9/05/2015

Chile: Una nueva Constitución para la vida de las mujeres


Diferentes especialistas refirieron las experiencias comparadas de los distintos procesos constituyentes latinoamericanos y su impacto en los derechos humanos de las mujeres

Tamara Vidaurrázaga Aránguiz

Santiago de Chile, 01 sep. 15. AmecoPress/SEMlac.- Una de las promesas presidenciales que fundamentó la campaña de la ahora presidenta Michelle Bachellet fue una Constitución que reemplazará la actual, que fuera elaborada entre cuatro paredes en la dictadura reciente (1973-1990) y ratificada con un plebiscito que -a la luz de la historia- se sabe fue un fraude.

Sin embargo, hay poca claridad sobre la importancia que la carta fundamental tiene para la vida cotidiana de quienes viven en Chile, por lo que la Corporación Humanas realizó el pasado martes el Seminario "Nueva Constitución y Derechos Humanos de las Mujeres".

En la actividad, diferentes personalidades refirieron las experiencias comparadas de los distintos procesos constituyentes latinoamericanos y su impacto en los derechos humanos de las mujeres.

El evento se dio en medio de un debate nacional, en el cual la derecha ha insistido en que una nueva Constitución no sería relevante para solucionar los problemas reales de las personas, mientras que la izquierda se ha pronunciado por una Asamblea Constituyente y la Presidenta ha indicado que se realizará un "proceso constituyente", sin dejar en claro cuál será la estrategia a utilizar para convenir una carta fundamental nacida en democracia.

Para Carolina Carrera, presidenta de Humanas, el país requiere "una Constitución que garantice el derecho a una vida libre de violencia, a la salud sexual y reproductiva, que reconozca nuestro derecho a decidir, a estar en los espacios de decisión, entre otros derechos humanos de las mujeres".

Agregó que una nueva carta fundamental debe ser fruto de la democracia y un proceso de participación ciudadana en el que las mujeres -que hoy tienen una baja representación en el Congreso- sean escuchadas y tengan poder de decisión.

En la reunión participaron la ministra del Servicio de la Mujer, Claudia Pascual, quien consideró relevante que las personas se apropien del debate sobre una nueva Constitución; y la Coordinadora del Programa ONU Mujeres en Chile, María Inés Salamanca, quien indicó que las constituciones, en el mundo, tienen un tremendo impacto en la vida de las mujeres.

Una de las invitadas que generó mayor interés fue Rosario Ricaldi, abogada e integrante de la Coordinadora de la Mujer de Bolivia, quien relató sobre la participación de las mujeres en el proceso constituyente de su país y los logros obtenidos.

Entre ellos, que la equidad de género sea comprendida como un valor de Estado y un principio de gobierno en la carta fundamental, así como la paridad en la representación de las mujeres en los puestos de gobierno y electos.

En tanto, Lilian Celiberti, coordinadora de Cotidiano Mujer, de Uruguay, comentó el debate en su país oriental respecto a realizar una Asamblea Constituyente, puesto que los últimos gobiernos se han topado con que la declaración de inconstitucional de proyectos de ley no ha permitido consagrar nuevos derechos, y que en este proceso uno de los acuerdos es que se incorporará la paridad para los mecanismos electorales y los cargos de gobierno.

Line Bareiro, politóloga y excomisionada de CEDAW, subrayó que es relevante que en estos debates constitucionales se incluyan criterios de paridad y el principio de la no discriminación. Por ahora, en Latinoamérica el criterio de paridad solo se encuentra explicitado en las constituciones de México, Ecuador y Bolivia.

El cientista político chileno Claudio Fuentes indicó que uno de los nudos de nuestra Constitución y cuestión fundamental a debatir es que en ella el bien de la individualidad supera al de la igualdad, producto de un país que se transformó al neoliberalismo en la dictadura de Augusto Pinochet.

Carlos Margotta, secretario general de la Comisión Chilena de Derechos Humanos, indicó que la discusión sobre la nueva constitución es fundamental, en tanto debemos acordar cuál es el modelo de sociedad que queremos para los próximos 40 años, y redefinir el rol del Estado frente al papel del mercado, muy preponderante en la carta fundamental actual.

Para Miriam Henríquez, abogada y profesora de la Universidad Alberto Hurtado, el problema de la Constitución actual no es solo su ilegitimidad de origen, sino que "no expresa los derechos fundamentales que aseguran una democracia".
Foto: Archivo AmcoPress.

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