11/09/2011

Frenar violencia contra migrantes, piden madres de la Caravana

Exigen a autoridades mexicanas trato digno


Por Guadalupe Cruz Jaimes

México DF, 8 nov 11 (CIMAC).- Mujeres centroamericanas en busca de sus hijas e hijos desaparecidos en México hicieron un llamado a las autoridades para que frenen la violencia en contra de las personas migrantes que transitan por el país rumbo a Estados Unidos, y exigieron que reciban un trato digno durante su estancia en territorio nacional.

Doris Maritza Cerrato Oviedo, madre de la hondureña Doris Deyanara Bautista Cerrato, migrante hondureña desaparecida hace cinco años en Tapachula, Chiapas, declaró a Cimacnoticias: “pedimos que por favor traten por todos los medios de hacerle el camino más fácil a las migrantes”, quienes “cruzan por aquí por las necesidades que hay en nuestros países”.

Luego de recorrer siete estados de la República en busca de sus familiares, las madres centroamericanas llegaron ayer a esta capital y fueron recibidas en la Casa de los Amigos –una organización religiosa de apoyo a migrantes–, donde algunas de ellas narraron la desaparición de sus hijas e hijos.

Doris Maritza señaló que su hija salió de Honduras a los 19 años de edad con la intención de ir a trabajar a Estados Unidos, pero cuando llegó a México, encontró un empleo y “estaba muy contenta, me decía que me mandaría dinero para que les llevara a sus bebés, decía que los quería ver”.

Sin embargo, antes de que la migrante cumpliera un año en el país, durante la última llamada telefónica, “me dijo: mamá ya no puedo hablar contigo, mejor no, mejor no me vuelvas a llamar”, eso ocurrió en febrero de 2007, y “desde esa fecha hasta hoy no sé nada de ella”.

Cerrato Oviedo, quien estuvo en la caravana de migrantes Paso a Paso que se llevó a cabo en México en julio pasado, menciona que si su hija está viva, ahora tiene 25 años. “No pierdo la esperanza de volverla a ver”. Para encontrarla pide el apoyo de las autoridades, a quienes también solicita que “no denigre a nuestros migrantes, sólo necesitan pasar por aquí”.

Actualmente, se calcula que cada año ingresan al país 400 mil personas, de las cuales entre 10 y 30 por ciento transitan por México rumbo a EU.

La Comisión Nacional de Derechos Humanos advierte que mil 600 migrantes son víctimas de secuestro cada mes.

La caravana -a la que aún le restan cinco días de recorrido por los estados de Veracruz, Oaxaca y Chiapas- está integrada por 28 mujeres hondureñas, 4 nicaragüenses y una salvadoreña.

Una de las originarias de Nicaragua, María Eugenia Barrera Rocha, busca a su hija Clementina del Carmen Lago Barrera, quien despareció el 9 de noviembre de 2003. Mañana cumple ocho años de haber desaparecido.

“La primera información que tuve de ella, fue que la habían vendido a un club nocturno en Guatemala, me dijo un trailero que estuvo en ese lugar. Mi hija pidió que me avisaran para que yo fuera a buscarla”, refirió Barrera Rocha.

Cuando su madre llegó, era tarde. Una joven que trabajaba en el lugar le dijo que un mexicano la había sacado del club.

Clementina fue engañada en su país, por un hombre que le prometió un trabajo de secretaria. Entusiasmada, la joven de 17 años de edad aceptó ir a “probar suerte”. María Eugenia puso la denuncia en Nicaragua, “pero las autoridades no nos ayudan”.

Por eso, esperanzada, vino a la caravana con las otras 32 mujeres, apoyada por el Movimiento Migrante Mesoamericano. Ella considera que “es una oportunidad de venir para encontrar a nuestros hijos. Sólo quiero saber si está viva y que ella sepa que sus hijas están bien”, ya que la joven dejó en su país a dos gemelas de once meses, que actualmente tienen 9 años de edad.

El sacerdote Alejandro Solalinde, de la Casa del Migrante en Ixtepec, Oaxaca, presente en el recibimiento de la caravana, señaló que toca al Estado mexicano pedir perdón a las madres centroamericanas por los agravios que sus familiares sufrieron en el país.

Además, dijo que México debe coordinar políticas públicas regionales o mesoamericanas, para que esto no se vuelva a repetir, así como la generación de infraestructura para el manejo forense que permita identificar los restos de las y los migrantes, pues en esta materia “estamos en la calle”.

Solalinde refirió que al gobierno mexicano le corresponde intervenir porque las desapariciones de personas migrantes no sólo son obra de la delincuencia organizada, en los delitos cometidos en contra de estas mujeres y hombres participan servidores públicos, “con la omisión y complicidad de altos funcionarios públicos”.

Cabe mencionar que hoy las centroamericanas se reunieron con Irene Herrerías, procuradora Social de Atención a Víctimas, a quien le entregaron la documentación del caso de la desaparición de sus hijas e hijos, informó la organización Pastoral de la Movilidad Humana.

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