1/12/2013

Mujeres triquis huyen de la violencia comunitaria en Oaxaca

LA OTRA RUTA MIGRATORIA
La Otra Ruta Migratoria
   Fundan Nuevo San Juan Copala en Baja California

CIMACFoto | César Martínez López
Por: Citlalli López, enviada
Cimacnoticias | San Quintín, Baja California.- 

Por la ola de violencia, cientos de mujeres triquis del estado de Oaxaca abandonaron su tierra para iniciar una nueva vida en el norte del país.

Las mujeres que no enviudaron a consecuencia de los enfrentamientos comunitarios huyeron de la muerte con sus hijas e hijos y sus parejas, al estado de Baja California (BC).

En los conflictos por el control del territorio de la etnia triqui, las mujeres son la carne de cañón y el botín predilecto. En esta parte del país fundaron lo que han llamado el Nuevo San Juan Copala, una colonia de San Quintín, municipio de Ensenada, en BC.

El nombre de la colonia refiere al pueblo de donde huyeron por la violencia, en la región mixteca de Oaxaca.

Juana Ramírez es originaria de la agencia municipal Cumbre Hierba Santa, en Copala, y llegó en el 2000 a Ensenada porque “tenía miedo de morir” en su comunidad, como les ha sucedido a decenas de sus paisanas.

Su comunidad de origen es una de las 23 agencias municipales que conforman Santiago Juxtlahuaca, Oaxaca, localizado en la región mixteca, al poniente de la capital del estado.

El municipio enclavado en la mixteca baja del estado arrastra conflictos políticos y sociales que en 30 años han dejado al menos 800 muertes violentas de mujeres y hombres, niñas, niños y adultos, de acuerdo con estimaciones del comité administrador de la Casa Cultural de la Nación Triqui “Heriberto Saúl Pazos Ortiz”, refugiados en la ciudad de Oaxaca.

Antes de que el conflicto en la zona triqui se agudizara, Juana Ramírez, ya viuda, abandonó sus terrenos y viajó a San Quintín para iniciar una nueva vida.

Tan sólo en los últimos cuatro años, la agencia de San Juan Copala, en donde existe el mayor conflicto, perdió al 70 por ciento de sus pobladoras mujeres, estimó Lorena Merino Martínez, quien actualmente vive en un campamento en los corredores del Palacio de Gobierno, en la capital del estado.

Hasta 2005, en San Juan Copala el número de habitantes ascendía a 786, de los cuales 333 eran hombres y 453 mujeres. A partir de 2009 comenzó el éxodo mayoritario de mujeres, muchas de ellas ya viudas, quienes emigraron al DF, Estado de México, BC o la ciudad de Oaxaca.

Actualmente se desconoce el número exacto de mujeres que quedan en aquella población, pues ante la falta de condiciones de seguridad, en 2010 el Inegi suspendió el Censo de Población y Vivienda.

De acuerdo con Lorena, quien perdió a su esposo durante una balacera en San Juan Copala, las mujeres y las y los niños son más vulnerables, pues son violados y después asesinados. Además de que desde 2009 se quedaron sin médicos, medicinas y maestros para sus hijos.

Juana Ramírez actualmente es jornalera, partera y curandera, considerada una mujer sabia por los conocimientos en la medicina tradicional.

Con su trabajo en la pizca de la mora en los campos de San Quintín, compró un lote al gobierno de BC para que las y los oaxaqueños crearan residencia y así mantener activa la actividad agrícola y comercial del Valle de San Quintín.

En ese terreno que la mujer adquirió en 20 mil pesos a pagos quincenales de 100 y 200 pesos, ella y su segundo esposo levantaron tres piezas grandes de aglomerado de madera.

Las habitaciones están vestidas con pocos muebles y enseres domésticos prendidos con clavos. Una mesa sin sus sillas y un refrigerador. En la pieza más pequeña, Juana guarda el tejedor con el que elabora sus huipiles.

En la habitación sólo hay un par de zapatos y estambres. “Aunque sea aquí en casa de madera, pero nadie nos va a tirar balazos”, dice.

La colonia está ubicada en la delegación Vicente Guerrero. Ahí hay asentados al menos unas 20 mil personas oaxaqueñas concentradas en 30 colonias, con triquis y mixtecos como las etnias mayoritarias.

Las mujeres representan el 55 por ciento de los habitantes, señala el delegado municipal, Justino Herrera Martínez, quien también es de origen triqui.

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