9/25/2014

Los periodistas pal café. . .




Enrique Peña Nieto (EPN) estuvo en Nueva York en plan triunfalista. Pronunció un discurso más de los que anualmente son presentados en la asamblea de las Naciones Unidas sin que nadie se entere más que para fines protocolarios, en esa fiesta internacional de la intrascendencia diplomática. Participó, además, en diversos actos que le resultaron gratos, uno de ellos para recibir una distinción (inexplicable o, en la más generosa de las hipótesis, aún prematura) como Estadista Mundial 2014 de parte de Appeal of Conscience (Llamado a la conciencia), fundación integrada por representantes de diversas religiones, encabezada por el rabino Arthur Schneier, quien le dijo al mexicano: ‘‘A veces tengo profecías, y usted me oyó decir antes que usted va a asumir un papel de liderazgo en la escena mundial’’.
En el comité de fiduciarios y consejo consultivo de la fundación que entregó a Peña Nieto su diploma de Estadista Mundial está el ‘‘Hon. John D. Negroponte’’ (http://bit.ly/1upBZnc ), diplomático estadunidense especializado en espionaje, intervencionismo y desestabilizaciones, cuya hoja de servicios incluye episodios muy oscuros, acusado en Honduras de promover guerra sucia contra guerrilleros y opositores al gobierno títere, con tortura y asesinatos incluidos, y de conseguir financiamiento ilegal para poner en funcionamiento a los contras en la Nicaragua sandinista. Negroponte fue embajador de Estados Unidos en México durante el salinismo y fue un especial operador en torno al diseño y firma del Tratado de Libre Comercio.
Pero no todo fue sombrío en la entrega de los certificados aspiracionales de Estadista Mundial 2014, pues otro de ellos fue entregado a Robert A. Iger, quien (¿también?) ejerce un liderazgo trascendente en el mundo de las fantasías, como presidente y director ejecutivo de la compañía Walt Disney. Por cierto, entre los asistentes a la ceremonia de entrega de esos reconocimientos, vaticinios o esperanzas estuvieron el supermillonario mexicano Carlos Slim y el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.
En esas y otras reuniones similares, el ex gobernador del estado de México tuvo como tarjeta de presentación las reformas estratégicas que logró imponer en menos de dos años de estar como ocupante de Los Pinos, de manera relevante la relacionada con los energéticos, que constituyen un apetitoso pastel para inversionistas y poderes prácticos, uno de ellos el estadunidense que, sin disparar una sola bala ni molestarse en intervenciones militares, ha convertido a su vecino en dócil reserva petrolera. El agradecimiento de la potencia norteña es tal que, por ejemplo, ayer el monolingüe político de Atlacomulco fue sentado en una mesa de honor a la diestra de Barack Obama, quien tuvo a la siniestra al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon (ahora, México participará en acciones de paz en países en conflicto). A su vez, el mexiquense tuvo a su diestra al rey de España, Felipe VI (quien, afortunadamente, sí habla español).
El efecto Atlacomulco es imparable, pues ayer mismo se supo de otro reconocimiento en el extranjero a funcionarios que en México no rinden las buenas cuentas que desde fuera suponen o quieren suponer. El beneficiario es Luis Videgaray, señalado por la revista Euromoney como ministro de finanzas del año. Lo aberrante es que al hombre que ha tenido estrangulada a la economía mexicana no se le ‘‘premia’’ por los resultados concretos y medibles que hubiera tenido durante determinado lapso de su ejercicio como secretario de Hacienda, sino por algo que en dado caso correspondería al ámbito de lo político: ‘‘su participación en el logro e implementación de las reformas estructurales que se llevan a cabo en México’’, según precisó Clive Horwood, editor de la publicación europea.
Es notable la ansiedad de grupos políticos, empresariales y mediáticos del extranjero por apuntalar el proceso reformista iniciado por Peña Nieto. Euromoney se ha tropezado en busca de reconocer a Videgaray lo que no ha hecho y nadie sabe si realmente llegará a hacer. Véase la explicación oficial de esa revista al dar a Videgaray el título de ministro de finanzas del año: ‘‘Este reconocimiento es un reflejo del efecto transformacional que el reciente programa de reformas estructurales tendrá sobre la economía de México’’ (http://bit.ly/1uHJX7u ). Otro apuntalamiento a EPN ha sido su designación como presidente de la Alianza para el Gobierno Abierto, convenio suscrito por 64 países en busca de transparentar la conducta y acciones de funcionarios públicos. México ni siquiera ha creado la comisión contra la corrupción que EPN anunció durante su campaña electoral, y la Secretaría de la Función Pública es una oficina abandonada, sin titular en firme, que ya ni siquiera simula algún tipo de indagaciones y castigos a la galopante corrupción nacional en todos los ámbitos de gobierno.
El ‘‘efecto transformacional’’ del peñismo sobre los partidos de oposición pactada provoca turbulencias en el Senado, donde el servicial presidente de la mesa directiva, el perredista Miguel Barbosa, ha sido acusado de preparar un acto para el lucimiento de Peña Nieto, según eso a título de un foro sobre federalismo. El mexiquense ha usado una y otra vez en sus giras al extranjero la referencia a que sus reformas fueron logradas en 20 meses y con la participación aprobatoria de los principales partidos adversos al suyo. Ese control excesivo sobre perredistas chuchos y no (Barbosa formaba parte de Nueva Izquierda y ahora ha decidido iniciar su propio negocio particular, aunque en momentos difíciles no será extraño que las querencias reúnan a los antiguos socios), lleva a los estrategas de Los Pinos a diseñar actos de pleitesía faraónica como el que pretenden realizar el próximo 30. Dolido porque a su entender Los Pinos ha desatado una campaña de desacreditación contra el PAN, con fines electorales, el maderismo exige que haya debate partidista con EPN, pero Barbosa se esmera en que no haya riesgo alguno para el visitante en jefe. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



No tiene fin la tragicomedia de la apertura de las carreteras de Estados Unidos a los transportistas mexicanos. La Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) promovió acciones legales contra el gobierno estadunidense al persistir el incumplimiento y violación del TLCAN, manteniendo cerrada su frontera al autotransporte mexicano y ocasionando severos daños económicos al sector, informa en un comunicado. La demanda exige que sean indemnizados. Han sufrido pérdidas por 2 mil 500 millones de dólares anuales, que suman 35 mil millones a lo largo de 14 años desde que empezó el agravio. El próximo 13 de octubre vence el plazo de evaluación del programa transfronterizo vigente, en el que se determinará si se abrirá la frontera a todos los transportistas mexicanos que cumplan con la normatividad estadunidense. Sin embargo, a días de que finalice el esquema, no existe un planteamiento definitivo por parte de Estados Unidos que signifique una apertura real, efectiva y definitiva en favor del autotransporte mexicano, señala una carta que la organización envió a la Secretaría de Economía. La Canacar insta a la autoridad mexicana a establecer una mesa de negociación con representantes de ambos gobiernos, para llegar a una solución que contemple un mecanismo de compensación y que el producto de las sanciones que resulten se aplique a la modernización del parque vehicular del autotransporte del país.
Asalto en Apple
Si los bandidos roban bancos porque ahí es donde está el dinero, tiene sentido asaltar una tienda Apple, porque ahí es donde está el efectivo. Un día después del lanzamiento del iPhone 6, un tienda Apple en un centro comercial de Berlín fue robada mientras aún había consumidores adentro haciendo fila para comprar el codiciado teléfono. Tres hombres enmascarados tomaron por sorpresa a los conductores de una empresa de seguridad que estaban apilando miles de euros que la tienda de Apple acababa de vender el fin de semana. En Alemania todavía mucha gente se resiste a hacer sus compras con tarjetas de crédito o débito; la mitad de sus consumos en tiendas se hacen con efectivo, por lo que el debut del iPhone 6 representó un enorme movimiento de dinero líquido. Los expertos de la firma Crone Consulting LCC aseguran que esto no cambiará a menos que los alemanes dejen de preocuparse sobre la seguridad de sus datos en este tipo de transacciones, incluyendo el Apple Pay, y hagan sus pagos via Internet, otro producto lanzado por la compañía para hacer compras mediante el teléfono celular.
Las más valiosas
La firma Millward Brown publicó el estudio de las 50 marcas más valiosas de América Latina en 2014, el cual usa criterios como datos de satisfacción de los consumidores, influencia de la marca y ganancias anuales. De acuerdo con la firma, 33 por ciento de las que aparecen en la lista son mexicanas, siendo el país con más presencia en la región, seguido por Brasil. Corona, que hasta fecha reciente fue mexicana, ocupa el primer lugar en el ranking. Destaca Banorte, que fue la que mayor aumento de valor registró entre 2013 y 2014, con 59 por ciento.



Alegraos, mexicanos silenciosos, que en Los Pinos y zonas dependientes repican las campanas, por –dicen– las sólidas señales de aceleración económica que registra la minusválida economía mexicana, por mucho que los indicadores oficiales se encuentran en cotas inferiores a las reportadas en el arranque sexenal.
Pero si lo anterior no alcanza, existen más motivos para estar locos de contento por los excelentes resultados económicos: al venerable cuan eficiente Luis Videgaray le refrendaron su título de ministro del año, la segunda estrellita en la frente en lo que va del sexenio, con todo y que en ese periodo la tasa promedio anual de crecimiento no pasará –en el mejor de los casos– de 1.7 por ciento, o lo que es lo mismo, nada.
El ciclo ascendente y la aceleración económica que en el circuito oficial dicen observar (obviamente con los lentes de la Secretaría de Hacienda) contrastan con el inánime comportamiento de los indicadores que periódicamente reporta el Inegi, como el global de la actividad económica, que ayer dio a conocer el instituto con cifras al cierre de julio.
En este contexto, el Inegi detalló que el índice global de la actividad económica en el país cerró julio de 2014 por debajo de la cota registrada el primero de diciembre de 2012, cuando Enrique Peña Nieto se instaló en Los Pinos. La diferencia entre una fecha y la otra es negativa en 0.7 por ciento, de tal suerte que en esos 20 meses de jubilosos discursos y prometedor futuro la economía nacional se mantuvo dentro del ataúd, por decirlo suave.
De igual manera, si se compara el comportamiento anualizado de la economía, en julio de 2014 (cuando Luis Videgaray sólo tenía una estrellita en la frente) el avance fue de 2.52 por ciento, contra 2.74 por ciento de junio, y si bien pueden celebrar que, con todo, estas cifras son mejores que la del arranque del año, no hay que olvidar que su proporción sólo representa la mitad de las observadas en 2012.
La alegría oficial también se basa en que durante julio pasado el indicador global de la actividad económica registró un aumento de 0.41 por ciento en comparación con el resultado del mes previo, cuando el crecimiento fue de 0.27 por ciento, pero cualquiera de los casos resulta inferior a 1.07 por ciento de abril, por lo que el motivo de felicidad no se encuentra en ninguna parte.
Si se promedia el comportamiento del citado indicador en los primeros siete meses de 2014, entonces, el promedio enero-julio del presente año a duras penas llega a 1.8 por ciento, proporción que es la misma proporción heredada por el gobierno que a los mexicanos prometió vivir mejor.
Sin importar lo anterior, la geniocracia hacendaria aplaude y se pone de pie, porque, según afirma, el ciclo ascendente y la aceleración de la economía son consistentes con el pronóstico de crecimiento de 2.7 por ciento en 2014. Eso dicen, aunque para que tal pronóstico se concrete la economía mexicana deberá reportar un crecimiento no menor a 4 por ciento en cada uno de los cinco meses del año que faltan por contabilizar, algo que por lo demás resulta increíble.



En semanas recientes se han difundido casos que muestran las escandalosas deficiencias de las instituciones de salud, desde pacientes que no son atendidos tras su ingreso en el hospital hasta quienes tienen que programar citas cuatro meses antes, pasando por desabasto de medicamentos, que provoca gastos importantes a los pacientes, cobertura limitada de servicios, que excluye los tratamientos más costosos, e insuficiencia crónica de personal. Ello obliga a observar el sistema de salud del país y sus particularidades en el estado.
Primero, el sistema de salud está fragmentado y las diferencias de atención y costos de los diversos subsistemas generan una grave inequidad: el costo de un derechohabiente de Petróleos Mexicanos (Pemex) y el de un usuario del programa IMSS-Oportunidades no tiene punto de comparación. Asimismo, quienes trabajan en la informalidad carecen de programas de previsión social y de servicios de salud asequibles y de calidad.


 

Integrantes de diversas organizaciones de la sociedad civil y defensoras de los derechos humanos –la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos, Católicas por el Derecho a Decidir y los centros de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas y Miguel Agustín Pro Juárez, entre otras– presentaron ayer una demanda de juicio político en contra del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, donde señalan las gravísimas omisiones cometidas por el organismo que éste dirige ante los atropellos a las garantías individuales, y afirmaron que Plascencia ha faltado a su mandato de defender a las víctimas de violaciones de derechos humanos.

Jubilan el Himno Nacional en escuela de Ecatepec
Mis hijas asisten a la Escuela Primaria Emiliano Zapata, en el municipio de Ecatepec de Morelos, y me comentaron que el próximo lunes, durante la ceremonia de honores a la bandera, no se cantará el Himno Nacional Mexicano.

El segundo periodo del presidente Obama se acerca ya a su ocaso, y ha llegado la hora de preguntarse si su figura no quedará en la historia envuelta más bien en un halo trágico. El sentimiento de tragedia nace no solamente de ver truncada la vida de alguien que ya no pudo realizar sus mejores ambiciones; también es, no pocas veces, fruto de la frustración de quienes, desde la platea, albergaban la esperanza de ver al héroe alumbrado por los fulgores de la gloria y tienen que despedirse de él en silencio o con aplausos desganados. La nostalgia de lo que pudo haber sido y no fue. Hacemos las cuentas, y esas cuentas que quisimos crecidas no nos salen.

La destrucción causada por Odille en Baja California Sur dejo al descubierto las fragilidades de nuestra sociedad. Si bien en este caso las alertas funcionaron a tiempo y las ayudas públicas y privadas se multiplicaron, reduciendo el número de víctimas fatales, lo cierto es que, una vez más, el huracán magnificó, como se advierte en los manuales oficiales, la elevada vulnerabilidad de la sociedad y la economía. Ya no es sorpresa, sino la regla, que la vulnerabilidad se halle férreamente condicionada por la pobreza en la que sobreviven más de 60 por ciento de los damnificados que habitan zonas de riesgo, es decir, regiones marginadas carentes de servicios, generalmente expuestas a peligros mayores. En el caso de los municipios más afectados por Odille también fue así, con la agravante de que el meteoro destruyó prácticamente toda la red eléctrica y el suministro de agua, amén de la infraestructura de comunicaciones, los aeropuertos, la planta hotelera, en fin, un desastre en forma que, afortunadamente, no arrasó con tantas vidas humanas.

La próxima semana se conmemorará el 2 de octubre de 1968. Dicho movimiento fue derrotado, como tal, en esa fecha que todos asociamos a la Plaza de Tlatelolco/de las Tres Culturas y a la matanza que ahí ocurrió.

Una de las grandes promesas que hizo la segunda posguerra fue convertir al mundo en un gran conglomerado de clase media. En cada país esta noción se refería a algo diferente: en el bloque socialista se diluía en lo que se denominaba proletariado, porque nadie era tan contrarrevolucionario como ella, así que todos preferían presentarse como miembros de la clase trabajadora (incluidos los trabajadores intelectuales); en Estados Unidos eran los trabajadores de cuello blanco, es decir, de manera fundamental empleados; pero con el tiempo, y dada la animadversión a cualquier concepto vagamente radical como el de clase obrera, la noción se extendió para incluir a los trabajadores de overol. De todas formas, su nivel de vida era muy superior al que sostenían –y sostienen– muchos que en América Latina se definían como de clase media. La misma diferencia los distinguía de esos grupos en Europa occidental, donde se seguía utilizando un concepto de obrero que encubría un estilo de vida que ya hubieran querido las clases medias latinoamericanas. Entre nosotros los niveles de desigualdad definen la fisonomía de toda estructura social, porque ser de clase media equivale a pertenecer a grupos de privilegio, separados de los trabajadores –o de las clases bajas– por una brecha mucho más amplia que la que existe en otras sociedades más igualitarias.

Hace un cuarto de siglo, con el fin de la guerra fría, cundió cierto júbilo entre los internacionalistas. Se habló, con diversos grados de entusiasmo, del dividendo de la paz, derivado, sobre todo, de la drástica reducción del gasto militar, resultado lógico del final de medio siglo de balance del terror, predicado en el demencial concepto de la destrucción mutua asegurada –MAD, por sus iniciales en inglés–. Los primeros acontecimientos ofrecían cierta esperanza: entre 1992 y 2002 Estados Unidos y Rusia redujeron en forma significativa su gasto militar. Medidas por el SIPRI –el benemérito Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz, de Estocolmo–, esas erogaciones se abatieron, como proporción del PIB, en 1.5 y 0.7 puntos porcentuales, respectivamente. La caída, sin embargo, no fue duradera, y si algo frenó el renovado crecimiento de los recursos bélicos –cuyo nivel ha vuelto a alcanzar, en los años recientes (2012-2013), más de 4 puntos del PIB– fue la crisis económica que afectó con severidad a los antiguos rivales estratégicos. Además, como quedó en claro, desde los años 90 del siglo pasado, los aparatos militar-industriales de ambas naciones siguieron su propia lógica de afianzamiento, más o menos desconectada de la dinámica de las tensones y conflictos, entre ellas o en el escenario mundial.

Estados Unidos siempre ha necesitado un enemigo externo para atemorizar y disciplinar a su población y justficar sus aventuras bélicas, cada vez más frecuentes por cierto. Asesinado Bin Laden y duramente golpeadas las estructuras de Al Queda según la versión obamiana, hacía falta un plato más fuerte.

La decisión de los ciudadanos escoceses resultó clara. El no ganó ampliamente. No fue cuestionado el resultado. El conteo de los votos fue escrupuloso de modo que es posible analizar detalladamente lo que ocurrió, tanto a nivel general como en cualquier unidad geográfica o entre votantes de diferentes edades. El desarrollo de las campañas, expresado en las variaciones de las preferencias electorales, dio cuenta de la relevancia de ciertas intervenciones. Los interesados en emitir su punto de vista tuvieron la posibilidad de participar. Entre los participantes hubo importantes opinadores globales en materia económica, como Krugman y Stiglitz, que contribuyeron al debate.

Rayuela, de Cortázar, novela casi totalmente parisina, no tendría sentido sin la presencia de su ciudad elegida. Allí tradujo a Poe, como Benjamin a Proust. A París llegaron quienes huían de la dictadura de Juan Carlos Onganía, mismo que en 1966 había intervenido las universidades y prohibido la minifalda. Huyeron los perseguidos por la dictadura de 1973 a 1983, o, como Copi, cansados de la hipocresía católica, la corrupción administrativa, el machismo, la fobia homosexual y la censura

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