2/13/2013

La voz de la indolencia

OPINIÓN
   CRISTAL DE ROCA

Especial
Por: Cecilia Lavalle*
Cimacnoticias | México, DF.- 

“Sucede en cualquier parte del mundo”, dijo el alcalde de Acapulco, Guerrero, Luis Walton, respecto a la violación de seis mujeres españolas el pasado 4 de febrero en ese polo turístico. Lo que no sucede en todas partes del mundo, habría que decirle, es la indolencia y el desprecio implícito o explícito por las mujeres.

En sus primeras declaraciones, el alcalde podría haber lamentado profundamente los hechos, reprobar enérgicamente la violencia contra las mujeres de cualquier nacionalidad y girar instrucciones para investigar los hechos hasta dar con los responsables. Pero, claro, salvaguardar el destino turístico fue la prioridad. Por eso salió a decir lo que dijo.

No es el único que piensa así. En todas partes del mundo hay hombres que piensan que la mujer es, por encima de todo, un objeto sexual, o que hablan y actúan a partir de la idea de que somos un recurso renovable, reemplazable y desechable.

No obstante, también vale decir, en muchos países las víctimas de cualquier delito son la prioridad y su Estado de Derecho admite muy pocas concesiones a la hora de hablar de justicia. Este último es el espejo en el que hay que mirarnos.

Ahora bien, todo fuera como enmendarle la plana al funcionario municipal y obligarle a tomar cursos intensivos de Derechos Humanos de las mujeres. El verdadero problema es que el señor Walton representa el pensamiento de buena parte de las autoridades en nuestro país.

El “Diagnóstico de violencia feminicida en México. Características tendencias y nuevas expresiones en las entidades federativas 1985-2010”, señala que al año se registran en promedio 15 mil denuncias por violación sexual. A esa cifra habría que sumarle el cálculo aproximado de las víctimas que no denuncian, lo que se conoce como “cifra negra”.

En ese informe también, elaborado por el Instituto Nacional de las Mujeres, ONU-Mujeres y la Comisión Especial del Feminicidio de la Legislatura anterior, se precisa que la detención de responsables y consignación al Poder Judicial, apenas alcanza un promedio de 4 mil personas al año (Cimacnoticias, 7 de febrero de 2013).

Por su parte, Amnistía Internacional señaló que en 2009 sólo se dieron 2 mil 795 condenas por casos de violación (Cimacnoticias, 8 de febrero de 2013).

¿Y dónde está el escándalo? ¿Dónde las declaraciones de legisladores exigiendo que se llegue a las últimas consecuencias? ¿Dónde la búsqueda implacable de los culpables? ¿Dónde la protección y resguardo inmediato de las víctimas? ¿Dónde las notas a ocho columnas y los espacios en horario estelar en medios de comunicación? ¿Dónde?

En el fondo, el alcalde representa la voz indolente generalizada en México, la voz que sostiene que la fama pública de un destino turístico está por encima de cualquier violación; la voz que cree que como las violaciones suceden en todo el mundo no hay de qué alarmarse; la voz que asume que seguro las mujeres se lo buscaron; la voz que minimiza, resta, descalifica; la voz que calcula daños de imagen y entonces le coloca un valor especial a las mujeres extranjeras; la voz que es indolente y omisa; la voz que por todo eso es cómplice.

Por eso la indignación de miles de mujeres. Porque, claro, también sucede que en todas partes del mundo hay mujeres que tenemos la revolucionaria idea de que somos humanas. Y no cejamos en nuestro empeño porque se nos garanticen todos nuestros derechos, entre ellos a una vida libre de violencia.

cecilialavalle@hotmail.com

*Periodista y feminista en Quintana Roo, México, integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género.
 

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