9/14/2016

Los periodistas pal café. . . .



Los más recientes experimentos del perito peruano José Torero descartan de manera definitiva la versión gubernamental de que los estudiantes de Ayotzinapa fueron quemados en un basurero de Cocula, Guerrero. Mediante el uso de cadáveres de cerdos en sustitución de cuerpos humanos, Torero, un experto en incendios de la Universidad de Queensland, Santa Lucía, en Brisbane, Australia, incineró hasta cuatro cerdos a la vez y determinó que la hoguera necesaria para consumir unos 43 cuerpos no podría haber ardido en el basurero, reporta Lizzie Wade, corresponsal en Latinoamérica para la publicación Science Magazine (aquí, el texto, en español, y un video, con subtítulos en inglés).
Wade explica que Torero y una docena de estudiantes simularon las supuestas piras de Cocula en un terreno del campus de Gatton, en su universidad, en Australia. Utilizaron madera completamente seca, apilada de forma precisa, y dejaron de lado los neumáticos, que podrían haber reducido la eficiencia del fuego. Según Torero, “la recreación experimental fue ‘el escenario ideal’”.
De esa manera, se incineraron sistemáticamente cuerpos de cerdos: “Incluso utilizando 630 kilogramos de madera para un único cerdo de 70 kilogramos, todavía se advirtió la presencia de un 10 por ciento de la carne del cerdo después de que el fuego se consumiera, informó Torero a Science”. Por tanto, “para incinerar 43 cuerpos de un tamaño similar se hubieran necesitado más de 27 mil kilogramos de madera, y aun en tal caso, tras el incendio habría subsistido cierta materia orgánica. Incluso en el supuesto caso de que el cártel hubiera sido capaz de conseguir toda esa cantidad de madera, las intensas llamas deberían haber dejado marcas en el tronco de los árboles cercanos, afirma Torero. Cuando el científico visitó el basurero, 10 meses después de las desapariciones, no observó ningún tipo de marcas”.
El reportaje de Science Magazine señala que Torero también quemó hasta cuatro cuerpos de cerdos al mismo tiempo, a fin de determinar si la grasa corporal podría haber servido como combustible para el fuego, facilitando la incineración total. Sin embargo, los investigadores advirtieron que cada vez que se agregaba un cuerpo, la intensidad del fuego disminuía. Por tanto, para quemar 43 cuerpos juntos se hubiera necesitado una cantidad mucho mayor de madera que si se los hubiera quemado por separado.
El simulacro, según se comenta, es diferente a lo realizado para el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), aunque a grandes rasgos confirma los cálculos hechos en aquella primera investigación. Según la publicación científica, el experto peruano tiene pensado someter sus hallazgos a una revisión por parte de sus colegas. Entre tanto, espera que sus experimentos alienten a los investigadores de este siniestro caso a dar un paso más allá de Cocula. Además, el investigador afirma que hay que dejar de buscar en el basurero, porque ahí no se encuentra la verdad de los hechos. De acuerdo con esos estudios, las indagaciones deberían apuntar más al uso de un crematorio que a una incineración al aire libre.
Ayer mismo, un día después de que la corresponsal Wade pidió a la Procuraduría General de la República algún posicionamiento sobre las nuevas revelaciones del perito Torero, Alfredo Higuera, fiscal especial para el caso Ayotzinapa, dijo a Reuters que se investiga a policías estatales de Guerrero, y a federales (y no sólo municipales).
Según Higuera, cerca de cien nuevas declaraciones fueron recogidas entre julio y septiembre, de las cuales 39 son de policías ministeriales (de investigación) de Guerrero y 19 de policías federales que estarían involucrados en el caso. También informó que se está aplicando una tecnología llamada LIDAR, utilizada en arqueología, para ubicar posibles fosas en un radio que abarca no sólo Iguala y Cocula, sino también municipios cercanos como Huitzuco y Tepecoacuilco, todos en Guerrero.
Se acaba el dinero y se acaba el amor. El largo romance político entre Miguel Ángel Mancera Espinosa y Enrique Peña Nieto vive momentos tensos, con visos de ruptura, debido a los recortes presupuestales que Luis Videgaray dejó establecidos y que serán discutidos en el Congreso federal. Una ciudad que requiere de muchos recursos para sostener sus servicios, hacer nuevas obras y dar mantenimiento a las existentes se topa con una política federal restrictiva, lo que metería a la administración mancerista en graves problemas políticos y sociales. En el ámbito del actual gobernante de la Ciudad de México se habla incluso de que el PRD podría manifestarse y protestar en las calles.
Pero, como el espectáculo debe seguir, ya está en puerta el estreno de la obra política relacionada con la constitución de la Ciudad de México. Es una puesta en escena que no emociona al respetable, pues bien sabe la audiencia que los problemas reales de la capital del país no se solucionarán con nuevas y tal vez mejores reglas jurídicas, y que la realidad seguirá casi igual, más allá de los montajes palaciegos, de cambios de denominación (de Distrito Federal a Ciudad de México) y de constituciones (como si la federal de mucho sirviera y realmente fuera respetada). El teatro constitucionalista no obedece ni responde a una necesidad popular, sino a pretensiones de élites políticas, sobre todo del futurismo mancerista que desea colgarse la medalla histórica de los cambios en la CdMx.
Por lo pronto, Mancera ha nombrado a sus seis representantes (recuérdese que el baldón original de esta asamblea constituyente es que no todos sus integrantes provienen de una elección directa, pues una parte de ellos son designados a dedo por Los Pinos, el gobierno capitalino y las cámaras legislativas federales). Obviamente, va Porfirio Muñoz Ledo, en quien ha descansado una parte importante de la elaboración de las propuestas. También está en el paquete mancerista el senador Alejandro Encinas. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



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El ingreso actual del presidente Enrique Peña Nieto es de 4 millones 300 mil 854 pesos anuales. Esta cantidad equivale a 58 mil 884 días de salario mínimo de 73.04 pesos. Aun así, el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año siguiente, 2017, contempla un incremento de 13 mil 844 pesos, o lo que es lo mismo, casi 190 días de salario mínimo. Decir que por muchos años el presidente de México fue el mejor pagado del mundo no es novedad, pero la devaluación lo ha afectado en términos de dólares. De hecho, se encuentra todavía en los primeros lugares, por encima del ministro Matteo Renzi de Italia, Vladimir Putin de Rusia y Theresa May de Reino Unido, según el top 10 de CNN Money. En lamentable paralelismo, el salario mínimo de un trabajador en nuestro país sigue siendo el más bajo del mundo… más que China, que por muchos años tuvo este dudoso primer lugar. El tema es relevante porque en pocas semanas será el anuncio del incremento del salario mínimo que año con año hace la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos. El año pasado decretó un alza de 2.94 pesos para quedar en 73.04 pesos diarios. Más o menos el costo de seis tortillas.
Y siguen endeudándose
La intención del gobierno es parar el endeudamiento; sin embargo, Pemex lanzó bonos en dos tramos por un total de 4 mil millones de dólares, según IFR, un servicio de información financiera de Thomson Reuters. Una parte del préstamo a siete años de plazo por 2 mil millones de dólares ofrece una tasa de 4.625 por ciento. El monto restante fue ofrecido en un bono a 31 años con una tasa del 6.75 por ciento, agregó IFR. Los intereses son muy altos y reflejan el deterioro de la calidad crediticia de Pemex. Con frecuencia la petrolera sólo sirve de puente, pero los recursos son para el gobierno. Los agentes colocadores son Barclays, Citi (B&D), HSBC, MUFG y Natixis.
¿Y la austeridad?
No dejan, pues, de pedir prestado y es que la austeridad no se les da. La panista Gabriela Cuevas, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de la República, gastó un millón 564 mil 937 pesos en los viajes que ha realizado durante los últimos 15 meses para cubrir trabajo parlamentario. Fueron 885 mil 689 pesos en boletos de avión (primera clase o ejecutiva, obvio) y 679 mil 248 pesos en viáticos. Las travesías de la legisladora del PAN en ese periodo (de enero de 2015 a marzo de 2016) se han desarrollado en países de los cinco continentes, según nota de El Financiero. Ejemplo: viaje a Sidney, Australia, del 3 al 9 de septiembre de 2015, para hacer una visita oficial al Parlamento Australiano, el cual tuvo un costo de 145 mil 867 pesos por el boleto de avión más mil 350 dólares de viáticos, unos 21 mil 600 pesos. Seguramente hasta los canguros estaban ansiosos por recibir su visita.



A casi dos meses de la trascendental elección, hasta The New York Times –convertido en portavoz oficioso de Hillary Clinton– supuso que la esposa del ex presidente Bill tenía ya en el bolsillo la presidencia y debía consagrarse a la formación de su gabinete de transición, cuando el polémico Donald Trump se desplomaba estrepitosamente debido su locuacidad incontinente que ofendía a tirios y troyanos.
En una elección tan volátil y pasional como la que vive ahora EU, los gurús de ocasión y las de por sí sesgadas encuestadoras –que encauzan la voluntad de los grandes intereses en juego cuando captan y cooptan a los electores desinformaados– suelen equivocarse en forma grotesca.
Con Hillary en la supuesta cúspide y Trump en el subsuelo, hace casi dos meses avancé cuatro escenarios, tanto en mi cuenta Twitter como en una entrevista con Carlos Castellanos, de Radio Red, que marcarían el epílogo:
Escenario 1: Trump es el peor enemigo de Trump: su incontinencia locuaz, al estilo Fox en México, y sus atrabiliarias invectivas lo hundirían aún más cuando se perfila(ba) un cataclísmico escenario Goldwater para los congresistas del Partido Republicano.
Escenario 2: la célebre sorpresa de octubre: un evento funesto o una demoledora filtración que aniquile al afectado a unos días del 8 de noviembre. Un atentado terrorista, a uno de los dos lados del Atlántico Norte –tanto mejor si fuese doméstico–, operaría en favor de Trump.
Escenario 3: la exhumación de los fétidos correos de Hillary, que pueden erosionar aún más su dañada imagen de deshonestidad y opacidad, como amenaza publicar Wikileaks, sin contar la operatividad de la Fundación Clinton –manejada por su marido Bill y su hija Chelsea– y sus nausebundos vínculos con el maligno megaespeculador George Soros (http://goo.gl/lzIA0B), los banksters de Wall Street y dictadores foráneos.
Y escenario 4: la eclosión de la(s) enfermedad(es) oculta(s) de Hillary.
Hoy pesa más el escenario 4 cuando, como melodrama Netflix, en la mañana de la conmemoración del icónico 11-S, el video de un inmigrante aficionado de origen checo de 50 años, Zdenek Gazda –quien impulsó el periodismo ciudadano–, expuso el casi desplome clínico de Hillary que se viralizó en las redes, pese al ocultamiento inicial de los multimedia, aplastantemente inclinados en favor de la esposa del ex presidente Bill, lo cual ha dado un vuelco a la elección que ese día amaneció muy apretada, incluso con CNN dando una ventaja en la votación general de 2 por ciento a Trump cuando Hillary conserva(ba) una conspicua ventaja para obtener los mínimos 270 votos del colegio electoral.
Se recuerda que el voto es indirecto en EU: se impone la mayoría de los sufragios del colegio ante el voto popular (remember Al Gore en Florida).




En la mente y el bolsillo de los mexicanos queda grabada la máxima del dúo dinámico Videgaray-Carstens: nuestra moneda es sólida, y pasajera la volatilidad cambiaria. Desde el arranque sexenal repitieron el adagio hasta el exceso, mientras el peso era paulatina, pero permanentemente masacrado por el billete verde: de 13 por uno el tipo de cambio se incrementó a 19.50 (ayer al mediodía, y contando), es decir, una pasajera devaluación de 50 por ciento entre declaración y declaración.
Cabezas visibles de la Comisión de Cambios, el ex ministro del (d) año y el gobernador del Banco de México no se cansaron de repetir frases como México está protegido contra la volatilidad; el aumento del tipo de cambio es pasajero; la volatilidad no afectará las finanzas públicas; descartamos riesgos en materia cambiaria; las variaciones son temporales; no se devalúa el peso; en realidad, se revalúa el dólar; a México no le había ido tan mal con la apreciación del dólar; el peso no se devalúa, flota, y muchísimas más por el estilo. Variaciones sobre el mismo tema, todas alejadas de la realidad.
Y si de esta última se trata, es necesario recordar que sin el truco de otro dúo dinámico (Carlos Salinas y Pedro Aspe, a quienes en 1993 se les ocurrió la brillante idea de borrar tres ceros al peso –que transformaron en nuevo–, y por ende al tipo de cambio, para demostrar la solidez de la economía nacional) la lectura correcta es que ayer el billete verde se vendió a 19 mil 500 micropesitos. Todo un récord Guinness.
Lo anterior trae a la memoria otra frase mágica: “la sólida posición de México nos permite hacer frente a los acontecimientos económicos mundiales… Así, podemos reiterar que el tipo de cambio del peso y su libre convertibilidad están asegurados. Sostendremos, sin modificación alguna, el tipo de cambio de 12.50 pesos por dólar y no estableceremos controles cambiarios a las transacciones de mercancías o de capitales. Esta política, invariablemente mantenida es, en las actuales circunstancias, factor básico de confianza para el ahorro del pueblo, la reinversión de los empresarios y pieza vital del manejo de nuestra política económica” (Luis Echeverría: tercer Informe de gobierno; 1º de septiembre de 1973, y reiterado en el quinto Informe, 1º de septiembre de 1975).
Un año después, la solidez y el factor básico se fueron al caño: Echeverría devaluó de forma por demás estruendosa, y de 12.50 pesos por dólar (que se mantuvo desde 1954) el tipo de cambio se disparó a cerca de 20 por uno. Mario Ramón Beteta era el secretario de Hacienda (José López Portillo, su antecesor en el puesto, ya era candidato formal del tricolor) y Ernesto Fernández Hurtado, el director general del Banco de México (y tío de Miguel de la Madrid, otro presidente devaluado).
De entonces a la fecha, sexenio tras sexenio y declaración tras declaración, el tipo de cambio del dólar se ha apreciado (Videgaray-Carstens dixit) la friolera de 156 mil por ciento, y en cada una de las etapas –léase sexenios– el inquilino en turno de Los Pinos, junto con su secretario de Hacienda y el gobernador (antes era director general) del Banco de México, nunca perdió oportunidad para congratularse por la solidez de nuestra moneda. Así es: de 12.50 a 19 mil 500 pesos por billete verde, y contando.
Y ya instalados en la nostalgia, retomo algo publicado en este espacio: más de dos siglos atrás, y a lo largo de 54 años (datos históricos de Inegi), el tipo de cambio peso-dólar favoreció al primero, es decir, se requerían más billetes verdes para comprar un peso mexicano. Aunque parezca mentira este acontecimiento se registró entre 1821 y 1875, cuando por cada dólar se pagaban entre 93 y 98 centavos de peso (y sin reformas estructurales). A partir de la última fecha referida, con Sebastián Lerdo de Tejada en la Presidencia, se empató el tipo de cambio (uno por uno) y de allí en adelante nunca más los mexicanos pudieron adquirir dólares en igualdad de circunstancias (tal vez a consecuencia de la volatilidad pasajera de la que tanto hablan en el gobierno).
La volatilidad pasajera trascendió a Echeverría, pues todos sus sucesores –uno en mayor medida que otros– devaluaron y se devaluaron. José López Portillo, con todo y perro; Miguel de la Madrid; Carlos Salinas (a pesar de su truco de los tres ceros); Ernesto Zedillo; Vicente Fox; Felipe Calderón y ahora Enrique Peña Nieto. Y cuando despertaron, la volatilidad pasajera todavía estaba allí.
A cada devaluación corresponde un toque de humor involuntario, sea éste del propio inquilino de Los Pinos, el secretario en turno de Hacienda y/o el gobernador del Banco de México. Allí está el recuerdo del perro de López Portillo, las medidas dolorosas pero necesarias de Miguel de la Madrid en adelante, y tantos otros chascarrillos temáticos. Y con Peña Nieto no tendría por qué ser distinto: un año atrás, cuando el dólar se vendía a 16.70 pesos en ventanilla bancaria, el susodicho consideró que los mexicanos a veces asocian mucho que el tipo de cambio se mueva con que estamos mal; la verdad, así como evidentemente esto genera cierto escozor entre la gente, también es positivo.



Astros
como cactus
jóvenes.


Opinión


El jefe de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de Estados Unidos, almirante Michael Rogers, se quejó ayer por la negativa de Twitter a prestar a su dependencia el servicio de análisis de datos Dataminr que ofrece, en cambio, a otros clientes.

El grito debe ser por renacionalizar los bienes del país
Este 16 de septiembre se conmemora el 206 aniversario del inicio de la Independencia en México. El gobierno federal, como lo hace cada año, va a recordar este hecho con el Grito de Independencia el día 15 en Palacio Nacional, y con un desfile militar al día siguiente 16. Hasta ahí llegan los actos cívicos de este gobierno.

La neutralidad o indiferencia respecto del matrimonio y la adopción gay es insostenible desde cualquier posición progresista o de izquierda. Sin embargo, hay quien afirma que se trata de un asunto secundario, o incluso de una distracción frente a los problemas centrales de la sociedad, como la pobreza. ¿Es realmente secundaria esta cuestión?

Mauricio Macri alucina. Desde que llegó al poder, toda su agenda gira en torno a ese lugar donde están, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los ángulos. Que, con expresión menos metafórica que la del aleph borgeano, busca meter presa a Cristina Fernández de Kirchner (CFK), o bien inhabilitarla políticamente por vía judicial.

Son expertos en incitar para que otros les hagan el trabajo de lapidación. Si no se puede apedrear físicamente a los estigmatizados, por lo menos que sea simbólicamente. Desde sus templos y publicaciones obispos y arzobispos estuvieron incitando con el fin de que la gente saliera para pronunciarse contra el reconocimiento de derechos civiles a identidades de género que reprueban. Ahora salen con candidez a decir que ellos son ajenos a la convocatoria, que todo fue resultado de la espontaneidad de la feligresía que se siente agraviada porque el gobierno amenaza la integridad de las familias tradicionales.

Según rezan las críticas de los enterados, la aceptación del presidente Peña ha caído muy por debajo de lo recomendable para que pueda, debidamente, ejercer sus funciones. No sólo eso se piensa y se sostiene en la actualidad, también su imagen ha bajado (encuestas) como la de ningún otro mandatario desde que tal fenómeno se mide. Profundizando en la ruta entrevista se llega hasta la solicitud de su renuncia. Hay incluso citada una marcha para pedirla desde la calle. Varios otros inciden en resaltar el poco margen de maniobra (presupuestal) que le queda frente a los dos largos años que le faltan para cumplir su sexenio. No falta quien lo condene sin perdón posible. Peña, arguyen casi a coro, ya no tiene los reflejos, la capacidad o imaginación para darle, durante el resto del mandato, el indicado toque que pueda esquivar el terrible atorón donde cayó a raíz de la infausta visita de Trump. Y todos estos alegatos, premoniciones o deseos extienden sonoro finiquito a una administración que pretendió personificar el renacimiento de un nuevo priísmo.

La historia de la liberalización comercial a nivel mundial no es muy larga. Desde la posguerra se sucedieron diferentes rondas de negociaciones multilaterales al amparo de los Acuerdos generales sobre aranceles y comercio (GATT). Pero el momento decisivo vino con la ronda Uruguay, que culminó con los Acuerdos de Marrakech (1994) y el nacimiento de la Organización Mundial de Comercio.

Nunca sabremos lo que pensó Federico García Lorca aquel 16 de agosto de 1936, cuando fue detenido por la Guardia Civil. Tampoco lo que dijeron sus captores para justificar su detención.

Toronto. Con la rapidez de las redes sociales, pronto se corrió la voz de que Moonlight (Luz de luna), segundo largometraje de Barry Jenkins, había sido una de las favoritas del festival de Telluride. Así, una multitud hizo cola desde temprana hora para verla en su función de prensa y para la industria. Se trata de un sensible, pero discreto melodrama sobre el reconocimiento de un joven afroamericano sobre su homosexualidad.

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