1/13/2014

El modelo: Haiti




 Tomás Mojarro

         Libre comercio. Siguen aquí  las voces de los analistas.

El término libre comercio según el gobierno de Estados Unidos y el G-7, el FMI y el BM, significa mucho más que comercio, e incluye el ALCA y las negociaciones de la OMG, los Tratados bilaterales y Plurilaterales de Libre Comercio y de Inversiones, el Acuerdo Andino sobre Comercio y Erradicación de Drogas, los planes de militarización y represión y bases militares y la deuda externa.

         El comercio internacional cumple hoy varias funciones en el sistema imperialista de dominación caracterizado por la globalización de signo neoliberal. Esas funciones son: instrumento de dominio a favor de los países ricos, factor de acentuación y perpetuación de desigualdades e inequidades y escenario de una virtual guerra por controlar los mercados actuales  los del futuro. Incluso, el libre comercio ni es libre ahora ni lo ha sido nunca, ni es ya siquiera comercio de acuerdo al concepto clásico de éste, ni su práctica genera crecimiento económico per se ni reduce la pobreza, ni reparte “beneficios mutuos” entre las partes que comercian.

         El libre comercio es hoy la frase retórica con la que se presenta un paquete neoliberal que expresa los intereses de las transnacionales y los gobiernos que los representan. Una novedad del libre comercio es la capacidad de vincular nuevas y avanzadas tecnologías con bajísimos salarios de la fuerza de trabajo. El libre comercio de hoy no es sólo y no tanto una apertura comercial en bienes y servicios medible en la balanza comercial, sino una estrategia de política de los países desarrollados para imponer el modelo neoliberal por ser el que mejor sirve los intereses de los consorcios transnacionales que son, a su vez, los diseñadores de la economía mundial.

         El liderazgo mundial de economía abierta lo tiene Haití, que reúne varias cualidades que revelan una coherencia impresionante. Es el país más pobre del hemisferio occidental y uno de los más pobres del mundo. Su pobreza es antológica, dolorosa y cruel, pero desde 1986 alcanzó el galardón como economía totalmente abierta, según clasificación del FMI. Es un ejemplo irrefutable de que la obediencia al modelo neoliberal de libre comercio es incapaz de resolver la pobreza y el subdesarrollo.

          Una de las paradojas de los procesos de globalización: al implicar una expansión mundial de los alcances de los mercados internacionales implica también una exclusión de amplios sectores sociales de las naciones involucradas. Así, los procesos de globalización implican tanto la inclusión de mayores espacio geográficos en el mundo como la exclusión de mayor número de sus habitantes. A esto se ha referido el sociólogo y político alemán R. Dahrendor, al hablar de lo explosivo de la carga social que implica lo que llamó una globalización salvaje, sin piedad, que sólo se atiene a las leyes de la competencia, una competencia desleal, desigual, que ha llevado a más de 1,200 millones de seres humanos a vivir en condiciones de extrema pobreza, de los cuales 800 millones se encuentran cerca de la muerte por desnutrición.

         La globalización actual es, sobre todo, una globalización de los ricos, una globalización en pocas manos que a lo desproporcionado favorece los  intereses del capital concentrado dentro del que han logrado preeminencia el capital financiero y el especulativo. La globalización de la riqueza a que aspiran los países del sur se ha convertido en una globalización de la pobreza.

         Hoy, a la distancia de 20 años, el TLC. ¿Y Salinas? (Es México.)



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