Foro por la Universalización y Atención Integral de la Salud
Por Guadalupe Cruz Jaimes
México, DF. 30 sep. 10 (CIMAC).- La desigualdad entre géneros y la pobreza, limita e incluso excluye, a las y los mexicanos del derecho a la salud, el cual rebasa la atención médica, señalaron especialistas en el tema, durante el Foro por la Universalización y Atención Integral de la Salud.
En la Cámara de Diputados, Mauricio Hernández, subsecretario de Prevención, de la Secretaría de Salud, explicó que el derecho a la salud implica también el derecho a vivir en condiciones de equidad entre mujeres y hombres, así como a una vida sin pobreza.
Dichos factores son determinantes para que la persona y comunidades enteras tengan un estado de salud satisfactorio, añadió.
Por lo que, el concepto de derecho a la salud basado en el acceso a servicios médicos, es limitado. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) este derecho prevé como indispensables la equidad de género, la seguridad económica, el acceso a la educación y servicios como agua potable, como determinantes de la salud, citó el funcionario.
Por lo anterior, dijo, en el país el lugar de nacimiento determina la salud que va a tener cada mexicana o mexicano, “no es lo mismo nacer en Ciudad Juárez, en Chiapas o en la Ciudad de México”, pues las oportunidades de educación, empleo, seguridad y alimentación son distintas.
“Los determinantes sociales mejoran la calidad de vida o pueden aumentar de forma importante las enfermedades y decesos de personas en el país”.
Entre dichas determinantes, se reconoce el ingreso y posición social. Muestra de ello, es que las personas con menor ingreso y presión laboral, tienen dos o tres veces más riesgos de padecer enfermedades crónicas.
Otra de las determinantes reconocidas es la educación, un ejemplo es la prevalencia de embarazos adolescentes en mujeres que no concluyeron la primaria, éste es un factor de riesgo, pues las gestaciones a esa edad son cinco veces más peligrosas.
ALIMENTACIÓN Y POBREZA
Al respecto, Marcos Arana, de la organización civil Observatorio por la defensoría del derecho a la Salud, ubicada en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, señaló que en condiciones de pobreza, la desnutrición, seguirá cobrando la vida de mujeres, niñas y niños, principalmente.
Los factores que propician la desnutrición están ligados a la situación de pobreza, algunos de ellos son: la falta de nutrientes de la madre durante el embarazo, si las mujeres saben leer y escribir, así como su exposición al humo de leña, que utilizan para cocinar.
Ante este panorama, los programas de combate a la desnutrición no toman en cuenta estos aspectos, que afectan al 80 por ciento de mujeres y niñas pobres, que habitan principalmente en zonas rurales.
La estrategia gubernamental consiste en acciones únicas, que no integran datos de medición de desarrollo de la población y tampoco tienen en cuenta problemáticas que son determinantes sociales, como la falta de acceso a la educación y a servicios como drenaje y agua potable.
Un ejemplo, es el complemento alimenticio Nutrisano que se otorga a las familias de escasos recursos como parte del programa Oportunidades, éste es un producto obsoleto.
En este sentido, Julieta Ponce, directora de Centro de Orientación Alimentaria, mencionó que sin una alimentación sana, la salud de la infancia mexicana está en vilo, pues en el país 1 de cada 10 niñas y niños tiene problemas de desnutrición, pero 8 de cada 10 tienen alguna deficiencia alimentaria.
La situación se agudiza en las regiones más pobres, como Chiapas, Guerrero y Oaxaca, donde 9 de cada 10 niñas y niños padecen desnutrición, esta población corre “grave riesgo” de morir por infecciones gastrointestinales o respiratorias.
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