4/29/2014

Dos canonizaciones, movimiento político del Papa Francisco: Blancarte en CNN


El investigador del Colegio de México habló sobre san Juan Pablo II y san Juan XXIII. 
Aseguró que "muchos santos de la Iglesia no eran tan santos", "santos son gente que la Iglesia quiso poner como modelo".

CNN 1

En entrevista para Aristegui CNN, dijo que se trató de un movimiento político del Papa Francisco el haber canonizado al mismo tiempo a Juan Pablo II y a Juan XXIII.

“Para que nos quitemos la idea de que los santos son gente pura, no, santos son gente que la Iglesia quiso poner como modelo y eso quiere decir que la institución cambia de idea de lo que debe de ser el modelo que nos quiere presentar y muchas veces el modelo de un perseguidor en algunas épocas. El caso de Juan Pablo II digamos que no es el caso más bonito para todas aquellas víctimas de la pederastia, eso contextualizado” dijo.

La canonización de los papas “es un movimiento político del papa Francisco, no se dan de manera automática, grupos empujan determinada canonización y detienen otras. Por ejemplo Monseñor Oscar Arnulfo Romero tiene un proceso de beatificación, ha sido detenido durante muchos años, porque hay grupos conservadores en el propio Salvador y en la curia romana, en el Vaticano, que no están muy interesados en que avance el proceso, no lo quieren tener como modelo. En el caso de Juan Pablo II dicen que desde el principio la gente empezó a pedir que lo hicieran santo rápidamente, santo súbito. Asumamos que hay un clamor popular, está el proceso y se empieza a acelerar por encima de los propios requerimientos y cánones establecidos por la Iglesia Católica y se hace en un tiempo récord, mucho más rápido de lo que se permite porque casi siempre se deja un espacio de reflexión, para que se vean los pros y contras. Que duran más de veinte años por lo menos, en algunos casos se ha reducido un poco, hay una tendencia a que cada vez se ha más rápido. Es quizá parte de nuestra modernidad  y contemporaneidad en donde queremos que todo sea rápido”, expuso.

“No queremos un santo para el siguiente siglo, lo queremos ya, entonces sí lo conocimos“, enfatizó.

El investigador apuntó que para la canonización “se empiezan a brincar los requerimientos, cosa que ya había hecho Juan Pablo II… aquel famoso papel del abogado del diablo, que era quien revisaba el caso y era quien veía hasta el último asunto porque quería ver que realmente estuviera impecable, pues aquí ya desmereció, porque ese papel no puede ser el mismo si está uno apurado a que salga y hay presiones para que salga, eso fue lo que sucede. Producto de lo que estaba haciendo el propio Juan Pablo II en su pontificado, él es un producto de lo que él comenzó, acelerar procesos y disminuir requerimientos, ya no se puede hacer igual de serio”.

“Yo creo que el Papa Francisco se encuentra con un hecho consumado, ya está prácticamente la canonización y entonces él dice vamos a equilibrar esto y propone que también sea canonizado Juan XXIII, a quien le falta un milagro, pero no importa, porque ya que estamos en eso, el Papa también puede hacer que se brinque ese requerimiento, lo que el papa hace ahí es  un juego de equilibrio político en donde si las fuerzas más conservadoras están empujando la candidatura de Juan Pablo II , pues él dice también pongamos a Juan XXIII, que fue un papa abierto al mundo, ecuménico, abierto al diálogo con los no creyentes y tiene sus propias virtudes y es más o menos querido por los católicos progresistas, así que es un juego de muchos equilibrios políticos”, indicó.

“Juan XXIII, era un papa que le decían el Papa bueno, fama de buen semblante, Papas que surgieron del cuerpo diplomático de la Santa Sede, personas que fueron nuncios en lugares importantes. Él fue nuncio en Bulgaria, en Turquía y luego fue a Francia. Era un diplomático, hombre de Iglesia, pero acostumbrado a dialogar con gente que no era católica. Por el contario, Juan Pablo II es un hombre que surge de la opresión de regímenes de su natal Polonia. Él es un polaco nacionalista, que vivió a los regímenes totalitarios”, agregó Blancarte.

“Vemos dos modelos totalmente distintos”, agregó.

“Hay dos cosas, obviamente uno de los problemas de querer acelerar el proceso de santificación, es que siendo tan reciente, muchos de los críticos o de las víctimas de los que sufrieron de su omisión, en el mejor de los casos, están todavía vivos, y no les gusta nada que haya sido canonizado. Si yo fui una víctima y veo ese proceso de canonización, obviamente me brinca. Eso es un producto indeseado de aquellos que aceleraron el proceso, pero que ahora van a tener que lidiar con el”, dijo.

“No se puede decir que el Papa no sabía(de casos de pederastia), que no se quiso creer lo que se dijo, bueno, es otra cosa. Pero eso no le quita responsabilidad, ahí va ir el santo junto con todo”, señaló Blancarte.
“En lo personal creo que el papa Francisco se identifica más con Juan XXIII porque Juan XXIII tuvo un pontificado mucho más abierto, más compasivo, más reformador, Juan XXIII lanzó el concilio vaticano II y Juan Pablo II retrocedió respecto a las visiones del propio concilio Vaticano II en términos de la apertura pero obviamente se encuentra con un hecho consumado prácticamente que ya hay grupos que empujaron lo suficiente esa canonización de Juan Pablo II y lo único que le queda es relativizarla” acotó.

Sobre el informe de la Organización de las Naciones Unidas de casos de pederastia, dijo que Francisco va tener que asumir de mayor manera esas recomendaciones, pues son muy amplias y múltiples.

“La pregunta es: ¿puede la Santa Sede como sujeto de derecho internacional participar en una comisión de la ONU sin que luego nadie le diga nada o está sujeta como cualquier miembro de esas comisiones, como cualquier Estado?, porque le van hacer recomendaciones y las tiene que atender, ya no es porque quiera, en ese sentido hay una línea muy compleja entre lo que ellos consideran que es su doctrina inviolable y lo que son los derechos humanos de los niños, las mujeres, etcétera y que ellos tienen que atender independientemente de su doctrina, ellos no pueden andar diciendo que los homosexualidad sigue siendo un problema cuando ya todo el mundo asume que los homosexuales tienen los mismos derechos que todas las personas…. ¿Cómo se hace compatible una doctrina tan cerrada con una pretensión  de participar en un conjunto de naciones que quieren mejorar los derechos humanos?”, finalizó.



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