4/15/2015

La corrupción a través de los años

Alberto Aziz Nassif

La corrupción es tan vieja y tan propia del sistema político mexicano que parece que hoy no se ve nada nuevo bajo el sol. Todos los días nos enteramos de casos que llenan las páginas de la prensa, como hace décadas. Sin embargo, algo ha cambiado, y no nos referimos a las formas de cometer actos de corrupción, sino a los efectos sociales que produce y a los mecanismos para hacerla pública.
Cada año escuchamos los informes de la Auditoría Superior de la Federación y cada año comprobamos que tenemos gobiernos más corruptos. Hay casos extremos como el del gobernador César Duarte en Chihuahua, que ha llegado a comprobados de excesos, ya se le interpuso una denuncia penal y no pasa nada, la autoridad sigue tan campante chiflando en la loma. No ha habido gobierno que no haya prometido en su campaña que combatiría a la corrupción, y aquí seguimos. 
En el viejo régimen los presidentes disponían de una partida presupuestal, llamada “secreta”, la cual manejaban a su gusto y para sus intereses. Miguel de la Madrid llegó a decir que Carlos Salinas fomentó actos de corrupción, se robó fondos públicos y que su hermano Raúl tuvo contactos con narcotraficantes (EL UNIVERSAL, 14/V/2009); Luis Téllez afirmó que Salinas se robó la mitad de la partida secreta (EL UNIVERSAL, 12/II/2009). Ahora la famosa partida ha desaparecido, pero parece que hay amplios márgenes para el beneficio personal, como sucedió con la casa blanca de Peña Nieto, la de Videgaray y, quizá, las de Osorio, resultado de conflictos de interés con compañías que trabajan para el gobierno. Corrupción, pero con diferentes mecanismos. A Salinas poco le afectaba en su imagen su manejo discrecional con la partida secreta, a Peña la casa blanca lo tiene en el banquillo de los acusados. 
Octavio Paz habló del patrimonialismo, el manejo de lo público como propio o privado, una práctica de corrupción muy común en nuestro país. Antes se usaban los recursos públicos para fines personales y familiares y la ciudadanía sabía que era muy difícil encontrar políticos honestos, ahora se les denuncia en las redes sociales y algunos se vuelven sacrificables, como el caso del director de Conagua, David Korenfeld, que utilizó un helicóptero público para fines personales y con una foto que circuló en redes sociales se logró su renuncia al cargo. Antes la oposición panista y la de izquierda no tenían recursos públicos y tenían autoridad moral para denunciar la corrupción del gobierno y de su partido. Ahora vemos que el panismo que gobernó, siguió las inercias y hoy practica los “moches”. Políticos del PRD usan helicópteros para trasladarse a un mitin a la ciudad de Morelia, y ante la crítica llegó una tibia disculpa. Hay múltiples ejemplos que muestran los excesos a los que han llegado los partidos políticos inmersos en redes de corrupción. 
Antes, el PRI disponía de todos los recursos que necesitaba, el gobierno se ponía a su disposición para las campañas y las elecciones, nadie fiscalizaba. Ahora se tienen cientos de reglas, instituciones “autónomas”, tribunales y procedimientos para el mal uso de los recursos y hasta la fecha los casos complicados de corrupción, salvo excepciones como Pemexgate y Amigos de Fox, no se resuelven en favor de una justicia satisfactoria, ahí está por ejemplo Monexgate. Pero el que se ha saltado todos los parámetros es, sin duda, el Partido Verde Ecologista de México, socio del PRI (que no es partido, ni verde, ni ecologista), que ha hecho de su actividad un fraude sistemático a la ley. Por eso, ahora hay miles y miles de ciudadanos que pedimos la cancelación de su registro. 
En suma, lo que tenemos es una herencia descomunal del viejo régimen autoritario que generaba corrupción como el combustible del sistema, era parte de las prácticas y la cultura política. El régimen que llegó con la transición heredó el combustible, no rompió con las inercias, por lo cual el nuevo régimen se acomodó y aquí estamos otra vez con el PRI y una corrupción que invade todos los niveles de la vida pública, y un sistema que no tiene la ingeniería, los controles, ni la voluntad para dejar el patrimonialismo como práctica cotidiana a través de los años.
Investigador del CIESAS.

@AzizNassif 

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