3/18/2020

Columnas y opinión del periódico La Jornada


Pánico global tumba al peso y al petróleo
Trump regalará mil dólares a cada ciudadano
Moneda de plata, para proteger el ahorro
El pánico global desatado por el coronavirus golpeó fuertemente a la moneda mexicana y al petróleo de exportación de Pemex, llevándolos a niveles extraordinariamente bajos. El peso se devaluó al nivel de 23 pesos por dólar (ver gráfica) y el precio de la mezcla mexicana de exportación se contrajo a 18.78 dólares por barril, un nivel no visto desde hace dos décadas. La economía mexicana se ha vuelto compleja. Un dólar caro favorece a las familias de los migrantes mexicanos que trabajan en Estados Unidos, cuyas remesas constituyen la principal fuente de divisas del país, y también a los exportadores; por otro lado, provocan aumentos de precios y alimentan la inflación. Asimismo, petróleo barato perjudica los ingresos de Pemex, pero la baja del precio de la gasolina favorece a los consumidores. El gabinete presidencial llevaba a cabo anoche una reunión en Palacio Nacional para hacer una evaluación de las circunstancias y tomar las medidas conducentes –incluyendo el tema del coronavirus–. Habrá quienes se nieguen a reconocerlo, pero los programas sociales de López Obrador se anticiparon a la nueva realidad, aunque seguramente hubiera preferido que no ocurriera.
Los programas de Trump
En dos semanas comenzará a llegar a cada estadunidense adulto un cheque de mil dólares (23 mil pesos, de acuerdo con la cotización de ayer). Es el apoyo que el presidente Trump hará efectivo para ayudar a la población (léase electores). Nadie se atreverá a llamarlo populista, por cierto. Es parte de un programa de más de un billón de dólares (un millón de millones). La crisis global le ha pegado de frente a Estados Unidos, pero la respuesta del gobierno federal provocó ayer una recuperación de las bolsas de valores neoyorquinas. Las últimas jornadas habían sido desastrosas. Trump opina que su respuesta a la crisis merece un 10; sin embargo, sus opositores opinan que ha sido mediocre y tardía. El número de muertos sobrepasó el centenar. Desde luego, no se puede cuestionar que la ayuda será muy apreciada por los ciudadanos, pero huele a campaña electoral.
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Compiten por la vacuna

China y Estados Unidos están enfrascados en una lucha en el terreno científico por el mérito de formular una vacuna eficaz para el coronavirus. Johnson&Johnson y Moderna se cuentan entre las estadunidenses. Por su lado, el Ministerio de Defensa de China aseguró en un comunicado haber desarrollado con éxito una vacuna contra el nuevo coronavirus Sars-CoV-2, causante de la neumonía Covid-19, y ha autorizado las pruebas en humanos. Fue desarrollada por el equipo de investigación liderado por la epidemióloga ChenWei, de la Academia Militar de Investigación Médica.
Según Chen, la vacuna –producida en consonancia con estándares internacionales y las regulaciones locales– está preparada para llevar a cabo una producción a gran escala, segura y efectiva. Aparte del medicamento, el gobierno de Cuba ha informado que desarrolló con científicos chinos un tratamiento médico eficaz conocido como interferón alfa.
Tres meses, al menos
Complicaciones económicas
Reunión en Palacio Nacional
Trump liga CV con paisanos
Como el mismo subsecretario de salud, Hugo López-Gatell, lo recordó durante la conferencia presidencial mañanera, el plazo mínimo de riesgo en cuanto al coronavirus en México es de unos tres meses.
Es probable que las anteriores menciones relacionadas con la duración estimada de la crisis de salud no hubiesen sonado en su momento tan impactantes como sucedió ayer, pues en las horas recientes se ha ido formalizando en la percepción colectiva la dimensión del problema que hasta ahora parecía agravado sólo en arenas extranjeras.
La actualización cronológica del subsecretario que es más activo, al menos en términos mediáticos, que muchos otros secretarios, incluyendo al de Salud, se produjo con antelación al encuentro del presidente Andrés Manuel López Obrador con su gabinete extendido, según hizo saber la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. Temas prioritarios, se precisó que era la causa de la convocatoria.
Esta reunión cumbre se realizó el mismo día en que el peso llegó a canjear 23.2 unidades por dólar y el precio de la mezcla del crudo mexicano de exportación llegó a 18.78 dólares por barril. En el curso del martes aumentó la presión de los partidismos adversos a López Obrador, sobre todo desde los flancos de Acción Nacional y Movimiento Ciudadano.
A la hora de cerrar la presente columna, no había terminado la sesión del Presidente de la República con su gabinete. Es probable que el reloj técnico y político haya llevado al habitante del Palacio Nacional a la toma de decisiones más fuertes. El subsecretario López-Gatell concitó el enojo de diversos segmentos antiobradoristas por la referencia a que el Presidente es una fuerza moral y no una fuerza de contagio. Además de los ataques directos al citado funcionario de Salud, podrían haberse considerado en la reunión presidencial el tono y la cantidad de acciones de sus opositores, acusándolo de inacción e ineficacia en el tratamiento del tema mundial del coronavirus. De lo que se haya acordado en esa reunión se comentará en la próxima entrega de esta sección.
La guerra sanitaria de algunos países fortalece a los imparables nacionalismos
Hassan Nasrala, líder del Hezbolá libanés, calificó la pandemia del Covid-19 como una guerra (https://bit.ly/39427up).
Luego fue imitado por el presidente galo Emmanuel Macron, quien, en medio de la toma de adecuadas medidas preventivas –muy por debajo de las restricciones de su vecina Italia–, pronunció que Francia enfrenta una guerra sanitaria.
Durante el debate por la nominación del antidemocrático Partido Demócrata entre el ex vicepresidente Joe Biden y Bernie Sanders, el primero dejó entrever que EU puede adoptar una intervención del ejército. Trump también señaló (https://bit.ly/2QmETZV) que el mundo se encuentra en guerra contra un enemigo oculto (sic).
Gran Bretaña no se queda atrás y su ejército está listo a intervenir en caso de que se rompan las frágiles cadenas de cohesión de su sociedad civil (https://bit.ly/33oCXVU).
¿Vamos a una militarización sanitaria?
CNBC comentó que el anuncio de Emmanuel Macron se realizó después de que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, avisó el cierre de sus fronteras a todos los extranjeros, con excepción de los de EU” (https://cnb.cx/2QDVlVR).
Le Monde, portavoz de la cancillería gala, reportó que Macron sentenció que Francia se encontraba en guerra cuando la epidemia se expande en forma inquietante, por lo que decidió imponer un confinamiento en toda Francia (https://bit.ly/2Qmz0vN).
Por seis veces Macron martilló en tono marcial (sic) que Francia estaba en guerra contra un enemigo (...) invisible e inasible: Nunca Francia había tomado tales decisiones en tiempos de paz, por lo que el presidente galo sonó la movilización general.

Bolsa: de histerias y olvidos 
Barril mexicano: 18.78 dólares
Ayer, al inicio de operaciones, el principal indicador del mercado bursátil mexicano registró una aparatosa caída superior a 7 por ciento (aunque finalmente se redujo a la mitad de la proporción inicial), por lo que de inmediato la autoridad de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) suspendió 15 minutos las operaciones en el piso de remates.
Lo anterior provocó sonoros cuan histéricos reclamos, mentadas y conexos –obviamente destinados a Palacio Nacional– de no pocos bisoños en el tema, aunque incluso algunos medios –se supone– especializados no dieron mayor explicación sobre el porqué de la citada decisión, de tal suerte que, por omisión o comisión, también se subieron al carro que por doquier reparte versiones apocalípticas.
Con gobiernos más comprensivo$$$, los mismos que ayer se rasgaron las vestiduras por la citada suspensión aplaudían a rabiar decisiones como la citada, siempre destacando –en aquel entonces– la oportunidad e inteligencia de la autoridad bursátil.
Lo cierto es que –le guste o no y de mucho tiempo atrás– la autoridad bursátil está obligada a proceder como lo hizo ayer; es decir, suspender la cotización de una u otra acción, o, de plano, la operación del mercado en su conjunto.
¿Por qué? Su marco normativo establece –como parte de una serie de medidas preventivas, siempre con el objetivo de procurar una transparente y ordenada formación de precios–que la autoridad de la Bolsa Mexicana de Valores puede suspender la cotización de un valor, incluso durante la preapertura; suspender la sesión de remate en curso; llevar a cabo programas de contingencia; realizar visitas y efectuar auditorías. Y ayer dicha autoridad aplicó su marco normativo y actuó en consecuencia; es decir, nada extraño, nada fuera de lugar.
De hecho, el citado marco normativo establece que –tratándose de movimientos inusitados del mercado– “la BMV podrá suspender una sesión de remate en curso cuantas veces sea necesario durante un mismo día, cuando se presente un movimiento inusitado del mercado. Asimismo, en caso de que se presente una variación a la baja en el principal indicador del mercado de capitales, podrá suspender la sesión de remate en curso, durante el tiempo necesario y conforme a los rangos y metodología establecidos en el manual. La Bolsa podrá tomar en consideración las medidas que, en su caso, se adopten en mercados extranjeros, para en su caso decretar la suspensión a que se refiere la disposición anterior. La suspensión de una sesión de remate tendrá la duración que la Bolsa considere necesaria… La norma interna emitida por la BMV, aplicables, entre otros sujetos, a las emisoras de valores, casas de bolsa y otros participantes del mercado de valores”.
El horno no está para bollos y, por lo mismo, en nada ayuda que, por desconocimiento o, de plano, mala leche, circulen versiones apocalípticas, todas ellas confirmadas (como la de los muertos vivientes y la relativa a la madre del tío de un primo que es amigo de un sobrino –etcétera–, para no ir más lejos). Cierto es que la BMV puntualmente informó que aplicó la citada suspensión conforme a nuestro manual operativo, pero todo indica que hasta los especialistas fingieron no ver la notificación.


Editorial
Ala, en apariencia, interminable concatenación de problemas generados por la pandemia de coronavirus, y debido a los esfuerzos de los estados para frenar su propagación, debe sumarse ahora la situación de las personas que se encuentran fuera de sus naciones de origen o residencia, y que se ven impedidas a regresar debido a los cierres fronterizos (en especial, los aéreos) decretados por las autoridades de varios países.

Tres visiones sobre la crisis por el Covid-19
La Jornada del domingo pasado nos muestra tres formas interesantes de ver la actual crisis mundial provocada por el coronavirus. Marcos Roitman señala la histeria colectiva provocada por el miedo al contagio que desarticula movimientos sociales y da lugar a un control social basado en el miedo, es momento de obedecer sin chistar.

Hoy estamos viviendo un fenómeno inédito mundial, no porque no haya habido pandemias en otros momentos –simplemente en mi generación, todavía está fresca la memoria de la pandemia del sida–, sino porque la del coronavirus mezcla tres factores: es una enfermedad de contagio fácil y veloz, que se está dando en un momento en que la globalización ha entrado ya a una fase madura, y en un tiempo en que muchos países están siendo gobernados desde corrientes nacionalistas y aislacionistas. A esos tres factores hay que agregar algunos otros, menos protagónicos pero que están también rondando en el trasfondo, como el que el mundo ha llegado a un punto crítico en el tema de cambio climático, por ejemplo, o como la caída precipitada de los precios del petróleo, que no es causada por el coronavirus, pero que sí se agrava por el freno productivo.
Mis nietos, mi hija y su esposo viven en Trento, a mitad de camino entre Venecia y Milán. Pequeña ciudad del primer mundo (muy parecida a la de los cuentos de Heidi), Trento debe su fama al gran concilio que modernizó el Santo Oficio de la Inquisición (1545-63), y a las Brigadas Rojas que allí surgieron, y que en 1978 asesinaron al primer ministro (democristiano) Aldo Moro.
Poco importa hacia dónde vaya, cómo dirija la mirada o qué decida hacer, el azuzado toro habrá de cogerlo en cualquiera de los terrenos que pise. Es casi una táctica continua del presente juego político. El Presidente estará sitiado por sus ya bien conocidos y cotidianos críticos. Y no se dirigen sólo a él sino que, no pocas veces, incluyen en estos dilemas a los objetivos transformadores que pretende llevar a cabo. Unos a otros se influencian hasta formar un concierto opositor, tanto en el tópico referido para golpearlo como los argumentos a usar. Y, también como la ya casi costumbre, el grupo social al que se dirigen, es el mismo: una capa, lejos de ser mayoritaria, pero decidida a corearles sus posturas y hacerlas suyas de inmediato. No lanzan sus conceptos al aire difusivo para que los oiga y siga su público, sino que, con frecuencia creciente, se dirigen al mismo sujeto criticado para que se comporte y actúe tal y como le dictan.
Sin duda, la vida es otra bajo la amenaza del coronavirus. La manera en que organizamos la cotidianidad se ha visto trastocada por la pandemia. Cuándo hubiéramos imaginado que Italia, Francia y España declararían tiempos de excepción, cerrando sus fronteras y limitado el libre tránsito de las personas. Confinamiento obligatorio. Impensable, el discurso de Macron que declara un estado de guerra contra el virus y llama a la unidad de todos los franceses. Sin ejércitos ni divisiones militares, el Covid-19 se erige como un poderoso enemigo que en sólo unas semanas ha puesto en jaque la soberbia civilización occidental. Las grandes economías del planeta se han cimbrado y la sombra de la recesión inquieta. La emergencia sanitaria ha provocado un colapso mundial, las bolsas han caído, la actividad económica y el comercio se han contraído y por lo mismo cayó el precio del petróleo. La irrupción del coronavirus en la era global es la primera pandemia que se expande en un mundo altamente interconectado. Una civilización global intensamente interrelacionada que facilita, como nunca, el contagio. Pareciera que seguimos un guion catastrofista de un filme de ciencia ficción. Imágenes insospechadas, como la del papa Francisco bendiciendo desde su balcón ante una plaza de San Pedro despoblada. Las tradicionales avenidas y parques de Madrid y París lucen vacíos, fantasmales. Sin estar infectados físicamente, el coronavirus ha contagiado el ánimo de los pueblos a través de los medios. El virus se ha apoderado de toda la centralidad de la agenda mediática. Pero existe también la llamada infodemia, fake news o desinformación que circula en Internet y medios de comunicación con respecto al Covid-19. Creando confusión como agravante de la crisis sanitaria, que obstaculiza las medidas de contención del brote, propagando pánico y generando desorientación. Algunos medios en Occidente, poco profesionales, nos han hecho sentir que vivimos tiempos terroríficos y hasta escatológicos con afectación de sicosis colectiva.
El coronavirus (Covid-19) no fue responsable de la caída de los mercados bursátiles ni del desplome de los precios internacionales del petróleo. En los últimos 159 años se han presentado seis ciclos largos en los precios del petróleo, sin considerar el actual, que aún no concluye, con una duración promedio de 27 años. En tres de estos ciclos los precios reales (dólares constantes de 2018) llegaron a niveles máximos que rebasaron 100 dólares en el precio promedio anual del barril del petróleo 1; en dos superaron 30 dólares y en uno, el más prolongado, el precio máximo apenas rebasó en su punto máximo los 20 dólares 2.
En tiempos ordinarios, si los hay, la operación quirúrgica a causa de una fractura de la cabeza del fémur no presenta graves riesgos. La secuela inmediata es la dificultad motriz. No queda sino hacer prueba de paciencia. A pesar de los progresos científicos, los huesos tardan en solidificarse y las heridas en cicatrizar. El paciente debe, pues, resignarse al hospital y a la reducación en un centro especializado. Es decir, dos encierros. Algunas visitas y un pedazo de cielo cuando se tiene la suerte de estar junto a una ventana. Por dicha, con el paso de los días, aumenta el espacio accesible: se va más lejos a cada caminata con la ayuda de bastones ingleses o algún aparato. Eran los tiempos anteriores al coronavirus.
Albert Camus tenía la certeza de que no se piensa más que por imágenes. Para hacer filosofía debían escribirse novelas. No es casual que su narrativa contenga imágenes poderosas: como aquella de El extranjero de una playa de calor sofocante, un sol molesto y un reflejo que deslumbra; o las ratas muertas en La peste que marcan el inicio y el fin de la novela.

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