4/04/2013

México: Reforma del Estado (I)




JUEVES, 4 DE ABRIL DE 2013


Gerardo Fernández Casanova

(especial para ARGENPRESS.info)

Con casi doscientos años de vida independiente México no acaba de construir su identidad y de consolidar su sistema político. Entre las insuficiencias internas y las presiones externas la cultura política, esa que expresa las maneras de relacionarse orgánicamente las personas, los grupos y las regiones, no ha logrado alcanzar un nivel de suficiencia satisfactoria. La democracia es un ideal en proceso de construcción.

Una de las manifestaciones, tal vez la más crítica, de esta circunstancia es la muy escasa participación social en los asuntos públicos. Existe una enorme distancia entre el pueblo llano y el gobierno, la que sólo se acorta en los procesos electorales pero que se alarga hasta el extremo en los tiempos de la normalidad.

El anhelo por construir una sociedad en que impere la justicia y la libertad, en la que la población pueda alcanzar niveles suficientes de bienestar y que dignifique la condición humana, se ve frustrado por la vigencia de condiciones que lo niegan. Atender a su corrección es imperativo de la viabilidad de México como Nación. Las instituciones del estado deben ser permanentemente acondicionadas a la realidad cambiante para convertirlas en instrumentos eficaces para la construcción de democracia, entendida esta como sistema para ordenar y organizar el desempeño individual y social en la procuración de la justicia, la libertad y el bienestar, que se nutre de la intervención de todos en lo que a todos atañe.

La reforma del estado ha sido tema recurrente en la agenda política que, en términos reales, ha quedado en el archivo de las intenciones; desde que se perfeccionó el sistema electoral con la ciudadanización del Instituto Federal Electoral (IFE) y que dio lugar a la alternancia en el poder ejecutivo y a la competencia electoral, no se ha dado ningún otro avance trascendente, incluso se ha registrado retroceso en lo logrado.

El nuevo gobierno, independientemente de la legitimidad de su origen y de la credibilidad de su discurso, parece proclive a emprender transformaciones trascendentes. Por mi parte le otorgo el beneficio de la duda y me propongo formular, en este y próximos artículos, propuestas para la reforma del estado que a continuación enumero:

1.- Reforma del Poder Legislativo.- Desaparición del Senado de la República para ser remplazado por la Conferencia Nacional de Gobernadores, debidamente constitucionalizada y sin función legislativa. Modificación del mecanismo de conformación de la Cámara de Diputados para eliminar la fórmula de mayoría relativa y establecer la representación proporcional por listas. Redefinición del carácter funcional del diputado y ajuste de sus salarios y canonjías.

2.- Reforma al sistema de partidos políticos.- Reducción sustantiva del financiamiento fiscal a la operación partidista. Flexibilización de los requisitos para el registro de nuevos partidos.

3.- Creación del Consejo Económico y Social.- Institucionalizar el mecanismo llamado Pacto por México en un Consejo Económico y Social, debidamente reglamentado, que sea el responsable de la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo y de la evaluación de su cumplimiento.

4.- Insaculación de los Consejeros Electorales del IFE.

En los siguientes artículos se argumentará cada una de las propuestas formuladas, con el mayor deseo de que puedan provocar la atención y el debate.

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