7/19/2014

Eman Mohammed, fotografiando desde Gaza

 
 
Niños palestinos tomando un baño entre escombros de su casa destruida por fuerzas israelíes. Foto Eman Mohammed




Por tercera ocasión en seis años, Gaza se encuentra en guerra. La primera vez fue en 2008 con la ofensiva terrestre israelí conocida como Operación Plomo Fundido (Operation Cast Lead) dejando más de un millar de palestinos muertos y 13 israelíes sin vida. La segunda fue en 2012 traducida en una serie de ataques aéreos israelíes contra Gaza, sumado con cohetes palestinos contra ciudades como Tel Aviv y Jerusalén, dejando alrededor de 100 palestinos y 6 israelíes muertos. Hoy en la tercera ofensiva miles de palestinos de Gaza han huido de sus hogares y 192 han muerto a causa de los bombardeos israelíes, así como un primer muerto israelí desde que dio inicio la operación militar hace una semana.


Todos estos eventos no serían posibles de ser conocidos a cabalidad sin l@s reporter@s de guerra que sumados a l@s fotoreporter@s ponen en peligro sus vidas para darnos a conocer tales tragedias. Tal es el caso de Eman Mohammed, quien a los 19 años se convirtió en la primera y única fotoperiodista con sede en Gaza, rompiendo tabúes culturales en torno al papel de la mujer en la sociedad y dando a conocer los alcances de la primera guerra, en 2008.

Eman Mohamed nació en Arabia Saudita y fue educada en la ciudad palestina de Gaza donde se ha desarrollado profesionalmente. Actualmente a sus 26 años de edad, siendo una profesional independiente y con dos hijas continúa documentando historias desgarradoras e íntimas de la guerra y sus secuelas en Gaza. Ha trabajado para organismos internacionales entre los cuales se encuentran Naciones Unidas en Nueva York, Save the Children y UNICEF y para medios tales como The Washington Post, Le Monde y The Guardian.
En un principio su actividad como fotógrafa fue cuestionada por ser considerada inapropiada para una mujer que practica el Islam, ya que tenía que salir de la redacción periodística para cubrir los eventos y convivir con sus compañeros hombres en el espacio de lo público. En una nación donde culturalmente no es aceptado del todo que mujeres y hombres sin lazos familiares interactúen laboral y socialmente en lo público, Eman rompía con los estereotipos.

“Yo sé que tan conservadora la gente puede ser, y cómo se mezclan la tradición con la religión. La religión no tiene nada que ver con las tradiciones extremistas y muy conservadoras que tienen”, señala la fotógrafa Eman Mohamed.

La dificultad ante el hecho de que las personas no suelen discernir entre la religión islámica que permite que las mujeres trabajen y estar en el espacio de lo público y el hecho de que en Gaza se vive en una cultura patriarcal no fue impedimento para que Eman continuará con su labor fotográfica al ir en contra de las tradiciones opresivas.

Su labor fotográfica ha ido más allá del diarismo y se ha plasmado en proyectos personales como el titulado Lo que queda bajo los escombros (What Lies Beneath the Rubble) donde aborda las secuelas de la guerra en Gaza desde un ángulo un tanto diferente pues las personas fotografiadas no sólo están tristes sino que muestran su valor de seguir adelante.

En otra serie titulada iWar se enfoca en las secuelas a largo plazo de l@s sobrevivientes de la guerra y de las víctimas. Es una serie de retratos que muestran que la guerra ha ocurrido y sigue ocurriendo. Para Eman es una manera de decir al público: "Incluso si usted ha seguido adelante, eso no significa que las víctimas lo hicieran" ó “ellos lo hicieron, pero ellos sienten el dolor en el mismo momento”.

Las imágenes de las mujeres fotoperiodistas durante la guerra añaden información e historias que muchas veces su compañeros varones no podían conseguir o no tenían interés tales como el matrimonio precoz y la mutilación genital femenina. Para Alice Gabriner ex editora de imágenes de la revista Time y ahora en National Geographic "El acceso puede ser a veces a favor de las mujeres, especialmente en las culturas de Oriente Medio, donde se puede conseguir entrar dentro de una casa con mucha más facilidad que un hombre”.
Pese a esta apertura ante las mujeres fotógrafas recientemente han ocurrido una serie fatalidades que evidencian los brutales peligros a los que se enfrentan. Por ejemplo la fotógrafa alemana Anja Niedringhaus murió a tiros en un puesto de control en Afganistán el 4 de abril por un hombre con uniforme de policía, y tan sólo cuatro semanas más tarde, una joven fotógrafa francesa, Camille Lepage, murió a causa de heridas de bala en la República Centroafricana.

"Esta es una profesión de los valientes y los apasionados, quienes están comprometidos con la misión de llevar a la información mundial que sea justo, preciso e importante", dijo Gary Pruitt, presidente de la Associated Press, después de la muerte de Niedringhaus. "Anja Niedringhaus reunió esa definición en todos los sentidos". Las mujeres fotoperiodistas se desarrollan en un ámbito ampliamente ocupado por hombres, sin embargo ellas siempre han estado en las guerras contribuyendo desde su lente a denunciar las atrocidades que se viven en el campo de batalla y a sus alrededores desde un enfoque de justicia y compromiso social

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