5/09/2015

Día de la madre pero ¿qué madre?


Uno de los grandes logros del Feminismo, tanto para las mujeres como para los hombres, ha sido desligar la sexualidad de la reproducción. Algo que hoy nos parece natural en muchos países del mundo, sigue siendo casi impensable en otros. Y no hace tantos en España, el país desde el que escribo, planificar la maternidad mediante el uso de métodos anticonceptivos era un delito tipificado en el Código Penal.

Por tanto, hablar de maternidad -como hablar casi de cualquier cosa- es hablar de política. Y esa es la premisa desde la que parto para hablar del Día de la madre. Celebrado y detestado a partes iguales, a veces sin saber muy bien por qué. Cuando se obliga o se prohíbe la maternidad, el exigir que sea voluntaria es irrenunciable. Pero ¿qué es ser madre? ¿cómo nos situamos frente a un modelo de maternidad heteronormativo y patriarcal completamente obsoleto?
Desde luego, casi nadie al hablar de madres habla de la madre que nos venden los grandes almacenes un día al año. Un "invento" pervertido y comercializado que en su origen tenía una pretensión reivindicativa, como nos cuentan maravillosamente nuestras compañeras de Mujeres Imperfectas. Tampoco la madre de la tradición judeocristiana que parirá con dolor como castigo al pecado original, origen de todos los males del universo.

El debate sobre la maternidad entre las mujeres que cuestionamos el patriarcado y la heteronormatividad, lleva fresco varias décadas por unos u otros motivos. La polémica ha estado candente en España hace apenas unas semanas. Desde las que reivindican la maternidad como esencia de la feminidad, coincidiendo en postulados extremos opuestos del posicionamiento político, hasta quienes intentamos hacer malabares con nuestras contradicciones, esquivando por un lado los detectores de mujer-mujer del patriarcado o de la feminista-feminista por quienes entienden el Feminismo como un movimiento unívoco y centralizado.
Plantearse la maternidad desde lo político no es sencillo. Y sin embargo ¿cómo hablar de maternidad exclusivamente desde lo privado en una sociedad en la que los horarios laborales son imposibles, la mono o bimarentalidad silenciadas, la conciliación se plantea como una  carga para la empresa y la sociedad y las escuelas de educación infantil públicas son casi inexistentes? 
Y entre tanto las mujeres seguimos pariendo. Unas serán madres mediante el parto pero ¿acaso no hay madres que jamás han parido? ¿no hay mujeres que paren y ni desean ser ni serán nunca madres? ¿Qué juicios de valor, qué políticas públicas, qué mecanismos sociales rodean esas decisiones?
(Ver en * educación diferenciada)
Las propuestas teóricas feministas a la maternidad son diversas pero en la práctica las madres -feministas y no feministas- seguimos haciendo lo de siempre: lo que creemos mejor para nosotras, para nuestras criaturas, para nuestra familia. La clave es que en esta ecuación el orden de los factores sí altera el producto. Lo que priorizamos no es baladí, no es natural y no siempre es fruto de una decisión libre e informada.
La maternidad puede ser un milagro, o una pesadilla, o ambas cosas varias veces al día. Y tenemos que decirlo y reivindicarlo. No es cuestión de ser "buenas madres" o "malas madres" porque eso supondría reconocer o dar validez a un modelo determinado y ¿quién decide ese modelo? ¿el patriarcado? ¿la sociedad? ¿nosotras a solas? ¿en pareja? ¿cómo lo conjugamos con la cultura y la sociedad preexistentes? 
Lo que no podré es "celebrar" la maternidad mientras una sola alumna treintañera, inteligente, formada y madre por decisión libre y gozosa me siga confensando dolida que se siente como un "desecho humano" porque tras el parto y la subida de teta se siente triste, frustrada, cansada y con ganas de estar sola aunque sea un ratito. Porque algo estamos haciendo muy mal cuando un modelo de "buena madre" sigue presente en el imaginario colectivo y la sociedad nos plantea como alternativa disidente ser "mala madre".

Utilicemos el Día de la Madre para construir alternativas de maternidades libres de culpa. Muchas, tantas como mujeres seamos. Y reconozcamos que las alternativas de nuestra elección no nos hacen "malas madres" solo nos hacen -si aceptamos la definición- madres diferentes.



María S. Martín Barranco
Especialista en Igualdad
@generoenaccion

Formación político-social (niños): LA FAMILIA. "Toda agrupación, para conseguir sus fines, necesita un jefe. El jefe de la familia es el padre. Como tal, trabaja y manda. Trabaja para dar ejemplo y procurar el bienestar de los demás miembros; manda, para que bajo su armoniosa autoridad cada cual cumpla su misión: la madre administrando el hogar y los hijos preparándose para una vida moral y materialmente digna."


Formación política (niñas): "Las misiones que actualmente tiene encomendadas la Sección Femenina son dos: servir a la Patria en quehaceres propios de la mujer y preparar a ésta para que el día de mañana pueda formar una familia cristiana, patriótica y ejemplar."

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