9/26/2013

Cobran más a los mismos


La iniciativa presentada propone incrementar los ingresos tributarios del gobierno federal, pero no a través de una ampliación de la base recaudatoria sino a través de un incremento en la carga impositiva de los contribuyentes cautivos.


"(La fiscal) es una reforma limitada por circunstancias políticas en el país y es consecuencia de lo que se dejó de hacer en 15 años" Juan Pardinas. Director del IMCO 

"Grava a los mismos de siempre, a las grandes empresas, y grava de manera muy importante a las personas físicas cautivas" Luis Sánchez Galguera. Especialista en impuestos corporativos

18 % del PIB es lo que recauda México en impuestos 33 % del PIB es el promedio de recaudación de la OCDE
60 % de los trabajadores mexicanos opera en la economía informal

Según el sitio oficial de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), uno de los objetivos de la iniciativa de reforma fiscal presentada por el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto es promover la formalidad en el sistema tributario para poder lograr aumentar la recaudación fiscal del país.

El problema de la baja recaudación fiscal no es un tema nuevo en México. El país tiene la recaudación más baja, expresada como proporción del Producto Interno Bruto (PIB), entre los miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

En cifras, esto quiere decir que México recauda aproximadamente el 18 por ciento de su PIB, mientras que el promedio de la OCDE es del 33 por ciento.

La recaudación mexicana también es baja en comparación con el resto de los países de Latinoamérica, ya que solo Colombia, El Salvador, Guatemala y Venezuela tienen ingresos tributarios menores que México.

Además, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) subraya que si no se consideran las contribuciones a la seguridad social y los ingresos derivados del petróleo, la recaudación fiscal mexicana se reduce a aproximadamente 10 por ciento del PIB.

Información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indica que seis de cada 10 trabajadores mexicanos operan en la informalidad.

En consecuencia, expertos del sector privado, como Carlos Cárdenas Guzmán, presidente del Instituto Mexicano de Contadores Públicos, apuntan que, medido en pesos, el sector informal representa una tercera parte del PIB de México.

Con su propuesta de reforma, el gobierno federal dice querer combatir la problemática que esto representa para la recaudación tributaria.

Sin embargo, en la práctica, los puntos de la propuesta de reforma parecen tener como objetivo algo muy diferente. La iniciativa presentada propone incrementar los ingresos tributarios del gobierno federal, pero no a través de una ampliación de la base recaudatoria sino a través de un incremento en la carga impositiva de los contribuyentes cautivos.

Escribiendo para El Financiero, Ricardo Pérez Pérez, coordinador de comunicación social del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, apunta que medidas como la imposición del IVA a la educación privada y el sector vivienda, la eliminación de ciertos gastos deducibles, entre otras, no atacan la informalidad, sino que la fomentan encareciendo la formalidad.

Menos deducciones
Si se aprueba la propuesta de reforma en su actual estado, las personas físicas gozarán de menos deducciones fiscales que las que ahora pueden aprovechar.

La SHCP reporta que los cambios propuestos reducirán las deducciones especiales en 47 por ciento y el número de regímenes preferenciales en 77 por ciento.

De entrada, la reforma propone adicionar un nuevo rango a la tarifa del impuesto sobre la renta (ISR), que aplicaría una tasa marginal de 32 por ciento a las personas físicas con ingresos gravables superiores a 500 mil pesos anuales. La tasa para las personas morales se mantendría en 30 por ciento.

La reforma además eliminaría la deducción inmediata y la deducción lineal al 100 por ciento, y prohibiría la deducción de pagos a partes relacionadas residentes en México o en el extranjero que no se encuentren gravados o que lo estén con una tasa menor al 75 por ciento del ISR mexicano.

En cuanto al consumo, se propone reducir el monto deducible de los automóviles de 175  a 130 mil pesos, sin considerar el IVA, además de que se propone reducir la cuota máxima de deducción diaria en el arrendamiento de vehículos de 250 a 200 pesos.

Además, la iniciativa contempla la eliminación de la deducción por consumo en restaurantes.
En lo referente a la remuneración laboral, se propone que solo proceda la deducción de hasta el 41 por ciento de las remuneraciones exentas otorgadas al trabajador, guardando la relación entre la tasa del impuesto empresarial de tasa única (IETU) que se derogaría y la tasa del ISR empresarial.

Además, como requisito para poder deducir los vales de despensa se propone que estos se otorguen a través de monederos electrónicos autorizados por el Sistema de Administración Tributaria (SAT).

También se contempla considerar como no deducibles las cuotas de seguridad social del trabajador que son pagadas por el patrón.

Nada integral

La revista Forbes reporta que, en la opinión de Luis Sánchez Galguera, especialista en impuestos corporativos de la empresa de servicios profesionales Deloitte, la reforma fiscal propuesta por el ejecutivo federal “dista mucho de ser integral”.

“Trata de ser recaudatoria, pero se queda corta al no modificar el tema del IVA. Finalmente grava a los mismos de siempre, a las grandes empresas, y grava de manera muy importante a las personas físicas cautivas”, agrega el experto.

Juan Pardinas, director del IMCO, ha observado que la propuesta de reforma fiscal generaría más obligaciones que derechos para los contribuyentes cautivos, y que no hará que las finanzas gubernamentales dejen de depender de los ingresos petroleros.

Pardinas ha afirmado que “es una reforma limitada por circunstancias políticas en el país y es consecuencia de lo que se dejó de hacer en 15 años”.

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