4/05/2014

Viven en esclavitud trabajadoras del hogar migrantes en RU


INTERNACIONAL
   Encierros, jornadas de 18 horas y retención de sueldos

Informe “Ocultados: Abusos contra trabajadores domésticos migrantes en el Reino Unido”
Por: Anaiz Zamora Márquez
Cimacnoticias | México, DF.-

Las trabajadoras del hogar migrantes en el Reino Unido (RU) son víctimas de una nueva forma de esclavitud, pues se enfrentan, entre otros abusos, a jornadas laborales de hasta 18 horas, salarios mínimos, retención de sus documentos oficiales, y en algunos casos la imposibilidad de comunicarse con su familia, según el más reciente informe de Human Rights Watch (HRW).

Difundido hoy en el marco del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar –que se conmemoró ayer–, el estudio “Ocultados: Abusos contra trabajadores domésticos migrantes en el Reino Unido”, da cuenta de cómo las recientes modificaciones a las normas migratorias en la isla británica obstaculizan la posibilidad de que las trabajadoras de este sector puedan escapar de las condiciones de abuso y maltrato físico y verbal, y en su caso puedan acceder a la justicia.

En 2012, con el objetivo de detener el alto flujo migratorio, el RU reformó sus normas migratorias y las características por las que se puede obtener una visa temporal de trabajo, y eliminó la posibilidad de que las y los trabajadores migrantes puedan cambiar de empleador una vez que están en territorio británico.

De esta manera los actuales términos de las “visas vinculantes” determinan que las personas que lleguen al RU, acompañando a otra persona extranjera bajo labores en el servicio doméstico, deben de tener al menos un año al servicio de su empleador y no pueden concluir legalmente el vínculo con su empleador y buscar otro empleo.

De acuerdo con el reporte de HRW, quienes llegan al RU en estas condiciones son en su mayoría mujeres, principalmente originarias de países africanos y asiáticos, y aunque la situación de quienes se dedican al trabajo del hogar y las personas migrantes es sumamente desigual, ellas son particularmente vulnerables a padecer dependencia de sus empleadores debido a su situación migratoria y a que habitan en la misma casa del patrón, “lo que puede ocultar severas formas de abuso”.

En 2013 se otorgaron 13 mil visas de trabajo, mientras que para 2012 la cifra total fue de 15 mil. Sin precisar porcentajes, HRW sostiene que la mayoría de personas con el documento son mujeres.

La investigación se basó en 33 entrevistas con personas migrantes en estas condiciones, 32 eran mujeres provenientes de países como  Filipinas, Marruecos, India, Nigeria o Sri Lanka, y quienes acompañaban a sus empleadores mientras estaban de vacaciones o recibían algún tratamiento médico.

De acuerdo con la investigación, muchas de estas mujeres aceptan estas condiciones de trabajo pues desean enviar a sus hijas e hijos (a quienes dejan al cuidado de sus familiares) a la escuela, quieren aportar al gasto  familiar, o son las únicas proveedoras económicas de una familia numerosa.

Con las entrevistas se detectó que ellas padecen severas violaciones a sus Derechos Humanos, que se manifiestan en agresiones como la retención de pasaportes, imposibilidad de salir de la vivienda donde trabajan, jornadas de trabajo de hasta 18 horas, sin días de descanso y remuneración ínfima (menos de 2 mil 100 pesos mexicanos al mes), o negación del pago de salarios.

En muchos casos los empleadores mandan el dinero directamente a los hogares de las trabajadores, y en algunos otros no se les paga con la moneda del país (libra esterlina), por lo que están imposibilitadas de comprar cosas por ellas mismas, incluso tarjetas telefónicas para comunicarse con sus familias, lo que incrementa la dependencia con sus empleadores.

Por otro lado, el informe también da cuenta de la negativa del RU de proteger a las y los trabajadores del hogar migrantes y permitirles el acceso a la justicia en caso de sufrir maltrato.

Y es que las restricciones recientes a la asistencia legal implican la negación de asesoramiento jurídico gratuito a personas que no han sido identificadas como posibles víctimas de trata, incluso cuando han sufrido trabajo forzado.
A lo que se suma que el gobierno británico fue uno de los nueve que no votaron a favor del Convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para garantizar derechos a las y los trabajadores del hogar.
 

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