8/03/2015

Pobreza, un lastre neoliberal


Tantas son las preocupaciones por las que pasamos cada día, algunas que traemos arrastrando de algún tiempo atrás, otras que nos invaden antes de tiempo por su futura presencia, desde los gastos de inscripción al nuevo ciclo escolar, hasta los medicamentos de la abuela; un sinfín de necesidades que por su variada naturaleza parecen independientes entre sí, pero que en realidad forman parte de una gran problemática que la mayoría padecemos, la pobreza. 
El término de pobreza muchas veces hasta nos causa repulsión, quisiéremos nunca ser estereotipados con ese término, muchas veces en la ignorancia hasta es tema de sarcasmo y bromas discriminatorias hacia quienes la padecemos, pero sin duda alguna esta problemática es causa generadora de muchas más, desde la delincuencia común, la prostitución, la drogadicción, hasta el crimen organizado. La pobreza también es responsable del deterioro de las relaciones familiares, al debilitarse éstas por la migración y la movilidad laboral, así mismo es un obstáculo para que el grueso de la población pueda desarrollar sus habilidades para aportar su talento a la comunidad nacional y global.
Más allá de pensar a la pobreza como una problemática del pasado, éste se encuentra hoy muy presente, y pareciera que en vez de disminuir con las políticas sociales del gobierno mexicano, la pobreza se ahonda cada día más en nuestra sociedad, así lo reveló el último estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), presentado a fines del mes de mes de julio, la CONEVAL (www.coneval.gob.mx) indica que el 46 por ciento de la población mexicana, es decir, 55.3 millones de personas, está en condiciones de pobreza extrema o moderada.
Para saber qué es la pobreza extrema y moderada, la CONEVAL los define así, las personas que están dentro de la pobreza extrema son aquellas que tienen menos de mil 242 pesos mensuales en zonas urbanas y 868 pesos mensuales en las rurales, mientras que las personas que se encuentran dentro de la pobreza moderada son aquellas que obtienen menos de 2 mil 542 pesos en zonas urbanas y menos de mil 614 pesos en zonas rurales. En ambos casos podemos ver el precario ingreso de las personas que constituyen la mitad de nuestra población mexicana.
El estudio también revela que existe un 33 por ciento de mexicanos, es decir 40 millones de personas que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad por ingreso o por carencia, es decir, personas que por cualquier tragedia, eventualidad o contingencia pueden caer en los brazos fríos de la pobreza. Así en nuestra sociedad solo nos quedan 24.5 millones de personas, es decir, el 20 por ciento de mexicanos que no son pobres ni están en condiciones de vulnerabilidad.
Nuestra sociedad así se divide entre un ochenta por ciento de personas pobres y vulnerables y un veinte por ciento de personas que no lo son, una sociedad en términos de ingreso polarizada y desigual; éste fenómeno socioeconómico de la desigualdad ha sido analizada por el Doctor Gerardo Esquivel, en un estudio para Oxfam México (www.oxfammexico.org) titulado “Desigualdad Extrema en México: Concentración del Poder Económico y Político”, donde menciona que en 2012, había en México 145,000 individuos con una riqueza neta superior a un millón de dólares (sin incluir sus residencias), en conjunto, sus riquezas ascendían a un total de $736 mil millones de dólares. Estos millonarios representan menos del 1% de la población total pero concentraban en el 2012 alrededor del 43% de la riqueza total del país.
La profunda desigualdad económica que vive México es sin duda fruto del modelo económico implementando desde hace ya más de treinta años, el neoliberalismo, que con su “lógica de libre mercado” ha destruido la gran mayoría de propiedad colectiva, pública; llevando así a la rienda de los monopolios privados las industrias y servicios que antes servían como base económica para el desarrollo nacional. El neoliberalismo como ideología económica busca reducir el papel del Estado en la economía, y por lo tanto la inversión pública en sectores medulares como la salud, la educación y la comunicación.
Ante la abismal desigualdad el Doctor Esquivel propone políticas que reorienten la actual política gubernamental; como primer punto, la Creación de un Autentico Estado Social: donde es imprescindible cambiar los programas asistencialistas, que sólo buscan mitigar la profundidad y la extensión de la pobreza, por políticas sociales basadas en la garantía de la alimentación, total gratuidad en educación y salud a todos los niveles. Como segundo punto Una Política Fiscal más Progresiva, es decir que contribuyan más quienes más tienen. El tercer punto Gasto Mejor Focalizado, inversiones públicas que detonen el desarrollo regional de zonas como la Sur-Sureste, en sectores como salud y educación, así como la reducción del gasto corriente. El cuarto punto Política Salarial y Laboral, donde propone iniciar un amplio proceso de recuperación de la capacidad de compra del salario mínimo y una política laboral que re balancee el poder de negociación entre trabajadores y patrones. Como punto cinco, Mecanismos de Transparencia y Rendición de Cuentas, donde se constituyan programas rígidos contra la corrupción en todos sus niveles.
Las propuestas del Doctor Esquivel manifiestan una clara crítica ante el actual modelo económico, propone aumentar el papel del Estado en la economía, garantizando los derechos sociales y laborales mediante mayor inversión pública, estas propuestas van a contracorriente de la actual política de privatizaciones que se viene desarrollando en el país y que amenaza ahora al sector salud.
La pobreza, ese gran fantasma que aprisiona a la gran parte de nuestra sociedad tiene sus causas en la desigualdad socioeconómica, no es que no haya riqueza social, sino que ésta riqueza está concentrada un muy pocas manos, de ahí que sea un problema de discusión en la economía política; es mediante la política desde donde se puede combatir la profunda desigualdad social que hay en México, la pobreza radica en el nivel de desigualdad de una sociedad, no absolutamente en la generación de riqueza.
Queda aquí entonces la opción de elegir entre mayor presencia del Estado en la economía o dejar en manos de monopolios privados todo lo que pueda ser mercancía: la salud, la educación, el agua, etc. Queda elegir entre más neoliberalismo o la erradicación de ésta ideología.

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