretana y eso, más la intocabilidad de sus familiares directos y políticos, podría ser la moneda final de ajustes, que permitiera una sola candidatura de facto, contra López Obrador, pero no necesariamente contra el hoy aparentemente tan triunfador Anaya.
Por otra parte, cabe destacar el proceso de borrado de la etiqueta de inalcanzable que se le adjudicaba a López Obrador hasta antes del mencionado debate. Aprovechando el error táctico del tabasqueño, de eludir la contestación directa y específica de las múltiples acusaciones que se le hicieron (medio centenar), sus adversarios pretenden darlas por válidas (el que no las contesta, otorga, sería la paráfrasis). Ese proceso trata de crear el ambiente mediático y social que justifique eventuales cambios en las tendencias demoscópicas, tal como se ha hecho (con distintos motivos), en anteriores comicios en los que López Obrador llevaba una delantera consolidada. El candidato de Morena tiene aún debates por venir y le convendría prepararse para ellos, sin renunciar a su autenticidad.
Astillas
Los cadáveres de tres estudiantes secuestrados hace más de un mes en la zona metropolitana de Guadalajara habrían sido disueltos en ácido, según las indagaciones dadas a conocer ayer por la fiscalía general de Jalisco. Día tras día desaparecen personas en México, sin que haya autoridad de algún nivel que haga algo eficaz para encontrarlas y para castigar a los causantes de esos delitos. Lo peor es el acomodo de la flácida conciencia social, que conforme se multiplican esos hechos terribles los va procesando hasta asumirlos casi como normales, como parte de una cotidianidad repugnante pero finalmente aceptada… A las 18:45 horas, la cuenta de Instagram de @EPN, verificada, mostraba 674 comentarios (una porción de ellos, sumamente crítica e incluso insultante) y 15 mil 708 me gusta, luego que el ocupante de Los Pinos había puesto una fotografía de su llegada, acompañado de su esposa, a Hannover, Alemania, en el fastuoso avión presidencial. “Cuidado @epn que el AMLO ya anda ofreciendo su nave”, le escribió un usuario de esa red, ante lo cual Peña inusualmente respondió: no es suyo ni mío... ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero,Facebook: Julio Astillero,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

Foto
La nota de humor negro la dio El Bronco Rodríguez: quiere dejar 15 uñas a la clase política. Margarita Zavala dejó la impresión de que puede ser una gran presidenta… a escala municipal. Pero le faltan tablas para la grande. Los dos cachirules de la campaña –el INE subió a Margarita y el TEPJF a El Bronco– mostraron para qué les regalaron sus candidaturas, y junto con Ricardo Anaya y José Antonio Meade, le echaron montón a Andrés Manuel López Obrador. No avanzó mucho Meade, aunque hizo una exposición de sus ideas bien estructurada. (El problema no es Meade, sino el rechazo de la gente al PRI). Anaya se vio lucidor pero mitómano, se parece mucho a Salinas de Gortari. AMLO ya había anunciado que no se engancharía en dimes y diretes, y lo hizo, no respondió a las agresiones. Su última participación fue lo mejor. Sin embargo, su staff no lo preparó en lenguaje corporal. A veces no se necesita hablar con palabras, el lenguaje corporal dice más. En resumen, la decisión de los votantes quedó más o menos igual que antes del debate. Enseguida lo que dice la prensa internacional:
Bloomberg: sin sorpresas
El esperado primer debate en México transcurrió sin grandes sorpresas, consolidando la posición del candidato Andrés Manuel López Obrador 69 días antes de las elecciones. Como era de esperar, una buena parte de la discusión de dos horas fue utilizada por los cuatro candidatos que intentaban alcanzar a López Obrador para atacar las propuestas del puntero y forzarlo a un error. Ricardo Anaya, del PAN, desafió algunas de las promesas de la campaña de seguridad del candidato de Morena, como la concesión de amnistía a delincuentes en algunos casos y la participación del presidente en la elección de un fiscal independiente. López Obrador hizo buen uso de los consejos recibidos de un ex boxeador y escapó de los intercambios de golpes, casi hasta el punto de no defenderse de algunos de los ataques más fuertes. Si bien su pasividad y la falta de detalles de sus propuestas le pueden costar algunos votos, su ventaja de 20.5 puntos sobre Anaya en el Barómetro Electoral Bloomberg le permitió ser extremadamente cauteloso al debatir. Los ataques contra López Obrador no tendrán grandes repercusiones porque en su mayoría son noticias viejas que los votantes ya escucharon, dijo Aldo Muñoz, un analista político de la Universidad Autónoma del Estado de México. No creo que las preferencias de los votantes se muevan según este debate. Esa falta de sorpresas fue tan obvia, que el peso permaneció virtualmente sin cambios durante las discusiones.
Financial Times: entrenaron la artillería
Los aspirantes presidenciales de México entrenaron su artillería sobre el candidato Andrés Manuel López Obrador en el primer debate televisado del país antes de las elecciones de julio.
Washington Post: bajo fuego
“El primero de los debates presidenciales de México comenzó la noche del domingo con rivales concentrando su fuego en el candidato Andrés Manuel López Obrador, quien defendió la idea de una amnistía para combatir la violencia y revivió su famoso eslogan de campaña del 2006, ‘Por el bien de todos, los pobres son lo primero’”.
New York Times: tendencias se mantienen
Para analistas, en el primer debate presidencial Anaya fue el mejor preparado, López Obrador resistió bien los ataques y, con ello, las tendencias electorales se mantienen.
Irish Times: indemne
AMLO salió indemne del debate a pesar de la actuación fuerte de Anaya.

Tan contentos que estaban, tan esperanzados que se les veía, tan sonrientes que se paseaban, y, ¡zas!, que el salvaje de la Casa Blanca se las vuelve a aplicar. Orondos, Luis Videgaray e Ildefonso Guajardo presumían que ya casi, ya merito, que a un tris estaba la firma de la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero, como siempre, obviaron lo importante: cada que el dúo dinámico abre la boca, Trump se la revienta a tuitazos. Están como el perro de la tía Cleta.
Apenas unos días atrás los susodichos presumían que las negociaciones iban viento en popa, que se registraban avances muy importantes, que muy cerca estamos de la firma, y por su dedicación y sobriedad en las negociaciones el asunto rendía frutos. Lo cierto es que Donald Trump los pone a parir cada vez que quiere, y es muy seguido, y les tumba el entusiasmo un día sí y el siguiente también.
Resulta que ayer el esquizoide de la Casa Blanca escribió en su cuenta de Twitter: México, cuyas leyes de inmigración son muy duras, debe frenar a la gente que atraviesa México hacia Estados Unidos. Podríamos hacer de esto una condición para el nuevo acuerdo sobre TLCAN, escribió ayer Trump en Twitter. ¡Nuestro país no puede aceptar lo que ocurre!, de tal suerte que al ya casi de los festivos Videgaray y Guajardo, Trump contesta con un sí, Chucha, porque no pasa semana, e incluso día, en el que no imponga una nueva condición para avanzar en la modernización del TLCAN.
Pero, tranquilos mexicanos ilusos, que para eso cuentan con el aprendiz de canciller. Tras el tuitazo de Trump, Videgaray hizo lo propio: México decide su política migratoria de manera soberana, y la cooperación sobre el tema con Estados Unidos ocurre por así convenir a México. Sería inaceptable condicionar la renegociación del TLCAN a acciones migratorias fuera de este marco de cooperación.
Más que reclamo, la de Videgaray es una muestra de humor negro, porque, de entrada, en el contexto del llamado Plan Mérida, el gobierno aceptó ser el perro guardián de los gringos en la frontera sur mexicana, con la única intención de frenar a los migrantes centroamericanos desde esa localización geográfica e impedir su periplo hacia el norte, con propósitos de internación en territorio estadunidense. Y, según Videgaray, la cooperación migratoria con Estados Unidos ocurre por así convenir a México.
Como muestra un botón, publicado en La Jornada dos semanas atrás: “México mantiene un acuerdo con Estados Unidos derivado del Plan Mérida que ha permitido fichar en centros de detención nacionales a más de 30 mil migrantes centroamericanos en los 13 meses recientes, admitieron autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM).
El organismo federal insistió en que es una práctica ordinaria, en marcha desde hace mucho tiempo, en el contexto de los esquemas de cooperación bilateral en materia de seguridad, ya que la entrega de datos biométricos a funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos se diseñó en 2012, en el contexto del citado plan, suscrito en junio de 2008 con el gobierno de George Bush… Reportes de la Secretaría de Gobernación dan cuenta de que en 2017 fueron presentados ante el INM 95 mil 497 extranjeros, de los cuales 81 mil 999 procedían de Centroamérica. En el primer bimestre de 2018 hubo 20 mil 943 migrantes presentados, la mayoría centroamericanos”.
Según Videgaray lo anterior no es más que cooperación (en realidad un papel denigrante para el gobierno mexicano), y asegura que México decide su política migratoria de manera soberana. Pero se indigna, porque Trump quiere condicionar la renegociación del TLCAN a acciones migratorias fuera de este contexto.
A principios de abril pasado el energúmeno de la Casa Blanca acusó al gobierno mexicano de hacer muy poco, o nada para evitar que los migrantes de otros países crucen su frontera sur en su camino a Estados Unidos. Deben poner fin a los grandes flujos de drogas y personas, o voy a poner fin a su fuente de ingresos, el TCLAN. ¡Necesitamos el muro! (La Jornada).
Y cinco días después firmó la orden para enviar la Guardia Nacional a la frontera con México, a fin de detener el flujo de drogas e inmigrantes indocumentados, dado que la situación ha llegado a un punto crítico, y el desgobierno en la frontera sur es incompatible con la protección, la seguridad y la soberanía del pueblo estadunidense; mi administración no tiene otra alternativa, salvo actuar.
En la polémica por el nuevo aeropuerto no hay diferencia sustancial entre lo que defienden Andrés Manuel López Obrador y Carlos Slim Helú. El primero afirma que si se quiere mantener el proyecto, se debe hacer con capital privado. El segundo señala que la mejor opción es concesionarlo para volver el proyecto eficiente y productivo.
Algo semejante plantea el equipo de Anaya, el cual afirma que los recursos públicos se deben utilizar para el bienestar de las mayorías y que la iniciativa privada puede realizar muchos grandes proyectos mediante concesiones. De esta manera se multiplicarían las obras en infraestructura sin costo directo para la población.
Si nos atenemos a las encuestas, el candidato que tiene más posibilidades de ganar es Andrés Manuel. El segundo, Anaya. Por ello, gane uno u otro, el camino de la obra pública estará ligado a las concesiones.
Lo que señala Andrés Manuel en el caso del nuevo aeropuerto es que actualmente es un foco de corrupción, de falta de transparencia y de derroche de recursos públicos. Simplemente, la construcción de la barda perimetral tiene un sobreprecio que casi duplica su costo y el negocio se quedó en manos de una empresa ligada al grupo en el poder.


El secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray Caso, manifestó ayer en su cuenta de Twitter el rechazo a la amenaza inaceptable del presidente estadunidense, Donald Trump, de condicionar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) a la adopción por parte de México de una política migratoria orientada a frenar los flujos de personas que transitan por nuestro territorio a fin de llegar al del país vecino. México decide su política migratoria de manera soberana y la cooperación migratoria con Estados Unidos ocurre por así convenir a México, escribió el funcionario. Agregó que sería inaceptable condicionar la renegociación del tratado en cuestión a acciones migratorias fuera de este contexto de cooperación.

Exigen cese de la represión en Nicaragua
El 18 de abril anterior el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, publicó un paquete de reformas al seguro social que lesiona los derechos de trabajadores y pensionados. La población respondió con protestas en forma pacífica, frente a lo cual el gobierno ha desatado una represión brutal utilizando fuerzas policiales y paramilitares que a la fecha ha dejado un saldo de 28 muertos, la mayoría de ellos estudiantes; más de un centenar de heridos y un número no precisado de personas desaparecidas. A esto se suma el cierre de varios medios de comunicación no oficialistas y el impedimento a la prensa internacional de entrar al país.

Desde las horas de los posdebates quedó claro algo esperado: cada quien vio su debate. Aunque al mismo tiempo parece haber consenso respecto de que no hubo novedades; lo dicho por los candidatos, ya lo han dicho.
Guadalupe Vázquez Luna es un huracán con cuerpo de mujer. Menuda, con cara de niña a pesar de sus 30 años, su voz tiene una potencia inconmensurable. No está dispuesta a callar y lo dice. Aunque se disculpa al hablar en español, que es su segunda lengua (la primera es el tzotzil), su castellano es de una corrección impecable.
Como parte de los actos del premio Cervantes que he de recibir en próximos días de manos del rey de España en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, en el Instituto Cervantes de Madrid se celebra de previo el ritual del depósito de un legado.
Quizás no haya acto del ser humano más controvertido que el deseo irrefrenable de crear artefactos y artificios a su imagen y semejanza; un afán por imitar y desafiar a los dioses todopoderosos que, paradójicamente, él mismo ha creado. Ya no se trata de dominar solamente a la naturaleza, sino de dominar al otro. De aquí nace la robótica, que se define como la rama de las ingenierías mecatrónica, eléctrica, electrónica, mecánica y biomédica y de la computación, que se ocupa del diseño, construcción, ope­ración y manufactura de los robots. Curiosamente, los tér­minos de robot y de robótica no surgieron de los cam­pos científico tecnológicos, sino que fueron creados por el dramaturgo checo Karel Capek en su obra Robots Universales Rossum (1920) y por el padre de la ciencia ficción Isaac Asimov. La palabra robot significa en checo trabajo servil o trabajo forzado, es decir, esclavo. La fascinación por la robótica alcanza hoy niveles impensables, y surge de los resortes internos ligados al poderío, la vanagloria y la soberbia humanas. Es de alguna forma la expresión suprema de la tecnocracia.
Los temas del debate del domingo 22 de abril entre los candidatos a la Presidencia fueron seguridad y justicia y es oportuno tratarlos por separado. En el primero el aspirante presidencial por la coalición Juntos Haremos Historia fue hostigado de manera concertada por sus competidores, quienes usaron como munición la declaración de Andrés Manuel López Obrador en el sentido de que debía estudiarse la amnistía a delincuentes, y no dejar ninguna opción fuera de la mesa, para formular una estrategia de seguridad pública distinta a la que ha sido aplicada en el sexenio anterior y en el actual. Si algo quedó claro en el curso del encuentro es que el electorado tiene ante sí sólo dos propuestas de gobierno en esta materia: la de José Antonio Meade, Ricardo Anaya y Margarita Zavala, que con ciertos matices consiste en seguir el camino inaugurado por Felipe Calderón y retomado por Enrique Peña –en esencia, combatir a la delincuencia organizada por medio de la violencia policial y militar–, y la de López Obrador, que reside en atender las causas institucionales, sociales y económicas del fenómeno delictivo para pacificar al país.
Este mes se cumple el noveno aniversario del surgimiento de la primera pandemia del siglo XXI protagonizada por la aparición en Norteamérica de un nuevo virus, el cual, como todo lo desconocido, causó pavor en algunas naciones, particularmente en México, con un alto costo económico por las medidas de distanciamiento social que llevaron al cierre de escuelas y la paralización de actividades comerciales. El miedo, luego de que el entonces presidente, Felipe Calderón, diera a conocer la noticia por cadena nacional el jueves 23 de abril de 2009 sobre la aparición de una nueva enfermedad causada por un agente desconocido, dejaba las calles de Ciudad de México vacías, al igual que estadios y restaurantes. Los rostros con ojos azorados y el resto oculto en los tapabocas.

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