9/03/2015

Y recicla promesas de campaña en su “nuevo decálogo”


Peña Nieto rindió este miércoles su Tercer Informe de Gobierno. Foto: Germán Canseco
Peña Nieto rindió este miércoles su Tercer Informe de Gobierno.
Foto: Germán Canseco

MÉXICO, D.F. (apro).- Promesas incumplidas desde la campaña y el periodo de transición; seguimiento a pasados anuncios; más reformas que incluyen una nueva secretaría de Estado no obstante la promesa de austeridad presupuestal, fueron las diez nuevas acciones que, a decir del presidente Enrique Peña Nieto, marcarán la segunda mitad de su gestión.
Casi al concluir su mensaje con motivo del tercer informe de gobierno, el mandatario anunció las acciones que, como ha ocurrido en otros momentos de su administración, abordan diferentes aspectos de coyuntura que golpean su popularidad según diferentes encuestas publicadas en días pasados (Parametría: 41%, Buendía&Laredo: 35% y Consulta Mitofsky: 36%, entre otras).
Los resultados de las encuestas coinciden con la mayoría de las medidas anunciadas por Peña Nieto esta tarde.
Por ejemplo Consulta Mitofsky, en su reciente encuesta sobre la aprobación presidencial, apuntó que la corrupción y el narcotráfico son dos asuntos que repuntaron en la inconformidad ciudadana, aunque se mantienen como punteros la inseguridad, la crisis y el desempleo.
En tanto, la primera medida del “nuevo decálogo” es precisamente para aprobar nuevas leyes para combatir el delito, la corrupción y la impunidad. La segunda es para avanzar en la integración de propuestas para lo que Peña Nieto llama “justicia cotidiana”.
Crear un órgano anticorrupción fue una propuesta de Peña Nieto en campaña que, como presidente electo, se convirtió en iniciativa. Sin embargo, en agosto de 2014, al promulgar la reforma energética, Peña Nieto dio por cerrado “el ciclo reformador” y evitó responderle a Gustavo Madero, entonces dirigente del PAN, que le recordó el estancamiento de la propuesta.
La reforma constitucional en el tema anticorrupción, finalmente impulsada por el PAN, fue aprobada en medio de los escándalos por la compra de casas construidas y financiadas por contratistas gubernamentales relacionados con la elite mexiquense. No obstante, dicha reforma es inoperante hasta que no se aprueben las leyes complementarias. Al iniciar la segunda mitad de su administración, Peña Nieto la relanzó como prioridad.
El 27 de noviembre, en una reacción tardía al reportaje sobre la llamada “Casa Blanca”, Peña Nieto había dado a conocer otro decálogo de acciones necesarias en materia anticorrupción, transparencia y justicia, que incluía lo mismo avanzar en la mencionada reforma anticorrupción que en la creación de un número nacional de emergencias, 911. Ese día, anunció el arranque de mesas para mejorar la justicia cotidiana.
Por lo expuesto en el anuncio de hoy, las reformas para la “justicia cotidiana” se aprobarán en el penúltimo año de administración, pues Peña Nieto sostuvo que será una forma de “honrar el centenario de la Constitución, en 2017”.
Aquel 27 de noviembre, Peña Nieto también anunció la creación de zonas económicas especiales para sacar del rezago a los estados de Chiapas, Guerrero y Oaxaca, que de algún modo relacionó con lo ocurrido con los jóvenes de la Normal de Ayotzinapa. En su anuncio de hoy dijo que enviará una iniciativa de ley al Congreso para la creación de dichas zonas económicas.
Una cuarta medida fue la inclusión, en el presupuesto de 2016, de un nuevo programa de apoyo al campo “para fortalecer sus capacidades productivas”.
El 6 de enero de 2014, en un acto con la Confederación Nacional Campesina (CNC), en Boca del Río Veracruz, Peña Nieto anunció que en el transcurso del año se enviaría una iniciativa para una reforma al campo y aseguró que con ella se pondría al campo al día y se le haría más competitivo.
A finales de 2014, cuestionado al respecto, el entonces secretario de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez, explicó que el presidente no quiso enviar la iniciativa para no empalmarla con el debate sobre el presupuesto 2015. Esta vez su anuncio se hace precisamente a unas semanas de que inicie el debate presupuestal.
El otro anuncio sí fue novedoso aunque en días pasados lo había adelantado el nuevo titular de la Secretaría de Educación Pública, Aurelio Nuño: se trata de la emisión de bonos en la Bolsa de Valores para generar recursos para construir escuelas.
Vieja promesa, insuficiente hasta ahora, para su sexta medida a implementar, Peña Nieto recicló otro propósito de la suya y de pasadas administraciones: un programa de inglés para educación básica. Vicente Fox la propuso sin éxito; el plan de Felipe Calderón, anunciado en 2011, fue que dicho programa operara en todo el país a partir de 2013. No se hizo.
Objeto de burlas constantes desde que en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara no acertó a señalar tres libros que hubiera leído, la cultura es asignatura pendiente para la imagen presidencial. La séptima medida anunciada es la creación de una nueva secretaría de Estado, la Secretaría de Cultura, para confirmar, dijo Peña Nieto, “que la cultura es prioridad nacional”.
Las medidas, octava y décima, son similares. La octava plantea enviar al Congreso un presupuesto de egresos responsable y realista que dé prioridad al desarrollo social, seguridad pública y fomento económico. La décima consiste en que dicho presupuesto tendrá “estrictas medidas de austeridad”.
En tanto, el noveno anuncio fue la creación de dos nuevos instrumentos financieros: Fibra E y Certificados de Proyectos de Inversión para detonar proyectos de infraestructura en diversos sectores, incluido el energético, con asociaciones público-privadas; esto es, con sociedades entre el gobierno y empresarios.
Al concluir el anuncio de su “nuevo decálogo”, Peña Nieto advirtió que esas serán las prioridades para la segunda mitad de su administración.

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