7/06/2010

ATENCO VIVE LA LUCHA SIGUE !

Justicia para las mujeres violadas y castigo para represores

Aquí no termina la lucha de las mujeres de Atenco

Por Anayeli García Martínez

México, DF 5 jul 10 (CIMAC).- Después de la represión del 3 y 4 de mayo de 2006, en Texcoco y San Salvador Atenco, la participación de las mujeres fue fundamental para mantener viva la lucha social de este movimiento.

La historia de Atenco, y de las mujeres con machete en mano, se remonta al año 2001, cuando por decreto presidencial, se expropiaron más de mil hectáreas de Texcoco y San Salvador Atenco, con el fin de construir un nuevo aeropuerto.

Los ejidatarios comenzaron una resistencia civil organizada en el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT). En 2006 la problemática se agudizó.

El 3 y 4 de mayo de ese año, la policía estatal y federal sitió el municipio, con el pretexto de impedir que unos floricultores vendieran sus productos, lo cual, provocó enfrentamientos que dejaron 211 detenidos, 47 eran mujeres.

Los “operativos” fueron cruciales, no sólo para las residentes de Atenco, quienes hasta ese momento se dedicaban a atender la casa y la parcela, también para las mujeres que ese día se encontraban en el lugar, algunas de ellas extranjeras.

Todas se convirtieron en parte activa de las protestas, marchas, foros y exhortos para exigir justicia, unas en apoyo a sus esposos y líderes, otras, en contra del ultraje que vivieron.

Rápidamente, trascendió fronteras el hecho de que 26 de las mujeres detenidas fueron violadas sexualmente por policías. De ellas, sólo13 denunciaron y ante la falta de justicia, dos desistieron.

Por tres años, la investigación estuvo a cargo de la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas, pero en julio de 2009 la cerró, y declinó su competencia, a favor de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México.

Desde entonces no hay avances, es así que 11 mujeres continúan la resistencia, ahora ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Las mujeres campesinas tomaron la dirigencia de la organización luego de las sentencias de marzo de 2009 y septiembre de 2007 por los delitos de secuestro equiparado y ataques a las vías de comunicación, que se dictaron contra 12 hombres, entre ellos, tres líderes del FPDT: Ignacio del Valle, Héctor Galindo y Felipe Álvarez Hernández.

Entonces, se volvió común ver a Trinidad Ramírez, mejor conocida como “Trini”, caminar con un pañuelo rojo en el cuello, el brazo en alto, y machete en mano, para exigir la libertad de los presos y la de su esposo, Ignacio del Valle.

Desde la represión de Atenco, se desintegró su familia. Sus tres hijos, Ulises, César y América, también son víctimas de la criminalización de la protesta social. César estuvo preso dos años y medio, aunque quedó libre el 8 de marzo de 2008. América aún enfrenta dos órdenes de aprehensión por “secuestro equiparado”.

El 30 de junio, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) consideró que los 12 presos de Atenco no tuvieron un debido proceso, y que los jueces y magistrados del estado de México, se basaron en pruebas ilegales, e insuficientes para condenarlos.

Determinó liberar a quienes enfrentaban penas que iban de 35 a 112 años de prisión. Y aunque Ignacio del Valle quedó absuelto, Trinidad aún no recupera a su familia, América del Valle -su hija- permanece resguardada, en espera de que se le conceda asilo político en Venezuela.

¡Que nos devuelvan a nuestros hijos!

A decir de los integrantes del FPDT, las mujeres asumieron por igual el liderazgo y las responsabilidades en la defensa de la tierra, fueron las madres y esposas de los presos quienes alzaron la voz para pedir la libertad y justicia.

Catalina González Rosas, esposa de Felipe Álvarez Hernández, preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano, no estaba acostumbrada a las marchas, las mantas, las consignas y las reuniones. Todo lo aprendió cuando tuvo que “descuidar” su casa para estar “pendiente” de lo que sucedía con Felipe en la cárcel.

Hoy, dice, volveré a sentarme a la misma mesa con mi esposo, aunque él aún está triste porque “mi suegra murió antes de ver a su hijo libre”.

Rosa Nelly Urrutia Castañeda, madre adoptiva de Héctor Galindo Gochicoa, quien fuera abogado del FPDT, no podía visitarlo en el penal en un inicio, porque no es su madre biológica.

Pese a ello, nunca lo abandonó, participó de forma activa en la campaña nacional e internacional "Justicia y Libertad para Atenco", desde donde evidenció la injusta condena de su hijo, a 67 años y medio de prisión.

Maribel Ramos Rojas, madre de Julio César Espinosa Ramos, también se unió a la lucha. El encarcelamiento de su hijo, le cambió la vida en todos los sentidos; “económico, psicológico, moral y de salud”, se quedó sola porque él es lo único que tiene.

También fueron encarcelados, Jorge Alberto y Román Ordóñez Romero, relata su madre, María de León Romero Morales, “a mis hijos los agarraron a cinco kilómetros de distancia de Atenco. No somos del Frente, pero nos unimos a ellos para pedir su libertad porque son inocentes”.

Las mujeres se mantuvieron firmes durante cuatro años, un mes y 26 días, tiempo en el que sus familiares permanecieron “privados de su libertad”.

Aunque obtuvieron un logro, han declarado que su lucha no termina aquí, que regresan a sus casas, pero están seguras de que falta la libertad de América del Valle, justicia para las 26 mujeres violadas sexualmente, y el castigo para los responsables de la represión.

Mujeres del FPDT dan la bienvenida a dirigentes libres

Concluye una etapa en Atenco y se inicia otra: Trinidad Ramírez

Por Anayeli García Martínez, enviada

San Salvador Atenco, Edo México, 5 jul 10 (CIMAC).- El domingo 4

de julio, el pueblo de Atenco se congregó en una colorida fiesta para dar la bienvenida a los 12 i

ntegrantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), quienes fueron liberados el pasado miércoles y jueves, luego de permanecer más de cuatro años en la cárcel. Reunidos en la Plaza central de ese municipio, del Estado de México, organizaciones civiles, de mujeres, campesinas, magisteriales, obreras, sindicales, ambientalistas y de Derechos Humanos, celebraron esta victoria –que dijeron- fue ganada por las mujeres y hombres que integran los movimientos sociales.

Mientras algunas mujeres preparaban la comida, y otras se encargaban de los trabajos para el acto político y cultural, Trinidad Ramírez –esposa de Ignacio del Valle, madre de América del Valle y una de las líderes del movimiento- conversó con Cimacnoticias sobre el fin de una etapa en Atenco, y el comienzo de una nueva. Con la fortaleza que siempre la ha caracterizado, Trinidad habló del futuro del FPDT. Muy segura, dijo que no cesarán de exigir el castigo para los represores de Atenco porque –afirma- la libertad de su esposo y la de sus otros 11 compañeros “no quiere decir que la lucha acaba aquí”, por el contrario, significa que debe continuar. Mientras en el escenario instalado para la celebración se escuchaba una melodía que versaba “mujeres sabias de la noche y de la mañana”,

Trinidad recordó que hace un año, en una entrevista a esta misma agencia de noticias, dijo que quería tener -aunque sólo fuera un momento- a toda su familia reunida en la mesa (cimacnoticias 4 may 09). “Hoy te puedo decir que está Ignacio. Me siento satisfecha y orgullosa de la libertad de los 12 presos, de ser parte de esta organización, del movimiento social, de poder decir que no soy un parásito. Pero aún falta mi hija América. Todavía falta un lugar que ocupar en esa mesa”, dijo con la mirada esquiva

LIBERTAD SIN JUSTICIA

Trinidad aún tenía que leer un discurso a sus compañeras y compañeros, sin embargo continúo, “no podemos considerar que se hizo justicia. Pese a que nuestra lucha es justa y legítima, no podemos hablar de una justicia total si continúa la impunidad de aquella represión del 3 y 4 de mayo de 2006”, sentenció la activista. Claramente comprometida con sus ideales, mencionó “mientras los represores, asesinos, violadores y torturadores no pisen la cárcel, no habrá justicia”. Por tal razón el Frente seguirá apoyando al pueblo de Atenco, pidiendo la libertad de América y el castigo a quienes violaron sexualmente a 26 mujeres durante la represión de mayo de hace cuatro años. Además –agregó- espera que el gobierno Venezolano le de asilo político a su hija.

El caso de América es más complicado porque a ella se le negó el amparo directo, pero aún así Trinidad confía que la reciente respuesta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dictó el pasado 30 de junio, también alcance a su hija. “Claro seguiremos haciendo la presión social”, advirtió. “La libertad de los 12 compañeros es un logro del movimiento social, de muchos hermanos nuestros, de los que están en la montaña, en las fábricas, en las universidades, en la calles, y así seguiremos”, puntualizó Trinidad. Horas más tarde salió Ignacio del Valle a celebrar con su pueblo el triunfo que lograron después de una larga lucha. Con globos blancos y rosas rojas, los ahora “libres” fueron recibidos por una comunidad que siempre creyó en ellos. Al final con los machetes en alto hicieron un llamado a la unidad porque “Atenco vive, la lucha sigue”.

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