4/04/2013

Los periodistas pal cafe...


Con la atemorizada cúpula del SNTE en la bolsa (el martes se hizo difundir una fotografía de la visita a Los Pinos del apocado sucesor de Elba Esther Gordillo), la legalidad pactista convertida en presunta legitimidad para el uso de la fuerza contra los opositores y la necesidad táctica de reforzar la percepción de que el cesarismo restaurado no se detendrá ante nada ni nadie, Enrique Peña Nieto ha dicho que no permitirá presiones en contra ni retrocesos en cuanto a la reforma educativa que en Oaxaca y en Guerrero, sobre todo, está enfrentando un activismo desbordado que puede convertirse en un movimiento social más amplio y duradero o en la primera oportunidad abierta y expresa de represión federal justificada contra un reducto adverso (el primer golpe fue el 1º de diciembre, contra el #YoSoy132 y los ciudadanos capitalinos que rechazan a Peña Nieto y al PRI, pero no fue asumido por las autoridades de manera abierta y expresa, sino encubierta en circunstancias confusas que a la fecha siguen sin ser aclaradas).
El aire sentencioso del actual ocupante de Los Pinos tuvo como precedente el discurso pronunciado por el titular de la SEP y el SNTE, Emilio Chuayffet, quien ya desempeñó similar oficio de telonero trágico horas antes de la caída en prisión de la hasta entonces retadora Elba Esther Gordillo. Con solemnidad gestual de verdugo retórico, el ex secretario de Gobernación proclamó, con copia al agente del ministerio público que corresponda: el que argumenta que lucha por la educación violando los derechos de terceros carece de razón legal y más aún de autoridad moral.
Los juegos judiciales de palabras tienen como destinatarios inequívocos a las organizaciones de profesores de Guerrero y Oaxaca que han colocado en jaque a los gobernadores opositores: Ángel Aguirre, siempre priísta, amigo de Peña Nieto que fue reclutado por el marcelismo-camachismo para hacerse pasar por perredista apoyado desde la abstención concertada por el PAN, y Gabino Fue, perdón, Cué, postulado contra el priísmo ulisista.
Además de las rutinas anuales de protesta y negociación que se realizan en sus estados y en la capital del país, en esta ocasión los maestros oaxaqueños y guerrerenses han subido el grado de confrontación porque el riesgo que enfrentan, con las reformas peñistas, es mayor. En Chilpancingo, enojados porque el Congreso local actuó en contra de las propuestas de ese profesorado y en consonancia con las líneas nacionales de reformismo, apedrearon la sede del Poder Legislativo y generaron hechos que con delicia fueron tomados por medios de comunicación tradicionales para exacerbar ánimos sociales contra esos mentores revoltosos.
Durante el sexenio apenas terminado, el del comandante Felipe Calderón, se vivió una manipulación mediática constante que sirvió para satanizar adversarios, creando condiciones para golpear al Sindicato Mexicano de Electricistas, por ejemplo (cruzada contra el sindicalismo corrupto, se decía, mientras líderes y gremios de calaña inaceptable seguían intocados porque se mantenían alineados al gobierno en turno y porque no constituían peligro alguno para negocios jugosísimos, como el de la fibra óptica). Ahora la maquinaria constructora de percepciones sociales al gusto del cliente gubernamental va contra los profesores en resistencia, sin equilibrio informativo ni pluralidad de análisis.
Y sin embargo, extraños asomos empresariales hacen ver que la presunta nobleza rotunda de la reforma educativa peñista conlleva ingredientes ya advertidos por algunos de los opositores pero ahora debutantes sin recato ni simulación. La confederación de patrones de México, la Coparmex, se hace presente con aires de salvadora de la patria al ofrecer la prestación de servicios educativos sustitutos en caso de que en los próximos días los profesores en lucha declaren paro de labores. Limpios de toda culpa en la catástrofe nacional, sin beneficios fiscales ni políticos que por su injusticia hubiesen contribuido a la pobreza y la crispación social, ciudadanos ejemplares que jamás se han beneficiado de la corrupción política ni del manejo faccioso de la economía nacional, los patrones se lanzan De panzazo a una especie de guerrilla educativa, listos para entrarle con recursos económicos al desplazamiento de los maestros en protesta, decididos a entrarle al gran negocio de la privatización educativa que está en el fondo de los clausulados reformistas, junto con el objetivo de debilitar las posturas laicas, juaristas, del profesorado tradicional que ahora irá viendo cómo con el ingreso de los capitales privados a las aulas también se facilita la mayor presencia del clero en los contenidos y la operación educativos.
Los patrones mexicanos no solamente están decididos a poner dinero para esas clases extramuros pues, según el anuncio hecho ayer, también le entrarán a la faena política, buscando que en el esquirolaje participen padres de familia y organizaciones de la sociedad civil. El ingreso del capital privado al negocio educativo podría suministrar de inmediato aspirantes a ocupar las plazas que fueran declaradas en abandono jurídico por la SEP que ya exhortó a los gobernadores de los estados a que levanten actas contra aquellos profesores que no asistan a las escuelas por manifestarse contra la reforma peñista. También crece, con el apoyo de los gobiernos federal, oaxaqueño y guerrerense, la exigencia de hoteleros, comerciantes y sociedad civil para que se inicie acción penal contra los profesores activistas.
El escenario escogido para hacer tales elogios de la legalidad y su riguroso cumplimiento fue Boca del Río, ciudad conurbada con la de Veracruz a la que el mexiquense declaró capital del Estado aunque luego corrigió, enviando un saludo a Xalapa y reconociendo como excepción lo que otros consideran ya casi una regla: también el presidente de la república a veces se equivoca (sic en las varias partes de esta oración). Y, mientras Cué aprieta el puño en Oaxaca para favorecer a productoras de energía eólica, ¡hasta mañana!
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Una de las características de nuestra llamada ‘‘clase política’’ es la falta precisamente de clase. Al menos en buen número de sus miembros. (¿O les pareció elegante el episodio etílico que protagonizó recientemente el Niño Verde?) Los señores diputados decidieron que no iban de acuerdo con su personalidad los pines de latón que recibieron recién tomaron posesión, así que los devolverán y serán gratificados con pines de oro. Cruzando la frontera, el presidente Obama decidió devolver 5 por ciento de su salario, en forma retroactiva, en solidaridad con los burócratas que han sufrido una disminución de sus ingresos como resultado de los recortes presupuestales. Obama tiene un sueldo de 400 mil dólares al año, menos impuestos. El 5 por ciento equivale a casi mil 700 dólares mensuales. No es de sorprender lo que sucede aquí y allá: Estados Unidos es un país pobre, en cambio, México va camino a convertirse en potencia mundial. Ajá.
Los seguros de gastos médicos
Tal vez no les gustará a sus clientes, pero a partir de este mes las aseguradoras ya no podrán emitir pólizas de gastos médicos mayores con sumas aseguradas ilimitadas, de acuerdo con la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas. La principal razón para implementar esta disposición –dice el director general jurídico, consultivo y de intermediarios de la comisión, Eduardo Iturriaga Velasco– fue el interés de proporcionar certeza a las aseguradoras y a sus clientes. Se debe fijar una suma asegurada; no se pone límite, sino se establece de acuerdo con el producto que diseñen las instituciones; esto es como un acuerdo de conformidad. Sin embargo, se habla de un tope de 50 millones de pesos. Según el Inegi, un número pequeño de mexicanos está asegurado: sólo 6 por ciento de la población.
El inventor
El ingeniero Martin Cooper es el inventor del teléfono celular. Hace 40 años hizo la primera llamada en Nueva York, utilizando un aparato que no tiene que ver con los actuales. Era un ladrillo de más de un kilo de peso y la batería sólo duraba media hora. Un hombre muy sencillo; fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias 2009; recibió el galardón a la Investigación Científica y Técnica junto con el inventor del correo electrónico, Ray Tomlinson. Ese año también la UNAM, nuestra UNAM, fue distinguida con el Príncipe de Asturias en la categoría de Comunicación y Humanidades. Había vivido un notable periodo –siendo rector el doctor Juan Ramón de la Fuente– en que se colocó entre las mejores universidades del mundo. Cooper dijo que se había inspirado en Dick Tracy, el personaje de una tira de monitos. Era un investigador muy adelantado para su época; tenía un teléfono y un reloj inalámbricos. Cooper no patentó su invento, trabajaba para Motorola. A partir de la primera llamada que hizo 40 años atrás, el celular fue desarrollándose. Hoy en día ya ven en lo que se ha convertido. Es nuestro reloj, nuestro centro de intercambio de mensajes de texto y de voz, es el mapa de continentes, países, ciudades y calles, es la pantalla en que leemos La Jornada… y también sirve, por supuesto, como teléfono. Si Cooper hubiera patentado su invento, hoy sería el hombre más rico del mundo.



Para los mexicanos incrédulos, buenas y estimulantes son las noticias que ha divulgado la Secretaría de Hacienda, pues para el presente año tal institución no sólo mantiene su pronóstico de 3.5 por ciento en materia de crecimiento económico, sino que, ya encarrerada, se anima a pronosticar que en 2014 tal aumento alcanzaría 4 por ciento, no sin antes precisar que tales proporciones corresponden al cálculo realizado sin considerar el positivo impacto que, dice, tendrán las reformas en las que decidida y desinteresadamente trabajan los chefs del Pacto por México.
No es la primera vez que esos mexicanos incrédulos escuchan noticias de esa naturaleza. De hecho, acumulan tres décadas a lo largo de las cuales un gobierno sí y el siguiente también, los bombardea –no sin la desinteresada contribución de los medios masivos de comunicación– con buenas nuevas como las citadas y el referido aderezo (aquel que promete más crecimiento y mayor bienestar si las reformas, las que sean, son aprobadas), para que a la vuelta del tiempo registren exactamente lo contrario.
Que en medio de la turbulencia económico-financiera (que acumula cinco años) se pronostique un crecimiento económico de 3.5 a 4 por ciento sería una espléndida noticia digna de celebrar sonoramente en la plaza pública... pero de otros países, porque para el caso mexicano tales porcentajes no alcanzan sino para mantener las cosas tal cual, es decir, en el estancamiento, en el raquitismo económico, en la insuficiencia laboral y con el bienestar en declive.
En 30 años al hilo, decenas de reformas estructurales han sido aprobadas en este país de incrédulos, siempre con la promesa de que, una vez en funcionamiento, el paraíso se quedaría chiquito comparado con el grado de desarrollo que alcanzaría México. Si fuera por discursos y promesas, a estas alturas nuestro país sería el primer mundo del primer mundo, pero la realidad es canija: todo se ha reformado, todos se ha modernizado, y el crecimiento económico se mantiene en la lona y el bienestar muy por debajo de ella.
Peor sería no crecer, dicen los defensores de los cálculos hacendarios, pero la pregunta es si un crecimiento económico promedio anual de 2 por ciento, como el registrado por México en las últimas tres décadas, puede catalogarse como tal, especialmente si se recuerda que el incremento poblacional avanza prácticamente al mismo ritmo que el primero. No es ocioso recordar que para que México comience a salir del hoyo, y sólo eso, la economía debe crecer a un ritmo no menor a 6 por ciento anual sostenido, y las buenas nuevas de la Secretaría de Hacienda apenas presumen poco más de la mitad de esa proporción.
A todos los gobiernos –sin importar de qué zoológico provengan– les fascina contar cuentos. Es su debilidad natural, pero hay de cuentos a cuentos. Allí está el caso de Felipe Calderón, para no ir más lejos. Reforma que anunciaba, reforma que, según él, llevaría a México al Nirvana. Tanto prometió, que perdió toda proporción, pues si se suman los puntos de más que, según él, aportarían sus reformas a la economía mexicana, entonces ésta habría crecido a una tasa anual promedio de 48 por ciento en su sexenio. ¡Ah!, pero la realidad es cruel, y en sus seis años de estancia en Los Pinos a duras penas logró un promedio anual de 1.8 por ciento, el menor en cinco lustros.
El cálculo de la Secretaría de Hacienda para 2013, que no es otra que un crecimiento de 3.5 por ciento en el año, no dista de la estimación que para el mismo asunto realizó el Fondo Monetario Internacional, aunque sí, y por mucho, de la comprometida por el actual inquilino de Los Pinos durante su campaña electoral (5 por ciento), la cual, si bien más cercana a la necesidad mínima del país (6 por ciento), también se quedó corta.
Lo anterior sin considerar que la economía mexicana se encuentra en fase descendente (lo que ya es decir), y que nada garantiza que el verdadero motor económico mexicano (Estados Unidos) finalmente quede reparado. Nada para presumir, pues, a menos de que (¡sorpresa!) las reformas sean aprobadas, pues de acuerdo con las estimaciones oficiales la modernización energética aportaría dos puntos porcentuales al crecimiento económico, y otro par por la reforma a las telecomunicaciones. De ser así, México comenzaría a crecer a un ritmo de 7.5 a 8 por ciento anual, según los entusiastas promotores de tales cambios, sin olvidar los bonitos premios adicionales que todo esto traería.
Recuérdese el discurso del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell: con la aprobación de la reforma energética se permitiría mayor inversión privada en Petróleos Mexicanos (y se) podría dar un empuje adicional al crecimiento del país de 2 puntos porcentuales del producto interno bruto. Por si fuera poco, la única manera de hacer asequibles a los mexicanos tarifas eléctricas más bajas será a través de una reforma energética. Algo similar se dijo en el sexenio salinista, cuando abrió la generación eléctrica al capital privado, y a estas alturas suficiente resulta consultar el recibo bimestral por consumo de energía eléctrica para saber qué tan cierto es eso de las tarifas asequibles.
Y de Miguel de la Madrid a Felipe Calderón el cuento fue el mismo: reformamos para beneficiar a los mexicanos con alto crecimiento, más empleo, mejores salarios, mayor bienestar. La diferencia en el discurso se dio sólo en el tipo de bombón que regalaría tal o cual reforma, por mucho que la constante fue que sucedió exactamente lo contrario a lo prometido. Por este circuito pasaron la banca, el sector carretero, las telecomunicaciones, las líneas aéreas, los Ferrocarriles Nacionales de México, los ingenios azucareros, las empresas mineras, la generación de energía eléctrica y todo aquello que se quede en el tintero, y en ninguno de los casos las reformas sirvieron para beneficio de la nación. Algo muy distinto, desde luego, dirán los hoy barones Forbes, quienes están maravillados con lo bien que en este país se reforman las cosas.
El mayor crecimiento prometido, en los hechos, fue cada vez menor. Con Miguel de la Madrid a duras penas la tasa promedio anual fue de 0.34 por ciento; con Carlos Salinas de 3.9 por ciento; con Ernesto Zedillo de 3.5 por ciento; con Vicente Fox de 2.3 por ciento y con Felipe Calderón de 1.8 por ciento. En cinco lustros, el crecimiento económico se desplomó 50 por ciento, con todo y las decenas de reformas cuyos promotores ofrecieron exactamente lo contrario.
Las rebanadas del pastel
Pero bueno, alegraos, que la buena nueva es que en 2013 la economía crecerá 3.5 por ciento, si bien va.



La cercanía de los premios IMAS 2013 (Indie-O Music Awards), a ocurrir a finales de abril (fecha por definir), los cuales reconocerán lo destacado de 2012 en cuanto a rock y electrónica independiente hechos en México, son el pretexto para que este espacio termine de hacer su recuento a lo mejor de ese año y meses recientes, no sólo de creación nacional, sino de otras latitudes donde el español es lengua madre (aunque a veces canten en inglés). Un poco tarde, pero era una deuda de la Ruta Sonora, que no había podido entregar, por la premura que imponen conciertos y festivales.
El año pasado, las tendencias sónicas (que prevalecen sin mucho cambio) fueron por cinco vertientes básicas: la melodía soñadora, acústica, multi-instrumental, llena de ecos y teclados; la fusión de géneros populares (tribal, norteña, cumbia, son) con electrónica; el shoegaze ruidoso y expansivo; el hardcore, progre y/o punk directos; la electrónica exploradora (quizá donde hay más originalidad).



La reactivación de las protestas magisteriales en Guerrero y la realización de manifestaciones de maestros en Oaxaca, donde integrantes de la sección 22 del SNTE tomaron centros comerciales en rechazo a la reforma constitucional en materia educativa recientemente aprobada y promulgada, concurrieron ayer con las expresiones formuladas por el presidente Enrique Peña Nieto en el sentido de que su gobierno no permitirá retrocesos en la aplicación de dicha enmienda legal, que ese ordenamiento se cumplirá con el apoyo de todos los sectores sociales, y que ningún intento de presión pondrá en riesgo la formación y el desarrollo de las nuevas generaciones. Por su parte, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) dijo que, en caso de que persistan los paros magisteriales en las referidas entidades del sur del país, los empresarios, en conjunto con padres de familia, impartirán clases extramuros.

En defensa de la educación pública laica y gratuita
Es asombroso escuchar el discurso seráfico de los personeros de la Concanaco, Concamin, Mexicanos Primero, CEM, Ceneval, las televisoras y otras agrupaciones empresariales, quienes junto con los diversos gobiernos priístas, perredistas, panistas y sus correligionarios del SNTE (charros elbistas) de los últimos decenios, han sumido al país en la impresionante desigualdad económica y social actual. De repente, dichas organizaciones han decidido monopolizar un negocio que no controlaban en su totalidad. Nos referimos a la educación pública, cuyo amplio abanico de posibilidades de lucro es infinito y, por lo tanto, se aprestan a enterrar su garras en la economía de las familias, que tendrán que cubrir diversos aspectos de la enseñanza de sus hijos. Con la finalidad de llevar a cabo su política de oferta y demanda en el inmenso mercado educativo, sin tener mayores contratiempos, la iniciativa privada, junto con sus pares gubernamentales, ha decidido culpar a los docentes de la nación del caos creado por ellos en los últimos sexenios.

Durante los últimos años, el gobierno de México se ha dedicado a perseguir a quienes ha considerado sus enemigos, por oponerse a sus intereses y porque con sus ideas, estrategias y principios han luchado por defender la democracia y dar paso a un sistema de bienestar de la población más equitativo y justo para los sectores más desprotegidos, entre ellos la clase trabajadora.

La imagen es la misma, sólo que la enorme y disciplinada multitud que atesta la plaza está integrada únicamente por soldados, es decir, por ciudadanos vestidos de uniforme con rostros demacrados por la emoción que los altavoces alientan. Todo es rítmico, eléctrico. Los puños en alto se alzan como ráfagas exactas mientras las marchas acompasan las consignas lanzadas con tonos agudos, increpantes al paso de las armas por la avenida. Desde la cuadrícula de esa tribuna espaciosa, donde se ubican conforme a rigurosas jerarquías los invitados y la plana mayor, observé a Kim Il-sung desplazándose despacio en una suerte de paseo ritual para ser visto y adorado por la multitud en éxtasis. Pasó tan cerca que logré ver el bulto que le crecía en el cuello, bajo la nuca, invisible en las icónicas imágenes del culto oficial. Un himno melancólico y combativo a la vez resonaba interpretado por una gigantesca orquesta sinfónica. Cerrado por los edificios emblemáticos del Estado, el escenario, la plaza, es el universo permanente donde se escenifican los grandes mitos del poder, se exalta al líder y se renueva la presencia omnímoda de las masas.

Desde niños nos enseñan a los mexicanos que el nuestro es un país con el que la naturaleza se portó pródiga y somos, o deberíamos ser, muy ricos. Cuando contrastamos esa idea con la realidad histórica y actual, cuando constatamos la pobreza de sus mayorías y los excesos e impunidad de los poderosos, no quedan sino la angustia o el cinismo. Hace 72 años Daniel Cosío Villegas expresó así la disyuntiva: ¿Por qué en este país de maravillas hay tanto malestar, tanta pobreza? ¡Ah!, dice uno, por el cura; el otro dice por el militar; éste, por el indio; aquél, por el extranjero; por la democracia, por la dictadura, por la ciencia, por la ignorancia; finalmente, por el castigo de Dios. Y claro, hace algunos años que las respuestas de moda son éstas: por el ejidatario, por los sindicatos, por la legislación laboral (La riqueza legendaria de México, El Trimestre Económico, volumen VI, México, 1940).

En medio del reformismo peñanietista hay fenómenos que se tratan de ocultar, no negándolos, sino simplemente no mencionándolos, como por ejemplo la inseguridad, la falta de empleos y la pobreza en general que no resolverá (ni lo pretende) la Cruzada Contra el Hambre. La crisis de oportunidades y de realizaciones personales para la mayoría de los mexicanos sigue presente y no porque no se hable de ella todos los días ha sido mitigada.

En la iniciativa de reformas a los artículos 3 y 73 de la Constitución aprobadas hace unas semanas, el gobierno federal priísta reconoce, como de paso, en una frase elusiva, un hecho histórico y político de enorme trascendencia… y gravedad. Dice que el sistema educativo nacional ha debido contender con adversidades de diversa índole, una de ellas ha sido la constituida por las prácticas indebidas y frecuentemente lesivas a la dignidad magisterial.

Caracas. El barrio 23 de enero es un sólido baluarte de la revolución bolivariana. Nombrado originalmente 2 de diciembre para evocar la fecha de la llegada al poder del dictador Marcos Pérez Jiménez, sus humildes vecinos decidieron en 1958 rebautizarlo con otra fecha: la de su derrocamiento. Previamente habían ocupado revolucionariamente miles de departamentos no adjudicados aún construidos allí por el perezjimenismo.

Nosotros venimos a decir a ustedes que vamos a reivindicar el legado de Hugo Chávez. Nosotros no tenemos precio, no somos burgueses. Venimos a trabajar y hacer socialismo. Con estas palabras Nicolás Maduro, candidato del Partido Unificado Socialista de Venezuela, cerraba un mitin ante miles de militantes de los partidos políticos que apoyan su candidatura luego de ser recibido por la gente de Ciudad Maturín, estado de Monagás, parte de una agitada campaña de cara a las elecciones presidenciales convocadas para el 14 de Abril, tras la muerte del presidente Chávez el 5 de marzo.(La Jornada, 30/3/13, p 32). Nueve meses antes Chávez había planteado, al discutir el programa de gobierno para 2013-2019, que a la tesis reaccionaria del imperio y de la burguesía contra la patria, nosotros y nosotras oponemos la tesis combativa, creativa y liberadora de la independencia y el socialismo como proyecto abierto y dialéctica construcción.

En un texto anterior revisé un artículo publicado por el Banco Mundial (BM), que concluyó que su revisión sistemática ofrece pocos resultados generalizables sobre el impacto de los seguros en la utilización de servicios, la protección financiera y el mejoramiento de la salud. En la misma serie de documentos aparece un estudio de Bonilla-Chacín y Aguilera sobre el Seguro Popular (SP), el cual concluye que este último ha sido un éxito al lograr la cobertura universal de la población objetivo, un incremento del gasto público en salud y la disminución de la brecha de gasto de salud entre los derechohabientes del seguro social y sus afiliados.

Publicadas en el siglo XVII, las novelas de la escritora española María de Zayas fueron muy populares en el siglo XVII; reditadas varias veces después y en ocasiones en ediciones piratas, fueron traducidas a varios idiomas y hasta plagiadas, o hurtadas, como las llamaba la escritora –nada menos que por Scarron y Molière–; mutiladas asimismo a lo largo de los siglos, inclusive en éste en que apenas hace poco contamos con ediciones críticas confiables. Sus novelas se inscriben en un marco del que carecen las de Cervantes, siguiendo una tradición de antiguo linaje –la italiana, con El Decamerón de Bocaccio y las novelas de Bandello, traducidas e imitadas en todos los países europeos: ese marco es absolutamente necesario para verdaderamente aprehender el sentido de sus textos, marco del que muchas veces se prescindía en las numerosas ediciones que se hicieron y que apenas hasta hace poco tiempo se respeta.

Pasadas ya Semana Santa y los hechos en el Vaticano que fueron noticia mundial, cabe reflexionar en las relaciones entre los papas y el teatro y se puede empezar por la espera de la llamada fumata blanca. Nadie puede negar que es un espectáculo eminentemente teatral. Una enorme plaza repleta de esperanzados fieles que miran hacia las chimeneas vaticanas para ver aparecer el humo blanco que les dice que su iglesia ya tiene un nuevo jerarca. Lo que sigue, como todas las ceremonias pero en una dimensión que no tienen otras, también se antoja –por lo menos a los no creyentes como yo– la teatralización del impulso anímico de tener fe en algo o alguien. El ritual se ha repetido casi sin modificaciones a través de los siglos y una modificación importante data del fin de la Edad Media y ha quedado como una leyenda: la de la papisa Juana, mujer vestida regularmente como hombre, que llegó a papa engañando a todos hasta que se reveló su embarazo y por ello fue asesinada. La leyenda también habla de un asiento especial que se usaba para que un novicio introdujera la mano y palpara las partes pudendas del ungido comprobando su sexo masculino. Leyenda o no leyenda, en el Museo Vaticano se conserva ese asiento, aunque ya sin uso, pero es una prueba más de la misoginia ancestral del clero.



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