7/15/2014

Se necesitan nuevos partidos?

Alberto Aziz Nassif
El Instituto Nacional Electoral (INE) ha dado el registro a tres nuevos partidos, Morena, Encuentro Social y Frente Humanista. Ahora habrá diez partidos en México, pero lo que no sabemos es sí el país tendrá una oferta más amplia y plural. ¿Se trata de una mejor representación política o simplemente vamos a una mayor fragmentación política?
Sin duda, en México nuevos partidos despiertan muchas dudas e incluso sospechas. Quizá, el momento actual del país y el estado de la democracia, no son los más propicios para más organizaciones. De entrada estamos ante una saturación electoral, cuya expresión visible será el amontonamiento de personas en la herradura del Consejo General INE, a ese paso le tendrán que hacer un segundo piso para dar cabida a los consejeros que ahora son 11 y los partidos que serán 10, a lo cual habrá que agregar los representantes de los candidatos independientes, lo cual hará de esa sala en el INE un condominio.
En la narrativa política se escucha con frecuencia que sin partidos una democracia no puede funcionar, sin embargo, podemos ver que para la mayoría de los ciudadanos con estos partidos que tenemos, tampoco funciona. ¿Estamos como en un callejón sin salida? En el reciente Informe País sobre la Calidad de la Ciudadanía en México (2014), se ve que los partidos están en el sótano de la confianza ciudadana, al lado de los diputados. La desconfianza en los partidos, muy justificada, obedece a una separación entre la clase política y la ciudadanía que se ha acentuado en los últimos años. Tenemos una crisis de representación que los partidos no han querido atender. La gran mayoría de los votantes, 7 de cada 10, considera que los políticos no se preocupan por los ciudadanos y que los votantes no tienen influencia los políticos. Quizá por todo lo anterior hace unos días en las elecciones de Coahuila el voto no llegó ni al 40%.
El malestar ciudadano con los partidos puede tener explicación en el modelo que ha hecho de esas organizaciones una estructura cerrada, con mucho dinero público, acceso garantizado a medios, poca transparencia y tendencias oligárquicas en donde unos cuantos controlan el dinero y las candidaturas. En este monopolio las élites toman las decisiones en función de sus intereses y de los intereses particulares de los grupos que los han capturado, como acabamos de ver con la reforma secundaria en telecomunicaciones. Le decimos partidocracia, pero ya Robert Michels hace 100 años planteó la “ley de hierro de la oligarquía”.
La experiencia de los últimos años con los nuevos partidos no ha sido muy positiva, ni benéfica para la democracia mexicana. Cuando la puerta para nuevos partidos se abrió entró de todo, partidos-oportunistas, partidos-familiares, partidos-negocio, partidos de alquiler y, la gran mayoría, como entró, volvió a salir. La idea de que las nuevas organizaciones tendrían un comportamiento diferente de los viejos y grandotes, fue un error, en muchos casos fue peor. ¿Encuentro Social y Frente Humanista van a mejorar el panorama democrático de los partidos? Lo dudo mucho. Ya sabemos que se puede tener votos y vivir del presupuesto sin representar más que a un pequeño grupo de interés que se alquila al mejor postor, como ya sucede. Que los lectores le pongan nombre a esos partidos que se mueven de acuerdo al dicho: “estos son mis principios, pero si no les gustan, tengo otros”.
El caso de Morena expresa otro problema. La fuerza del liderazgo de AMLO está en la base de esta organización, pero nada garantiza que vaya a ser muy diferente del PRD. La división está más en el manejo de los grupos que controlan a los partidos, que en los programas. La fragmentación de la izquierda es un problema estratégico. Difícilmente los nuevos partidos van a representar una mejoría de la representación pública, pero serán los ciudadanos los que definan el escenario.
En el juego entre los partidos grandes y chicos tal vez caemos en el dilema que planteó Churchill: “algunos cambian de partido para defender sus principios. Otros de principios para defender su partido”. Sin duda, se necesita revistar el modelo de ingreso de nuevos partidos. ¿Se necesitan más partidos?

@AzizNassif

Investigador del CIESAS 

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