2/18/2011

Por un acuerdo nacional


Espacio Civil | Emilio Álvarez Icaza L.

México se nos va entre las manos. Existen tramos de nuestra realidad que son profundamente dolorosos. Es motivo de vergüenza, indignación y enojo ver cómo cada vez son más los lugares donde la gente tiene miedo de salir a la calle. Somos testigos de una realidad de injusticia, desigualdad, violencia en aumento y pobreza. Vemos cómo la impunidad y la corrupción nos agobian, así como la insuficiencia de plazas dignas de trabajo y la deserción escolar a temprana edad y la baja calidad de la educación que reciben nuestros niños, niñas y adolescentes. También observamos la incapacidad de las fuerzas políticas para alcanzar los acuerdos que exige la buena conducción del país. Los diagnósticos son abundantes y más que claros.

Pero como la realidad es un terreno de disputa, por fortuna también existen los y las mexicanas que se niegan a aceptar esta situación desoladora y desesperanzadora. Desde hace cerca de dos años un grupo de personas, organizaciones y movimientos independientes y no partidarios está impulsando la iniciativa México a Debate, que ha dado origen a un impresionante proceso desde la sociedad civil para enfrentar la difícil situación por la que atravesamos y contribuir de una manera pacífica, democrática y propositiva a darnos otra oportunidad para lograr que se desatore la construcción de acuerdos y dar lugar a que México despliegue su enorme potencial.

Esta iniciativa civil, una de las más importantes en los últimos años, busca que todos y todas luchemos desde nuestros espacios, unidos por una plataforma común, por encima de ideologías y posiciones partidistas. Son más de cien mil las personas que se han adherido y más de 200 organizaciones que se han sumado a este proceso. Ésta es una iniciativa plural y diversa que busca poner el centro en lo esencial, más allá de las válidas y legítimas diferencias.

Antier, el pasado miércoles 15 esta iniciativa dio un paso muy importante al lanzar una amplia convocatoria a un Acuerdo Nacional. El grupo promotor y convocante lo integran, por ahora, más de mil 200 personas líderes y referentes en sus respectivos ámbitos (entre muchos otros están Alberto Núñez Esteva, Clara Jusidman, Sergio Aguayo, Genaro Góngora, María Elena Morera, Isabel Miranda de Wallace, Mateo Legarza, Pedro Xavier González y Patricia Mercado). Se trata de impulsar un ejercicio que nos ayude a retomar el horizonte del México que queremos, que podamos diseñar un futuro de corto y largo plazo.

Se convocó al Presidente de la República, a quienes integran el Congreso de la Unión y la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a gobernadores, a dirigentes de los partidos políticos nacionales y a la ciudadanía en general a celebrar un Acuerdo Nacional orientado a encauzar el compromiso de todas las fuerzas políticas y sociales hacia la adopción de las políticas públicas y las reformas legislativas necesarias para la consecución de seis objetivos:

1. Cohesión social y equidad;

2. Educación de calidad;

3. Economía incluyente y generadora de riqueza;

4. Estado de derecho y seguridad;

5. Democracia gobernable, y

6. Incidencia y responsabilidad ante el mundo. Cada uno de estos objetivos tiene desagregado acciones específicas.

Sin embargo, no se trata sólo de firmas, se busca sobre todo lograr su cumplimiento y para ello se propone implementar una serie de mecanismos y observatorios que les den seguimiento puntual y así coadyuvar a una dinámica efectiva. Éste es justamente el elemento central de la iniciativa. Se busca que las organizaciones y personas puedan participar en acciones ciudadanas que con plazos y actividades específicas contribuyan a la certeza de que esto se hará realidad. Quienes se quieran sumar y/o conocer más de este proceso lo pueden hacer accediendo a la página www.mexicoadebate.org.mx.

Esta iniciativa es una excelente oportunidad para quienes buscan hacer algo por México y no encuentran cómo hacerlo, también es una plataforma para quienes ya están organizados o con proyectos y puedan contribuir así a que crezca en ideas y presencia, o simplemente habrá quienes podrán subirlo a su Facebook, "twitearlo", "mensajearlo", "ligarlo a su página web" o simplemente multiplicarlo al viejo estilo.

Las crisis también son oportunidades, ofrecen momentos de actuar y éste es uno de ellos. México lo vale, lo valemos todas y todos nosotros. Es el tiempo de la mayor riqueza de este país, su gente maravillosa, creativa y luchona que, por cierto, abunda.

PARÉNTESIS

En el "asunto" Carmen Aristegui se logró construir el ganar-ganar que tanto necesitaba nuestra libertad de expresión. Esto se explica, en gran medida, por la participación y presión ciudadana. El mensaje para contribuir a fortalecer nuestra normalidad democrática es fuerte y poderoso, la ciudadanía cuenta y cada vez más. El lunes próximo que todos y todas escuchemos a Carmen de regreso en la radio habrá mucho que celebrar. ¡Enhorabuena!
Defensor de los derechos humanos
El azar es lo infinito y no dios

José Cueli
La pobreza en algunos lugares de México se encuentra al nivel de Zambia. Así cabeceaba nuestro periódico las escalofriantes vivencias de Angélica Enciso, en su visita al poblado de Cochoapa, Guerrero, publicadas el pasado martes.

Cochoapa está clasificado como el municipio más desamparado del país y que como consecuencia de las situaciones traumáticas en que viven, enfrentan entre otros problemas, graves abusos contra las mujeres en que priva una crueldad aterradora aunada a la expectativa de vida de los niños nacidos en 2005, que es sólo de 40 años. Todo esto en la época de los grandes avances en la tecnología médica y el crecimiento de las comunicaciones vía Internet.

La angustia es una constante en el tipo de comunidades como la visitada por La Jornada. Lo mismo en el miserable tugurio, en la calle no pavimentada o en el pueblo. Determinando que se tome conciencia de problemas tradicionales como la dote. Cuando una pareja se va a casar el novio debe otorgar a los padres de la novia dinero. Tradición que se desvirtuó y la consecuencia ha sido el incremento de los casos de violencia hacia las mujeres, agregado a problemas de territorialidad generadores de violencia entre sus moradores con y sin intervenciones policiacas. Existe una irritabilidad extrema que se actúa sin control y se vuelve más peligrosa cuando median el alcohol y las drogas. Se responde destructivamente aun sin provocación y las respuestas son cada vez más cruentas.

La situación traumática crónica en que nacen y viven los habitantes de esa comunidad conduce a presentar evitaciones de las situaciones o actividades que recuerdan el trauma original, dando lugar a una incapacidad laboral como es, entre otras, el que la tierra ya está agotada y la cosecha del maíz es escasa, como menciona Angélica Enciso en su espléndido reportaje, donde la tierra ha sido dañada y no produce. La anestesia síquica interfiere y matiza las relaciones interpersonales tanto en la pareja como con los hijos o los demás integrantes de la comunidad. La labilidad emocional, la depresión, y los sentimientos de culpa ligados a las deudas, hacen surgir una conducta de autorreproche, de intentos suicidas y de homicidios. Las adicciones se presentan como la medicina de los marginales para evadir el terror tanto en el exterior como el que proviene del interior.

La repetición de los acontecimientos traumáticos como las pérdidas de los padres, hermanos e hijos en poblaciones en que el promedio de vida es de 40 años, determina que las violaciones se sucedan periódicamente. La incidencia de disturbios, desorganización y violencia es tal que parece no poderse hacer nada al respecto.

La pobreza de los más pobres y la marginalidad siguen creciendo no solamente en los estado más miserables, como Guerrero, Oaxaca o Hidalgo, sino en la emigración hacia las afueras de las ciudades, generando las ciudades perdidas (como Neza y anexas) o incluso en poblaciones menores. Esto es independiente de los que alcanzan a emigrar a Estados Unidos. Aunque no está en el reportaje, los niños en estas comunidades, en virtud del hacinamiento, son expuestos a experiencias de escenas primarias de los padres alcoholizados que acompañan la actividad sexual con hostilidad, golpes, originando que se institucionalice como parte de la vida cotidiana. En este escenario no es de extrañar que las niñas sean abusadas sexualmente dentro del hogar.

Como he mencionado en otros artículos, el exilio del marginado es doble: el de la exclusión del grupo con el que no comparten ni simbología ni textualidad y, otro, que pesa y gravita sobre toda la población mexicana que carga con la culpa inconsciente generada por la injusticia, la desigualdad social y las características sociales económicas y sicológicas. Es el teatro de la crueldad, el de la doble repetición respecto del cual Artaud y Derrida sentenciaban: al teatro como repetición de lo que no se repite, el teatro como repetición originaria de la diferencia en el conflicto de las fuerzas, donde el mal es la ley permanente y lo que está bien casi no se da y la crueldad se sobreañade a la maldad. Tal es el límite mortal de una crueldad que comienza por su propia representación. Puesto que siempre ha comenzado ya la representación, ésta carece de fin. Este movimiento es el del mundo como juego, este juego es la crueldad como unidad de la necesidad y el azar. El azar es lo infinito y no dios.

Pensar la clausura de las representaciones, es pensar la potencia cruel de muerte y de juego que permite a la presencia, nacer en sí, gozar en sí, por medio de la representación en que en ella oculta su diferencia. Pensar la clausura de la representación es pensar lo trágico, no como representación del destino sino como destino de la representación: su necesidad gratuita y sin fondo. Drama que viven miles de comunidades a lo largo y ancho del país y que Cochoapa es un símbolo y que seguirá quién sabe cuanto tiempo más. Ya don Silvio Zavala, el gran historiador, hablaba de la dificultad casi insuperable de las comunicaciones por el aislamiento que representan estas comunidades en nuestra geografía, caracterizada por la montaña, la interminable montaña, que aísla estas poblaciones.

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