10/24/2013

Los periodistas pal café . . . .



Cierto es que Vicente Fox acabó siendo el más abiertamente priísta de los personajes que el panismo creó en su primera etapa de pragmatismo absoluto en busca del poder, pero en su actual etapa de mayor desfachatez el ex gobernador de Guanajuato se ha sentido en condiciones de criticar y denunciar incluso aquellos procesos políticos de los que fue enteramente corresponsable, como la imposición de Felipe Calderón Hinojosa en Los Pinos.
Así lo acaba de hacer en Madrid, en una entrevista con la publicación digital Qué, la cual se centró en el asunto del espionaje estadunidense a gobiernos de diversos países, entre ellos el de México durante la etapa del sombrío michoacano que ahora reside en Boston. En una línea perdida, que poca relevancia tuvo en los medios de comunicación, el esposo de la señora Marta dijo a la reportera, que le planteaba: “Sin embargo, el ex presidente Calderón sí ha pedido que se haga una queja formal…” Diana García Bujarrabal no pudo terminar la frase, porque el aspirante a productor de mariguana la interrumpió para señalar que igual el ex presidente Calderón sí tiene algo qué ocultar. Ochenta mil muertos en su legislatura. ¡Bolas! (http://bit.ly/16wbH2n ).
De esa herencia terrible de muerte, tortura, desapariciones y violaciones en general de los derechos humanos en México se ha hablado en estos días en Ginebra, Suiza, donde miembros del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas a la hora de hacer su Examen Periódico Universal sobre esos asuntos han señalado con precisión el grave déficit mexicano. A pesar de los esfuerzos de los enviados del gobierno de Peña Nieto para tratar de explicar o suavizar el tema, la postura general fue de exigencia a esta administración priísta para que esclarezca, castigue y frene los actos de personal gubernamental armado contra la población.
En la etapa del priísmo vuelto al poder no ha bajado el índice de hechos delictivos en los que participan grupos de la delincuencia organizada y policías, militares y marinos. Se ha establecido una apenas disfrazada mordaza mediática para reducir la difusión de esos hechos, pero regiones enteras siguen en poder de determinados cárteles, el cobro de cuotas y los secuestros continúan en cifras aterradoras y la nueva administración pareciera cuando menos pasmada en cuanto a la liberación de determinados jefes históricamente aliados al priísmo (Rafael Caro Quintero, por dar un ejemplo) y a ajustes de cuentas inscritos también en historias de un pasado que parece estar en proceso de cobranzas (otro caso es el asesinato de uno de los Arellano Félix, en un episodio de narcorrealismo mágico, a manos de un payaso en un salón de fiestas infantiles de Baja California Sur). Un dato preocupante de esta etapa de violencia pública que ya no es responsabilidad del funerario Calderón es el hecho de que balas igualmente gozosas de impunidad van abatiendo a activistas, líderes sociales o personajes políticos de oposición (el caso más reciente, el de Rocío Mesino, en Guerrero).
Frente a esos agravios criminales contra la sociedad se mantienen una notable insensibilidad ciudadana y un constante cinismo declarativo de las autoridades. Lo mismo sucede en el punto del espionaje a las cúpulas del poder mexicano. Voces hay, como las del resinoso Fox o de quien fue su secretario de relaciones exteriores, Jorge Castañeda, que abogan por una confortable aceptación de la realidad: los gringos siempre han espiado a los gobernantes mexicanos y lo seguirán haciendo, así que no debería haber aspavientos improductivos. Ayer, a contrasentido de esas posturas inmovilizadoras, en Alemania se produjo gran movimiento político y una llamada de Ángela Merkel a Washington para exigirle a Barack Obama que precisara si el teléfono móvil de la poderosa europea había sido sometido a espionaje.
En el contexto de sometimiento a lo que ya es se mueve la administración peñista, cuyo canciller Meade trata de convencer en Ginebra a los organismos especializados en la defensa de los derechos humanos de que en México no se vive lo que evidentemente está sucediendo y de lo cual hay diaria constancia, mientras en la capital del país el embajador Anthony Wayne participa tranquilamente en actos públicos (la instalación del Grupo de Amistad México-Estados Unidos en San Lázaro) y advierte que no andará dando respuesta a cada uno de los señalamientos de espionaje que se vayan presentando y que, en todo caso, la vía para hacer precisiones y fijar posturas será estrictamente la diplomática. Eso sí, dejó muy en claro que la Casa Blanca toma muy en serio los alegatos sobre el tema.
Convertido en la voz sin fuerza de un gobierno federal que sólo así se atreve a simular gallardía, el presidente del PRI, César Camacho, sacó su hacha guerrera de plástico al decir que las explicaciones desde Washington sobre el espionaje a mexicanos han sido insuficientes, limitadas y cínicas. El mexiquense (es decir, Camacho, no Peña Nieto) lanzó un mensaje de que si el PRI fuera de verdad el partido en el poder y no un apéndice de utilería podría parecer aunque fuera un poco preocupante para la Casa Blanca: solamente si las investigaciones son prioritarias (en ambos lados de la frontera, a cargo de los gobiernos de los dos países, pues, como se recordará, ahora México ya no es solamente el espiado con derecho a la indignación, sino el policía auxiliar coadyuvante que va a indagar a su propia gente) y sus conclusiones se hacen públicas en breve tiempo, se podrá recuperar el tono de fraternidad y confianza. ¡Bolas, diría el farandulero Fox!
Y, mientras en Los Pinos el titular de la franquicia decide someterse a heroicos ejercicios para articular bien (entre otras palabras) epidemiólogos y así evitar que haya emparejamientos de vocalización fallida con otros personajes de triste memoria prosódica, como la profesora Elba Esther Gordillo, también famosa por sus dislates al micrófono en actos públicos, ¡hasta mañana!
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Estuvo Pedro Joaquín Coldwell con los integrantes de las comisiones de Energía, Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos del Senado. Les entregó un documento con los 12 puntos que debe contener sin falta, les dijo, la reforma energética. No dicen nada nuevo, son los archiconocidos argumentos para privatizar Pemex sin decir que se trata de una priva-tización. Sin embargo, otras cuentas preocupan en Los Pinos. ¿Cuántos votos necesita el PRI para sacar adelante el reformón? El Senado se compone de 128 miembros; el PRI tiene 54 y cuenta incondicionalmente con siete del Verde, la corporación del Niño del mismo color. Pero como se trata de una reforma constitucional, se requerirá el sufragio de las dos terceras partes de los integrantes, es decir, 86. Le faltan 25 al director de la orquesta, Emilio Gamboa Patrón. Tendrán que salir de los 38 panistas, los 22 perredistas y los cinco del PT. Mónica Arriola con seguridad votará con el PRI, no querrá empeorar la situación de la familia Gordillo. Y la firmeza de Layda Sansores, de MC, hasta hoy está fuera de duda. Los azules podrían aportar algunos, su posición es en favor de la privatizacion; también los perredistas. Se supone que van contra la iniciativa del presidente Peña… a ver cómo se justifican si dan la vuelta. Curiosamente, la oferta de votos es amplia, supera la demanda. No será sorpresa que el maicito que se repartirá generosamente alimente a un número mayor de senadores del necesario.

Santander, Lupita Caso
Tan sólo en 2012 el Defensor del cliente de Banco Santander atendió más de mil 300 casos, resolviendo el 83 por ciento en favor de los que presentaron alguna queja. Su desempeño le valió este año el reconocimiento a su ética empresarial por el Centro Mexicano para la Filantropía, la Alianza por la Responsabilidad Social en México y la Red SumaRSE. Buena parte del mérito se debe a Lupita Caso. Tiene a su cargo la unidad creada hace cinco años en Santander para ofrecer a los clientes un ombudsman que protege sus intereses cuando consideran que sus derechos han sido afectados. Sus decisiones son inapelables y reporta directamente al consejo, lo que le permite actuar con independencia.
Bill Gates es socio de Coca-cola
El creador de Microsoft, Bill Gates, nuevamente es, según Bloomberg, el hombre más rico del mundo, con una fortuna de 75 mil 100 millones de dólares. Tendría más si no fuera porque ha donado una parte considerable de su caudal. Patrocina campañas contra el paludismo y la tuberculosis en diversas partes del mundo. Posiblemente en México será necesaria su generosidad en el futuro. Obesidad, diabetes y otras enfermedades han cobrado dimensiones de epidemia, lo cual se atribuye a las bebidas y comidas chatarra. Hay una circunstancia curiosa. En México Bill Gates es dueño de 12.5 por ciento de las acciones de Coca-cola Femsa, por un valor de 760 millones de dólares. También posee 2.94 por ciento de las acciones de Televisa, por un valor de 507 millones. La televisora, según las organizaciones que han venido promoviendo el impuesto antichatarra, se ha negado a pasar sus anuncios… es que Coca-cola es un patrocinador importante. Así que Gates regala dinero para combatir las enfermedades pero cobra por fomentarlas.
¡Que bonita familia!
Finalmente encontraron cómo amarrarle la lengua a Vicente Fox. De visita en Madrid, el corresponsal de MVS, Manuel de Santiago, le preguntó acerca del turbio asunto en que está involucrada su ex esposa Lilián de la Concha. No hubo modo de hacer que soltara la lengua. No es novedad que la familia Fox-Quesada-Sahagún-de la Concha esté metida en asuntos siniestros. Lilián estuvo casada con Fox durante 19 años, hasta que se atravesó la entonces vocera del gobierno de Guanajuato, con los resultados conocidos. Fue acusada en Texas de lavar dinero, junto con su presunta pareja sentimental Marco Antonio Delgado. Lilian argumenta que el hombre la engañó. ¡Qué bonita familia! Fox, sospechoso de la fuga del Chapo Guzmán y promotor del negocio de la mariguana; la señora Marta nunca pudo dar cuentas claras de los cuantiosos fondos de Vamos México; uno de sus hijos tiene un expediente penal en Estados Unidos y el otro se mantiene protegido por la credencial de diputado federal que le regaló la entonces poderosa profesora Elba Esther.


Con la novedad, según el director general de Pemex, de que la inversión en refinerías es cuestionable hoy en día, y lo es, dijo Emilio Lozoya Austin, porque hay capacidad instalada en exceso a nivel mundial, de tal suerte que la paraestatal evalúa todas las opciones sobre la mesa desde el punto de vista de la rentabilidad. En pocas palabras, de acuerdo con el funcionario, México mantendrá la costosísima (en términos económicos y de seguridad energética) cuan creciente importación masiva de petrolíferos, simple y llanamente porque la refinación no es negocio, no es rentable.
Aunque no es la primera vez que escuchan un posicionamiento como el descrito, las trasnacionales petroleras que zopilotean a Petróleos Mexicanos –entre cuyos suculentos negocios destaca el de la refinación– quedaron felices con el pronunciamiento de Lozoya Austin, y se frotan las manos pues el mensaje es claro y ratifica la práctica gubernamental: la fábrica mexicana de petrodólares seguirá al servicio de las empresas foráneas dedicadas, entre otras cosas, al cuestionable negocio que no es rentable (director de Pemex dixit), el cual –sólo en la docena trágica blanquiazul y en el primer semestre de Peña Nieto– les significó ingresos por más de 173 mil millones de dólares por la venta de productos refinados al país.
Para ser un asunto que no es rentable, 173 mil millones de dólares en 12 años y medio es un mundo de dinero (y una brutal sangría al erario), de tal suerte que lo primero que hay que preguntar es ¿para quién no es negocio?, porque es obvio que las trasnacionales dedicadas a la refinación petrolera dirán todo lo contrario. El monto citado es el que México pagó entre enero de 2001 y la primera mitad de 2013, pero habrá que sumar las erogaciones realizadas en los otros 18 años del circuito neoliberal (más tres del último presidente de la Revolución, JLP), pues la refinería más joven del Estado mexicano data de 1979.
Lo dicho por Lozoya Austin no es novedad. De hecho, el discurso de que la refinación no es negocio ni rentable viene desde el arranque mismo del gobierno de Miguel de la Madrid (inicio de la intentona privatizadora del oro negro nacional), pero el antecedente inmediato –si la memoria no falla– es el aportado por otra joya de la tecnocracia autóctona, que en tiempos de Felipe Calderón despachó en la oficina principal de Petróleos Mexicanos, es decir, Juan José Suárez Coppel, quien cerca ya del cierre sexenal aseguró que sería un grave error construir refinerías en el país, pues no es financieramente un buen negocio.
Pues bien, un recuento de los daños permite calibrar para quién no es negocio ni es rentable la refinación de petrolíferos y su venta a terceros. En los gobiernos panistas de Fox y Calderón, más los primeros seis meses de Enrique Peña Nieto (todas las cifras son de Pemex), de las arcas nacionales (léase de los bolsillos de los mexicanos) salieron 173 mil 154 millones de dólares (alrededor de 15 por ciento del producto interno bruto a precios actuales) para la importación de petrolíferos.
Como se ha comentado en este espacio, con dicho monto y en igual periodo, fácilmente se habrían construido no menos de tres grandes refinerías del Estado de gran capacidad, erradicando así la importación de carburantes y la tremenda dependencia externa. Y sobraría una enorme cantidad de recursos para atender otros pendientes. Pero no fue así: el gobierno optó por engordar las alforjas de las trasnacionales, para quienes obviamente sí es negocio, y de altísima rentabilidad. No así para el Estado mexicano.
Con Vicente Fox en Los Pinos, México importó gasolinas, diesel, combustóleo y demás petrolíferos por 3 mil 656 millones de dólares; seis años después, la cifra se elevó a 10 mil 29 millones de billetes verdes. Por este concepto en el sexenio se erogaron 30 mil 254 millones de dólares, un crecimiento sexenal de 175 por ciento.
Con Felipe Calderón en el mismo sitio, se importaron petrolíferos por 15 mil 797 millones de dólares en 2007; seis años después, el monto ascendió a 29 mil 556.5 millones, es decir, un incremento de 87 por ciento en el periodo. El 18 de marzo de 2008 este personaje anunció la construcción de una refinería (la Bicentenario, en Tula, Hidalgo), misma que nunca trascendió el discurso. Cinco años después de tal refinería no se ha colocado ni un tornillo, y ahora se anuncia (Pedro Joaquín Codwell) que su construcción estará supeditada a la aprobación de la reforma energética.
Con Enrique Peña Nieto la situación no se ha modificado: en su primer semestre como inquilino de Los Pinos, México importó petrolíferos por 12 mil 603 millones de dólares. De mantenerse ese ritmo, cerrará el año con más de 25 mil millones destinados a tal fin.
Así, en 12 años y medio más de 173 mil millones de dólares salieron del erario para pagar la importación de petrolíferos, y en ese periodo no se construyó una sola refinería del Estado para atemperar importaciones y dependencias, pero ahora funcionarios de la Secretaría de Energía promueven que cualquier empresario, mexicano o extranjero, podrá construir y operar refinerías en México si es aprobada la reforma energética propuesta por el presidente Peña Nieto, es decir, abren las puertas de par en par e invitan al capital privado a participar en algo que desde hace 30 años los funcionarios rechazan por no ser negocio, ni garantizar rentabilidad.
Y es precisamente que por la misma ruta y con idéntico discurso en las últimas tres décadas terminaron privatizados, y en no pocos casos extranjerizados, bancos, aerolíneas, ferrocarriles, satélites, telecomunicaciones, puertos y aeropuertos, ingenios azucareros, fertilizantes, empresas mineras, cementeras, textileras, hoteleras, refresqueras, papeleras, siderúrgicas, químicas y petroquímicas, armadoras, electricidad, gas, tendido de fibra óptica, y lo que se quede en el tintero, es decir, todo aquello que no es negocio, y mucho menos rentable.
Las rebanadas del pastel
Si de saqueo se trata, allí están los consejeros salientes del Instituto Federal Electoral, quienes se sirvieron con la cuchara grande: se van con un estímulo de 4.6 millones de pesos por cabeza (y no es bono de marcha, explicó Leonardo Valdés Zurita, uno de los que pasa a retiro), sin considerar los incuantificables daños que dejan a la nación por su lamentable paso por la institución otrora ciudadana.
Twitter: @cafevega



Los medios parecen haber olvidado a los afectados por las tormentas Ingrid y Manuel, siendo que en las comunidades más alejadas de los emporios turísticos, las carencias no terminan. Por ello, sigue siendo precisa una colaboración ciudadana. De ahí que este espacio inste a hacerse del álbum Acuérdate de…, esfuerzo artístico compilado para dicha causa, el cual se halla a la venta en formato digital desde el martes pasado, como una iniciativa de la productora Lynn Fainchtein, titular de la distribuidora musical Casete, a la que se sumaron decenas de músicos y cantantes mexicanos, al donar canciones inéditas y grabar temas (musicales y orales) ex profeso para esta causa (46 tracks en total).


 

Precisión del IFE
Con respecto a la nota publicada en su diario titulada A cada consejero saliente del IFE, $4.6 millones le quiero hacer las siguientes precisiones para informar correctamente a sus lectores.

Aunque no se les nombra, las iniciativas de reforma constitucional en materia de extracción del petróleo y generación de energía eléctrica presentadas por el Presidente de la República y diversos partidos políticos, afectan los derechos de los pueblos indígenas, de tal manera que resulta irresponsable y peligroso no señalarlas y advertir de las reacciones que pueden generar entre los afectados si se concretan tal como han sido propuestas. Como sucedió en la reforma de 1992 al artículo 27 constitucional, ahora también se les ignora, tal vez pensando que nada tienen que decir sobre una medida de vital importancia para el futuro del país y los mexicanos, entre quienes se cuentan los pueblos indígenas. Pero sí tienen que decir y mucho, en primer lugar porque el petróleo es propiedad de todos los mexicanos y la generación de energía eléctrica es responsabilidad Estado; en segundo, porque tienen reconocidos derechos específicos que el Estado está obligado a respetar.

Una de las no muy abundantes buenas noticias en el plano multilateral, manifestada en las semanas recientes, se refiere a la llamada cuestión nuclear de Irán, considerada a lo largo de los últimos años como quizá la más dura de las amenazas a la paz y la seguridad internacionales. No ha dejado de llamar la atención de los analistas internacionales que tal calidad se atribuya a un programa de desarrollo nuclear de un país parte del TNP (Tratado de no Proliferación Nuclear) y sujeto a la inspección y salvaguardias de la AIE (Agencia Internacional de Energía Nuclear), cuyos inspectores nunca han señalado haber encontrado pruebas suficientes para asegurar que ese programa se orienta a finalidades bélicas, si bien han constatado ciertas irregularidades e inexactitudes en la contabilidad y localización de algunos materiales radiactivos. Parecería que constituye amenaza mayor la existencia, que nadie duda, de la capacidad nuclear de Israel, país no signatario del TNP, poseedor de un arsenal subrepticio, ajeno a toda supervisión.

Los empresarios se quejan de la iniciativa de reforma hacendaria del presidente Peña, y en tono sufrido se lamentan de que daña a los de siempre, como si detrás de la propuesta hubiera una larga historia de sacrificio de los ricos mexicanos en beneficio de la sociedad. Efectivamente, de nuevo los empresarios son los de siempre, pero no los que siempre pagan, sino los que siempre bloquean cualquier intento del gobierno de cobrarles impuestos. Hay que recordarles que según el artículo 31 constitucional, fracción IV, es obligación de los ciudadanos contribuir al gasto público de la Federación, del estado y del municipio.

La impotencia del mundo para protegerse del espionaje estadunidense confirma que el viejo imperio no cambia su naturaleza ni algunos de sus métodos predilectos. Quienes creyeron que la extinción del socialismo soviético vendría a ser algo así como el fin de la historia, el advenimiento de una era de entendimiento universal bajo los paradigmas de la democracia y el mercado, se equivocaron de medio a medio, no sólo por cuanto las contradicciones de fondo de la sociedad capitalista siguieron sin resolverse, sino porque a éstas se añadieron otras que habían permanecido soterradas y estallaron con la globalización.

El Banco de México celebró el vigésimo aniversario de las modificaciones salinistas a sus documentos legales. En aquel 1993, en sintonía con los cambios realizados en el sector real y en el financiero que redujeron sustancialmente la presencia estatal en la economía y en el sistema bancario, el grupo en el poder reformó el artículo 28 constitucional en relación con el mandato del banco central y con su definición como una entidad gubernamental. A partir de entonces el banco de México se transformó en una entidad autónoma del gobierno federal y del Legislativo y se le asignó el mandato de la estabilidad de precios.

El año pasado se alcanzó una marca histórica de votos contra la guerra económica más larga de la historia. Sufragaron contra el bloqueo a Cuba 188 de los 192 miembros de la ONU. Este año será por el estilo.

El Centro Cultural Carretera 45 dirigido por Antonio Zúñiga con varios apoyos institucionales, va ampliando cada vez más sus propuestas con invitaciones a diferentes teatristas ya con mucha trayectoria –el último fue Richard Viqueira, si no me equivoco–, para que presenten sus obras en su escenario. Esta vez fue Conchi León la convocada, pero se empieza con la escenificación a dos manos de un texto para niños escrito también a dos manos por la dramaturga yucateca y por Antonio Zúñiga; ambos lo actúan también. De Conchi León, quien se dio a conocer con su celebrada nacional e internacionalmente Mestiza power, que aquí se repone, vimos no hace mucho su entrañable Todavía… siempre dirigida por Valdés Kuri y actuada por Tara Parra y en el teatro Wilberto Cantón de su natal Mérida se acaba de estrenar su obra acerca de la diversidad sexual El lado oscuro de la fuerza. Con un diplomado en teatro para niños, no es casual que escriba una obra para ellos y en cuanto a Zúñiga hay que recordar su gran éxito de teatro para infantes Pancho Villa y los chicos de la banda.


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