5/11/2019

La patria es una mujer

Diário Liberdade

Traducido del portugués por Anisio Pires

Para hablar de Venezuela, y de los ataques que viene sufriendo del imperialismo representado por EEUU y sus aliados, algunos días tal vez no serían suficientes. Por eso, hago un recorte del tema a partir de algunos elementos que expuse en el Foro de las Mujeres del Mercosur (Regional de Rio Grande del Sur) el 22 de marzo de este año en la ciudad de Porto Alegre. Este relato es el fruto de mis experiencias personales después de haber visitado Venezuela en varias oportunidades y de las nuevas vivencias a las que estoy asistiendo ahora que me encuentro una vez más en esta hermosa tierra. Podría ser resumido como la lucha de las mujeres venezolanas por la Paz, la Justicia y la Igualdad.
Comenzaré usando la que considero la más bella expresión de la Revolución Bolivariana que da título a este texto: “La patria es una mujer”.

Para nosotras, brasileñas y brasileños que aprendimos, o que nos vimos forzados, a relacionar la palabra "patria" y los "símbolos patrióticos" a la cruel dictadura militar vivida en nuestro país, suena extraño. Pero para la Revolución Bolivariana, el termino patria tiene un significado de engrandecimiento y de amor que transciende, y mucho, cualquier concepto encontrado en el diccionario. Es tierra que produce vida, que cuida y que debe ser respetada, es amor, es soberanía que no acepta injerencia de ningún tipo. Es libertad, pero también lealtad y fidelidad de principios. En Venezuela se dice que la revolución sólo puede ser una revolución, si es feminista.

Al ingresar a la página del Ministerio del Poder Popular para las Mujeres e Igualdad de Género en internet, (http://www.minmujer.gob.ve) encontramos esa expresión como nombre del programa dirigido a las mujeres diagnosticadas con cáncer de mama y cuello uterino.

Entre los muchos programas de promoción de los derechos de las mujeres y la igualdad de género, se destaca el Plan Nacional de Capacitación Feminista Argelia Laya (1926-1997) en homenaje a una de las mujeres más importantes de la historia de Venezuela. Mujer afrodescendiente, profesora, política, filósofa y activista que, durante el siglo XX, fue una precursora de la lucha por la igualdad racial y de género. Era conocida también como “Comandante Jacinta”, pseudónimo que adoptó en la década de los 1960, cuando participó del movimiento guerrillero.
El Plan “Argelia Laya” se propone como una estructura conceptual feminista, teórica y socialista para "la construcción de programas de formación dirigidos a la diversidad de mujeres y hombres, en aras de garantizar la despatriarcalización, la igualdad de género y la no discriminación."
Los diversos programas estructuran las políticas públicas para las mujeres y, siendo de las mujeres, son de todo el país, materializándose en lo cotidiano y en la política.
Durante mis visitas a Venezuela pude participar de varias actividades y eventos públicos. Vi de cerca el poder popular actuando directamente en las diferentes instancias de participación. En todas ellas, se destaca la acción protagónica de las mujeres. En las defensorías comunales, en el funcionamiento de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), en los legislativos y en los ejecutivos, de todos los niveles, hay una fuerte y significativa presencia femenina. También en los movimientos de la juventud, jóvenes mujeres ocupan posiciones de liderazgo.
Seria imposible citar cada una de las protagonistas de esa revolución en movimiento, por eso hago algunos destaques. La secretaría general de la Juventud del Partido de Gobierno, el PSUV, es comandada por una mujer, la lideresa juvenil Robetxa Poleo. La Alcaldía de Caracas es comandada por Erika Farías, una mujer que estuvo siempre al frente de las luchas por la igualdad de género y por la valorización de la diversidad sexual.
El Ministerio de Poder Popular para los pueblos indígenas, es encabezado por Aloha Núñez, una mujer de ascendencia wayú, una etnia indígena venezolana. En la vicepresidencia de la República está una mujer, Delcy Rodríguez, expresidenta de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).
Cilia Flores, abogada que defendió al Comandante Chávez cuando estuvo en la prisión y ex-líder de la bancada del PSUV en la Asamblea Nacional, está casada con el presidente Nicolás Maduro; sin embargo, marcando el tono feminista de la revolución, jamás ha sido llamada de "primera dama". Desde el primer día, y de forma oficial, es reconocida como "La Primera Combatiente".

Las mujeres también están presentes, en un número significativo, en las llamadas “milicias populares” y pueden ser vistas como soldadas de la patria en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). En la, cúpula de la institución armada hay todavía una hegemonía masculina que debe ser problematizada en busca de la igualdad defendida por la revolución bolivariana, sin embargo importantes cambios ocurrieron. Fue el propio Comandante Chávez quien nombró en el 2013 a la actual gobernadora del estado Lara, Carmen Meléndez, al puesto de Almiranta en Jefe de la FANB, siendo la primera mujer en la historia de Venezuela en alcanzar ese puesto. En el mismo año, ella se convertiría en la primera mujer Ministra de la Defensa. 

Es importante notar que en mis viajes a esa patria acogedora, que proclama el amor y que busca la paz, a pesar de la cruel guerra económica que enfrenta, nunca vi una persona siquiera viviendo en las calles. No puedo afirmar categóricamente que no haya personas en esa condición, pero cuando veo imágenes recientes de la pobreza en las calles de los Estados Unidos o cuando enfrento la triste realidad de las calles de Porto Alegre, idéntica a la de los grandes centros urbanos de Brasil, me pregunto, ¿Cómo osan hablar de “crisis humanitaria en Venezuela”? 

Uno de los programas más orgullosos de la Revolución Bolivariana, la “Gran Misión Vivienda Venezuela”, es tal vez (en porcentaje) el mayor programa popular de construcción habitacional del mundo. Desde que comenzó en el 2011 hasta hoy, construyó más de 2 millones 600 mil casas confortables y de calidad, en un país que tiene cerca de 30 millones de habitantes. Eso sería equivalente en Brasil, con sus aproximados 200 millones, a más de ¡17 millones de viviendas!
Mucho se habla sobre el presidente Maduro. Lo que vi fue un líder empeñado en defender a su país de los ataques del imperio. Sensible a las fallas detectadas en la prestación de servicios y demostrando una clara disposición para combatir la ineficiencia, la burocracia y la corrupción, el presidente informó semanas atrás que presentaría al país una "profunda reestructuración de los métodos y del funcionamiento de gobierno Bolivariano”.

Cumpliendo su palabra, el presidente Maduro convocó la "Asamblea de los Pueblos" los días 4, 5 y 6 de mayo para responder de manera participativa y protagónica la siguiente interrogante: "¿Qué debemos cambiar en nuestras prioridades, métodos y resultados como Revolución para afrontar el bloqueo y proteger la democracia, la soberanía y la dignidad de nuestro pueblo?". Otra vez las mujeres estuvieron en la línea de frente, participando y presentando sus críticas y propuestas para volver a darle, desde las bases, un nuevo reimpulso a la Revolución Bolivariana y construir la patria-matria socialista y feminista soñada por el comandante supremo Hugo Chávez Frías. 

Destaco como latino-americana que no se trata de que te guste o no el gobierno del presidente Maduro o de apuntar, especialmente en este momento, si existen o no problemas de cualquier tipo en la Revolución Bolivariana. Eso solo le corresponde exclusivamente al pueblo venezolano en el ejercicio de su soberanía y de su democracia participativa plena. A nosotros, los "outsiders", nos corresponde el deber de ser solidarios con su pueblo, denunciando los intentos viles de EEUU y de sus aliados en tratar a ese país, y a la América Latina y Caribeña, como su “patio trasero”, siendo Venezuela su trofeo bañado en oro y rellenado de petróleo (Venezuela posee la cuarta reserva de oro certificado y la mayor reserva de petróleo del mundo). 

Más allá de toda nuestra solidaridad, debemos valorizar y defender el bravo pueblo venezolano que resiste a la agresión con fortaleza y bravura, pero también con ternura y alegría. Y como no hay nada más fuerte, brava, tierna y alegre que una madre, aprovecho la ocasión para compartir mi relato con las madres de Venezuela ahora que se acerca el Día de las Madres. Es algo nuevo para mí como madre pues vengo de una tradición esquiva a valorar ese día por su carácter eminentemente comercial. Venezuela no escapa a esa tendencia pero en revolución han aprendido a resignificar esta y otras fechas desde una perspectiva de lucha. Es por eso que el 12 de mayo le rendirán homenaje a las madres combatientes. Como ustedes me han hecho sentir una de ellas celebraré también nuestro día. ¡Arriba las madres que luchan por la paz, la justicia y la soberanía!

Para concluir, nada mejor que terminar en “clave feminista”, citando la consigna que ha aglutinado al pueblo venezolano en estas últimas semanas de ataques y agresiones imperiales: 
¡Leales siempre, traidoras nunca! 

* Soraya da Silveira Franke es profesora, Pedagoga (UFRGS), Psicopedagoga Institucional e Clínica (FAPA)


 

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