5/24/2016

Fosa en Tetelcingo es una esperanza para 150 familias que esperan saber de sus seres queridos: madre de desaparecida


FOSAS TELELCINGO, MORELOS
    
(24 de mayo, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- Oliver Navarrete Hernández, de 31 años de edad, fue secuestrado el 24 de mayo de 2013 en Cuautla, Morelos; 10 días después su cadáver fue hallado en la barranca de los Papayos en el municipio de Ayala. Sus familiares reclamaron el cuerpo, a pesar de estar plenamente identificado, la Fiscalía General del Estado (FGE) lo retuvo y el 28 de marzo de 2014 lo enterró en una fosa común clandestina en la comunidad de Tetelcingo, municipio de Cuautla, sin seguir los protocolos marcados por la ley en el predio de Las Cruces, el cual ni siquiera cuenta con el permiso del ayuntamiento para operar como cementerio.
Luego de una lucha legal que duró ocho meses y 12 días, la madre de Oliver, María Concepción doblegó a la Fiscalía la cual se vio obligada a admitir que el cadáver había sido inhumado de manera “errónea” y autorizó la diligencia de exhumación el 9 de diciembre de 2014. La familia pudo presenciar todo el proceso y grabó un video con el cual reveló que en la fosa clandestina había al menos 149 cadáveres más aunque la fiscalía general solo reconoce la presencia de 116.
Desde entonces, los familiares de Oliver han luchado para que la FGE informe por qué enterraron el cuerpo cuando ellos lo reclamaban, y por qué utilizaron fosas clandestinas para deshacerse de restos humanos cuando hay miles de familias buscando parientes desaparecidos en el país. Actualmente la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Morelos (CDHEM) trabaja en conjunto con la Fiscalía General para elaborar un padrón actualizado de desapariciones forzadas, la última cifra oficial la ofreció la CDHEM: 966 personas desaparecidas.

Caso Oliver brinda esperanza
Cuando cientos de familiares con personas desaparecidas conocieron la existencia de la fosa clandestina de Tetelcingo se agruparon para exigir al gobierno del perredista Graco Ramírez que exhumara los cuerpos allí enterrados. Una de las personas que más énfasis puso para participar activamente en la exhumación de los cadáveres fue Tranquilina Hernández Lagunas, quien busca a su hija Mireya Montiel, de 18 años de edad desde hace un año y ocho meses, ella desapareció en Cuernavaca.
Por medio de la Ley General de Víctimas, Lina logró una resolución judicial que le permite participar activamente en la búsqueda de su hija. “Esta fosa es una esperanza para 150 madres, 150 familias que esperan saber de sus seres queridos. En tanto haya una mínima sospecha que mi hija podría estar aquí, aquí voy a estar yo”, explicó a Revolución TRESPUNTOCERO mientras se coloca un traje aislante, pues estaba a punto de excavar en la fosa de Tetelcingo.
Para Lina, Tetelcingo es una muestra de la indolencia del estado con los familiares de las víctimas de desaparición forzada y evidencia su complicidad con los grupos criminales que operan en Morelos. “Hay muchos casos en Morelos donde se sabe quién fue el que desapareció a otra persona, pero la fiscalía no hace nada, no sé qué tanto tapan, ejecuciones extrajudiciales tal vez, algo hay de interés en el estado para que esta fosa no se destape”, afirma Lina.
Desde que inició la búsqueda de su hija Mireya, Lina ha perdido su trabajo, amigos y la alegría, pero ha ganado fuerza y experiencia sobre cómo luchar por su derecho a la verdad y justicia. “Esto nadie lo sabía, hasta que Oliver vino a dar aquí encontramos que el gobierno de Morelos escondía a los muertos, pero Oliver es la voz de todos los que están en ese hoyo. Este gobierno está perdido y nos quiere perder a nosotros, yo me pregunto, con estas autoridades: ¿cuándo?, ¿cuándo van a encontrar a nuestros familiares?”, cuestiona Lina con dureza.

Inicio de la jornada
Previo a los trabajos de exhumación decenas de familiares de víctimas de desaparecidos se congregaron alrededor de la fosa para celebrar una misa en memoria de las personas que fueron enterradas de manera ilegal. Durante la eucaristía María Concepción, madre de Oliver, leyó entre sollozos una carta a nombre de su hijo, en ella destacó que este 24 de mayo se cumplen tres años del asesinato de su Oliver, además reclamó duramente el camino de dolor y tristeza que el gobierno de Morelos le ha obligado a transitar.
“La esperanza de ver crecer, educar y abrazar a mis hijos me fue arrancada. Yo no busqué mi partida, por eso les pido que hablen de mi vida y no de mi muerte, porque incluso aquí donde me encuentro hoy estoy rodeado de amor. Lo que ahora pido es justicia”, recitó doña Concepción.Por su parte el poeta y activista de Morelos, Javier Sicilia, señaló que el gobierno de Enrique Peña Nieto debe entender que la prioridad en su administración es la crisis humanitaria y de derechos humanos.
“Hay una falta de sentido sobre lo que está sucediendo en este país. Las autoridades vinculadas con este delito de negligencia criminal deben ser castigadas. Esta fosa acusa al Estado, nos habían dicho que las fosas las hacían los criminales y con esta fosa de Tetelcingo, nos señalan que también el Estado contribuye y colabora con esta atrocidad que es borrar la presencia de seres que estuvieron con nosotros”, expresó Sicilia.
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Retrasa fiscalía exhumación de cuerpos
El acuerdo entre los familiares y la fiscalía general indicaba que los trabajos de excavación iniciarían a las 07:30 horas, en la realidad comenzaron seis horas después debido a las diversas fallas de los peritos estatales. Roberto Villanueva, director de atención a víctimas de la Universidad de Morelos, denunció que el ministerio público local pretendía realizar en forma “cerrada” la exhumación de los cadáveres, cubriendo el lugar con plástico negro, agregó que con esa acción la dependencia incumple con el acuerdo de transparencia.
Villanueva también evidenció que la fiscalía no colocó las carpas, ni trajo el agua para limpiar la zona y los cuerpos, tampoco dotaron de energía eléctrica en el predio y no aportaron la maquinaria pesada para levantar la tierra. Por estos motivos los familiares amagaron con posponer los trabajos y acusaron a la fiscalía general de aplicar medidas dilatorias para evitar que la fosa se abriera en presencia de las decenas de medios de comunicación presentes.
Los activistas demandaron la presencia del fiscal general morelense, Javier Pérez Durón quien llegó pasado el mediodía y se comprometió a respetar todos los acuerdos tomados previamente con los familiares de las víctimas. En el proceso de identificación de las víctimas participarán cuatro instancias: la Universidad Nacional Autónoma de Morelos, la Comisión Nacional de Seguridad, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la Fiscalía General del Estado.
Una vez que se tomen muestras de ADN de los cadáveres estos se depositarán en otra fosa común, siguiendo los protocolos adecuados, en el Panteón Jardines del Recuerdo.

Balance del primer día
A las cuatro de la tarde los peritos encargados de la exhumación reconocieron que el lugar donde se había perforado inicialmente no era la ubicación correcta por lo que debieron recalcular las coordenadas de la fosa. Después de una hora más de excavación confirmaron el hallazgo del primer cadáver. Sin embargo debido a la hora (cinco de la tarde) optaron por decretar un receso, de esta forma las labores reiniciaran hoy a partir de las seis de la mañana.
“Es bastante inquietante que se vengan manejando diferentes profundidades en la ubicación de los cadáveres, primero dijo la fiscalía que eran dos metros, después 2.30 y resultó que era a 3.23 (metros). Eso nos habla del pésimo trabajo que realizó la fiscalía”, criticó Abimelec Morales, especialista en criminalística y jefe de los peritos independientes de la UAEM.

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