6/25/2018

Los periodistas pal café. . .

Todo pareciera estar decidido en cuanto al principal cargo en contienda. Nada sustancial ha cambiado respecto de las intenciones de voto, según la gran mayoría de las encuestas disponibles. Andrés Manuel López Obrador sigue en campaña, como si él fuera el rezagado. Sus declaraciones tienen la máxima difusión y continúa fijando la agenda política. José Antonio Meade y Ricardo Anaya cumplen el ritual en segundo plano, sin generar expectativas razonables de que su suerte vaya a cambiar.
Difícilmente alguien habría supuesto que a estas alturas fuera visible, en lo general, un escenario electoral tan tranquilo en cuanto a la pelea por la Presidencia de la República (no hay tal sosiego en otros campos de batalla: nunca se habían producido tantas muertes y agresiones contra aspirantes a cargos públicos). Cierto es que la compra del voto es fuerte y descarada y que la violencia está disponible como recurso de última hora, pero en el plano amplio pareciera haberse estabilizado la convicción o la aceptación de que el triunfo de López Obrador es inevitable, que este arroz presidencial ya se coció.
Sin embargo, López Obrador dijo ayer en Querétaro que le ha llegado información de que Carlos Salinas de Gortari y Diego Fernández de Cevallos (sus villanos favoritos, aunque ayer a ambos les ofreció su mano franca y la promesa de que no habrá venganzas) aún insisten en promover una candidatura única contra el abanderado de Morena. Es probable que ni así lograra el candidato superviviente alcanzar al tabasqueño. Podría resultar incluso contraproducente, a causa de las burlas de quienes vieran esa declinación (de Anaya hacia Meade o al revés) como un hecho desesperado y vergonzoso, además de insuficiente.
Un acuerdo político de declinación ya no tendría efectos jurídicos. Es decir, no se sumarían los votos de uno en favor del otro. Sería, en dado caso, una declinación de facto, con manejo propagandístico y mediático. Pero sí podría generar (en caso de darse ese acuerdo) confusión y eventual desaseo en el proceso de votación, el llenado de actas y su manejo y el suministro oficial de los primeros resultados, los que impactan en la percepción colectiva.
La confusión y el desaseo pueden ser ingredientes de mucha importancia si los presuntos derrotados del domingo (ya sea que vayan por separado o se hubiera producido la unificación de la que habló AMLO) optan por un fraude electoral mayúsculo o, incluso, buscan que los comicios sean anulados. Hay suficientes indicios de un fraude electoral en curso, con filas de ciudadanos recibiendo dinero en efectivo del Partido Revolucionario Institucional y con el aparato asistencial gubernamental dedicado al reparto condicionado de beneficios a grupos sociales susceptibles de manipulación electoral.
A eso hay que agregar los problemas que tiene el Instituto Nacional Electoral (INE), aunque sus directivos se esmeren, como sucede en el ámbito político, en presentar una visión positiva. Hay regiones enteras donde el crimen organizado ejerce un control aplastante (no como un ente de mando y políticas únicas; hay muchos bandos y divisiones, pero siempre tienen, todos, relación con funcionarios públicos y políticos), que pone o quita candidatos a su gusto, financia las campañas que le satisfacen y acepta o rechaza el cumplimiento de las tareas de organización electoral.
Además, el INE ha tenido que habilitar atajos para cumplir a tiempo con el conteo rápido de votos y, en esas prisas, se correrá el riesgo de errores impugnables judicialmente. Ayer se informó que el programa de resultados preliminares se tardará más de lo previsto, lo cual podría ensanchar el rango de sospechas sobre los desenlaces de la jornada electoral. Y el número de boletas a manejar y los criterios para el llenado de actas podrían causar tropiezos y errores. Así que hay razones para preguntarse si la calma actual de las campañas puede trocarse en tempestad procesal y numérica después del cierre de las votaciones.
Twitter: @julioastillero,Facebook: Julio Astillero,Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

La cargada es un fenómeno típico de los tiempos del PRI invencible. Una vez que el presidente en turno destapaba a su sucesor, los políticos volaban a ofrecerle su apoyo y llenaban las páginas de los periódicos con declaraciones de apoyo. Está resucitando, pero en favor de otro partido. Políticos de todos los colores, al ver que sus candidatos no tienen posibilidades de ganar, se están sumando a las filas del candidato al que las encuestas y la prensa internacional (con cuestionamientos) señalan como favorito. Ya viene ocurriendo desde meses atrás, primero a cuentagotas, pero ahora es una tendencia. Gabriela Cuevas y Germán Martínez Cázares, dos personajes del panismo, dejaron su partido para unirse a Morena.El senador priísta de Tabasco, Humberto Mayans Canabal, dijo que votará por AMLO. Otro senador, Miguel Chico Herrera, del PRI, ya lo había anunciado antes. La coordinadora de la campaña de José Antonio Meade en Jalisco, Claudia Delgadillo, dio el salto a la competencia. Fernando Mercado, delegado del PRI en Magdalena Contreras, dijo que votará por Claudia Sheinbaum. Rodrigo Gayosso Cepeda, hijastro de Graco Ramírez y candidato del PRD a la gubernatura de Morelos, informó que su voto será para AMLO, no para Ricardo Anaya.En paralelo se registran cargadas colectivas en distintas partes del país. Esta semana veremos muchos movimientos. Todos quieren subirse al AMLObús antes de que arranque.
GM desafía a Trump
Al final de la pesadilla en que Trump está convirtiendo la economía, se impondrán los intereses de empresas y consumidores. El sueño Primero América sólo es eso, un sueño. No puede existir un país autárquico que produzca 100 por ciento de lo que consume. Necesita importar y exportar. General Motors anunció que sigue adelante con su plan de fabricar el vehículo Chevrolet Blazer en México, a pesar de las críticas (ya son amenazas) de Trump. Seguimos comprometidos en trabajar con el gobierno para un TLCAN modernizado, dijo el portavoz de GM, Pat Morrissey, quien agregó que la decisión se tomó hace años. Si llegara a aplicar el arancel sobre la importación de automóviles, los perjudicados serían también las empresas y los automovilistas.
Mujeres al volante
Las mujeres de Arabia Saudita manejaron automóviles este domingo por primera vez en la historia. La ley se los prohibía. Ya podrán llevar a los niños al colegio, tarea que antes sólo podían realizar los varones de la familia.

Esta es la última columneta que se publicará antes del domingo 1° de julio. En esa fecha los mexicanos tomaremos una decisión que, para mí, no se circunscribe a un breve e insuficiente cambio del color partidario que, durante un exiguo sexenio, encabece el gobierno de la República, entre 2018 y 2024.
Alternancia de dos partidos, históricamente antagónicos, ya la tuvimos. Sus diferencias a partir del surgimiento del segundo, en 1939, parecían insalvables.
Nomenclatura (PRI, tres. PAN, una)
Declaración de principios. PRI: separación Estado-iglesias, laicidad, nacionalismo, educación racional. Propiedad originaria de la nación sobre tierras, aguas, mar territorial, espacio aéreo y riquezas del subsuelo. Leyes protectoras de los trabajadores del campo y las ciudades. Acceso a los bienes culturales y una inclinación (decreciente, ciertamente) por los pueblos originarios. (Alguien recuerda a don Genaro V. Vásquez: Al indio hay que darle la razón aunque no la tenga.) En 1938, la Revolución todavía estaba en el gobierno.
PAN: como en los orígenes, la religión católica sería la única oficialmente aceptada, sin tolerancia de ninguna otra. (Elementos Constitucionales de López Rayón y Los Sentimientos de la Nación, de Morelos). La propiedad privada no tendría más límite que el poder económico, político, de relaciones, complicidades y carencia de escrúpulos y honorabilidad que impidiera la acumulación desenfrenada de un patrimonio transgeneracional. Su política internacional era una y simple: fronteras abiertas al capital extranjero y plena predisposición para que los vecinos del norte nos hicieran el favor de incluirnos, como otra luminosa estrella de su bandera. La educación, para que en verdad lo fuera, estaría dedicada a promover la sumisión, el oscurantismo, la desigualdad a que inevitablemente nos condenan los libros sacros y la más laxa aplicación del derecho natural. ¿Derechos humanos? ¡Por favor! ¿Los humanos con derechos? No, con obligaciones, grilletes y lo increíble: dotados de todos los órganos para realizar las funciones sexuales naturales e imprescindibles para ser felices, pero con la enfermiza condena de que si los usabas por amor, deseo y con libertad, cometías un pecado (peor que un delito) y te podías condenar para siempre.
Las promesas que se escuchan en las campañas electorales alcanzan niveles de ensueño, pero en algunos casos trascienden ese nivel, y por mucho. Un caso concreto se registró el pasado sábado en Veracruz, cuando, para tranquilidad de los mexicanos desmemoriados, el candidato José Antonio Meade prometió hacer exactamente lo que no pudo como secretario de Energía y de Hacienda, en el sexenio calderonista, y en este último puesto en el gobierno de Peña Nieto.
Resulta que el candidato del tricolor prometió no dejar solo a Pemex ante el problema del huachicoleo, y ofreció que de llegar a Los Pinos la empresa productiva del Estado habrá de contar con la presencia de fuerzas armadas, de seguridad pública, del Servicio de Administración Tributaria y de la Unidad de Inteligencia Financiera para que el huachicoleo se resuelva reconociendo la responsabilidad que tenemos todos de salvaguardarla, a sus trabajadores y sus instalaciones.
Espléndido, pero la promesa de José Antonio Meade no es más que un refrito del compromiso que en 2003 hiciera Vicente Fox como inquilino de Los Pinos, que refrendaron e incumplieron desde la misma posición, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, con idénticos resultados.
Y tan incumplida ha sido la promesa que a estas alturas el huachicoleo representa un jugoso negocio de 30 mil millones de pesos anuales, de acuerdo con los cálculos más conservadores, copeteado con creciente corrupción pública-privada que lo permite y estimula.
Como Secretario de Energía del calderonato (7 de enero de 2011-9 de septiembre de 2011), Meade (también presidente del consejo de administración de Pemex) estaba obligado a combatir el robo de combustibles y el mercado ilícito derivado de la ordeña, pero, en los hechos, durante dicho lapso el hurto se incrementó 52 por ciento, respecto del registro de 2010.
De acuerdo con la tercia de estrategias integrales puestas en marcha por los citados tres tristes inquilinos de Los Pinos, la Secretaría de Energía debía coordinarse con las de la Defensa Nacional, Marina y Hacienda, más PGR y Pemex, para combatirel robo de combustible y desmantelar las bandas delictivas dedicadas a este jugoso negocio.
Tres estrategias integrales, y en los hechos, las tomas clandestinas han crecido de forma exponencial, el voluminoso robo de combustibles es el pan de todos los días y las bandas dedicadas a estos menesteres han incrementado sustancialmente su poder económico y organizativo.
Desde Energía, con todas las herramientas del Estado, Meade no pudo con los huachicoleros. Aun así, Calderón le dio una segunda oportunidad como titular de Hacienda (9 de septiembre de 2011-30 de noviembre de 2012), periodo en el que debió coordinarse con las dependencias consideradas en la estrategia integral. Sin embargo, las tomas clandestinas y el negocio del robo de combustibles se mantuvieron en jauja (el secretario de Hacienda también forma parte del consejo de administración de Pemex).
Peña Nieto dio una tercera oportunidad a Meade para que demostrara sus habilidades y alcances en el combate al robo de combustibles. Lo nombró titular de Hacienda (7 de septiembre de 2016-27 de noviembre de 2017). ¿Qué sucedió? Por tercera ocasión no pudo con los huachicoleros. De hecho, en el periodo que, por segunda ocasión, ocupó la oficina principal de Hacienda el número de tomas clandestinas se incrementó a más de 10 mil, contra mil 400 en su primera estancia en Hacienda (2011).
Sólo a partir de que un nuevo gobierno democrático, honesto y sin compromisos salvo con México y su población llegue al poder, las palabras mayores de la ciencia económica volverán a tener sentido. Desarrollo, equidad, distribución, crecimiento, equilibrio, seguridad económica, inclusión social,... Estado rector, son términos y principios fundamentales – hoy relegados a la vacuidad, despreciados por el poder y cancelados en la práctica – que habrán de cobrar vigencia y direccionalidad.
Distribución del ingreso
La clave distintiva de un gobierno está en la forma en que orienta la distribución de la riqueza (ingreso) que cotidianamente genera una economía por la conjunción del trabajo humano y el capital en primera instancia; en segunda por la forma en que grava a ambos segmentos para constituir la masa fiscal; y en tercera por el uso que da a esos recursos.
• Sobre el primer elemento, la distribución, es bien sabido que la política neoliberal es de naturaleza regresiva, concentradora del ingreso y la riqueza a favor del capital, y dentro de éste, en torno al capital corporativo-financiero, que en la población es el famoso 1.0%
En 2016, la remuneración a los asalariados (el trabajo) sólo representó el 26.7% del Producto Interno Bruto (PIB), un 25% menos que en 1981 (año previo a la irrupción neoliberal). Este abatimiento del valor del trabajo (vía contención y erosión salarial, desempleo, informalidad y automatización) fue desde luego transferido a favor del capital, que para 2016 acaparó el 66.4% del PIB (Gráfico 4).
Con el torbellino de escándalos políticos, el secuestro de niños y el ruido incesante provocado por el régimen de Trump, pocos se fijaron en la presentación de un informe que documenta cómo el país más rico en la historia es ahora el más desigual, con el mayor índice de pobreza del llamado mundo avanzado.
El pasado viernes, el relator especial sobre pobreza extrema de la ONU, Philip Alston, presentó su informe sobre Estados Unidos ante el Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra, donde documentó la existencia de 40 millones de pobres (18.5 millones de éstos en pobreza extrema) y que desde 1980 el ingreso promedio de la mitad más pobre de la población se había estancado, mientras el del 1 por ciento se había disparado a niveles récord.
El informe detalla manifestaciones de esta desigualdad, por ejemplo, que la tasa de mortalidad infantil es las más alta del mundo avanzado, las tasas de mortalidad entre afroestadunidenses han llegado a casi el doble de los de Tailandia, 18 por ciento de los niños viven en la pobreza, o que un bebé nacido en China hoy tiene expectativa de vida más larga y saludable que sus pares en Estados Unidos.


Las elecciones que se realizarán dentro de siete días serán las más importantes y complicadas que se hayan llevado a cabo en México en muchos años, no sólo por el número de votantes y de puestos de elección popular que estarán en juego, sino también por el marcado contraste de las propuestas, por la carencia de credibilidad de las instituciones, dado el clima de violencia que impera en el país y por lo que implicarán, sea cual sea el resultado, para el futuro inmediato de la vida republicana.

Critican uso electorero del tema de la trata
Como feministas repudiamos el uso electorero del grave problema de la trata de personas en Ciudad de México. El candidato del PRI, Mikel Arriola, sin propuestas para respetar los derechos humanos de las mujeres hace acusaciones sin fundamento. Debería empezar por Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, del que fueron públicas las pruebas de abuso sexual cobijado por el poder de ese partido político. Respaldamos a José Alfonso Suárez del Real, comprometido con los derechos humanos y culturales con honestidad y congruencia.

La repulsa mundial que causó la política del presidente de Estados Unidos al separar a los menores de sus padres tuvo eco y, de nuevo, debió recular de otra torpe decisión. Ahora para bien, mediante un decreto que suspende tan cruel política. Ro­deado de legisladores republicanos, resaltó su negativa a separar a las familias y agregó la compasión que sentía por ellas. Pero la compasión no du­ró mucho, cuando en el mismo discurso subrayó que EU no podía ser invadido por toda clase de criminales que amenazan con erosionar sus valores. Al margen de sus digresiones, lo que no está claro es cómo el decreto hará menos difícil la vida de los migrantes y cómo más de 2 mil niños serán reunificados con sus familias. Como tantos de sus decretos, este es confuso y deja amplio margen discrecional a quienes lo aplican. Una posibilidad, señala el decreto, es que a las familias se les interne en bases militares o en albergues, mientras se celebran los juicios para deportarlas o concederles asilo en el caso de los que huyen de la violencia. Pero, ¿y las familias que huyen de la pobreza?
¿Significa también que está a la vista un nuevo México? Tal vez no sea tan radical, pero el país entrará en una nueva etapa de su historia, que la gran mayoría esperamos que sea para bien. Que Andrés Manuel López Obrador cumpla con buena dosis de sus compromisos, y que sus adversarios no se empeñen en echar por tierra lo que ya se ha expresado como voluntad mayoritaria del pueblo: que Andrés Manuel, desde la Presidencia de la República, se aproxime al sueño de muchos mexicanos, es decir, constituir un país más justo (sin los actuales extremos de pobreza y riqueza), menos corrupto (un servicio público más limpio y menos tramposo), en el que prevalezca el orden del derecho (no su negación a fuerza de engaños y billetes), en que el desarrollo económico sea efectivo (en beneficio de los pobres), y en el que pueda haber un trabajo honesto (especialmente para los jóvenes).
El tema de la privatización del agua se escucha de tiempo atrás. Hay grupos organizados para defenderla; pueblos y comunidades a lo largo del territorio nacional se preparan a evitar se las quiten; ­se discute sobre el tema desde hace ya 10 o 15 años y hay profetas apocalípticos que dicen que la próxima guerra mundial será por el agua.
Donald Trump ha decidido su política migratoria, que gira en torno a castigar a niños separándolos de sus padres que intentan buscar asilo en Estados Unidos para, supuestamente, desincentivar a otros posibles migrantes, ya que, en eso tiene razón, sufrirían la misma sanción aterradora. El presidente de Estados Unidos, para seguir justificando su deleznable proceder, no tiene el mínimo rubor en inventarse situaciones que son absolutamente falsas, como que “los niños no pertenecen a esas familias; que son utilizdos como escudos para introducirse en Estados Unidos; que los migrantes son criminales atroces; que no quiere que Estados Unidos siga la suerte de Alemania, donde –debido a la política de asilo llevada a cabo por Angela Merkel– los índices de criminalidad se han incrementado; que simplemente están aplicando la ley, etcétera”.
Roberto Ramírez de la Parra preside la Comisión Nacional del Agua. Antes fue subdirector jurídico de la misma. Es abogado por la Escuela Libre de Derecho y tiene una maestría en Business Administration por la Universidad de Phoenix, Estados Unidos.
El crédito es un instrumento para generar y asignar los recursos que se destinen a la inversión productiva y al consumo. No depende del ahorro o los depósitos que los individuos y las empresas colocan en los bancos. Es, esencialmente, una creación de las instituciones financieras; la cantidad puede regularse en un sistema complejo por medio de la política monetaria.
Qué aturdimiento. Qué bruto. Nos habían bombardeado, gaseado, rafagueado, embarrado, salpicado, escupido, gritado, payaseado, halagado y criminalizado tanto que nos alivió que todo hubiera pasado. Enfrentábamos la cruda y lo que le sigue. La mayoría ni piyama nos alcanzamos a poner la noche anterior, y el síntoma más compartido a la hora de intercambiar impresiones matinales era ese agudo clavazón de una moneda de canto en cada sien tratando de taladrarnos el cráneo. ¡Y la luz! Cuánta, uta, pérense, oye, Chula, ¿bajas las persianas, plis? Mi reino por un rato más de penumbra.

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