6/27/2018

Las opciones de AMLO para formar gobierno

 (Artículo)
El jurista Rogelio Muñiz Toledo plantea que, si gana, López Obrador deberá elegir entre presidencia rígida o coalición.
Foto: Cuartoscuro

Por Rogelio Muñiz Toledo*
El altamente probable triunfo de Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial sería la tercera alternancia en la transición y la oportunidad para lograr los cambios del régimen político y del modelo de desarrollo económico.
López Obrador sería el presidente con la mayor legitimidad desde que hay elecciones razonablemente auténticas y medianamente equitativas en México, no solo porque su triunfo sería incuestionable, sino porque tendría en torno a él un amplio consenso sobre el impostergable cambio de régimen.
De conformidad con las nuevas reglas del sistema presidencial, incorporadas al texto constitucional en 2014, habría tres posibles escenarios para que López Obrador conformara su gobierno.
En un primer escenario, podría optar por formar su gobierno sobre la base del sistema presidencial rígido, en el que el poder se concentra en el titular del Poder Ejecutivo. Este sería el escenario más probable si ganara por un amplio margen y/o alcanzara la mayoría absoluta en al menos una de las cámaras del Congreso de la Unión, sobre todo si es en la de Diputados, porque en esas condiciones tendría pocos incentivos para optar por un gobierno de coalición que le significaría perder el control sobre su programa de gobierno, al tener que negociar su contenido con los partidos coaligados, y ceder parte del gabinete a éstos, para lograr una coalición mayoritaria en el Senado que aprobara el programa y ratificara el gabinete del gobierno de coalición.
Si no obtuviera la mayoría absoluta en ninguna de las cámaras, pero lograra los consensos sobre temas estratégicos del cambio del régimen político, también podría optar por esta vía, apoyado en su amplia legitimidad, sobre todo si al inicio de la próxima legislatura construye los acuerdos parlamentarios para garantizar las mayorías que requeriría para la formación y el inicio de su gobierno.
Este primer escenario requeriría lograr acuerdos con las oposiciones para garantizar condiciones de gobernabilidad, entre otras razones, porque necesitaría construir las mayorías para la aprobación del presupuesto y de la legislación indispensable para ejecutar su programa de gobierno y porque a partir de diciembre de 2018 el presidente de la República no podrá nombrar libremente a tres de sus secretarios de Estado. Por mandato constitucional (artículos 74 fracción III y 76 fracción II), si el titular del Poder Ejecutivo no opta por el gobierno de coalición, el secretario de Hacienda deberá ser ratificado por la Cámara de Diputados y los de Relaciones Exteriores y de la Función Pública por el Senado.

Un segundo escenario sería que formara un gobierno de coalición desde el inicio de su administración. Los incentivos para optar por esta vía son bajos para un presidente con un alto nivel de legitimidad y con un considerable número de legisladores en ambas cámaras, aunque no tenga la mayoría absoluta en ninguna de ellas, pero pueden ser lo suficientemente poderosos si al inicio de la legislatura no lograra los acuerdos para garantizar la conformación de su gobierno y las condiciones de gobernabilidad necesarias para implementar su programa de gobierno.
La decisión dependería del balance del costo-beneficio de ambas alternativas: compartir el gobierno con la oposición a cambio de contar con mayorías estables en el Congreso versus construir condiciones de gobernabilidad, con una negociación eficaz en el Legislativo, sin necesidad de compartir el gobierno pero sin mayorías aseguradas.
No debiera descartarse la posibilidad de que, si no tuviera mayoría absoluta en ninguna de las cámaras, las oposiciones pudieran intentar generar las condiciones para que los incentivos se alinearan en favor de la opción del gobierno de coalición.
Un tercer escenario sería que optara por iniciar su gobierno bajo el modelo del sistema presidencial rígido, pero sin descartar la posibilidad de formar un gobierno de coalición en algún momento de la primera mitad de su sexenio, sobre todo si las negociaciones para garantizar la gobernabilidad no son exitosas en el primer año de su administración; o que fuera por el gobierno de coalición en la segunda parte de su periodo de gobierno, si en la elecciones intermedias no consigue la mayoría en la Cámara de Diputados.
*Abogado, consultor electoral @RogelioMunizT

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