11/19/2016

La alerta de la alerta de género


   MUJER SONORA
Por: Silvia Núñez Esquer*
anuncio de la gobernadora de Sonora Claudia Pavlovich Arellano, sobre acciones específicas para combatir la violencia de género, cayó como respuesta urgente y directa a la indignación y miedo que generaron los más recientes casos de feminicidio perpetrados al sur del estado.

La expectativa sobre la concreción de acciones está presente pues hasta hoy la política de atención a la violencia de género había estado soterrada y disminuida ante los demás programas de gobierno.

La gobernadora anunció una serie de medidas para subsanar la omisión de la violencia que se inflige a las mujeres; entrará en operación el número de emergencia 911 que dará atención especial a las solicitudes de ayude de mujeres víctimas de violencia.

Pero esa es solo una de las medidas. También anunció que habrá “autobuses rosas” en la zona rural en donde al menos cuatro jóvenes fueron violentadas sexualmente, una de ellas asesinada, en el sur del Estado.

En lo que llamó “una batalla frontal contra la violencia hacia las mujeres”, Pavlovich Arellano reconoció por primera vez por su nombre a la violencia de género, y exhortó a las mujeres a denunciar, a no quedarse calladas. Otra de las medidas es la generación de una aplicación de teléfono celular para situaciones de emergencia, así como para obtener información de manera permanente.

El discurso modificado radicalmente se da dentro del término de prórroga que por 6 meses pidió el gobierno del estado a la Conavim, y con ello poder dar cumplimiento a las doce recomendaciones que emitió el grupo de trabajo que investigó la solicitud de Alerta de Violencia de Género contra las mujeres (AVG) para el municipio de Cajeme, ubicado al sur de la entidad.

Son tres los casos de feminicidio cuyas características han generado un impacto psicosocial negativo pues tanto las jóvenes, adolescentes y niñas, así como sus familias, vecinos, y habitantes del sector se encuentran temerosos y estresados para caminar por las calles vecinales, hacia la escuela o trabajos.

En poco más de un mes las autoridades dieron a conocer tres casos de mujeres que salieron de sus casas a atender actividades rutinarias, todas desaparecieron, fueron reportadas como desaparecidas por sus familiares y un día después, encontradas sin vida.

El 22 de septiembre la Procuraduría General de Justicia del Estado dio a conocer que encontró el cuerpo calcinado de una mujer en el kilómetro 8 de la carretera que conecta Bacobampo con Buaysiacobe; a través de pruebas periciales se determinó que la víctima era Sara Gertrudis Solís Pérez, quien permaneció desaparecida por cuatro días.

El 3 de noviembre, después de tres días de desaparecida, la maestra de danza folclórica Lizeth Aracely Fuentes Argüelles, apareció asesinada en el Ejido Primero de Mayo (Campo 77), perteneciente al Municipio de Bácum. El cuerpo fue localizado sobre el margen de un dren (drenaje), parcialmente sumergido en las aguas residuales en el Valle del Yaqui, según el reporte de las autoridades.

Su asesinato provocó mucha indignación, miedo, y dolor entre la sociedad sonorense, familiares, amigos y conocidos del instituto en donde impartía clases.

En protesta, se realizó una marcha a la que acudieron cientos de personas quienes mostraron su enojo pues se dio a conocer que el responsable había cometido tres violaciones más con el mismo modus operandi, previo al asesinato de la maestra.

Mientras las autoridades intentaban explicar cómo pudo suceder un feminicidio evitable como el de la maestra, el 11 de noviembre Diana Domínguez Félix, quien trabajaba como representante de laboratorios, fue localizada sin vida después de cuatro días de desaparecida, según reportaron sus familiares.

Días antes había salido a trabajar, pero desapareció, por lo que su familia la empezó a buscar. Su cuerpo se encontró en la comunidad de Tesia, hacia donde fue llevado por el feminicida pues la privó de la vida en Ciudad Obregón.

Todo este contexto feminicida en la región sur de Sonora, generó un cambio de discurso oficial. Ya se habla de violencia de género, lo cual nos indica que finalmente se reconoce que también en esta entidad la violencia contra las mujeres se hace presente.

Se instruyó al Sistema Estatal de Prevención, Atención, Sanción y Erradicación de la violencia contra las mujeres a trabajar coordinadamente en acciones de emergencia que contribuyan a evitar el feminicidio. Si bien algunas otras medidas han sido retomadas de las propuestas de organizaciones de la sociedad civil, todavía no se ha establecido una coordinación con éstas.

Es esperanzador que la política estatal venga desde la responsable del poder ejecutivo, no obstante, las acciones llevarán tiempo pues están sujetas a su creación como el caso de la aplicación telefónica o el transporte rosa, pues se deberán diseñar las condiciones en que éste operará.

De igual forma, el Centro de Justicia para las mujeres en Hermosillo llevará tiempo en construirse. Sin embargo, la instrucción enérgica para que todo el funcionariado se conduzca de acuerdo a los protocolos vigentes, es para tomarse en cuenta.

De cualquier manera, la violencia exacerbada contra las mujeres en el sur del estado no debe invisibilizar el feminicidio que está presente en todos los municipios. No debe hacernos olvidar que en Sonora, más de la mitad de los asesinatos se perpetran dentro de los hogares y por las personas con las que las mujeres se sienten más seguras: sus familiares.

No podemos dejar de lado que en Nogales, San Luis Río Colorado, y la región del desierto, también se han producido casos de feminicidio emblemáticos.

Por ahora, aunque no se llame así, en Sonora se ha emitido una pre alerta de género. Esperemos que las acciones se cumplan, pero sobre todo, que sirvan para evitar más casos de feminicidio.

*Periodista integrante de la Red Nacional de Periodistas y directora del blog Mujer Sonora http://mujersonora.blogspot.mx/
Twitter: @mujersonora

CIMACFoto: César Martínez López
Por: Silvia Núñez Esquer*
Cimacnoticias | Sonora.-  El

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