Julio Hernández López: Astillero
El legítimo derecho a la protesta cívica se ejercerá hoy en todo el país, marcadamente en la ciudad de México, para mostrar al felipismo desquiciado el grado de oposición que han generado sus políticas de exterminio laboral selectivo. No es solamente el interés de los electricistas afectados el que se defenderá, sino el de los trabajadores en general y, más ampliamente, el de todos quienes consideran que es necesario frenar los actos irracionales de poder del calderonismo que, de no ser confrontados oportunamente por la sociedad, acabarán por liquidar todos los derechos y garantías, concentrando e incentivando apetitos dictatoriales en una facción política derrotada en tantos planos que hoy solamente le quedan como recursos el uso de la fuerza jurídica trampeada y la tentación de las represiones provocadas.
Las movilizaciones convocadas para hoy tendrán, además, la posibilidad de demostrar que con imaginación y responsabilidad es necesario llevar la protesta social hacia planos menos ortodoxos, visto como está que el felipismo en particular, y el sistema político vigente en lo general, se han especializado en ignorar administrativamente la queja cívica y en deformarla mediante el uso perverso de ciertos medios de comunicación masiva. Hoy, como ha sucedido otras veces en más de tres años, las calles de la ciudad de México podrán convertirse en ríos de protesta, y la principal plaza pública del país podrá ser insuficiente para dar cabida a quienes se oponen a las políticas del calderonismo, pero es muy probable que, como ha sucedido en este lapso oscuro con otras manifestaciones parecidas, nada suceda más que la invención de otras formas de engaño desde el poder y el fortalecimiento de las posiciones de quienes usurpan, manipulan y dañan.
La paz social del país se ha fincado, hasta ahora, en el prudente manejo que ha tenido el principal movimiento de oposición, el del lopezobradorismo que ha transitado por los planos electoral y petrolero con una tersura operativa que en el fondo ha permitido que se consoliden aquellos intereses y personajes oratoriamente combatidos. Hoy, ese mismo movimiento de resistencia pacífica converge con una insurrección laboral que no tiene como objetivo las urnas ni posicionamientos a futuro. Con esa visión distinta, las acciones de este día serán dirigidas con responsabilidad pero sin titubeos a objetivos institucionales que serán tomados, copados o confrontados por un movimiento social que por primera vez, en la terrible historia del calderonismo agresor, se plantea la posibilidad de subir el grado de protesta, muy por debajo del nivel de agravio recibido por ese gremio y por la sociedad, pero muy por encima de lo que hasta ahora ha sido permitido por la cúpula de la resistencia tradicional.
El paso que darán los electricistas y el segmento social que les es solidario estará acompañado de la natural vigilancia reactiva de los órganos del Estado que saben las consecuencias que una movilización retadora y diferente puede significar para los intereses de la facción en el poder. Los recursos subterráneos del aparato estatal, sobre todo la provocación infiltrada, serán puestos en juego para tratar de que se tropiece escandalosamente la protesta masiva de hoy y las autoridades formales tengan pretexto para la represión física y mediática. Por ello es importante que se dé una combinación de inteligencia y valor, de responsabilidad y audacia, de innovación y cuidado. La de hoy será la más importante manifestación de protesta contra el calderonismo y sería un desperdicio histórico echarla a perder por aceleres e inconsciencia.
SAN LÁZARO. Francisco Hernández Juárez, del PRD, conversa con la legisladora del PRI, Beatriz Paredes Rangel, ayer, durante la sesión ordinaria de la Cámara de DiputadosFoto Francisco Olvera
Felipe futbolero se dedica mientras tanto a rodar el balón. Va a Pachuca a hacer faramalla para pagar la visita del jefe mundial del negocio balompédico (o sea, del balompié: mal pensados, absténganse, pero sin ser totalmente abstemios). Él en la cascarita política mientras PRI, PAN y PRD (tres partidos distintos y un solo Manlio verdadero) acuerdan en el Senado que a partir del primer trimestre del año en puerta iniciarán las discusiones formales para desembocar en la gran reforma fiscal que el entrenador Beltrones ya había anunciado días atrás. Otros jugadores se mueven por la libre. Ya antes un subsecretario de la Sagarpa, apellidado Jones Jones, había puesto de ejemplo empresarial a los narcotraficantes, y ahora el coordinador general de Inteligencia para la Prevención del Delito de la Policía Federal, Luis Cárdenas Palomino, produjo esta otra jugada de fantasía, al participar en un congreso en Boca del Río, Veracruz: Ellos, los narcos, les han ofrecido trabajo y oportunidades y un sentido de identidad que nosotros como sociedad no les pudimos dar, les han ofrecido una dignidad que nosotros, al bolero, a la gente, tampoco se las dimos, les han ofrecido algo que es lo más grave: la oportunidad de una revancha social que es verdaderamente algo grave.
Y luego ha asegundado el presunto defensa central, Arturo Chávez (un fantasma que merodea por la PGR asegurando que él es el titular), al aventarse un párrafo de antología: El combate a la delincuencia e inseguridad es una tarea a cargo de las instituciones del Estado, si ésta no genera los resultados que esperan los ciudadanos, entonces habrá que pensar en alternativas, incluso en proponer los cambios legislativos que sean necesarios. Gulp: ¿como qué alternativas podrían considerarse si, como salta a la vista, no han dado resultado las operaciones militarizadas de combate al narcotráfico? ¿Estado de sitio, sustitución de civiles? Lo bueno es que, en seguida, el licenciado Chávez o no Chávez se puso poético, al esbozar el futuro imposible: No tenemos duda, la seguridad plena se alcanzará cuando cada mexicano tome la decisión íntima de respetarse a sí mismo, respetando al otro, cuando cada persona abrace los valores esenciales de la convivencia. Chin. O sea que...
Y, mientras hoy apagamos luces de 19.30 a 21.30, ¡hasta mañana, en esta columna caminante!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
En 1968 la Cámara de Diputados, entonces liderada por el locutor Luis M. Farías, dio la espalda a la rebelión juvenil y aplaudió al presidente Díaz Ordaz cuando mandó la fuerza pública a desarticular sangrientamente su movimiento. Fue aquella cámara priísta la que se lanzó contra el rector Javier Barros Sierra. Gente menor, los llamó con desprecio el ilustre universitario. Hoy no saben qué hacer ante el movimiento popular que está arropando al SME. El sindicato ha solicitado a los diputados que promuevan una controversia constitucional contra la decisión de Felipe Calderón que extinguió a LFC, pero después de numerosas reuniones no se ponen de acuerdo. El PRI busca consensos para que sin que se polarice una votación en el pleno podamos ver si llegamos a una decisión de consenso que nos dé salida a todos; se ve difícil, trabajamos en ello, porque es un tema de definición y técnico, dice Alfonso Navarrete Prida, presidente del grupo encargado de analizar la viabilidad de presentar este recurso jurídico. Hay cinco argumentos a favor y cinco en contra que versan sobre si se violó (sic) o no, por parte del Ejecutivo, facultades de la cámara y si por otro lado el gobierno federal tenía facultades propias para decretar la extinción de la empresa, agrega. Anda hecho bolas. En realidad sólo hay un argumento: el PRI no apoyará a los electricistas, como tampoco lo hizo con los universitarios del 68.
Banorte: los impuestos
¿Se puede ser una gran empresa y pagar impuestos como cualquier ciudadano? Grupo Financiero Banorte opina que sí. Alejandro Valenzuela, su director general, informa que el grupo paga –en 2009– la tasa más alta de 28%, y además cubre la participación de utilidades a sus trabajadores. En 2008 pagó por concepto de ISR y PTU una tasa efectiva de 34.68 %. Valenzuela recordó que la ley del ISR estipula que las empresas integrantes del sistema financiero nacional no están contempladas por el régimen de consolidación fiscal. Señaló que ir al corriente con el pago de impuestos es una política dictada por el presidente del consejo de administración, Roberto González Barrera. Participó en la cumbre de negocios realizada en el municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, una iniciativa de Miguel Alemán Velasco que concluyó ayer.
Suegro incómodo
El presidente de la Asociación Nacional de Consejos de Participación Cívica, Marcos Fastlicht, fue a Veracruz y dijo que el gobierno, preocupado más a lo largo de los años en coptar y reprimir la libertad de expresión, no es el aliado natural de los medios de comunicación, sino la sociedad civil organizada. ¿Y quién es el señor Fastlicht? Pues ni más ni menos que el suegro de Emilio III. ¿Qué andarán mal las cosas con el yerno? El joven heredero va en su segundo matrimonio.
Banorte: los impuestos
¿Se puede ser una gran empresa y pagar impuestos como cualquier ciudadano? Grupo Financiero Banorte opina que sí. Alejandro Valenzuela, su director general, informa que el grupo paga –en 2009– la tasa más alta de 28%, y además cubre la participación de utilidades a sus trabajadores. En 2008 pagó por concepto de ISR y PTU una tasa efectiva de 34.68 %. Valenzuela recordó que la ley del ISR estipula que las empresas integrantes del sistema financiero nacional no están contempladas por el régimen de consolidación fiscal. Señaló que ir al corriente con el pago de impuestos es una política dictada por el presidente del consejo de administración, Roberto González Barrera. Participó en la cumbre de negocios realizada en el municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, una iniciativa de Miguel Alemán Velasco que concluyó ayer.
Suegro incómodo
El presidente de la Asociación Nacional de Consejos de Participación Cívica, Marcos Fastlicht, fue a Veracruz y dijo que el gobierno, preocupado más a lo largo de los años en coptar y reprimir la libertad de expresión, no es el aliado natural de los medios de comunicación, sino la sociedad civil organizada. ¿Y quién es el señor Fastlicht? Pues ni más ni menos que el suegro de Emilio III. ¿Qué andarán mal las cosas con el yerno? El joven heredero va en su segundo matrimonio.
En vísperas de la publicación anual Perspectiva Mundial de Energía, de la muy controvertida Agencia Internacional de Energía (AIE) –una creación de Henry Kissinger en la década de los 70 para combatir a la OPEP en favor de la curva de la demanda de los países industrializados con el fin de maniatar la oferta del oro negro–, pues nada menos que Terry Macalister, del rotativo británico The Guardian (9.11.09), muy cercano al gobierno neolaborista de Gordon Brown, revela en forma exclusiva cómo las principales (sic) cifras del petróleo fueron distorsionadas por presión (¡súper sic!) de EU, según confesiones de un alto funcionario de la AIE, quien conserva el anonimato (el viejo truco de la perfidia británica).
En fechas recientes, en el disputado rubro de los hidrocarburos a escala global han sucedido tras bambalinas querellas intensas entre el gobierno de Brown y la administración de Barack Obama, como aconteció en el caso específico del mayúsculo arreglo sobre el gas norafricano entre el gobierno laborista británico y el régimen libio de Muamar Kadafi, supuestamente un promotor del terrorismo islámico, de acuerdo con la prensa anglosajona, que se tuvo que tragar humillantemente sus descalificaciones perentorias.
Sea lo que fuere, la batalla planetaria por el control de los hidrocarburos se ha intensificado –básicamente, entre sus dos principales solicitantes apremiantes: EU y China–, cuando el petróleo convencional (de fácil acceso) ha disminuido en forma dramática –no así el superabundante petróleo no convencional, de alto costo para su extracción– frente a la creciente demanda global que ha llevado su cotización, a nuestro juicio muy barata (dada la devaluación abrupta del dólar), a 80 dólares el barril, que va que vuela a los tres dígitos.
En este contexto de patadas bajo la mesa entre EU y Gran Bretaña, los añejos controladores del oro negro en todo el siglo XX, por el que sus trasnacionales perpetraron todos los crímenes habidos y por haber, Macalister hace explotar la bomba sobre la desinformación deliberada de las cifras de los hidrocarburos por la AIE a instancias de EU.
Un soplón de la AIE, quien solamente encontró en el mundo a Macalister, reportero de The Guardian, para difundir su confesión estratégica (apostamos que ha de ser un británico que trabaja para la AIE), reveló que el mundo se encuentra más cerca de la extinción del petróleo de lo que sus estimaciones (sic) oficiales admiten. La imputación del soplón es brutal: la AIE subestimó deliberadamente (¡súper sic!) la inminente carestía por temor (sic) a desencadenar compras de pánico.
En la coyuntura presente del incipiente nuevo orden multipolar, ¿no existe, entonces, el cacareado mercado de la oferta y la demanda? ¿A qué plaza financiera anglosajona –quizá, para paliar sus enormes pérdidas especulativas– le conviene hacer explotar ahora el precio del barril del petróleo?
En fechas recientes, en el disputado rubro de los hidrocarburos a escala global han sucedido tras bambalinas querellas intensas entre el gobierno de Brown y la administración de Barack Obama, como aconteció en el caso específico del mayúsculo arreglo sobre el gas norafricano entre el gobierno laborista británico y el régimen libio de Muamar Kadafi, supuestamente un promotor del terrorismo islámico, de acuerdo con la prensa anglosajona, que se tuvo que tragar humillantemente sus descalificaciones perentorias.
Sea lo que fuere, la batalla planetaria por el control de los hidrocarburos se ha intensificado –básicamente, entre sus dos principales solicitantes apremiantes: EU y China–, cuando el petróleo convencional (de fácil acceso) ha disminuido en forma dramática –no así el superabundante petróleo no convencional, de alto costo para su extracción– frente a la creciente demanda global que ha llevado su cotización, a nuestro juicio muy barata (dada la devaluación abrupta del dólar), a 80 dólares el barril, que va que vuela a los tres dígitos.
En este contexto de patadas bajo la mesa entre EU y Gran Bretaña, los añejos controladores del oro negro en todo el siglo XX, por el que sus trasnacionales perpetraron todos los crímenes habidos y por haber, Macalister hace explotar la bomba sobre la desinformación deliberada de las cifras de los hidrocarburos por la AIE a instancias de EU.
Un soplón de la AIE, quien solamente encontró en el mundo a Macalister, reportero de The Guardian, para difundir su confesión estratégica (apostamos que ha de ser un británico que trabaja para la AIE), reveló que el mundo se encuentra más cerca de la extinción del petróleo de lo que sus estimaciones (sic) oficiales admiten. La imputación del soplón es brutal: la AIE subestimó deliberadamente (¡súper sic!) la inminente carestía por temor (sic) a desencadenar compras de pánico.
En la coyuntura presente del incipiente nuevo orden multipolar, ¿no existe, entonces, el cacareado mercado de la oferta y la demanda? ¿A qué plaza financiera anglosajona –quizá, para paliar sus enormes pérdidas especulativas– le conviene hacer explotar ahora el precio del barril del petróleo?
De nueva cuenta Tabasco fue borrado temporalmente del mapa a causa de las inundaciones. Una vez más, esta entidad registra cientos de miles de damnificados, millones de hectáreas de cultivo anegadas, miles de cabezas de ganado perdidas, daños materiales incalculables y la destrucción abarca prácticamente 100 por ciento de su territorio (gobernador Granier dixit), mientras la lerda Secretaría de Gobernación, a pesar de lo obvio, evaluaba declarar el estado de emergencia en la entidad, lo que finalmente hizo ayer de forma parcial, cuando ya no hay mucho que evitar y sí demasiado que reconstruir.
Como sucede prácticamente cada año, parche sobre parche, pendientes quedaron las obras hidráulicas que permitirían evitar el anegamiento de la entidad, y como siempre pasa algo que las retrasa, Tabasco de nueva cuenta está bajo el agua en espera, otra vez, de que las autoridades federales entreguen ayuda suficiente. De acuerdo con la primera evaluación del gobierno estatal, se registran alrededor de 200 mil damnificados por las intensas lluvias que azotan a la entidad; se han destruido todas las cosechas de caña de azúcar, arroz, cítricos, miles de cabezas de ganado; hasta el momento hay 3 muertos y decenas de comunidades todavía incomunicadas por los altos niveles agua; es urgente la ayuda alimentaria para todos los afectados y sobre todo para que, una vez que comienza a bajar el nivel de inundación, poder evitar la aparición de enfermedades.
La tragedia es recurrente, pero una vez superada la emergencia, todo vuelve a su cauce, es decir, nadie hace nada para evitar otra inundación. Justo un bienio atrás en este mismo espacio comentamos que los avisos han sido muchos, pero todos desoídos. Con base en parches y muchos discursos, los gobiernos federal y estatal, con sus gerentes en turno, han tratado de solucionar el problema, y el resultado ha sido que cada que Tabasco registra el impacto de un fenómeno natural el desastre es mayor, hasta llegar a la más reciente devastación (2007), con 50 por ciento de la población afectada y/o damnificada, la infraestructura económica colapsada y las autoridades entregando cajitas de despensa, como siempre.
Decíamos en aquel momento que no es necesario recurrir a la cartomancia para advertir que lo que hoy vive Tabasco y su gente volverá a suceder, si finalmente no se toman decisiones y acciones reales e integrales para evitar el permanente naufragio del estado y su población, porque con discursos y despensas nunca se resolverá. Pasan los años y se exacerba el daño y la irritación social, y las autoridades siempre se sorprenden, pero no hay como la memoria para confirmar que poco han hecho, por no decir nada, los gobiernos.
Lo anterior nos remitió a las lluvias torrenciales que azotaron Tabasco en 1999, cuyo balance de daños, mucho menores que los de 2007, presentó el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en abril de 2000 (Evaluación del impacto económico de las inundaciones ocurridas entre septiembre y octubre de 1999). De acuerdo con el reporte oficial, las lluvias de la temporada 1999 en Tabasco iniciaron a mediados del noveno mes del año y se prolongaron 77 días. A principios de octubre, las aguas de la presa Peñitas (ubicada en Chiapas, en la parte más alta del sistema hidrológico de Tabasco), habían sobrepasado el nivel máximo ordinario de la misma, obligando al desalojo de gastos de hasta 2 mil 323 metros cúbicos por segundo. Debido a lo anterior, y al hecho de que los ríos habían alcanzado niveles extraordinarios, el proceso natural de desalojo hacia el mar se dificultó generando inundaciones en áreas urbanas, suburbanas y de uso agropecuario. El estancamiento de las aguas por tan prolongado tiempo ocasionó pérdidas importantes en la infraestructura económica y social, así como en los sectores productivos del estado, al haberse detenido o entorpecido sus actividades y trastornado la vida de importantes segmentos de la población.
Ese año las pérdidas económicas superaron los 2 mil 500 millones de pesos (20 veces menos que las estimadas en 2007), equivalentes a 23 por ciento de los recursos asignados en 1999 por el gobierno estatal para inversión y desarrollo de la entidad. En términos de producción petrolera el desastre fue equivalente a perder los recursos de 303 días de extracción (en aquel entonces la producción de Tabasco se acercaba a 550 mil barriles diarios, con un precio estimado en 15 dólares por barril). Los sectores con mayores afectaciones fueron vivienda, agua y saneamiento, ganadería, transporte y comunicaciones e industria manufacturera. También tuvieron importantes efectos en la producción agrícola, comercio y cuidado de la salud.
Ocho años después, en 2007, el daño económico se multiplicó por 20, en espera del siguiente fenómeno natural y en medio de discursos, muchos discursos. Setenta por ciento del territorio estatal se inundó, según estimaciones gubernamentales, y en unos cuantos días alrededor de la mitad del producto interno bruto tabasqueño se lo tragó el agua, producto de la inundación, la falta de prevención, los diques mal construidos y las corruptelas entre autoridades y empresas constructoras involucradas.
Apenas un par de años después de aquella tragedia, de nueva cuenta Tabasco está bajo el agua al 100 por ciento (Granier dixit), y hoy, como en 2007, en 1999 y en tantas otras ocasiones, las obras hidráulicas que evitarían las inundaciones y protegerían a la población brillan por su ausencia, en espera de la siguiente tragedia en una entidad en la que, a pesar del petróleo –que no se incorpora a las cuentas estatales–, el producto interno bruto es uno de los más escuálidos de la República, inmerso en el circuito de menor desarrollo, con tasas de crecimiento inferiores a la de por sí raquítica media nacional (1.2 contra 2.2 por ciento, respectivamente), lo que implica una situación de permanente supervivencia para sus pobladores con o sin inundaciones, aunque mayormente en esta última circunstancia.
Las rebanadas del pastel
Un mes ha transcurrido desde el decretazo calderonista que extinguió Luz y Fuerza del Centro y arrasó con 45 mil empleos permanentes, para dar libre cauce al negocio privado de la fibra óptica con recursos públicos. Un largo mes en el que una juez dio el banderazo de salida para que las decisiones autoritarias sean revertidas. En vía de mientras, el SME hoy vuelve a mostrar el músculo, acompañado por 700 organizaciones solidarias.
cfvmexico_sa@hotmail.com • mexicosa@infinitum.com.mx
Como sucede prácticamente cada año, parche sobre parche, pendientes quedaron las obras hidráulicas que permitirían evitar el anegamiento de la entidad, y como siempre pasa algo que las retrasa, Tabasco de nueva cuenta está bajo el agua en espera, otra vez, de que las autoridades federales entreguen ayuda suficiente. De acuerdo con la primera evaluación del gobierno estatal, se registran alrededor de 200 mil damnificados por las intensas lluvias que azotan a la entidad; se han destruido todas las cosechas de caña de azúcar, arroz, cítricos, miles de cabezas de ganado; hasta el momento hay 3 muertos y decenas de comunidades todavía incomunicadas por los altos niveles agua; es urgente la ayuda alimentaria para todos los afectados y sobre todo para que, una vez que comienza a bajar el nivel de inundación, poder evitar la aparición de enfermedades.
La tragedia es recurrente, pero una vez superada la emergencia, todo vuelve a su cauce, es decir, nadie hace nada para evitar otra inundación. Justo un bienio atrás en este mismo espacio comentamos que los avisos han sido muchos, pero todos desoídos. Con base en parches y muchos discursos, los gobiernos federal y estatal, con sus gerentes en turno, han tratado de solucionar el problema, y el resultado ha sido que cada que Tabasco registra el impacto de un fenómeno natural el desastre es mayor, hasta llegar a la más reciente devastación (2007), con 50 por ciento de la población afectada y/o damnificada, la infraestructura económica colapsada y las autoridades entregando cajitas de despensa, como siempre.
Decíamos en aquel momento que no es necesario recurrir a la cartomancia para advertir que lo que hoy vive Tabasco y su gente volverá a suceder, si finalmente no se toman decisiones y acciones reales e integrales para evitar el permanente naufragio del estado y su población, porque con discursos y despensas nunca se resolverá. Pasan los años y se exacerba el daño y la irritación social, y las autoridades siempre se sorprenden, pero no hay como la memoria para confirmar que poco han hecho, por no decir nada, los gobiernos.
Lo anterior nos remitió a las lluvias torrenciales que azotaron Tabasco en 1999, cuyo balance de daños, mucho menores que los de 2007, presentó el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en abril de 2000 (Evaluación del impacto económico de las inundaciones ocurridas entre septiembre y octubre de 1999). De acuerdo con el reporte oficial, las lluvias de la temporada 1999 en Tabasco iniciaron a mediados del noveno mes del año y se prolongaron 77 días. A principios de octubre, las aguas de la presa Peñitas (ubicada en Chiapas, en la parte más alta del sistema hidrológico de Tabasco), habían sobrepasado el nivel máximo ordinario de la misma, obligando al desalojo de gastos de hasta 2 mil 323 metros cúbicos por segundo. Debido a lo anterior, y al hecho de que los ríos habían alcanzado niveles extraordinarios, el proceso natural de desalojo hacia el mar se dificultó generando inundaciones en áreas urbanas, suburbanas y de uso agropecuario. El estancamiento de las aguas por tan prolongado tiempo ocasionó pérdidas importantes en la infraestructura económica y social, así como en los sectores productivos del estado, al haberse detenido o entorpecido sus actividades y trastornado la vida de importantes segmentos de la población.
Ese año las pérdidas económicas superaron los 2 mil 500 millones de pesos (20 veces menos que las estimadas en 2007), equivalentes a 23 por ciento de los recursos asignados en 1999 por el gobierno estatal para inversión y desarrollo de la entidad. En términos de producción petrolera el desastre fue equivalente a perder los recursos de 303 días de extracción (en aquel entonces la producción de Tabasco se acercaba a 550 mil barriles diarios, con un precio estimado en 15 dólares por barril). Los sectores con mayores afectaciones fueron vivienda, agua y saneamiento, ganadería, transporte y comunicaciones e industria manufacturera. También tuvieron importantes efectos en la producción agrícola, comercio y cuidado de la salud.
Ocho años después, en 2007, el daño económico se multiplicó por 20, en espera del siguiente fenómeno natural y en medio de discursos, muchos discursos. Setenta por ciento del territorio estatal se inundó, según estimaciones gubernamentales, y en unos cuantos días alrededor de la mitad del producto interno bruto tabasqueño se lo tragó el agua, producto de la inundación, la falta de prevención, los diques mal construidos y las corruptelas entre autoridades y empresas constructoras involucradas.
Apenas un par de años después de aquella tragedia, de nueva cuenta Tabasco está bajo el agua al 100 por ciento (Granier dixit), y hoy, como en 2007, en 1999 y en tantas otras ocasiones, las obras hidráulicas que evitarían las inundaciones y protegerían a la población brillan por su ausencia, en espera de la siguiente tragedia en una entidad en la que, a pesar del petróleo –que no se incorpora a las cuentas estatales–, el producto interno bruto es uno de los más escuálidos de la República, inmerso en el circuito de menor desarrollo, con tasas de crecimiento inferiores a la de por sí raquítica media nacional (1.2 contra 2.2 por ciento, respectivamente), lo que implica una situación de permanente supervivencia para sus pobladores con o sin inundaciones, aunque mayormente en esta última circunstancia.
Las rebanadas del pastel
Un mes ha transcurrido desde el decretazo calderonista que extinguió Luz y Fuerza del Centro y arrasó con 45 mil empleos permanentes, para dar libre cauce al negocio privado de la fibra óptica con recursos públicos. Un largo mes en el que una juez dio el banderazo de salida para que las decisiones autoritarias sean revertidas. En vía de mientras, el SME hoy vuelve a mostrar el músculo, acompañado por 700 organizaciones solidarias.
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Una madre anciana desaparece. La caja de Pandora, de la realizadora turca Yesim Ustaoglu, es una mirada realista, con fuertes tintes poéticos, a la crisis existencial que desata en tres hermanos la súbita desaparición de su madre, y el reconocimiento una vez encontrada de que la mujer autoritaria y seca con la que habían perdido contacto padece la enfermedad de Alzheimer. El progresivo deterioro de las facultades mentales de la mujer en apariencia caprichosa y tiránica (estupenda Tsilla Chelton), su naufragio en un estado de demencia senil y su condición de dependencia física absoluta, obliga a las dos hermanas, Nesrin (Derya Alabora) y Guzin (Ovul Avkiran), y a Mehmet (Osman Sonant), el hermano distante, a tejer, no sin dificultades, nuevos vínculos afectivos. La empresa no es fácil y a lo largo de la cinta el espectador asiste a una acumulación de reproches mutuos, expresión abierta de recelos y rivalidades, pero también a momentos emotivos en los que un personaje reconoce, en el espejo del otro, su propia fragilidad moral y el peso de la soledad. La situación de la madre, descrita con realismo casi clínico por la directora, e interpretada con soberbia por la actriz nonagenaria, se vuelve el catalizador de una crisis familiar que estalla luego de haber permanecido soterrada por largos años. Es éste el sentido del título del filme, esa caja de Pandora de una familia disfuncional (marcada por la ausencia del padre y el rigor de la madre) que en pocos días libera sus contradicciones y pesares a partir del suceso de la enfermedad y la brusca conciencia del envejecimiento.
En una escena clave, la madre que todos consideran ya un ser privado casi por completo de sus facultades mentales, sorprende con la increíble lucidez con la que exhibe el carácter posesivo y egoista de una de sus hijas (Fue difícil parirte, le confiesa, a tal punto te pegabas a mí, y ahora tú quieres que todos se peguen a ti). El juego de masacre se prolonga en otras escenas de recriminaciones mutuas, pero el realismo crudo del relato se ve matizado por la observación delicada del largo proceso de rencuentro afectivo, que es finalmente la sustancia más sólida de la película. El muy joven Murat (Onur Ünsal), sobrino de Mehmet, es la figura que tiende el puente final de reconciliación familiar. Su relación con la abuela es el acierto mayor de la cinta. Simboliza el encuentro de dos generaciones, en apariencia muy distantes, que logran una comunicación espontánea al apartarse del mundo adulto y conflictivo que les rodea, y que descubren en la huida compartida a un edén bucólico, un símil de felicidad en medio de una rutina penosa. Esa rutina que va más allá del cuidado de la abuela, es en realidad la preparación de Murat a la madurez, y también la ceremonia de adiós que a los pies de una montaña la anciana enferma oficia con una serenidad sorprendente.
carlos.bonfil@gmail.com
En una escena clave, la madre que todos consideran ya un ser privado casi por completo de sus facultades mentales, sorprende con la increíble lucidez con la que exhibe el carácter posesivo y egoista de una de sus hijas (Fue difícil parirte, le confiesa, a tal punto te pegabas a mí, y ahora tú quieres que todos se peguen a ti). El juego de masacre se prolonga en otras escenas de recriminaciones mutuas, pero el realismo crudo del relato se ve matizado por la observación delicada del largo proceso de rencuentro afectivo, que es finalmente la sustancia más sólida de la película. El muy joven Murat (Onur Ünsal), sobrino de Mehmet, es la figura que tiende el puente final de reconciliación familiar. Su relación con la abuela es el acierto mayor de la cinta. Simboliza el encuentro de dos generaciones, en apariencia muy distantes, que logran una comunicación espontánea al apartarse del mundo adulto y conflictivo que les rodea, y que descubren en la huida compartida a un edén bucólico, un símil de felicidad en medio de una rutina penosa. Esa rutina que va más allá del cuidado de la abuela, es en realidad la preparación de Murat a la madurez, y también la ceremonia de adiós que a los pies de una montaña la anciana enferma oficia con una serenidad sorprendente.
carlos.bonfil@gmail.com
EU: oleada de violencia
Ayer por la mañana un hombre armado ingresó a una escuela secundaria de la localidad de Pine Plains, al norte de Nueva York, mantuvo como rehén durante unas horas al director de la institución y fue aprehendido por la policía, en un incidente que, por fortuna, no arrojó heridos ni víctimas mortales. Significativamente, esto ocurrió el mismo día de la ejecución de John Allen Muhammad, popularmente conocido como el francotirador de Washington, quien en 2002 llevó a cabo una serie de asesinatos indiscriminados en gasolineras, estacionamientos y centros comerciales de la capital estadunidense.
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El Correo Ilustrado
No a la privatización energética; no a la agresión contra el SME
En un contexto de aguda crisis económica y desempleo creciente, el Estado mexicano liquida inconstitucionalmente a más de 44 mil trabajadores activos, a los que se suman los trabajadores jubilados de Luz y Fuerza del Centro (LFC). La toma de las instalaciones por la Policía Federal Preventiva (policía militar), el 10 de octubre pasado, y el decreto presidencial de extinción de dicha empresa muestran el despliegue armado y policial del neoliberalismo (en el que el uso de la fuerza antecede a la política).
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Un torpe y hasta inhumano paquete fiscal bastó para evidenciar, esta vez hasta con rasgos trágicos, lo ya bien conocido: el sometimiento voluntario y la pequeñez de la hermandad PAN y PRI ante los grupos de presión. Sus peripecias aseguran, por tiempo indefinido, la persistente decadencia del país. No tienen, siquiera, una disculpa aceptable, aunque fuera cómica (la otra alternativa era peor: Francisco Labastida). La conjunción de los grupos empresariales de gran tamaño con el renovado cacicazgo de los gobernadores impuso sus muy particulares ambiciones sobre los intereses y el bienestar del conjunto social.
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Presidente Calderón: cuando Vicente Fox ocupó su mismo puesto escribí un artículo similar al de hoy. Similar, pero no igual. Similar porque a Fox le mandé sus preguntas y porque a ambos se las dirijo mientras eran presidentes; similar, también, porque soy yo quien me repito, pero, imposible no hacerlo: el país esta cada vez más enfermo, no por epidemias externas, sino por inoperancias internas. El artículo no es igual porque usted no es Fox, porque ya no es posible que se apilen más preguntas y porque quizás usted sí responda.
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Esta semana, los obispos reunidos en Cuautitlán analizan la inseguridad y la violencia generalizada en el país que ha llegado a afectar las mismas estructuras religiosas con secuestros, asesinatos, amenazas, extorsiones a sacerdotes y religiosos, y hasta el saqueo de templos. Los obispos mexicanos tienen una magnífica oportunidad de hacerse eco del reclamo popular que raya en el hartazgo y el desaliento.
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El imaginario vulgar asocia los términos fascista y nazi a la violencia, y a lo que fueron en Italia y Alemania: masas exultantes frente a líderes que golpeaban marcialmente los talones haciendo el saludo romano, antorchas iluminando cruces gamadas, monumentalismo arquitectónico y escultórico, los campos de exterminio en Europa Central, y la guerra relámpago (blitzkrieg), táctica de combate inventada por el oficial inglés Lidell Hart en la Primera Guerra Mundial.
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Para enfrentar el problema del calentamiento global existen soluciones reales. Pero ninguna de ellas es favorecida por los centros de poder corporativo o sus aliados en los gobiernos, porque implican sacrificios de rentabilidad para los principales emisores de gases invernadero. Por eso el mercado de carbono es sistemáticamente presentado como el instrumento más efectivo para encarar este grave problema. Es más, parece ser la respuesta dominante: corporaciones gigantes, gobiernos y hasta organizaciones ambientalistas apoyan esta solución.
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Podemos conocer a un país en sus mercados –en la vida menuda que allí transcurre como quería Gide–, pero esencialmente en el trato que da a sus minorías y en su nota roja.
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Laura Itzel Castillo
En concreto
¿Estado de derecho o de derecha?
El lunes pasado, en San Pedro Garza García, Felipe Calderón se llenó la boca una vez más con ese doble discurso que caracteriza a los panistas; dijo: “La tarea más importante del Estado es cumplir y hacer cumplir la ley”. Ya entonado, al calor de la química de la reunión, llamó a “hacer cumplir la ley sólo por la vía de la ley misma, que es la fuente de toda legitimidad”. El espurio hablando de legitimidad.
Pero no es otra cosa que simulación, actuación oficial. En los hechos, todos los días y en todos los rincones del país, el régimen de facto denigra cínica e impunemente la ley. Veamos algunos ejemplos violatorios de la Constitución que apuntan hacia la silenciosa pero sostenida privatización de Pemex, con el silencio cómplice del PRI.
En el proyecto de Presupuesto de Egresos para 2010, el residente de Los Pinos plantea aprobar el proyecto de conversión residual en Salamanca, que significa la importación de gas natural bajo el control energético de la trasnacional Repsol y, con ello, el desmantelamiento de las termoeléctricas.
Otro caso. De 2004 a 2007 se han extendido contratos anticonstitucionales para la explotación del Paleocanal, en Chicontepec, a las empresas Schulemberger y Halliburton. En ese lapso han perforado 300 pozos y la producción se incrementó solamente 6%; en contraste, la inversión aumentó 70%. En el colmo del descaro, la Comisión de Energía recientemente exentó a estas trasnacionales del pago de impuestos.
Uno más. El pasado 5 de noviembre, Pemex anunció la firma de un acuerdo con la brasileña Unigel Química, que invertirá 20 millones de dólares para reactivar la producción de acrilonitrilo en el complejo petroquímico Morelos, ubicado en Veracruz. Por si fuera poco, en comunicado de prensa la dependencia informó que destinó 5.2 millones de dólares para “generar las condiciones que permitieran recibir las inversiones de Unigel”.
También el mismo jueves, el IFAI emitió un “enérgico exhorto” a Pemex para que haga públicos los 372 contratos que adjudicó de manera directa a la empresa estadounidense Solar Turbines Incorporated (STI) por 13 mil millones de pesos. Además de los contratos, STI —empresa vinculada con el ex director de Pemex Luis Ramírez Corzo— ha obtenido cinco contratos más —cuatro de ellos en forma directa— con Pemex Refinación por un monto de 516 millones 553 mil 544 pesos, y 20 más con Pemex Gas y Petroquímica Básica por 195 millones 398 mil 56 pesos, también adjudicados sin concurso de por medio.
Lamentablemente, hay muchos casos más. En los próximos días la que esto escribe hará una propuesta al Presupuesto de Egresos 2010 para reactivar, como mínimo, las cadenas productivas con las que ya contaba Pemex Petroquímica, con miras a recuperar un sitio en el mercado nacional y mundial, en materia de amoniaco para fertilizantes, etileno y clorados. El mecanismo para financiar la propuesta puede tomarse de las distintas partidas que se pretenden destinar a Tula, que lleva algunos años recibiendo presupuesto y que no se le ha hecho absolutamente nada.
El lunes pasado, en San Pedro Garza García, Felipe Calderón se llenó la boca una vez más con ese doble discurso que caracteriza a los panistas; dijo: “La tarea más importante del Estado es cumplir y hacer cumplir la ley”. Ya entonado, al calor de la química de la reunión, llamó a “hacer cumplir la ley sólo por la vía de la ley misma, que es la fuente de toda legitimidad”. El espurio hablando de legitimidad.
Pero no es otra cosa que simulación, actuación oficial. En los hechos, todos los días y en todos los rincones del país, el régimen de facto denigra cínica e impunemente la ley. Veamos algunos ejemplos violatorios de la Constitución que apuntan hacia la silenciosa pero sostenida privatización de Pemex, con el silencio cómplice del PRI.
En el proyecto de Presupuesto de Egresos para 2010, el residente de Los Pinos plantea aprobar el proyecto de conversión residual en Salamanca, que significa la importación de gas natural bajo el control energético de la trasnacional Repsol y, con ello, el desmantelamiento de las termoeléctricas.
Otro caso. De 2004 a 2007 se han extendido contratos anticonstitucionales para la explotación del Paleocanal, en Chicontepec, a las empresas Schulemberger y Halliburton. En ese lapso han perforado 300 pozos y la producción se incrementó solamente 6%; en contraste, la inversión aumentó 70%. En el colmo del descaro, la Comisión de Energía recientemente exentó a estas trasnacionales del pago de impuestos.
Uno más. El pasado 5 de noviembre, Pemex anunció la firma de un acuerdo con la brasileña Unigel Química, que invertirá 20 millones de dólares para reactivar la producción de acrilonitrilo en el complejo petroquímico Morelos, ubicado en Veracruz. Por si fuera poco, en comunicado de prensa la dependencia informó que destinó 5.2 millones de dólares para “generar las condiciones que permitieran recibir las inversiones de Unigel”.
También el mismo jueves, el IFAI emitió un “enérgico exhorto” a Pemex para que haga públicos los 372 contratos que adjudicó de manera directa a la empresa estadounidense Solar Turbines Incorporated (STI) por 13 mil millones de pesos. Además de los contratos, STI —empresa vinculada con el ex director de Pemex Luis Ramírez Corzo— ha obtenido cinco contratos más —cuatro de ellos en forma directa— con Pemex Refinación por un monto de 516 millones 553 mil 544 pesos, y 20 más con Pemex Gas y Petroquímica Básica por 195 millones 398 mil 56 pesos, también adjudicados sin concurso de por medio.
Lamentablemente, hay muchos casos más. En los próximos días la que esto escribe hará una propuesta al Presupuesto de Egresos 2010 para reactivar, como mínimo, las cadenas productivas con las que ya contaba Pemex Petroquímica, con miras a recuperar un sitio en el mercado nacional y mundial, en materia de amoniaco para fertilizantes, etileno y clorados. El mecanismo para financiar la propuesta puede tomarse de las distintas partidas que se pretenden destinar a Tula, que lleva algunos años recibiendo presupuesto y que no se le ha hecho absolutamente nada.
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