3/27/2016

La Muestra : La asesina



Carlos Bonfil
La Jornada
Un toque de zen. La sorpresa es enorme y estimulante. Hou Hsiao-Hsien, el gran estilista del cine chino, incursiona nuevamente en la recreación histórica, y aunque esta vez en La asesina, su nueva cinta, no se trata ya de la dorada sensualidad de Flores de Shanghai (2009), ambientada en el siglo XIX, la exuberancia plástica sigue muy presente. Con una fuerte labor de documentación, el realizador oriental utiliza un relato clásico del siglo IX chino, durante la dinastía Tang, para referir la historia de Nie Yinniang (Shu Qui), una joven adiestrada desde la infancia por su tía Jiaxin, una matriarca taoísta conocida como la monja, para cometer varios crímenes en las corruptas esferas políticas del reino.
La labor de limpieza homicida se enfrenta a algunos obstáculos, entre ellos, los escrúpulos sentimentales de Yinniang, y su compleja relación con Tian Ji’an (Chang Chen), antiguo pretendiente y primo suyo, gobernador de la provincia de Weibo, y objeto principal de la encomienda asesina.
La novedad en el nuevo acercamiento histórico es haber limitado al máximo las convenciones del género esperado, la tradición del wuxia (las artes marciales base del adiestramiento de la joven), y que en el cine de los años 70 originó cintas tan memorables como las del maestro King Hu (A touch of zen, de 1972, y Raining in the mountains, de 1978). Las escenas de violencia y combate son así escasas, si bien se puntualiza la destreza de Yinniang en el arte marcial, y lo que interesa más al director es una simbología budista y una concepción esotérica del espacio que determina no sólo la manera de presentar los paisajes en la espléndida fotografía de Mark Lee Ping-Bing, sino también el desconcertante diseño de personajes femeninos que, enmascarados o no, parecieran reflejarse unos a otros y confundir, para el espectador, sus propósitos más secretos. A ratos desconcertante, por una ambigüedad maliciosamente dosificada, La asesina es una cinta realmente novedosa incluso dentro del trabajo del propio Hsiao-Hsien. Una suma de sus constantes estéticas y exploración de una tradición narrativa y filosófica sólo en apariencia hermética, ciertamente fascinante. Cineteca Nacional, sala 3, a las 12 y 17:30 horas.
Twitter: @CarlosBonfil1

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