5/15/2013

Algo huele a podrido en la PGR


 Detrás de la Noticia
por Ricardo Rocha

Si Jesús Murillo Karam pudiera, usaría una máscara antigases cada vez que cruza el umbral de ese edificio. Y es que al interior el hedor es insoportable: crímenes, torturas, chantajes, mentiras, corrupción y sobre todo injusticia. Es por eso que el procurador quiere hasta cambiarle el nombre; a fin de exorcizar al demonio que todavía habita la mal llamada Procuraduría General de la República, hoy sinónimo de sordidez y suciedad. Una institución decrépita, que en las dos presidencias panistas tocó fondo en su deterioro, al grado de provocar las náuseas cotidianas de su nuevo ocupante. Y conste que no es ningún blandito. Por el contrario, el actual procurador goza fama de hombre duro y hasta rudo. Pero ha sido tal la cantidad de miasma que brota un día sí y otro también, que el mismo Murillo Karam ha tenido que posponer una y otra vez la tan anunciada reestructuración funcional de la dependencia. ¿Cómo reestructurar algo tan maloliente y podrido, sin una labor de plomería a fondo?

El problema es que el desafío, ya de suyo gigantesco, crece aún más porque rebasa la esfera interna. A ver: decir que tales y cuales aberraciones ocurrieron “durante el gobierno de Felipe Calderón” es en el mejor de los casos un eufemismo y si me apuran una complicidad: la impresentable procuradora Marisela Morales no se mandaba sola; pedía permiso o bien obedecía ciegamente las órdenes del entonces presidente. Calderón es por tanto directamente responsable, no sólo de una administración desastrosa en materia de justicia, sino de una larga cadena criminal que eslabón por eslabón se fue sucediendo en seis años en que las leyes se deformaron para denostar, callar y si era necesario aniquilar a los enemigos y en cambio favorecer con la más absoluta complicidad e impunidad a los amigos e incondicionales.

Es por ello que la verdadera prueba de fuego para Enrique Peña Nieto no será lo que ha hecho hasta ahora. El gran desafío consistirá en decidirse a llevar a Calderón a un juicio político y hasta penal que sería inédito e histórico en contra de un ex presidente. Una decisión que dependerá de la solidez del expediente que está armando don Jesús al tiempo que intenta limpiar la cloaca. Porque quién, si no Calderón, va a ser el responsable de tantos delitos protegidos por el poder: las detenciones arbitrarias de la maraña cínicamente política del michoacanazo; los ofensivos ridículos de Florence Cassez y Greg Sánchez; la farsa de la Operación Limpieza para en realidad eliminar a quienes se negaron a la complicidad, y si no que le pregunten al señor Ramírez Mandujano, ex subprocurador de la SIEDO; el escandaloso asunto de los 200 millones de pesos para los 347 testigos protegidos —entre ellos el nefasto Jennifer— que no son otra cosa que criminales que acusan a quienes les ordenan, luego de haber traicionado a sus jefes del narco; y qué decir de la infamia en contra del general Tomás Ángeles Dauahare, ex subsecretario de la Defensa, por el delito de asistir a un acto de campaña del entonces candidato del PRI a la Presidencia, Enrique Peña Nieto.

Por supuesto que no la tiene fácil. El lance incluye en primerísimo lugar a la ex procuradora Marisela Morales Ibáñez como principal instrumento de la justicia selectiva y a conveniencia. Pero el salpicadero incluye al hórrido Genaro García Luna y en una de esas al mismísimo general Galván Galván, quien como secretario de la Defensa era integrante de esta espeluznante versión tlahuica de los cuatro jinetes del apocalipsis. Se trata pues de juzgar a todo un gobierno.

PD.— Milán es una de las ciudades más solicitadas del mundo. Es sede del celebérrimo teatro La Scala, a unos metros del Gran Hotel du Milano, donde pasó sus últimos años el inmenso Giuseppe Verdi. Ahí se erige la imponente estación de trenes que mandó construir Mussolini para humillar a la Grand Central Station de Nueva York. Dos de los 10 mejores equipos de futbol del mundo —el Ínter y el Milan— tienen allí su sede. Dicen los que saben que, junto a las de Milán, las boutiques de París son tiendas de interés social. Y usted se preguntará a qué viene todo esto. Es que lo que más me asombra es el rumor de que este gobierno piense enviar como nuestra cónsul en Milán a una señora llamada Marisela Morales Ibáñez. 

@RicardoRocha_MX
ddn_rocha@hotmail.com
Periodista

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