7/27/2019

Exvotos contra la violencia de género: “gracias a … no acabó en feminicidio”


Daniela Villegas

Quiero dedicar ésta columna a Danahe Díaz Quiróz –Bloody-, vocalista de la banda de punk mexicana Asociales quien el pasado 14 de julio fue víctima potencial de feminicidio a manos de su ex pareja y guitarrista de la misma banda Víctor Olaguibel –Kolmo, quien intentó asesinarla por medio de golpes y puñaladas. Existe una denuncia en contra del agresor, quien se encuentra prófugo. Conocí a Danahe durante una entrevista que realicé años atrás sobre mujeres en el punk en México y su entusiasmo e ímpetu por la vida me contagiaron. Hoy envío todo mi cariño y apoyo a una guerrera sobreviviente ¡Fuerza! ¡No estás sola!


Exvotos contra la violencia de género: “gracias a … no acabó en feminicidio”, leo en la convocatoria lanzada por SorFeminisma, radio feminista de la Universidad del Claustro de Sor Juana en la Ciudad de México. El taller invita a mujeres a participar en la representación pictórica y narrativa de diversos tipos de acoso y violencias vividas con el propósito de “evidenciar que los acosos ´cotidianos´ potencialmente son el origen de un feminicidio”.

La palabra exvoto proviene del latín ex y votum, que significa “promesa de” y se refiere al objeto, generalmente pequeñas piezas pictóricas, denominadas retablitos, que un creyente hombre o mujer expone en un lugar sagrado para agradecer “milagros” que recibió de una o varias divinidades. En México la tradición de los exvotos data de la época colonial y como señalan María Rodríguez Shadow y Lilia Campos en su texto Las mujeres y la violencia en los exvotos pintados: una perspectiva de género, desde esa etapa histórica “los personajes que ocupaban el lugar central eran hombres (…) y “sólo la tercera parte de los exvotos expuestos son mandados a hacer por mujeres”.

Sería hasta principios del siglo XX cuando empezarían a aparecer mujeres como protagonistas de éstas pinturas votivas, solicitando ayuda celestial para curar padecimientos, sobrevivir a accidentes e igualmente salir bien libradas de agresiones masculinas tales como violaciones sexuales, actos intimidatorios, y potenciales feminicidios. Esto se ve reflejado en ejemplos tales como los citados por María Florencia Alcaraz en su texto Mucho antes de Ni Una Menos y Me Too: retablitos mexicanos que cuentan violencias y abusos sexuales:

En un retablo está dibujada una mujer joven desnuda tomando un baño bajo la regadera. Al lado a través de una ventana pequeña se avista la cabeza de un hombre espiando mirándolo de manera lasciva. El texto que le acompaña es el siguiente:

Le doy las gracias a la Virgen de Guadalupe que por fin me hizo el milagro de quitarle lo mirón a mi vecino que siempre me espiaba cuando me bañaba. Señorita Angélica Moreno. México D.F. 1971

En otra de las escenas el dibujo muestra una mujer desnuda sobre el piso siendo víctima de una violación sexual a manos de dos hombres. Uno de ellos con un cuchillo en mano. El texto a continuación:

Le agradezco a la Virgen de San Juan de haber salido con vida y que no me haya embarazado después que me asaltaron y violaron unos maleantes. Sofía García Méndez. México D.F. 1975

Los anteriores exvotos dan muestra clara que pese a que Patricia Arias en su texto Palabras, Imágenes y Silencios: el exvoto femenino publicado en 2000 mencionara que “… ha desaparecido de la expresión votiva la violencia intrafamiliar (…) en contraste con la década de 1930 y hasta 1960”, estas narraciones continuaron siendo representadas en la década de 1970 y hoy en día con la invitación de Sorfeminisma a participar de la creación de exvotos para evidenciar potenciales feminicidios. 

En un México con sus miles de casos de violencias hacia las mujeres ya sea denunciados legalmente, en las calles o silenciados, con sus nueve de cada diez feminicidios al día, con sus potenciales víctimas a formar parte de ésta ignominia cifra, con su impunidad, con una falta de voluntad política para resolver estos casos, convocatorias como la de Sorfeminisma a participar en un espacio de expresión, liberación, sanación de violencias de género es fundamental.

Me gustaría mucho ver el resultado de ésta convocatoria a realizar exvotos, si fuera posible en una exhibición para poder conocer las continuidades y las disrupciones en las narraciones y representaciones visuales de las violencias, así como explorar éstas luchas de todas las mujeres a seguir vivas. El que el agradecimiento por seguir vivas se materialice en una denuncia no sólo legal sino una en la que todos y todas nos sumemos en contra de la violencia hacia las mujeres y todas las corporalidades no normativas.

Ahora ¿A quién habría qué encomendarse? ¿A la Virgen de las Barricadas? ¿A la Virgen de los Deseos del colectivo boliviano Mujeres Creando? ¿A la Virgen del Pañuelo Verde pro aborto? ¿A Sarah Connor de Terminator? ¿A Lisbeth Salander de la Chica con el Dragón Tatuado? ¿A todas nuestras actuales y pasadas compañeras que luchan paso a paso juntas por la vida? ¿A nuestras ancestras que viven en nosotras con su fuerza, en nuestra memoria y en cada acto que llevamos a cabo? Yo diría que a todas ésas y muchas más, pero sobre todo a nuestra fuerza interna que nos empuja a seguir vivas día a día. 

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