3/06/2013

Los periodistas pal cafe...



La figura de Hugo Chávez fue convenientemente demonizada para generar un infundado temor electoral en sociedades donde asomaba la posibilidad del cambio desde la vía pacífica. En México así sucedió especialmente en los comicios de 2006, cuando los múltiples poderes de élite amafiados para frenar a Andrés Manuel López Obrador asociaron en términos propagandísticos al venezolano con el tabasqueño, sin que siquiera éstos se conocieran personalmente ni mantuvieran comunicación o alianza política, en una maniobra de guerra sucia cuyos efectos de división social, atraso político y agravamiento de la corrupción y la injusticia se vivieron durante el periodo del calderonismo y continúan.
Chávez, a contrapelo de la imagen negativa que construyeron y difundieron los poderes por él confrontados, llegó y se sostuvo en el poder gracias a una aritmética electoral impecable, a una relación directa de beneficio a las grandes mayorías de su país y a un estilo personal de comunicación que incluyó ribetes que sacaban de sus casillas a sus adversarios, en especial la oratoria grandilocuente, la vocación cantora, las posturas antimperialistas retadoras y esa decantación inequívoca, tajante, orgullosa y militante en favor de las masas, del pueblo, de su gente y, desde luego, de la revolución bolivariana y su vía al socialismo en el siglo 21.
Aún en términos estrictos del muy discutible modelo democrático vigente, Hugo Chávez tuvo una legitimidad indiscutida, y a pesar de las permanentes campañas de descrédito en su contra falseando datos relacionados con la economía y exacerbando los puntos débiles de su gobierno, colocó a Venezuela en un lugar destacado de los escenarios mundiales, reavivó y confirmó la esperanza en la lucha por la mejoría de los pueblos y generó múltiples iniciativas internacionales de reagrupamiento y fortalecimiento de gobiernos de izquierda o progresistas (la Unión de Naciones Sudamericanas, Unasur; la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, Alba; la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Celac; Petrocaribe, el Banco del Sur y Telesur, por dar ejemplos).
El acelerado proceso de declinación física de Chávez tiene como referente una gran consolidación electoral del Partido Socialista Unificado de Venezuela, que dejó a la opositora Mesa de la Unidad Democrática con solamente tres de las 23 gubernaturas en juego en diciembre pasado. En estos comicios regionales volvió a ser electo como gobernador de Miranda, la demarcación que incluye parte de la zona metropolitana de Caracas, el principal opositor de Chávez, Henrique Capriles, quien había obtenido 44 por ciento de los votos depositados en octubre del mismo 2012 para elegir presidente de la república, contra 55 por ciento a favor de quien luego, a causa de sus problemas de salud, no pudo presentarse a rendir protesta para su nuevo periodo de gobierno.
Capriles es el único personaje de la oposición venezolana con posibilidades de enfrentar decorosamente a Nicolás Maduro, designado por Chávez como su heredero político y encaminado abiertamente desde el lecho hospitalario cubano a ser el candidato a la continuidad en caso de que el comandante nacido en Sabaneta no pudiese cumplir su nuevo periodo de gobierno. Por sí misma, la oposición venezolana al chavismo parecería naturalmente encaminada a otro fracaso electoral, pero habrá de verse hasta dónde llega la mano de Estados Unidos, que ha hecho cuanto le ha sido posible para obstruir el proyecto huguista de cambio. Las fuerzas armadas han expresado inmediato respaldo a la institucionalidad venezolana, pero ayer mismo se había informado de la expulsión de dos agregados aéreos de la embajada de Estados Unidos en Caracas, uno por haber hecho propuestas desestabilizadoras a militares venezolanos y otro por haber realizado contactos no autorizados con oficiales de las fuerzas armadas.
El propio Maduro expresó ayer una hipótesis respecto de la muerte de Chávez: Nosotros no tenemos ninguna duda, llegará el momento indicado de la historia en que se podrá conformar una comisión científica que habrá de confirmar que el comandante Chávez fue atacado con esta enfermedad, (...) los enemigos históricos de esta patria buscaron el punto para dañar la salud de nuestro comandante. Aun cuando hay una cómoda proclividad en algunos medios para tratar de asumir que los procesos políticos se mueven sin conspiraciones (cuando lo natural en la política son los acuerdos secretos o discretos entre aliados que buscan derrotar o exterminar a sus adversarios, y aun cuando la historia de las relaciones de Estados Unidos con sus opositores es la de la permanente búsqueda de asesinar a los líderes insurrectos, como infinidad de veces intentó Washington contra Fidel Castro), el planteamiento de Maduro no es desproporcionado. Basta ver la insólita puntería cancerígena de años recientes contra mandatarios sudamericanos no alineados con Estados Unidos.
En otro tema, cardenales brasileños han puesto sobre la mesa, antes de entrar al enclaustramiento que permitirá elegir al sucesor de Benedicto XVI, el tema de la investigación (Vatileaks) ordenada por éste a una tercia de purpurados octogenarios respecto de pederastia, sexualidad desbordada, corrupción y peleas por el poder. Según se ha señalado, el quemante informe será entregado solamente al nuevo papa, de quien se esperan juventud, fuerza y decisión para encarar las endemoniadas circunstancias de la política vaticana y sus ramificaciones por el mundo.
Los brasileños consideran que el conocimiento de ese diagnóstico crudo permitiría contar con elementos fundamentales para definir el perfil del siguiente pontífice. De otra manera, a fe de este tecleador hereje, se correrá el riesgo cantado de colocar en la cúspide de la Iglesia católica a un partícipe o encubridor de los vicios que según eso llevaron al señor Ratzinger a dimitir del altísimo cargo.
Y, mientras la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación pelea para impedir que el gordillazo quede en un reacomodo más de lo mismo, ¡hasta mañana, sin fuero legislativo!
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El jueves 21 de febrero –había regresado de La Habana tres días antes– esta sección publicó el que sería el último tuit del presidente Hugo Chávez: ‘‘Sigo aferrado a Cristo y confiado en mis médicos y enfermeras. ¡Hasta la victoria siempre! ¡Viviremos y venceremos!’’ Si me preguntaran por su legado contestaría a botepronto que Venezuela tiene la gasolina más barata del mundo: 50 centavos el litro. En contraste con la más cara, la de México, a $11.14. Pero va mucho más allá su legado: ejerció una gran influencia a través de la petrodiplomacia. En materia de relaciones internacionales, firmó acuerdos con Cuba, Rusia, Bielorrusia, China, Bolivia, Irán, Argentina, Nicaragua y Brasil, por señalar algunos. El diario Financial Times dice que ‘‘fue el más controvertido y quijotesco líder latinoamericano de los años recientes’’. Su paso de 14 años por el gobierno venezolano marcó un punto alto en el despertar de la izquierda. Su ‘‘socialismo del siglo XXI’’ estuvo ligado íntimamente a su personalidad y la incógnita es si sobrevivirá a su muerte. Una trágica ironía marcó la etapa final de su vida: en octubre pasado ganó una elección que le otorgó su cuarto periodo en la presidencia. Sin embargo, nunca pudo tomar posesión. Los poderes legislativo y judicial le dieron una especie de licencia indefinida por motivos de salud. Su prolongada estancia en La Habana, sin noticias o con noticias confusas sobre el desarrollo del cáncer, anticipaba un desenlace funesto. Volvió a Caracas sólo para morir. Tenía 58 años.
La oposición
Petróleos de Venezuela manifestó que hay ‘‘pleno abastecimiento de gasolina, ya que se cuenta con suficiente combustible para proveer el mercado interno, contando con niveles óptimos de inventarios en el sistema de almacenamiento de las refinerías en todo el país’’. También se hizo un llamado a los usuarios ‘‘a no hacerse eco de rumores y hacer caso omiso de ellos, pues con esto sólo generan una alarma innecesaria que termina por aumentar el consumo del producto por compras nerviosas’’. Ante la muerte del presidente, la oposición hace de las suyas desatando rumores para poner en situación difícil al vicepresidente Maduro.
Euforia en Wall Street
No tiene relación con el lamentable suceso de Venezuela, pero ayer el índice Dow Jones marcó un récord histórico al alcanzar la marca de 14,253,77 puntos, superando la de octubre 11 de 2007, que fue de 14,164.53. Eso significa que los llamados mercados financieros rebosan optimismo; ya dejaron atrás los amargos recuerdos de la recesión. Dos acontecimientos marcaron la jornada bursátil: el compromiso de China de mantener el ritmo de crecimiento de su economía y el de los bancos centrales de continuar una política de impulso al desarrollo; ya basta de recortes. Es un buen punto para el gobierno del presidente Obama, sólo que la Constitución estadunidense no permite una nueva relección. Ocho años son bastantes.
Historias de periodistas
El libro Tú y yo coincidimos en la noche terrible, del colectivo Nuestra aparente rendición, fue presentado en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán. Narra las historias de 127 periodistas asesinados y desaparecidos en los sexenios de Fox y Calderón. El libro fue coordinado por Lolita Bosch y Alejandro Pérez Salas. En la presentación intervinieron Silvia González Quintero (coordinadora del proyecto Derechos humanos y construcción ciudadana), Alejandro Vélez Salas y Diego Legrand.



Durante la conferencia magistral La madre de todas las batallas: el petróleo y gas de México, celebrada en la sede de las izquierdas (www.youtube.com/watch?v=CW6z Ybgc2vE), dos de los puntos nodales versaron sobre, uno, la gran jugada del gas esquisto ( shale gas) por encima del petróleo como piedra de toque de la Estrategia Nacional de Energía (ENE) –que implícitamente acepta el nuevo director de Pemex, Emilio Lozoya, en sus entrevistas al periódico británico con disfraz español El País (25/2/13) y a The Financial Times (27/2/13)– y, segundo, la bidireccionalidad inextricable entre la bursatilización financiera y los hidrocarburos en el manejo de las añejas siete hermanas anglosajonas.
En el ranking por renta (revenues) de las sobresalientes 500 trasnacionales globales de la revista Fortune/Time, entre las 10 primeras aparecen siete petroleras (¡70 por ciento!), lo cual refleja el gran negocio geoestratégico/geoeconómico/geofinanciero del oro negro: 1) Royal Dutch Shell (angloholandesa: renta de 484 mil 489 millones de dólares, con ganancias por 30 mil 918 millones) 2.) Exxon Mobil (EU) 4) British Petroleum 5) Sinopec (China) 6) China National Petroleum 8) Chevron (EU) 9) Conoco Phillips (EU).



Finalmente el cáncer venció en la tremenda batalla que entabló contra su duro rival, el presidente Hugo Chávez. Murió el dirigente, y el pueblo venezolano pierde un gran líder, pero de él depende dar continuidad y mayor solidez al proceso revolucionario que vive aquella nación sudamericana. Y la tarea no es nada fácil, ni de corto plazo, porque en los 14 años que el fallecido mandatario se mantuvo en el poder la mancuerna antichavista (la derecha autóctona y la desinteresada intervención del gobierno estadunidense) nunca quitó el dedo del renglón, y menos lo hará ahora: echar para atrás todo lo que huela a revolución y a socialismo.
Peligroso momento político y social el que vive Venezuela: el comandante murió en plena efervescencia de la oligarquía autóctona (política y económica) y de la siempre activa diplomacia estadunidense del garrote, quienes, aprovechando la coyuntura, han metido el acelerador a fondo no sólo para recuperar el negocio-nación que durante muchísimos años mantuvieron bajo su dominio (petróleo incluido), sino para aprovechar la importancia geoestratégica que esta nación mantiene en el contexto latinoamericano.
Es innegable el apoyo popular del que gozó Hugo Chávez (la justicia social fue premisa de su gobierno y base de su revolución bolivariana). Sin él, el mandatario nunca hubiera avanzado hasta donde llegó ni le hubiera dado el giro que logró en la política venezolana, pletórica, antes de su llegada al poder, de mandatarios y legisladores al servicio de la oligarquía, antipopulares, corruptos hasta los huesos y entreguistas a más no poder, quienes no sólo fueron heraldos de la Casa Blanca, sino sus descarados operadores internos y regionales.
Algunas naciones sudamericanas podrían resentir, más allá del afecto personal por el mandatario fallecido, la ausencia de Hugo Chávez. Cuba es un caso especial, porque el intercambio de petróleo por médicos podría sufrir alteraciones, sino es que la cancelación. La proyección internacional de Venezuela también es innegable. El ex mandatario la colocó en los primeros lugares, y aprovechó el petróleo como lo que es: una herramienta de negociación de política, no un simple producto. A lo largo de los años, el comandante logró amarres importantes con sus pares latinoamericanos para el avance de su movimiento, pero llegado el momento todo esto podría desaparecer. Depende de cómo reaccione el pueblo venezolano y cómo manejen la sucesión los cercanos al ex jefe de Estado.
¿Qué sigue? Para efectos legales, la Constitución de Venezuela establece lo siguiente: serán faltas absolutas del presidente o presidenta de la República: su muerte, su renuncia, o su destitución decretada por sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (...). Cuando se produzca la falta absoluta del presidente electo o presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige al nuevo presidente, se encargará de la Presidencia de la República el presidente o presidenta de la Asamblea Nacional. Si la falta absoluta del presidente o la presidenta de la República se produce durante los primeros cuatro años del periodo constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo presidente o la nueva presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el vicepresidente ejecutivo o la vicepresidenta ejecutiva.
La madurez y solidez de la revolución bolivariana de Hugo Chávez está a prueba. La mayoría de los venezolanos –y así consta electoralmente– se pronuncian por mantener la ruta trazada por el ex jefe de Estado. Obvio es que los integrantes del primer círculo chavista también, pero los embates de la oligarquía autóctona y los amigous del norte, de por sí severos, sin duda subirán de tono e intensidad. Por ello, a pesar del dolor que les provoque la ausencia definitiva del expresidente, deben actuar con la cabeza fría y la unidad por delante.
No es para menos. Lo que está en juego es descomunal, y los de enfrente lo saben a la perfección. Por la vía legal, la citada mancuerna intentará de todo para retomar el poder, y si esta vía no les funciona qué más les da si allí está la ruta de la ilegalidad, que es la que han intentado explotar a lo largo de los últimos 14 años. Sólo hay que recordar la intentona golpista de 2002 y el papel jugado por los amigous del norte y los empresarios autóctonos, siempre dispuestos a traicionar a su país de origen.
Desde la Casa Blanca, Barack Obama mandó un mensaje: “en estos momentos desafiantes de la muerte del presidente Hugo Chávez, Estados Unidos reafirma su apoyo al pueblo venezolano y su interés en desarrollar una relación constructiva con el gobierno venezolano… Mientras Venezuela abre un nuevo capítulo en su historia, Estados Unidos sigue comprometido con las políticas que promueven los principios democráticos, el imperio de la ley y el respeto por los derechos humanos”.
Estados Unidos espera un nuevo capítulo en su historia, y no es precisamente el segundo de la revolución bolivariana. Las coyunturas políticas han sido la especialidad gringa a lo largo de su existencia, y la que vive la nación sudamericana no tiene por qué ser la excepción, de tal suerte que el gobierno amigou que para Venezuela pide respeto a los derechos humanos (¿tipo Guantánamo?) anuncia oficialmente que está dispuesto a entrarle con todo para corregir el rumbo heredado por Hugo Chávez. La respuesta, pues, no puede ser otra que la unidad ante la afrenta.
Por lo pronto, un gran mariachi para Hugo Chávez en su despedida, y muchísima inteligencia, serenidad y cabeza fría en el equipo de relevo.
Las rebanadas del pastel
Será el sereno, pero al comandante no se le podía acusar de mentiroso: “eres un ignorante, burro, hombre enfermo, inmoral, cobarde, mentiroso, genocida, mataniños, borracho, ridículo. Ah, mister Danger, te metiste conmigo pajarito y entonces yo te voy a recordar desde acá, desde las sabanas de Apure, donde los llaneros le hicieron morder el polvo a los imperialistas que aquí vinieron. Te lo voy a decir en verso, mister Danger, en un verso que es de Cantaclaro: yo soy como el espinito, mister Danger, que en esta sabana florea, le doy aroma al que pasa y espino al que me menea” (Hugo Chávez, 19 de marzo de 2006, en discurso contra George W. Bush)... Carlos Romero Deschamps anda de chistoretero: estoy tranquilo, tengo las manos limpias, dice.


La muerte del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ocurrida ayer tras casi tres meses de ausencia en el cargo por motivos de salud, tiene implicaciones que rebasan, por mucho, el ámbito de la mera sucesión presidencial en el país caribeño: la ausencia definitiva del mandatario venezolano plantea una disyuntiva entre la continuidad o no del proyecto de transformación política, económica y social iniciado hace casi 14 años, que marcó un parteaguas en la historia de ese país y de la región.

Réquiem por Hugo Chávez
Hugo Chávez fue de esos gigantes que saben dar vuelta a la historia con generosidad y amplitud de miras. Que avanzan hacia el horizonte sin tropezarse con las piedras. Que derraman dignidad y no saben vivir sin luchar por la justicia. Es de esos grandes libertarios, pensadores, constructores que nunca dejan de crear, de tejer, de hacer posible un futuro de esperanza. América Latina fue su patria, su utopía y su campo de lucha. América Latina creció con él.

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En octubre de 2010, Hugo Chávez acudió a dar el pésame a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, por la muerte de su esposo, Néstor Kirchner Foto Ap

Ha muerto un hombre de bien, un hombre del pueblo y para el pueblo que luchó por dignificar y dar poder a los humildes de su querida República Bolivariana de Venezuela. Fue un hombre de su tiempo y un adelantado que alcanza la inmortalidad de los predestinados para dejar huella en la historia del mundo de las resistencias y revoluciones. Soñó, como su mentor Bolívar, con una América Latina unida y libre de la dominación imperialista. Como su gran amigo y consejero Fidel, puso en marcha las fuerzas telúricas de los explotados para dejar de serlo y avanzó a contracorriente de inercias, telarañas seculares y conspiraciones.

Soberbio, como es, Norberto Rivera Carrera desoye las voces que desde México exigen que no forme parte del cónclave para elegir al nuevo papa. Esas voces han concentrado su llamado en una carta en la que refieren el sistemático proceder del cardenal Rivera al encubrir a sacerdotes católicos cuyos actos de pederastia están bien documentados.

Con un simple manotazo autoritario, el resarcido coágulo de poder presidencial descuadró a la élite mexicana. Unos corrieron a esconderse sabedores de las cuentas que tienen pendientes. Otros, presos de santo temor, pusieron sus barbas a remojar y juraron, ante el espejo de sus propias trabazones, emprender la limpieza de sus cuarteadas imágenes públicas. El coro del aparato de convencimiento acudió, como siempre, presuroso y lamentable, para realzar los nuevos botones de mando que le surgieron de pronto al Ejecutivo federal. Ahora Peña Nieto es otro, dicen, no sólo porta un atuendo distinto, sino que se ha vestido con otro invulnerable. El anunciado parteaguas inaugural tomó por asalto la escena pública ante los atónitos ojos de los ciudadanos, aún los enterados. Una jauría acudió presta y gozosa al festín de la foto tras las rejas. La celebración se extendió por el ámbito público y, también, en la intimidad, en ambas partidas no sin buena dosis de regocijo malsano. La caída de una de las inaceptables reinas de la decadente frivolidad: Elba Esther Gordillo.

La muerte del presidente Hugo Chávez se prestará como lúgubre y festivo telón de fondo para los magnates y achichincles de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) que el próximo fin de semana se reunirán en el hotel Intercontinental de Puebla.

Escribo estas líneas no como experto en educación –que no lo soy–, sino como maestro universitario, que he sido desde hace ya treinta años.

Para decirlo suavemente, el desempeño del capitalismo a escala mundial ha dejado mucho que desear. De manera más clara, frente a nuestros ojos tenemos un desastre desarrollándose en cámara lenta. No sólo el crecimiento ha sido mediocre y el problema de la desigualdad se ha agravado, sino que las crisis se hicieron más comunes y agudas. Los desequilibrios económicos mundiales se intensificaron y hoy constituyen uno de los factores más importantes de inestabilidad e incertidumbre. El sector financiero se expandió de manera absurda y en lugar de que las agencias reguladoras le tengan bajo control, pudo someter a la política económica a sus necesidades.

El Banco Mundial (BM) acaba de publicar una investigación sobre la clase media en América Latina (Economic Mobility and the Rise of the Latin American Middle Class). Este texto seguramente será ampliamente citado por políticos e investigadores. Conviene analizarlo porque contiene una definición, cálculos y estimaciones poco rigurosos.

A veces los autores ilegibles caen en la cursilería. Pretenden ser finos sin serlo para justificar la dificultad que implica la lectura de sus cuentos, ensayos, poemas o novelas. No son de difícil lectura por buenos, sino por malos. No lo son por exigirle mayor esfuerzo al lector para multiplicar el goce de la lectura, como hace Vila-Matas en un ejercicio gozosamente lúdico donde las referencias eruditas son como espejos que ensanchan el espacio de su narrativa, sino porque son de plano incapaces de emocionar al lector. Y los buenos libros, conviene recordar, se miden por la emoción que provocan.


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