9/05/2015

Mujeres siguen excluidas de los procesos de paz: HRW



   Se violentan sus derechos en conflictos bélicos en Asia y África

A 15 años de la implementación de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad sobre las mujeres, la paz y la seguridad de la ONU, se presentó el informe “Nuestros derechos son fundamentales para la paz”, realizado por la organización Human Rights Watch (HRW), y en el que señala las malas condiciones de mujeres y niñas en los conflictos armados.

 
En el año 2000 Naciones Unidas impulsó la Resolución 1325 al percatarse de la falta de participación, y los recurrentes abusos que sufría la población femenina durante los conflictos bélicos, por lo que la medida tiene como fin garantizar la participación de las mujeres en la solución de conflictos, e implementar acciones para la seguridad y el respeto de sus Derechos Humanos (DH).
 
De acuerdo con el informe de HRW, los objetivos de la Resolución aún son distantes en países como Afganistán, Irak, Libia, Nepal, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Siria y República Democrática del Congo (RDC), donde prevalece la violencia sexual y la nula participación de las mujeres en los procesos de paz.
 
La organización defensora de los DH señala en su reporte que la violencia sexual aún se utiliza como estrategia de guerra. Por ejemplo, en Sudán (norte de África), los militares han cometido violaciones y otros actos de violencia sexual contra mujeres y niñas.
 
A los soldados se les atribuyen más de 200 violaciones en el poblado de Tabit, donde se restringió el acceso a agentes de la ONU y organizaciones humanitarias a fines de 2014, además de las amenazas a personas de la comunidad para impedir que buscaran ayuda. HRW advierte que “el terror detiene a las mujeres en su búsqueda de atención médica”.
 
Una mujer que fue violada en un campamento para personas desplazadas en Mogadiscio, capital de Somalia (país del este africano), en agosto de 2013, brindó su testimonio para el informe.
 
“El gobierno debería darnos refugios apropiados con una reja y entrada. La policía debería asegurar el campo y administrar quién entra y sale. Lo peor es que las violaciones nos empujan a la pobreza, porque después no podemos hacer el mismo trabajo o llevar cargas pesadas. Necesitamos dinero para que vivan nuestros niños. El gobierno debería hacer algo o los niños morirán de hambre”, relató la mujer.
 
El informe también documenta que pese a la política de “cero tolerancia” al abuso y explotación sexual implementada por la ONU, en ocasiones son los propios soldados enviados para preservar la paz (conocidos como “cascos azules”) quienes perpetran las agresiones.
 
En la década pasada se reportaron casos de explotación y abuso sexual en misiones para preservar la paz en África central, Haití, Somalia y RDC.
 
En noviembre de 2012, en el campo de refugiados de Minova (al este de RDC) elementos de la armada violaron al menos a 76 mujeres y niñas. De 39 soldados que fueron llevados a juicio, sólo dos fueron sentenciados. Tres años después, las condiciones de seguridad en ese campo siguen siendo insuficientes, de acuerdo con HRW.
 
Respecto a la participación femenina en las fuerzas de seguridad, la organización destaca el caso de Afganistán (centro de Asia), donde únicamente el 1 por ciento de la policía está constituida por mujeres debido al ambiente peligroso que las expone a abusos sexuales por parte de sus compañeros, además de que carecen de instalaciones sanitarias.
 
No obstante, las autoridades afganas señalan –según el informe– que ello “no representa un problema”. 
 
HRW critica que de 1992 a 2011 sólo 4 por ciento de los acuerdos de paz fueron firmados por mujeres, y únicamente 18 de 300 acuerdos firmados entre 1992 y 2008 abordan los obstáculos y problemáticas en el ejercicio de los derechos de la población femenina.
 
En octubre próximo se cumplen 15 años de la Resolución 1325, por lo que la ONU sesionará para analizar los avances y retos en torno a esta iniciativa.
 
Cabe recordar que el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional reconoce también que la violación, esclavitud sexual, prostitución forzada, embarazo forzado, esterilización forzada y otras formas de violencia sexual son crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad.
 
La legislación internacional en DH resalta que los Estados están obligados a investigar, prevenir, castigar y compensar por los daños a las víctimas de tales crímenes.



Por: Zacil Sansores Gómez, Cimacnoticias | México, DF.- 

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