8/30/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada


La corrupción, un vicio dinámico
Hemos enumerado tres de nuestros vicios públicos. En el artículo anterior nos referimos a la simulación, ahora hablaremos de la corrupción. La raíz de ésta se encuentra en la época colonial, los virreyes nombrados aprovecharon sus puestos para hacer negocios y alcanzar fortunas. La autoridad superior, también corrompida, estaba a miles de kilómetros. Durante los tres siglos de la Nueva España, los criollos y peninsulares pudieron hacer negocios sucios, defraudar al fisco y contrabandear.
A lo largo de 200 años de vida independiente los líderes y caudillos aprovechaban el poder para enriquecerse. Quizás haya una excepción en los años de la restauración de la República (1867-1877). Tanto liberales como conservadores tenían una idea romántica respecto del poder y el dinero.
La corrupción tomó un carácter dinámico, y en el porfiriato se extendió, aunque todo indica que don Porfirio, líder máximo, mantuvo los principios hasta el final. Más tarde, los caudillos de la Revolución finalmente consideraron que sus sacrificios podían ser compensados con las ventajas del poder. Después de la etapa más destructiva, los presidentes y los hombres poderosos no establecieron la honradez como una norma de conducta.
Hasta el anterior régimen, el carácter dinámico de la corrupción aumentó sus efectos. La vinculación con grandes negocios internacionales, el lavado de dinero y el acercamiento de la política al tráfico de drogas dieron un carácter expansivo a este fenómeno. El nuevo gobierno intenta combatir esta lacra con éxitos tempraneros. El Barómetro Global de la Corrupción consideró que en 2019 el flagelo había disminuido. Sin embargo, una de cada tres personas tuvo que pagar soborno para acceder a un servicio público.
Un estudio reciente de Fernando Nieto (Colmex) y de Jesús Cantú ( Tec de Monterrey) ha identificado que los fenómenos que facilitan la corrupción son: debilidad institucional, tolerancia social, falta de contrapesos políticos, debilidad del sistema de rendición de cuentas y la impunidad.
En un estudio de Transparencia Internacional el año pasado, México logró remontar ocho lugares y mejorar su imagen. No es mucho, pero es alentador: ¿podremos seguir por ese camino, no sólo en este sexenio, sino en los gobiernos que están por venir? Ese vicio puede disminuir, pero ¿podrá desarraigarse?

China lanza dos misiles asesinos de portaviones como advertencia a EU, según New York Times
NYT cita a un funcionario de Defensa de Estados Unidos (EU) (sin identificar): China lanzó una barrera de fuego de misiles de medio alcance al mar del sur de China como demostración por Pekín de su “dominio estratégico y soberanía sobre los mares en disputa (https://nyti.ms/2QCw6T2)”.
El lanzamiento de tales misiles forma parte de los ejercicios militares del país asiático en el mes, cuando la escalada en el mar del sur de China ha alcanzado nuevos grados de tensión (http://goo.gl/ugdmbP) en medio de la guerra multidimensional que libra Trump contra Pekín, donde resalta la temeraria osadía de la visita del secretario de Salud, el libanés-estadunidense Alex Azar, a la isla renegada de Taiwán (https://bit.ly/3jsYJPf), lo cual retrocedió el cronograma de las relaciones bilaterales hasta 1979, cuando Jimmy Carter reconoció a China bajo el apotegma de “la política de una sola China (https://bit.ly/2YKimdB)”.
China ha sido el blanco favorito de la retórica electorera de Trump, quien ha obligado a la venta de la exitosa TikTok en EU, mientras el funcionario de Defensa aludido afirma que el “ejército de EU detectó el lanzamiento de cuatro (sic) misiles desde China hasta el mar del sur de China (https://bit.ly/32xnxyA)”.

La normalidad del hambre
P
asqualina Curcio nos invita a reflexionar sobre lo que parece normal en el mundo, como que alrededor de 820 millones de personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, de las que 150 millones sufren de hambruna, a pesar de que, según la FAO, todos los días se producen alimentos suficientes para todos los habitantes del planeta.
 En 2020 –continúa Curcio– unas 12 mil personas habrán muerto de hambre diariamente como consecuencia de la pandemia, número mayor de los que se estima fallecerán por el propio Covid-19. El hambre causa la muerte de 45 por ciento de niños menores de 5 años en el mundo. Esta es la normalidad, mientras ocho de las mayores empresas de alimentos y bebidas han repartido entre sus accionistas más de 18 mil millones de dólares desde enero de este año, cifra 10 veces superior a lo que la ONU estima necesario para evitar que la gente siga pasando hambre (véase https://www.alainet.org/es/articulo/208601 ).
Elecciones en Jamaica
El 11 de septiembre están convocadas en Jamaica elecciones parlamentarias, donde las encuestas dan ganador al gobernante Partido Laborista (JLP) sobre el Partido Nacional del Pueblo (PNP), aunque con muchos indecisos todavía. Ambas formaciones practican políticas de ajuste neoliberal, pero resulta interesante lo que apunta el periodista Trevor Brown: La distinción más clara entre ambos partidos está en el área de las relaciones exteriores, ya que la postura del PNP es progresista y no alineada, en contraste con el JLP, internacionalmente conocido como pro-Trump para cualquier tema que sea apoyado por el imperio, incluido el del estado de Israel. Sin embargo, resulta interesante destacar la posición del actual líder del PNP, Peter Phillips, quien, junto con otros integrantes de la dirección, ha estado impulsando una plataforma socialista democrática que contiene apoyo para el fortalecimiento de la clase trabajadora y de la clase baja.
Punto final
El 4 de septiembre se cumplen 50 años de la histórica victoria electoral de Salvador Allende. Su gobierno, derrocado por un golpe de Estado ordenado a la CIA por Richard Nixon, fue un ejemplo de soberanía nacional, latinoamericanismo y justicia social.

Hannover tiene semáforos que muestran la tolerancia hacia las parejas del mismo sexo
Hannover, capital del estado de Baja Sajonia, al noreste de Alemania, con una población de casi 550 mil habitantes, se ha unido recientemente a otras ciudades de este país en la instalación de semáforos peatonales que lucen motivos de parejas del mismo sexo, como una clara señal de aceptación y tolerancia.
Los íconos de un peatón en color verde o rojo en los semáforos son sustituidos por parejas del mismo sexo con un pequeño corazón en medio que simboliza la aceptación del amor en parejas homosexuales.
Este tipo de transformaciones en las señales de tráfico en varias ciudades europeas van encaminadas a fomentar valores de igualdad social y promover un contexto antidiscriminatorio.
Otras ciudades como Berlín, Frankfurt, Hamburgo o Munich cuentan con ellas desde hace algunos años. La capital de Austria, Viena, marcó la pauta en 2015, con los primeros semáforos llamados gay friendly.
La instalación debe ser aprobada por el parlamento local de cada ciudad, el mensaje político detrás pretende hacer visible en espacios convencionales lo que aún se considera no convencional, como una pareja de dos mujeres o de dos hombres.
Hannover se ha visto gravemente afectada por los efectos del Covid-19. La ciudad cuenta con el recinto ferial más extenso en todo el país, lo cual le imprime el carácter de plataforma mundial de negocios y exposiciones en los más diversos rubros.
Con alrededor de un millón de metros cuadrados disponibles entre espacios abiertos y salas de exposiciones distribuidas en 27 naves, esta inmensa área fue planificada bajo modernos estándares urbano-arquitectónicos para echar a andar una maquinaria logística de una gran variedad de eventos masivos a nivel internacional.
Aquí se lleva a cabo la feria industrial más grande del mundo: la CeBIT, la cita anual más importante de la industria de la informática, con conciertos de figuras destacadas en el mundo de la música o encuentros internacionales de pirotecnia en donde México ha tenido durante varios años un papel destacado.
Todos los eventos programados para este año fueron cancelados y la denominada Deutsche Messe Hannover se ha convertido en un inmenso escenario de naves industriales desoladas.
Alia Lira Hartmann, corresponsal

Golpes
Muy querida Raquel:
De nuevo me ganaste: creí haberte convencido de que nos comunicáramos a través de correos, pero al fin me di cuenta de que era mucho mejor la conversación telefónica y ahora me encanta comunicarme contigo por ese medio. Hoy no puedo hacerlo porque un camión de la basura sobrecargado rompió los cables del teléfono y, como sabes, uso poco el celular: por mis rumbos se escucha muy mal y la línea se interrumpe a cada momento. Esa especie de tartamudeo me angustia. Tal vez se deba a la pandemia y al confinamiento el que esa horrible sensación empiece a ser tan persistente como la tristeza. Me la provoca todo, desde los maullidos de un gato extraviado hasta que se me rompa un plato. A veces, sin que me lo proponga, se me salen las lágrimas. Dime si te sucede lo mismo.

II
Lo que son la cosas: sentí mucho que te fueras de la ciudad –después de todo, fuimos vecinas por más de 20 años– pero ahora me alegro de que lo hayas hecho, así no verás lo que está sucediendo con la que fue tu casa. Siempre me encantó por el techo de tejas, la herrería tan bonita y los mosaicos en el arco de la entrada. Esos detalles le daban un toquecito muy especial.
Por lo visto, parece que no le interesaron al nuevo dueño. No me refiero al ingeniero Márquez. Él tuvo que vendérsela a un tal señor Jáuregui a finales de julio. El día que la desocuparon para mudarse a Ecatepec, su esposa me llamó para despedirse y, como nos tenemos confianza, me explicó que la venta se debía a que su marido lleva casi un año desempleado y de seguro en las nuevas circunstancias no conseguirá otro. En tales condiciones, y comido por las deudas, era imposible sostener su casa.

III
Jáuregui, a quien sólo conozco de vista, tardó en presentarse. El día que lo hizo llegó acompañado por un señor calvo, bajito. Luego supe por Mateo, el muchacho que se lleva mi basura, que se trataba de un maestro de obras. Como a la semana reapareció en un camión con varios albañiles. Pensé que a lo mejor venían a hacer algunos resanes en la casa, pero en seguida pensé que era demasiada gente para eso. ¿Entonces a qué vendrían?
Se lo pregunté por teléfono a mi vecino –ya te he hablado de él: es músico– y me dijo que por un taxista que le da servicio se había enterado de que Jáuregui iba a demoler la casa para construir allí cuatro departamentos. Lo primero que pensé fue en decírtelo, pero no me atreví porque estaba segura de iba a afectarte mucho. En estos momentos, como están las cosas en tu familia, creo que lo que menos necesitas son malas noticias.

IV
Se ve que a Jáuregui le urge terminar los departamentos porque tiene a los albañiles trabajando desde temprano hasta las cinco o seis de la tarde, aunque esté lloviendo, y también vienen los sábados. Los veo todo el tiempo y aunque no abra las ventanas oigo los picos, los marros, las palas y los martillos con que trabajan. Cada golpe sobre las paredes me duele como si los recibiera yo. Y, ¿sabes otra cosa? Siento que al desplomarse los muros, junto con las piedras caen pedazos de una época muy bonita de nuestras vidas. Al ritmo que van los albañiles, pronto no quedará nada de esa casa. Lo bueno es que siempre quedará nuestra amistad.

Compañera de lágrimas
Doctora, yo no quería venir, pero, si no me desahogo con alguien, voy a estallar. ¿Me entiende? Cuando regreso a la casa evito discutir, mas hay veces en que no logro controlarme. Me desespera que mi familia no entienda que llego muy cansada del restorán. No es porque ahora tengamos más trabajo, sino porque las condiciones en que lo hacemos son muy difíciles. Se lo digo a Miguel y siempre me sale con lo mismo: Échale ganas. Esas palabritas ya me tienen harta: es lo único que oigo. La mayora nos las repite todo el tiempo. Sé que lo hace para animarnos, pero no es fácil.

II
Doctora, usted no se imagina lo que es llevar turbante, cubrebocas y careta cinco horas seguidas, paradas junto a la estufa. Es algo necesario, pero muy pesado, sobre todo porque la cocina es chica y se encierra mucho el calor. Cuando acaba mi turno, a las cuatro de la tarde, antes de salir me espero un ratito para enfriarme. Si caigo enferma ¿qué hago, quién atiende a mi familia?
Aunque quieran, mis hijos no pueden ayudarme. En la mañana Santa y Pedro se dedican a sus clases por tele y en la tarde hacen la tarea. Les está resultando muy difícil y lo malo es que no hay quien pueda echarles una mano. Mi suegra me aliviana muchísimo haciendo la limpieza y la comida. No puedo pedirle más. En Miguel no confío. Siempre me promete que va a hacer esto o lo otro, pero nunca cumple. Dice que su trabajo en la gasera es muy pesado y que necesita descansar. ¿Y yo no? Pues claro que sí, pero él no lo piensa. No se lo reclamo. ¿Qué me ganaría? Mejor me quedo callada, chillo por allá solita y me pongo a hacer lo que haga falta.

III
Doctora: ¿sabe por qué me decidí a venir a verla? A lo mejor no me lo cree: por la noticia que pasaron en el radio. En un país, creo que en Japón, hay una nueva carrera. La de los compañeros de lágrimas. Me imagino que son algo así como doctores. Se dedican a contarles historias muy tristes para provocarles el llanto a personas que por las pérdidas que han sufrido o la angustia que sienten a causa del virus necesitan desahogarse pero, aunque quieran, no pueden llorar.
Eso me recordó una idea de mi madre. Ella pensaba que debían abrirse lloreríos: casas a donde las mujeres pudieran ir a descargarse de sus penas cuando no pudieran hacerlo con nadie más. Es mi caso, por eso estoy aquí, hablando con una compañera de lágrimas.

Editorial
Amedio año de que estallara a escala mundial la pandemia de Covid-19, es sabido que esta enfermedad ha dejado una estela de pérdidas humanas que, lamentablemente, habrá de continuar durante varios meses, si bien con una intensidad contenida gracias a los esfuerzos de distanciamiento social y al mejor conocimiento del patógeno que la causa. Asimismo, se ha vuelto un tópico el decir que las consecuencias económicas del coronavirus son ya más profundas y muy probablemente serán más duraderas que sus impactos en la salud pública.

Leonardo da Vinci, siempre genial
Mi admiración por Leonardo da Vinci, a más de medio milenio de su partida de este mundo, en 1519, sigue siendo plena, absoluta, e infinita. Leonardo era peculiar, obsesivo, juguetón, fácil de distraer, bastardo –lo que lo libró de ser notario como los primogénitos de su familia paterna–, homosexual, zurdo para la escritura, vegetariano, vestido con una túnica rosa.

El Presidente podrá patentar su vacuna de no endeudarse que ha sido exitosa para enfrentar la crisis económica ( La Jornada, p. 1, 28/08) pero las estimaciones sobre el tiempo que se llevará la economía para recuperar sus niveles de 2018 nos hablan todas de un lapso prolongado y nada fácil, menos exitoso si por ello entendemos algo más que volver al 18 cuando las cosas no estaban nada bien.
La pandemia por coronavirus llegó a los pueblos en resistencia en un momento de guerra por varios frentes: económico, militar, político y mediático. A la lucha contra los megaproyectos, a la resistencia contra las violencias estatales, paramilitares y del crimen organizado, a la ofensiva mediática y al discurso oficialista que les coloca como enemigos; tienen que sumar la organización para sobrevivir al coronavirus.
Ya habíamos hablado del gasoducto Nord Stream cuya construcción se reinició hace varios años, después de una suspensión temporal. Ahora está por concluirse.
El mundo migrante, después de la Segunda Guerra Mundial solía estar dividido en dos grandes hemisferios, el americano de Alaska a la Patagonia y el europeo de los países nórdicos hasta el Cabo de Buena Esperanza.
En el antiguo barrio de San Ángel, a principios del siglo XX, el afamado jardinero japonés Tatsugoro Matsumoto diseñó unos bellos jardines en el recién creado parque de la Bombilla. Un avezado empresario construyó en el lugar un restaurante campestre que se volvió el lugar de moda en la ciudad, no obstante que se encontraba alejado del centro.
Foto
▲ Giménez Cacho en las instalaciones de La Jornada, en 2004. Foto Alfredo Domínguez
Lo más importante en la vida es elegir una profesión, pero eso queda al azar (Pascal). Con esta cita enigmática da inicio Una chica fácil (Une fille facile, 2019), cuarto largometraje de la realizadora francesa Rebecca Zlotowski (Belle épine, 2019; Grand Central, 2013), presentado el año pasado en la Quincena de realizadores del Festival de Cannes. La protagonista más destacada de esta nueva cinta es la joven franco-argelina Zahia Dehar, antigua escort-girl, animadora muy popular de un equipo de futbol, convertida luego en icono de la moda parisina. Todo un fenómeno mediático; en rigor, un desbordamiento de sensualidad muy a contracorriente de la corrección política feminista en turno.

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