6/25/2014

El propósito de sucumbir a Pemex

Manuel Fuentes 
La reforma energética que se encuentra en la antesala de su aprobación tiene como propósito achicar en lo posible a Petróleos Mexicanos para que las empresas extranjeras puedan competir con ella en una supuesta igualdad de condiciones, sin embargo las redacciones que apuran los diputados la ponen en notable desventaja.

No sólo la posibilidad de llevar a cabo despojos arbitrarios a través de expropiaciones a la fuerza en perjuicio de poseedores de tierras y comunidades enteras que se verán afectadas por intereses empresariales extranjeros que tendrán prioridad sobre cualquier bien social.

La paraestatal Pemex sufrirá las consecuencias de “competir” con las empresas extranjeras en materia de adquisiciones y explotación de recursos.  Serán dos tipos de legislaciones las que se estarán enfrentando, una la que rige a los organismos descentralizados y otra a las empresas privadas. La primera rígida y la segunda laxa, que permitirá a estas últimas actuar con mayor rapidez en sus operaciones y menores costos.

Estas dos legislaciones, una la nacional que pretenderá transparentar las finanzas de Pemex y la otra  marcada por la opacidad de los recursos manejados por las empresas extranjeras.  Éstas no se regirán por las leyes mexicanas en cuanto a la rendición de cuentas, utilidades y ganancias sino a los lineamientos de sus países de origen.

Competir con capitales tan importantes, de acuerdo a estudios de la revista Forbes México, como los que posee Exxon Mobile que tiene un valor en el mercado de 400 mil millones de dólares (http://www.forbes.com.mx/sites/los-15-gigantes-petroleros-del-mundo/) mientras que Pemex que no tiene un valor determinado, pero que anteriores directores de esa paraestatal como Juan José Suárez Coppel en el sexenio pasado aventuraron un valor entre los 120 mil a 150 mil millones de dólares, después de limpiar su balance y pasivos laborales (léase pago de pensiones jubilatorias, entre otros).  Un 266%  de Exxon superior a la paraestatal mexicana.

El valor de Pemex que se ha mantenido en reserva en este debate, nos puede dar una idea de que la pelea será con verdaderos gigantes en recursos económicos, los cuales arrasarán lo que tengan enfrente para saciarse de los recursos económicos.

La empresa Royal Dutch Shell de Holanda posee un valor de 231 mil millones de dólares, un 154% superior a Pemex, Petrochina con una valor de 261 mil millones de dólares, que representa un 174%, Chevron de Estados Unidos con valor en el mercado de 232 mil millones de dólares supera a la mexicana en un 154% y así siguen otras empresas.

Es por ello que deberá hacerse público por las autoridades mexicanas cuál es el valor real que tendrá asignado Pemex, ya que el pretexto ha sido que al no cotizar en la Bolsa de Valores no se tiene ese cálculo al menos de manera pública.

Será importante que nos expliquen las autoridades mexicanas si la petrolera mexicana estará sujeta a presupuestos y legislaciones rígidas que la dejen en desventaja de competencia.

Es obvio que las condiciones de desventaja económica será una de las referencias determinantes para que las grandes empresas petroleras lleven a cabo las exploraciones y obtengan las ganancias que se proponen.

Estas empresas que ya operan en nuestro país a través de concesiones de manejo y renta de plataformas petroleras, en venta de gasolinas y diversos productos petroquímicos de los que obtienen millonarias ganancias ahora estarán en la posibilidad de que sus ganancias, a costa de los recursos nacionales, se acrecienten de una manera importante.

En pocos años se avizora cómo el valor económico de Pemex disminuirá y el de las petroleras extranjeras crecerá.

Para Pemex uno de los factores de su “ahorro” será deshacerse poco a poco de sus trabajadores sindicalizados.  Su proyecto será que estos migren a las empresas privadas contratistas y se vaya reduciendo la “carga” que representan sus trabajadores  que ahora son más de 163 mil trabajadores, de los que el 21% (34 mil 600) representan los trabajadores de confianza.

Sin embargo hay cifras proporcionadas por la paraestatal que señalan un total de 195 mil 619 trabajadores al estar incluidos los trabajadores de plazas temporales.

Ello sin contar con los más de 82 mil trabajadores jubilados que cubre con sus propios recursos económicos.

El gobierno debe transparentar la información de esta llamada reforma energética que pretende hacer sucumbir a Pemex y que las beneficiadas sean las grandes corporaciones petroleras transnacionales.

Correo: mfuentesmz@yahoo.com.mx            twitter: @Manuel_FuentesM

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