9/03/2015

Los periodistas pal café . . . .



La banda presidencial estuvo en ruta de caer al suelo. No sucedió durante el personalísimo espot gigante rodado ayer en uno de los patios de Palacio Nacional. Fue antes, mientras Enrique Peña Nieto se preparaba en términos indumentarios, en una habitación privada, para salir a escena en función del tercer Informe de labores entregado un día antes a un Poder Legislativo tan complaciente que aceptó imponerse una mordaza de 24 horas para no difundir los términos de ese informe y así dejar al titular del Ejecutivo el privilegio de dar a conocer ciertas líneas especiales, sobre todo la relacionada con la privatización educativa por la vía de bonos para la infraestructureichion.
El concesionario en exclusiva sexenal de la preciada tira, Enrique Peña Nieto, la había tomado de una mesa para mostrarla al camarógrafo que en ese momento transmitía para la aplicación de Internet en vivo Periscope (https://goo.gl/qhdaKM). Pero al momento de regresarla al mismo mueble la colocó de tal manera (no a lo largo de la madera, como estaba originalmente, sino en posición transversal, con una parte hacia el vacío del que luego diría EPN que tres años atrás el país se salvó) que la sedosidad representativa del máximo poder en México se deslizó de manera natural, previsible, por una ley de la gravedad a la que el mexiquense se opuso con un súbito golpe de mano que frenó el conato de caída tricolor, ante el descontrol del tomador de imagen que, contra cualquier reacción natural que habría tenido alguien con formación periodística, no tomó los traspiés del poderoso y su banda (se habla de la textil), sino que apartó el ojo maquinal hacia un punto ciego, un túnel de imagen, de tal manera que no se pudo saber si la franja bordada tocó el suelo o la caída pudo realmente ser frenada.
Tales impericias menores no son infrecuentes (en la misma grabación para Periscope, arriba mencionada, se ve a EPN advirtiendo a un asistente, quien pregunta sobre la ubicación escénica de una fotografías, que la cámara les está tomando y que todo lo dicho ahí estaría difundiéndose). Hace poco se le cayó a Peña Nieto un pedazo de pastel en una reunión festiva con beneficiarios asistenciales, y es tal la credibilidad colectiva en la pifia como distintivo sexenal que uno de los más significativos esclarecimientos enriquistas fue para demostrar que se había puesto correctamente unas calcetas deportivas.
Pero también es posible decir que la fiesta personal del Informe de gobierno se le cayó a Peña Nieto, se le deslizó entre las manos y la retórica, convertida la fiesta de Palacio (con las camionetas de los más poderosos estacionadas afuera de ese inmueble, ya no sobre la plancha del Zócalo, pero sí en la vía pública, donde los mortales no pueden detenerse ni por equivocación) en una repetición de cifras y de trucos de presentación que le permitieron acomodar (casi) lo mismo de antes en un decálogo de resonancias huecas (otra de las manías de Peña y su equipo ha sido la de reciclar programas y metas dándoles presuntas nuevas formas numeradas).
Arengas de segunda mano, nueva provisión de promesas condicionadas al advenimiento del paraíso económico que nos espera luego de las penurias en curso, magnos objetivos históricos por alcanzarse un día de estos y, entre el reconocimiento de pasada de los grandes problemas nacionales, como la desaparición de los 43, la fuga de El Chapo y las acusaciones de corrupción marca Higa, el profesor Peña Nieto soltó las líneas que había reservado para su difusión ante los mil quinientos invitados especiales: la conversión de las escuelas públicas mexicanas en negocio privado (¿Mexicanos Primero, con Claudio X. González como inversionista triunfador?), mediante la emisión de bonos que serán colocados en la Bolsa Mexicana de Valores y servirán para mejorar la infraestructura educativa pero también, obviamente, para dar derechos y ganancias a quienes metan su dinero al mercado de la educación pública-privada.
Todo el teatro de la llamada reforma educativa queda de manifiesto como mero forcejeo por el control administrativo y político del profesorado nacional para abrir paso al negocio que desde Televisa y organizaciones como Mexicanos Primero se ha estado impulsando. Los trabajadores de la educación, formados en el nacionalismo revolucionario, defensores de la escuela pública como conquista popular, son un obstáculo, sobre todo las secciones más politizadas y combativas agrupadas en la CNTE, para otro de los grandes negocios del sexenio. Por ello se tumbó a la cacica Elba Esther Gordillo, que habría exigido porciones grandes del pastel. Por ello se ha mantenido una guerra abierta contra los profesores disidentes, sobre todo los de Oaxaca. Por ello se nombró a Aurelio Nuño secretario de Educación, para que administre los 50 mil millones de pesos que se pretende obtener de aquí a las elecciones de 2018 mediante los citados bonos bursátiles y emprenda la vistosa obra de combinar tal inversión privada con fondos públicos para una colosal dignificación de las escuelas públicas (convirtiéndolas progresivamente en propiedad privada). La banda (sobre los ojos) se cae.
Inglés para los niños de primaria, más instrumentos financieros para apoyar obras de infraestructura y negocios energéticos, y la contradictoria creación de una secretaría de cultura, a partir del próximo presupuesto bajo cero, son otros de los anuncios dados en el mensaje peñista que cerró con tambores de guerra electoral contra el populismo, la demagogia y la intolerancia, en una descuadrada alocución que hizo ver a Andrés Manuel López Obrador como el fantasma que asusta los sueños de negocios dorados y de continuidad en el poder de la banda que cae.
Todo ello al mismo tiempo que la investigación sobre la Casa Blanca, hecha por Rafael Cabrera, Daniel Lizárraga, Irving Huerta y Sebastián Barragán, coordinados por Carmen Aristegui, ganaba el Premio Nacional de Periodismo y se incluía entre los diez trabajos finalistas del premio Gabriel García Márquez. ¡Hasta mañana!, Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx




Peña Nieto comenzó a andar el segundo tramo de su sexenio, sin embargo, no será el personaje central. Se adelantó la sucesión, el futurismo se convirtió en presentismo. El escenario en los meses que vienen lo ocuparán los personajes que podrían remplazarlo en 2018: Manlio Fabio Beltrones, José Antonio Meade, Aurelio Nuño, Andrés Manuel López Obrador, Gustavo Madero, y muy disminuidos, Luis Videgaray Caso y Miguel Ángel Osorio Chong. (Lista enunciativa, mas no limitativa). El Presidente está tratando de darle oxígeno al tramo que le queda por recorrer con dos compromisos (tiene pendientes de cumplir alrededor de 200 que hizo en campaña). Primero, no endeudar más al gobierno, y segundo, no aumentar impuestos. El primero no podrá cumplirlo. Tendrá que contraer nuevas deudas al menos para pagar los intereses de 8 billones de pesos que ya debe. Además, en su tercer Informe anunció la emisión de bonos en la Bolsa Mexicana de Valores para financiar infraestructura educativa. Eso es deuda. También habló de dos nuevos instrumentos financieros: Fibra E y Certificados de Proyectos de Inversión, ‘‘que servirán para detonar proyectos de infraestructura en diversos sectores, incluido el energético’’. Será necesario que nos expliquen más de qué se trata, no vayan a resultar más cargas para las finanzas públicas. El otro compromiso –no aumentar impuestos– es insuficiente. Lo necesario y urgente es bajarlos.
Nuevo petrolero
Es de suponer que verificaron sus antecedentes antes de incorporarlo al negocio y están conscientes de los riesgos. La compañía mexicana EIM Capital y la estadunidense American Energy Partners, con sede en Oklahoma, anunciaron una asociación para participar en el negocio del petróleo, ¿y a quién creen ustedes que llevan como socio? Ni más ni menos que a Vicente Fox. Candorosamente las empresas dicen lo siguiente: ‘‘Ante la continua baja de los precios del petróleo y los desafíos específicos de México que siguen acosando el enfermo sector de energía del país, el anuncio proporciona al menos un impulso sicológico al hasta ahora arduo proceso de implementación de la reforma energética aprobada en diciembre de 2013’’. ¿Impulso psicológico? Qué mal chiste. De acuerdo a la información disponible, la compañía EIM Capital es una administradora de fondos de capital privado con sede en la ciudad de México, dedicada exclusivamente a nuevas inversiones en el sector energético mexicano. Está dirigida por el CEO Franco C. Hamdan y el ex presidente Vicente Fox.
Los aumentos
El mito de que la devaluación no genera aumento de precios llega a su fin. A partir del primero de septiembre el sector de la industria y el comercio paga 9.4 por ciento más en su tarifa de electricidad. Y el de la construcción será impactado por un alza de 7 por ciento en el cemento. Pero tal vez lo que más duela a las familias es el aumento del cable. Me escribe Fausto Torres: ‘‘¿Pues no que la depreciación era buena?, ¿no que la reforma de telecomunicaciones bajaba los precios?’’ Y anexa a su mensaje un aviso de Telecable en el sentido de que a partir del próximo día primero de octubre la tarifa básica subirá a 323 pesos, 4% más de la actual. ¿Y las demás cableras harán lo mismo? Telecable cubre una extensa región de la República: Jalisco, Aguascalientes, Michoacán, Guanajuato, Colima, Nayarit, Zacatecas, Chiapas, Querétaro y Tamaulipas.



Inenarrable resulta la placidez de los mexicanos tras escuchar el mensaje del inquilino de Los Pinos. Del previo cuan manifiesto nerviosismo existente entre ellos, y la desesperación en no pocos casos, los habitantes de esta República de discursos pasaron a la serenidad y la plena satisfacción luego de asimilar que su percepción sobre el deplorable estado que guarda la nación era totalmente errónea.
Del micrófono oficial brotaron mágicas cifras, progreso a borbotones, y un titipuchal de logros nunca registrados por la lerda mexicanada, la cual por fin entendió a cabalidad que el México real que cotidianamente padecen nada tiene que ver con el descrito ayer por el inquilino de Los Pinos durante el faraónico acto en Palacio Nacional, en el que de la chistera presidencial en todo momento salieron conejos, palomas y cintas multicolores. Peñalandia, pues.
Como el gobierno de la República está decidido a demostrar que se aprieta el cinturón y que la austeridad es su norma, ayer en Palacio Nacional sólo hubo cupo para mil 500 invitados, quienes desquitaron la cortesía mediante apoteósicos aplausos para cada frase de ocasión, sobre todo en momentos determinantes del discurso peñanietista, como el siguiente: es un hecho que la economía mundial va a mejorar y, cuando esto suceda, México será el país que tenga las mejores condiciones para convertirse en una potencia, algo que por lo demás viene prometiéndose desde hace tres décadas.
Así es, mexicanos pacientes, mientras la economía mexicana se zarandea un día sí y el siguiente también, y en tanto se materializa la maravillosa oferta del inquilino de Los Pinos, la opción es comprar un mullido sillón (algo que estimularía el mercado interno) y un litro de Pasiflorine para esperar cómodamente el advenimiento del paraíso. No pueden desaprovechar esa oportunidad de oro.
Con la claridad y la decisión de un estadista, Enrique Peña Nieto descubrió que hoy México enfrenta una situación de desconfianza en lo interno y de incertidumbre en lo externo por la economía internacional, pero, grandilocuente, no sólo describió el hallazgo, sino que de inmediato encontró la solución: ¿qué vamos a hacer como país ante los retos y dificultades que enfrenta México? Nuestra respuesta es contundente: vamos a enfrentar los desafíos, con claridad de rumbo y absoluta determinación.
Pero fue más allá: vamos a ir hacia adelante, comprometidos con la ley, con la justicia, con el respeto a los derechos humanos y la integridad en el servicio público. Vamos a seguir transformando a México, con las nuevas instituciones de transparencia y combate a la corrupción. ¡Listo! Con eso y un jarrito de atole esta República de discursos va que vuela al primer mundo.
Otra reflexión del susodicho maravilló a los habitantes de esta nación: “quiero hablarles de lo que nos molesta y perturba como sociedad, de lo que nos afecta y preocupa como mexicanos. El último año ha sido difícil para México. Nuestro país se vio profundamente lastimado por una serie de casos y sucesos lamentables. Los hechos ocurridos en Iguala (léase la barbarie contra los muchachos de Ayotzinapa) o la fuga de un penal de alta seguridad (la de El Chapo, es de suponer) nos recuerdan situaciones de violencia, crimen o debilidad del estado de derecho”.
Y fue más allá: “señalamientos de conflictos de interés –que incluso involucraron al titular del Ejecutivo– (y al ministro del (d) año, aunque no se preocupen que para eso está Virgilio), así como denuncias de corrupción en los órdenes municipal, estatal y federal –y en algunos casos en el ámbito privado–, han generado molestia e indignación en la sociedad mexicana. Estas situaciones son muy distintas entre sí, pero todas lastiman el ánimo de los mexicanos y la confianza ciudadana en las instituciones. A este ambiente se suma ahora la preocupación de las familias por el futuro de la economía. Hoy los mexicanos escuchan en los medios de comunicación que bajan los precios del petróleo y sube el dólar. Y si bien esta situación responde a fenómenos del exterior, temen que su economía pueda verse afectada”.
Pero como estadista que es, el susodicho inmediatamente desenmascaró a quienes, con una percepción obviamente equivocada, exigen un golpe de timón y un cambio de ruta (algunos más apremian a un cambio de inquilino de Los Pinos). Dijo: en todas las naciones surgen dudas y se enfrentan dilemas sobre cuál es el mejor camino a seguir. En este ambiente de incertidumbre el riesgo es que en su afán de encontrar salidas rápidas, las sociedades opten por salidas falsas. Me refiero al riesgo de creer que la intolerancia, la demagogia o el populismo (autogol) son verdaderas soluciones. Esto no es nuevo. Es una amenaza recurrente que ha acechado a las naciones en el pasado.



Cuentan en diferentes ámbitos de los gobiernos tanto locales como federal, que se avecina una tormenta sobre los programas sociales que se han ejercido en bien de ciertos sectores de la población que carecen de recursos para satisfacer algunas de sus necesidades.
Los pretextos para hacer desaparecer muchos de esos programas sociales son los que oficialmente se han manejado para tratar de explicar la situación económica de todo el país, incluida, desde luego, la ciudad de México. Esos pretextos son: la inestabilidad de los mercados financieros en el ámbito internacional, en primer lugar, y la caída en los precios del petróleo, que ha venido carcomiendo todas las expectativas de crecimiento del país para el próximo año.



Las partes más entretenidas de este video son las tomas al público que escucha al orador y las panorámicas del recinto repleto de trajes, corbatas, vestidos largos, peinados solemnes y calvas carísimas. Vale la pena pausar las tomas para apreciar las expresiones de quienes asisten a él por compromiso; es decir, de todos los presentes, menos el señor que lee su discurso con ademanes acartonados, tics faciales incontrolables y numerosos yerros de pronunciación y de lectura. Hay que imaginar, por ejemplo, el aburrimiento cósmico del embajador de algún país árabe, obligado por el protocolo a apersonarse en esta ceremonia que manifiestamente le vale madres, y sin más horizonte que ponerse a redactar, por la tarde, un reporte que no leerá nadie. O la zozobra de uno que otro político, de esos que agonizan porque ya saben que sus miserias han sido documentadas en audio o en video, y que si no se alinean o si no cooperan los medios empezarán a comérselos crudos en un festín de pirañas. O la incomodidad de quienes tienen claro que su presencia en ese lugar es una traición a lo que hicieron buena parte de su vida.
El oficiante del ritual ha tenido la amabilidad para consigo mismo de no pronunciar el guarismo 43, el topónimo Ayotzinapa ni el apelativo Casa Blanca, de modo que, si se trata de entretenerse, el audio de la grabación es perfectamente prescindible. Y no porque uno comprenda el lenguaje de señas en el que se afana la diligente intérprete del recuadro derecho inferior de la pantalla, sino porque basta con recortar párrafos de anteriores mensajes presidenciales –de éste o de cualquiera de sus predecesores, o de varios combinados– y pegarlos al azar para tener una idea clara del mazacote: fórmulas de despacho; saludos burocráticos; dos o tres admisiones de que no todo es absolutamente perfecto, aunque la imperfección no conlleve responsabilidades específicas; ocasionales arranques retóricos del poliestireno que sueña con ser bronce y, más que nada, la enumeración de acciones, obras, disposiciones, medidas y hechos para documentar la talla heroica del expositor. La esencia de la alocución presidencial septembrina como género literario consiste en eso: en una autoexaltación que recurre a la épica de gabinete para narrar los pormenores de la boda entre el Mandatario (las mayúsculas son meramente ilustrativas) y la Historia Nacional.



De acuerdo con datos de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, la tasa de aumento de las utilidades de los bancos que operan en el país fue cinco veces superior al porcentaje de crecimiento de la economía nacional: entre enero y julio de este año, mientras las ganancias de las instituciones financieras se incrementaron 12.8 por ciento con respecto al mismo periodo de 2014, la economía nacional creció 2.4 por ciento con relación al primer semestre del año anterior.

Reflexión de intelectuales y periodistas a Mancera
Con el laudo emitido el pasado lunes por el Tribunal Electoral del DF, en respuesta a las impugnaciones presentadas de cara a los resultados electorales del 7 de junio en las delegaciones capitalinas, nuestras dudas se desvanecieron: como gobernante, Miguel Ángel Mancera no es de izquierda, ni por asomo le interesa la democracia.

El millonario Donald Trump, quien pretende ser el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, ha utilizado a los migrantes en general, pero muy en especial a los mexicanos, como el blanco preferido de sus alegatos para convencer a los votantes estadunidenses de que aquéllos son los culpables de todos los males del país. Los epítetos lanzados en contra de estas personas se enmarcan, no hay duda, en un discurso grosero y vulgar, en el que demuestra su crasa ignorancia, pues pretende deportarlos, quitar la ciudadanía a los hijos de indocumentados, construir un muro, que deben pagar los propios mexicanos. Todo lo cual no sólo está fuera de toda lógica, pero lo más importante, los migrantes son necesarios no sólo para la economía de Estados Unidos, sino además porque su población está envejeciendo y los migrantes son la solución para detener este problema, y porque con sus impuestos aportan a las arcas públicas para beneficio de los jubilados. Ya en 2007, la portavoz de George W. Bush, ante un académico ultraconservador que hacía la misma propuesta de deportar a los migrantes, le contestó: Si deportamos a los indocumentados, el país se paraliza. Mucha razón tenía.

Tengo frente a mí una foto de mi padre tomada en 1937 durante la reunión de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) celebrada en Valencia ese año. La obtuve por casualidad divagando en la red, justo en estos días que la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM celebra el centenario de su natalicio. No la conocía. La imagen capta al joven Sánchez Vázquez sentado en las gradas de un auditorio al lado de Fernando Claudín, dirigente juvenil comunista. En la misma fila también figura Gonzalo, su hermano menor, militante como él. Puede ser que esa fotografía registre el último encuentro personal entre ellos, antes de que la guerra y la derrota los llevaran a una dolorosa, larga y forzada separación. Para la familia, la instantánea tiene, como es natural, un valor inapreciable.

La figura del city manager en la vida pública del municipio es probable que pronto sea imitada. Más como una novedad verbal, a semejanza de la empleada en San Pedro Garza García, que como una innovación en el marco jurídico y en la práctica municipal.

Daniel Barenboim es uno de los más talentosos músicos desde hace varias décadas, tanto en el piano como en la dirección de orquestas. Es también un símbolo de la tolerancia étnica y religiosa, y un luchador contra el fanatismo de cualquier color.
Nadie se deje impresionar por el rasgamiento de vestiduras de Bogotá contra Caracas supuestamente para defender los derechos humanos de sus ciudadanos en Venezuela, sonsonete amplificado por las corporaciones mediáticas.

Ante abundantes estudios ofrecidos por revistas de alto calibre de la comunidad científica sobre el calentamiento global por la emisión humana de gases con efecto invernadero (GEI) y de la acelerada pérdida de biodiversidad también de corte antropogénico, uno de ellos en Climatic Change (2014) de Richard Heede y otro más en Science (2015) de Gerardo Ceballos et al, así como artículos y entrevistas publicados por The Guardian, considero necesario hacer la pregunta del encabezado.Esto, por las advertencias y el inusitado consenso de la comunidad científica sobre la necesidad, urgente, de recortes vinculantes e inmediatos de las emisiones de GEI en la COP21 la cumbre climática, París, Nov/Dic/15. Máxime que esas fuentes advierten que la ventana de oportunidad para evitar una catástrofe bioclimática, puede estar cerrándose.


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