8/02/2016

Todos contra el gobierno neoliberal y por el socialismo


Aprender y avanzar en la lucha popular
Fragua


Cuando el 15 de mayo la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) llamó a iniciar un paro de labores, el grueso de las organizaciones independientes volcó sus esfuerzos en apoyo a la lucha del magisterio democrático, pues se avecinaban momentos álgidos en la participación de distintos sectores de la sociedad.
Nuestra organización no se quedó atrás; mediante nuestra modesta participación en las brigadas, las marchas, el plantón, los foros y las asambleas hemos llegado algunas reflexiones que quisiéramos compartirles a continuación. Entre las organizaciones y la CNTE se vive un gran ánimo de querer sumar fuerzas en beneficio del movimiento magisterial y popular, sin embargo, existen limitaciones que evitan el avance de la construcción de un movimiento amplio que rebase los objetivos y características de una lucha gremial o económica a una lucha más amplia, que permita mantener la organización popular e integrar a más personas en la lucha social contra un sistema económico que agudiza el despojo, la represión y la explotación.
Aunque en números anteriores de FRAGUA hemos hablado sobre algunos métodos incorrectos de trabajo, como el culto a la espontaneidad, no quisimos dejar de lado la oportunidad de analizar un hecho concreto, con el fin de fortalecer la lucha popular.
En primer lugar, la participación de distintas organizaciones aún se basa en métodos artesanales de trabajo, es decir, sin planificación y sin objetivos o responsabilidades, sin tiempos ni mecanismos de evaluación, lo que tiene como consecuencia actividades que, en vez de sumar a la gente a la organización permanente, la terminan alejando o frustrando. La gente es inteligente y comienza a notar que no hay un crecimiento o que falta disciplina y compromiso en las actividades, además muchas veces las organizaciones se limitan a ciertas actividades como si fueran fórmulas a seguir, por ejemplo, las marchas, foros, asambleas, etcétera, que terminan convirtiéndose en actividades que no intentan involucrar a nuevas personas o sectores a la lucha. Como consecuencia, las nuevas generaciones de jóvenes, sindicalistas o gente del barrio que se asoman a alguna actividad política no se unen ni generan procesos organizativos permanentes, sino únicamente se limitan a participar en las coyunturas.
Por ejemplo, después de la represión del 19 de junio por parte del Gobierno federal en contra de maestros y pobladores en Nochixtlán, Oaxaca, la participación popular se elevó. En las actividades se podía percibir el sentimiento de indignación y de cuando en cuando se escuchaba que lo ocurrido ahora si “estuvo cabrón”, sin embargo, aunque estos acontecimientos agudizaron la solidaridad, muchas de las veces las tareas que proponían las organizaciones carecían de un planteamiento y orientación claras y un método de trabajo correcto que condujera al movimiento que emergía y ayudara a elevar el nivel de conciencia de clase proletaria, para trascender de la lucha coyuntural, inmediatista, a una lucha general contra todas las injusticias, es decir, a la lucha política. Si queremos que nuestras propuestas contribuyan a alcanzar los objetivos históricos del proletariado, su elaboración no puede depender sólo de ocurrencias, sino deben ser producto de un análisis marxista de la correlación de fuerzas y el enemigo a vencer.
Otro elemento de suma importancia son las consignas, pues son guías para la agitación, la propaganda y la acción que se hacen a los sectores organizados y no organizados. En algunas ocasiones, en las actividades se podían escuchar llamamientos a la huelga general, aderezados de cierto radicalismo rimbombante que, si bien podían recibir la aceptación de la gente, en realidad no responden a una actividad que pueda desarrollarse ni son producto del proceso organizativo popular, por lo que terminan siendo consignas vacías, que se podrán seguir coreando, pero nada más.
Pero la limitación más importante que hemos detectado en nuestra participación en la lucha popular es la incapacidad de ubicar al enemigo principal ya que, si esto no lo tenemos claro, poco se puede avanzar. Por ejemplo, hay algunas organizaciones que consideran que el enemigo a vencer es Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la socialdemocracia o el oportunismo, pues argumentan que no representan los intereses del proletariado, lo cual es cierto. Sin embargo, para nosotros que tenemos como objetivo la lucha por el socialismo, el enemigo principal, el punto de encuentro en el que coinciden cada vez más amplios sectores inconformes, son las agrupaciones políticas y empresariales que aplican y defienden la política neoliberal de despojo, represión y explotación. Mientras tengamos claridad en esto podremos ubicar con quiénes nos podemos coordinar, establecer alianzas temporales e incluso generar procesos de unidad en la lucha popular, para impulsar un movimiento de masas que lleve hasta sus últimas consecuencias la lucha contra el neoliberalismo e impulse la lucha por el socialismo.
Nuestra participación en la lucha actual ha reforzado nuestra idea de la necesidad de ligar, de engarzar las diferentes luchas en una sola que vaya más allá de la suma de las reivindicaciones particulares de cada sector del pueblo afectado por las llamadas reformas estructurales y trace el camino hacia el socialismo.
Es necesario construir Comités en contra de las reformas neoliberales cuyos objetivos principales sean:
1.- Construir un gran frente amplio de carácter clasista e independiente capaz de impulsar la lucha contra el neoliberalismo desde una posición de clase proletaria y de lucha por el socialismo.
2.- Derogar todas las reformas neoliberales impuestas en más de 30 años de aplicación de esta política y proponer la formación de un gobierno democrático antineoliberal.
Las tareas, entonces, serían las siguientes:
1.- Crear Comités en contra de las reformas neoliberales en los cuales se unan a todos quienes quieran luchar contra los efectos de las reformas llamadas neoliberales: trabajadores del campo y la ciudad, pequeños comerciantes arruinados, médicos, derechohabientes, maestros, estudiantes y padres de familia.
2.- Informar por medio de agitación y propaganda a toda la población sobre los efectos negativos de las reformas neoliberales en la vida de millones de mexicanos y de los futuros efectos negativos de las que se están aplicando ahorita o se aplicarán.
3.- Impulsar acciones coordinadas entre las fuerzas socialistas y comunistas en todos los espacios donde se manifieste el movimiento popular-magisterial.
Es necesario construir la organización popular permanente que en realidad sea la alternativa para cientos de miles de personas que están dispuestos a sumar esfuerzos en la lucha por una vida digna.
¡Agitar, movilizar, organizar contra el gobierno neoliberal!
¡Luchar con dignidad, con el pueblo organizado, luchar hasta vencer!

NOTA: Este artículo fue publicado como parte de la sección LUCHA POPULAR del No. 19 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 25 de julio de 2016.
Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP) 

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