9/01/2014

Muchas reformas, pocos logros

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Serpientes y Escaleras
Por Salvador García Soto 


Con un discurso que bien podría equipararse, en su tono e intención al de “preparémonos para administrar la abundancia”, al “ahora sí entraremos al Primer Mundo” o incluso a la llegada “del gobierno del cambio”, el presidente Enrique Peña Nieto arriba mañana a su Segundo Informe con más promesas y anuncios que resultados para los mexicanos.

El mensaje en Palacio Nacional ya puede resumirse en dos grandes ideas: la importancia del acuerdo político y la pluralidad democrática bajo el logro del Pacto por México, y la promesa de que “con las reformas vendrá el crecimiento” y la versión peñista de un “México nuevo y en movimiento”, aun cuando los rezagos en materia económica, de crecimiento, de inseguridad, de pobreza y desempleo siguen siendo la constante en la realidad de la mayoría de los mexicanos.

Hasta ahora la idea de “mover a México”, que repite a placer el Presidente en el bombardeo mediático de sus spots de propaganda, sólo se ha logrado en materia política. Es innegable que el Pacto por México, ideado por sus opositores del PRD y el PAN e impulsado hábilmente por los operadores políticos de su gobierno, significó el movimiento de varias reformas en el Congreso y el fin de la parálisis que arrastraba el país desde 1997 en el Poder Legislativo. Lo que se movió fueron leyes y cambios constitucionales trascendentales que modificarán varias áreas importantes de la vida económica y social del país, pero eso todavía no ocurre en los hechos. 


Tal vez eso sea lo más interesante que podría anunciar el presidente en este Segundo Informe, a falta de resultados concretos: el que explique cómo piensa ahora aterrizar esas reformas trascendentales en la realidad y cómo logrará que los cambios contemplados hasta ahora en la Constitución y en las leyes secundarias se traducirán en realidades que beneficien a la mayoría de los mexicanos y no sólo a una élite de empresarios nacionales y extranjeros que ganarán con sus inversiones.

Porque más allá de las reformas y de la pluralidad política bien aprovechada en esos dos años -que se reflejará en lo inédito de dos presidentes de las dos Cámaras del Congreso pertenecientes al PRD- y de uno que otro anuncio espectacular como el proyecto del nuevo aeropuerto para la Ciudad de México, el Presidente de la República no tendrá muchas buenas noticias que dar cuando se tenga que referir al ínfimo crecimiento de la economía, al aumento en las cifras de desempleo al 5% o al incremento en los datos de la inflación.

El gran de talón de Aquiles de Peña Nieto al terminar este primer tercio de su gobierno es el de la economía que no cumple las expectativas de crecimiento. Aunque el Banco de México intenta infundir optimismo y decir que aún puede rescatarse el crecimiento de este año, la visión de los empresarios es muy distinta al optimismo oficial. Esta semana la ANTAD que agrupa a las cadenas de tiendas de abastecimiento más grandes del país, pronosticó que el crecimiento de la economía para este año se estima en 1.9%, es decir muy por debajo de la línea de 3.7% pronosticada por la Secretaría de Hacienda para este periodo.

¿Cómo va a encarar eso el Presidente en su informe? De seguro lo hará con el anuncio de inversiones públicas millonarias. Los tres meses siguientes y hasta el cierre de este año serán de anuncios espectaculares de obras y proyectos de infraestructura. Al anuncio del martes sobre el nuevo aeropuerto para el DF -que por cierto se otorgará al proyecto del yerno de Carlos Slim- le seguirán otras obras monumentales: trenes, puertos, autopistas, todo planeado para iniciar en el año electoral del 2015 y terminarse en los años siguientes, incluso más allá de este sexenio.

Es como si todo el presupuesto de 2013 y 2014 que se estuvo reteniendo, retrasando y hasta negando a las dependencias federales e incluso a los gobiernos de los estados haya aparecido de repente para ser ejercido a raudales tras la aprobación de las reformas y en los anuncios de Peña Nieto de millonarias inversiones, programas y políticas que buscan probar el discurso presidencial de que “los beneficios de las reformas son inmediatos”.

En materia de cambios en el gabinete no se esperan grandes sorpresas por el segundo informe. “No caigamos en especulaciones políticas”, respondió el Presidente cuando le preguntó el periodista Pablo Hiriart en aquella entrevista masiva del FCE. No se prevé que con motivo del Informe haya movimientos y más bien podría ser en diciembre cuando se produzcan algunas bajas y enroques en el equipo presidencial. Se ve que Peña va a dejar a sus secretarios cargar los peregrinos y cobrar el aguinaldo y después algunos se irán a las campañas, tanto federales como para algunos estados., y otros tal vez a sus casas.

Así que “preparémonos para administrar las reformas” y para que llegue “el Primer Mundo”, pero a explotar nuestro petróleo, mientras juntos vemos como todo cambia, menos el gabinete presidencial, en el “México nuevo” que nos anuncia Peña Nieto.

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