La panista no hará de los derechos reproductivos, de la paridad salarial ni de la lucha a la discriminación de las mujeres su prioridad
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Más claro, ni el agua. Entrevistada por el diario español El País días antes de que resultara ganadora en la contienda interna del PAN por la presidencia de la República, Josefina Vázquez Mota respondió así a la pregunta que le hizo la reportera Verónica Calderón sobre si cambiaría la estrategia contra el narcotráfico: “No hay marcha atrás, ni puede haber una amnistía. Pero sí que tenemos que pasar a una segunda etapa”.
Según el New York Times, en una nota publicada ayer, la candidatura de Josefina es “histórica” y “refresca” al PAN desgastado por la llamada guerra al narco, aunque reconoce que la panista “no hará de los derechos reproductivos, de la paridad salarial ni de la lucha a la discriminación de las mujeres su prioridad”.
El New York Times cita a analistas mexicanos, los que no se equivocan en que la candidata del Yunque no hará de los derechos de las mujeres su prioridad. Aunque sí yerran en afirmar que es “histórica” su elección.
Se equivocan, porque no habrá cambio histórico con Josefina. En realidad, la derecha ultramontana pretende perpetuarse en el poder utilizando la máscara de una sonriente mujer. Tras de sus faldas buscan esconder el puño de hierro, la militarización del país y la impunidad de la violencia así como la política económica y fiscal que genera cada día más pobres. Y un grupúsculo de milmillonarios.
Lo peor es que otros seis años al ritmo de muertos y de violencia actuales podrían llevar a la tumba a 120 mil mexicanos.
Claro, por esos muertos, no habrá manifestaciones de pretendido repudio ni editoriales acusatorios por la muerte a manos de la SSP de Álvaro Oswaldo Cervera en días pasados en Yucatán.
¿Cómo calificaría la diputada Patricia Carvajal Remis la muerte de 60 mil mexicanos durante el presente sexenio?
La diputada panista por el Estado dijo que la muerte de Álvaro Oswaldo es un deplorable hecho que “tiene que ser esclarecido de cara a la sociedad, con absoluta transparencia y certeza, pues no es posible que un ciudadano, por el simple hecho de transitar por las carreteras, hoy se encuentre con la zozobra de ser privado de la vida".
Coincidimos plenamente. Es necesario, como señaló Human Rights Wacht, que el Gobierno Federal (así como la SSP en Yucatán en el caso de Álvaro Oswaldo) esclarezca plenamente la muerte de 60 mil mexicanos en los últimos años. No es aceptable que afirme que la mayoría eran delincuentes. Ni que se viva, auténticamente en un régimen de terror, en gran parte de la nación y en sus autopistas. ¿Sabrá la diputada qué le sucede a un conductor si se le ocurre pasarse un retén militar y no obedecer la orden de alto?
Es ese estado de cosas el que Josefina pretende mantener mientras Felipe se refugia en el exilio dorado en E.U.
Status quo en “el que proliferan las prohibiciones autoritarias, no más minifaldas, no más narcorridos, no más internet sin candados, no más literatura sobre el crimen y la violencia. Sí a los retenes, sí más registros … del iris del ojo, de las 10 huellas digitales, del celular, de la tarjeta de circulación con chip, del auto” (síntesis de René Delgado y Lorenzo Meyer, Reforma).
Es este país de la violencia, del millón y medio de desplazados, de la impunidad, de los miles de desaparecidos, de los abortos clandestinos, del saqueo de las transnacionales mineras de los sitios sagrados de los Wixárika, del aumento de 10 millones de pobres, de la corrupción emblematizada en la Estela de Luz, ¿el rostro humanista del que habla el PAN?
Josefina, por el hecho de ser una candidata mujer a la presidencia, quizá haga historia. Pero es la misma gallina revolcada que hemos tenido en los últimos 10 años.
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