7/17/2015

Los periodistas pal café. . . . .


Miguel Ángel Mancera ejecutó un Juego de las Sillas para beneficio de él, no de la ciudad de México: reacomodó con sentido electoral 2018 a los suyos (Héctor Serrano, José Ramón Amieva, Manuel Granados, Alejandra Barrales y, circunstancialmente suya, Patricia Mercado), se deshizo de piezas menores o políticamente ajenas (Joel Ortega, Rufino H. León, Hegel Cortés y Mara Robles, aunque ésta podría ser invitada a otra función), pagó cuota al PRD (Amalia García), abrió las puertas a personajes relacionados con el PRI, el Verde, el PAN y el Panal (Laura Ballesteros y Jorge Gaviño), y no tendió ningún puente de entendimiento político con el partido que ganó los pasados comicios en la capital del país, Morena (a Rosa Isela Rodríguez, acusada sin pruebas de ayudar a esta organización, la envió a la atención de la zona rural del DF).
El perfil de la nueva secretaria de Gobierno, Patricia Mercado, es en realidad un mensaje contra Andrés Manuel López Obrador y Morena, sobre todo si se toma en cuenta que la candidatura presidencial de la sonorense en 2006 fue entendida por los amloistas como una maniobra para dividir el voto opositor y favorecer a Felipe Calderón; Mercado consiguió 2.7 por ciento de votos provenientes de la izquierda. Por otra parte, no tiene experiencia de mando en tareas de gobierno y su hoja de servicios se concentra en el armado de organizaciones partidistas (México Posible y el Alternativa Socialdemócrata y Campesina), en preparación de candidaturas presidenciales (apoyó a Gilberto Rincón Gallardo, propuesto por Democracia Social en 2000, y ella misma fue aspirante a Los Pinos en 2006), en pugnas por el control de esas agrupaciones (en una asamblea con sillazos y golpes le impidieron retomar el control del PAS, que quedó en manos del grupo encabezado por Alberto Begné) y en la asesoría y promoción de temas de una variada agenda progresista.
El año pasado, Mancera la convirtió en secretaria del Trabajo y ahora la ha colocado en el segundo cargo en importancia en el organigrama capitalino, lo que podría permitir que la inexperiencia y ligereza operativa de Mercado sean ayudadas por el verdadero círculo íntimo, con Héctor Serrano, quien ha pasado a una secretaría con menos reflectores pero con gran capacidad recaudatoria no reportable, la de Movilidad, desde donde seguirá contribuyendo al proyecto 2018. Otro probable afluente, para compensar deficiencias en la secretaría de Gobierno, será Manuel Granados, quien fungió como virtual comisionado de Mancera en el control de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Con José Ramón Amieva en Desarrollo Social, y Alejandra Barrales en Educación, la mancerista familia política seguirá plácidamente adelante.
El rediseño de medio tiempo significa un adelgazamiento de las pocas referencias de izquierda social en el equipo mancerista. El hombre que comería Bísquets de Obregón en Los Pinos se confeccionó un equipo pluripartidista de campaña, excluyendo a Morena a pesar de que dijo haber atendido en su peculiar evaluación el mandato ciudadano. El reacomodo ideológicamente descafeinado, proclive más a segmentos salinistas, priístas y panistas, e incluso con la aceptación de una pieza perredista tachada de alta corrupción en Zacatecas, pretende fortalecer una precandidatura presidencial también plural, ciudadana, pero con pagos facciosos por adelantado a los grupos concurrentes (por cierto, Gustavo Madero y Carlos Navarrete analizan la posibilidad de un acuerdo para postular candidatos PAN-PRD en varios estados el año entrante, con algunas postulaciones comunes ya encaminadas en Veracruz y Puebla para los de blanco y azul y en Oaxaca y Tlaxcala para el sol azteca).
Pasando a otro asunto, ha de decirse que hay un punto ciego (para usar la terminología de moda) en el caso de las indagaciones sobre Ayotzinapa: la reticencia del gobierno federal a permitir que 16 militares rindan testimonio (que no declaración judicial en forma) ante el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes que actúa bajo mandato de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y que ha tenido amplia libertad para dialogar con quien han querido, excepto con esos miembros de las fuerzas armadas.
La extraña postura gubernamental (no hay una negativa expresa, sino un transcurrir y argumentar burocrático que en los hechos constituye hasta ahora un no) impide que esos 16 militares, adscritos al 27 batallón de infantería, con sede en Iguala, digan lo que vieron y escucharon la noche y madrugada en que fueron desaparecidos los normalistas rurales de Ayotzinapa. Arely Gómez en la PGR y Enrique Galindo en la Policía Federal han permitido libre acceso a lo que se les ha solicitado, pero el caso de los 16 de verde olivo ha sido particularmente anómalo, a juicio de padres de familia y estudiantes que este miércoles arremetieron a las puertas de esas instalaciones castrenses (siendo rechazados con gases lacrimógenos), cada vez más convencidos de que allí hay una clave para entender aquellos sucesos.
La cerrazón se ha producido, según los activistas, cuando el grupo de expertos extranjeros ha avanzado en el análisis de miles de documentos y ha tenido entrevistas con múltiples testigos y partícipes, incluso militares (pero no los enigmáticos 16). La fundada interpretación de esos expertos no tiene coincidencias plenas con la verdad histórica proclamada por Jesús Murillo Karam. De los mismos expedientes oficiales se han desprendido datos e indicios que en su momento no fueron revisados a fondo o incluso fueron desatendidos, no necesariamente por una estrategia malévola. La búsqueda de los 42, bajo esa visión de los especialistas, debe seguir y, de hecho, sigue. El próximo informe de esos especialistas replanteará puntos importantes, incluso sin que presten testimonio esos 16 militares, aunque todo sería más claro y preciso si sus jefes les permitieran responder libremente a las preguntas que les hicieran los expertos que son independientes del gobierno mexicano. ¡Hasta el próximo lunes!, Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero

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Los cambios que anunció ayer Miguel Ángel Mancera en el equipo del gobierno de la ciudad de México tienen un objetivo evidente: detener el avance de Morena. Colocó a Patricia Mercado en la secretaría general en función a que ya en una ocasión enfrentó a López Obrador. Como recordarán, en la elección de 2006 fue candidata presidencial por el Partido Alternativa Socialdemócrata y Campesina, pero fue un fiasco. Hasta el partido desapareció. Quién sabe quién le habrá dicho al oído a Mancera que ella puede servir para detener el avance moreno. Las otras designaciones también son de una mediocridad impresionante: José Ramón Amieva en Desarrollo Social (es decir, el que compra votos) y Jorge Gaviño en el Metro, en lugar del cuestionado Joel Ortega.
No levanta
Nuevamente el peso se depreció ayer ante el dólar y llegó a otro mínimo histórico: $16.14. Esta es la tercera semana consecutiva en que la moneda nacional cotiza a la baja. Cabe mencionar que anteayer Agustín Carstens, gobernador del Banco de México (BdeM), declaró en una entrevista radiofónica que ‘‘el dinero mexicano no se está depreciando contra el euro o contra divisas de países sudamericanos, y por el contrario, muestra una apreciación, pero tenemos la costumbre de estarnos fijando en la cotización contra el dólar’’. Será que la costumbre viene de que con Estados Unidos tenemos 3 mil kilómetros de frontera y 90 por ciento del comercio internacional. Ay, señor Carstens, usted y sus gracejadas. En lo que va del sexenio priísta el peso ha registrado una caída acumulada de 24 por ciento frente al dólar. Un desplome de tal magnitud comienza a preocupar hasta a los exportadores, que son los beneficiarios. Están recibiendo más pesos por sus dólares, pero comienza la inquietud por la inflación y la presión social por un aumento de salarios. Van a tener que tirarse a fondo los líderes charros para contener las demandas de sus agremiados.
Los refrescos
Al año mueren en México 24 mil personas a causa del consumo de bebidas azucaradas, de acuerdo con un estudio de la Universidad Tufts en Boston. La población menor de 45 años es la más vulnerable, con 30 por ciento de los decesos registrados. La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) denunció la falta de rigor en las medidas impuestas por el gobierno federal que pretenden combatir la obesidad infantil. La publicidad engañosa y su falta de regulación en horarios infantiles es uno de los principales factores que merman estas implementaciones, puesto que la reglamentación sólo abarca de las 14:30 a las 19:30 horas. Cabe destacar que cifras recién dadas a conocer por Roberto González Chamé, presidente de la Fundación Sin Obesidad México, indican que en los pasados cuatro años la obesidad en niños y adolescentes creció en 20 por ciento.

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David Goodman, Bernardo Sorj y John Wilkinson, en su libro From Farming to Biotechnology (De la agricultura a la biotecnología; Basil Blackwell, 1987), identifican (y analizan a fondo) lo que llaman procesos de apropiacionismo y sustitucionismo adoptados por el capital para controlar la agricultura. Su enfoque se puede considerar una teoría específica sobre las relaciones entre unidades agrícolas campesinas (o familiares) y el capital, y por tanto, de manera indirecta, sobre la persistencia del campesinado, que viene a sumarse a otras que he analizado en esta serie. En los siguientes extractos (Introducción, pp.1-5) podemos ver cómo interpretan estos procesos:
“La clave para entender la singularidad de la agricultura no se encuentra ni en su estructura social ni en su dotación de factores. Más bien la agricultura confronta al capitalismo con un proceso de producción natural. A diferencia de la artesanía, la agricultura no podía transformarse en una rama de la producción industrial. No hubo [ni hay] ninguna alternativa industrial a la transformación biológica de la energía solar en alimentos. La industrialización de la agricultura tomó un camino diferente determinado por las restricciones naturales de su proceso de producción, representados como conversión biológica de energía, como tiempo biológico del crecimiento vegetal y de la gestación animal, y como espacio en las actividades rurales basadas en la tierra. Incapaz de eliminar estas restricciones ideando un proceso de producción unificado, el capital industrial respondió adaptándose a las especificidades naturales de la producción agrícola: la industria se apoderó de elementos discretos del proceso de producción, remplazando la siembra al voleo con la sembradora, el caballo con el tractor, el estiércol con fertilizantes químicos. Este debilitamiento discontinuo pero persistente de elementos discretos del proceso de producción agrícola, su transformación en actividades industriales, y su incorporación a la agricultura como insumos, lo designamos como apropiacionismo. Los productos agrícolas presentan problemas únicos para la producción industrial. Su destino como alimento impidió su simple remplazo con productos industriales. Pero el surgimiento de la industria alimentaria representa un proceso similarmente discontinuo pero persistente para lograr la producción alimentaria industrial que denominamos sustitucionismo. El producto agrícola, una vez reducido a un insumo industrial, es remplazado crecientemente por componentes no agrícolas. En su sentido más pleno, el apropiacionismo está constituido por la acción del capital industrial para reducir la importancia de la naturaleza en la producción rural como una fuerza fuera de su dirección y control. Se logró relajar la restricción de la tierra como espacio a través de la mecanización, y siguió una lucha continua para transformar los secretos de la producción biológica en conocimientos científicos y en propiedad industrial [patentes].

Por si alguien tuviera dudas, oficialmente el primer bienio de Enrique Peña Nieto en Los Pinos se suma al de por sí grueso inventario de años perdidos, porque en ese periodo los pobres se hicieron más pobres, los ricos más ricos y el país no dejó de nadar de muertito. Y se trata de cifras institucionales, de tal suerte que la realidad puede ser aún peor.
Lástima que la ley no incluya revocación de mandato, elecciones anticipadas o mecanismos similares, porque mediante ellos los mexicanos, cuando menos, tendrían la oportunidad de renovar esperanzas y, sobre todo, mandar a paseo a gobiernos tipo F (fatuos, frívolos, fraudulentos, falaces, fracasados y corruptos, aunque no inicie con la letra indicada) como el de Enrique Peña Nieto y sus muchachos, a quienes le restan tres largos, interminables años.
No es novedad, pues el resultado de los dos primeros años de EPN se suma a los registrados en las últimas tres décadas por los cinco gobiernos previos (de Miguel de la Madrid a Felipe Calderón), pero el hecho es que el país y sus habitantes se mantienen en el hoyo, víctimas de la famiglia en el poder desde hacer más de tres décadas y su sagrado modelo reformista y modernizador.
Ayer el Inegi divulgó los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2014, mediante la cual dicho organismo documentó que con EPN en Los Pinos el ingreso corriente total cayó 3.2 por ciento en términos reales, mientras el ingreso corriente promedio por hogar se desplomó 3.5 por ciento, también en términos reales (descontada la inflación), con respecto a los niveles registrados en 2012.
La más reciente información del Inegi es útil para documentar una realidad verdaderamente espeluznante: en 1984 el coeficiente de Gini (que mide la desigualdad existente, México en este caso; mientras más cercano a uno, mayor desigualdad en el ingreso) se ubicó en 0.449; treinta años después de todo tipo de reformas y modernizaciones, ese mismo indicador se ubicó en 0.491.
Si se incluyen transferencias de los llamados programas sociales (Oportunidades con Fox y Calderón; Solidaridad, con Salinas; Progresa, con Zedillo, y Prospera, a partir de septiembre de 2014, con Peña Nieto) la diferencia en el coeficiente de Gini pasó de 0.449 en 1984 (cuando no existían tales apoyos gubernamentales) a 0.438 en 2014, es decir, una microscópica distancia de apenas 0.011, lo que quiere decir que en el mejor de los casos –sólo en él y siendo muy imaginativos–, los mexicanos están igual de jodidos que tres décadas atrás (sin considerar que en ese periodo alrededor de 10 por ciento de la población –unos 12 millones de paisanos– emigró al vecino del norte en busca de mejores condiciones de vida).
He allí una muestra concreta del bienestar para la familia (Zedillo dixit) que los gobiernos marca F han procurado a los mexicanos en los últimos 33 años, con un coeficiente de Gini ubicado similar al registrado por las potencias africanas de Malaui (en 2010) y Zimbabue (en 2006).

Ningún millonario en Estados Unidos es tan adicto a los pleitos dentro y fuera de los tribunales como Donald Trump. Lo mismo con las tres esposas que ha tenido que con sus cinco hijos y algunos de sus socios. Cabe señalar que se ha declarado en quiebra financiera cuatro veces por su necedad de sacar adelante proyectos faraónicos. Pero supo aprovechar esas bancarrotas al restructurar sus adeudos y salir fortalecido económicamente.
Demandó a una candidata a Miss Universo, el negocio que le ha dado fama internacional pero también revelado su pensamiento ultraconservador. Estafó a centenas de incautos que pensaron que en la universidad que fundó y lleva su nombre recibirían una capacitación de alto nivel que les garantizaría éxito empresarial en el mundo inmobiliario. Le llovieron las demandas y él se defendió con razonamientos fuera de lugar y exigiendo indemnización a los que lo acusaron de abuso de confianza.
Como no perdona el éxito ajeno, y menos si es de un mexicano, cuando Alejandro González Iñárritu obtuvo el Óscar por su multipremiada película Birdman, el señor Trump escribió: Los Óscares fueron una gran noche para México, y cómo no si están estafando a Estados Unidos más que cualquier otra nación. Mostró su enfado porque el laureado director y los que participaron en dicha cinta recibieron otros reconocimientos: “¿Qué está haciendo? ¿Se va a llevar todo el oro? ¿Tan buena es la película? Yo no he escuchado eso… Los Óscares son un mal chiste, casi como nuestro presidente. ¡Tantas cosas están mal!”

En una bella y portentosa edición que acaricia los umbrales del prodigio se ha publicado un enorme libro sobre el maestro Jazzamoart (Irapuato, 1951), pintor y escultor de prestigio universal, de estilo inconfundible, y esquivo baterista de jazz que ilumina y percute y marca rutas de un solo trazo. O dos.
Un libro enorme en todas las acepciones posibles pero, ante todo, porque es un volumen que nunca terminas de ver y degustar y agradecer; porque igual te puedes estacionar dos días frente a una de las 200 piezas que aquí se reproducen, o pulsar frenéticamente todo el libro en cuestión de horas. En cualquier forma, lo volverás a abrir más temprano que tarde y reiniciarás el ritual del obseso agradecido.
Aunque sabemos que una obra de arte hablará siempre por sí misma, sabemos también que nunca estará de más la palabra de un especialista. Porque cuando uno, neófito como es, se enfrenta a las pinceladas y los brochazos de Jazzamoart, puede pensar en el rollo neofigurativo o el expresionismo abstracto (La Jornada, 25/10/04), y ya después del tercer vino tinto hablar de ritmo, riesgo, irreverencia, luz, desafío.

FotoEl revival sicodélico-sesentero ha pasado por varias reinterpretaciones a lo largo de las décadas. Por citar ejemplos, en los años 80, Echo and the bunnymen y The Legendary Pink Dots aportaron su particular versión; en los 90, The Stone Roses, Primal Scream e Inspiral Carpets colorearon sentidos con el maraqueo del baggy beat; Kula Shaker fue más cercano al flower-power. Más experimentales, Spacemen3, Mercury Rev y The Flaming Lips han puesto el ruido y la locura; del lado noise, My Bloody Valentine y The Jesus and Mary Chain agregaron oscuridad. En los dosmiles, Wolfmother se puso stoner y adelantó lo que luego vendría con la diversidad de Dungen, Animal Collective, Pond, Temples y uno de sus mejores exponentes: Tame Impala, desde Perth, Australia.

Tras los impecables discos Innerspeaker (2010) y Lonerism (2012), capaces de yuxtaponer melodías beatle-pinkfloydescas con guitarras llenas de distorsión muy de fines de los 70, así como sintetizadores de misma era, con efectos digitales actuales, esta banda sumó texturas suficientes para consolidar un nuevo revival de alta y feliz aceptación masiva. Una vez encendida la chispa, el fuego se expandió y derivó en expresiones como las citadas, sobre todo Pond (grupo satélite de Tame Impala) o los ingleses Toy y Temples, que más parecieron seguir el manual de cómo sonar a la sicodelia lisérgica de antaño. Kevin Parker, líder de Tame Impala, inteligente e inventivo, no sólo en la voz, sino multi-instrumentista y productor, se dio cuenta de que este hype de emulación relativa se agotaría pronto. Su espíritu no es copista, sino el de un creador. Tuvo claro que había que ir más allá, sobre todo al ver que una desbandada de grupos se subía a su exitoso tren.
 Los australianos de Tame Impala


De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2014, en los dos primeros años de gobierno de Enrique Peña Nieto hubo una caída de 3.5 por ciento en el ingreso de los hogares. Más allá de ese dato general, de suyo preocupante, la investigación –realizada cada dos años por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), y que constituye la base para las mediciones oficiales de la pobreza en el país– presenta resultados ilustrativos de la desigualdad socioeconómica que prevalece en el país.

Realidad maquillada
Parece que es inversamente proporcional la manera de describir a un México de ensueño y futuro halagador, como ha sucedido en los tres pasados sexenios donde se hace gala de tantas mentiras para intentar maquillar una realidad tangible de crisis económica, inseguridad, crimen muy organizado y corrupción desenfrenada; sin pretender ser catastrófico es necesario ubicarse en la realidad existente y no en sueños que sólo ofenden a millones de mexicanos.

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Maestros participantes en el ejercicio de evaluación. En la imagen, el centro que se ubicó en la colonia Las Águilas Foto Pablo Ramos

Zaragoza y Escobedo, Lorencez y Bazaine, no han de haber estado muy cómodos en sus tumbas. Ciento cuarenta y nueve cadetes mexicanos y un oficial abriendo el desfile de la fiesta nacional francesa el pasado 14 de julio en la avenida de los Campos Elíseos. Junto al presidente Hollande, Peña Nieto presidiendo la parada. Su esposa, con un vestido rojo tan intenso que recuerda las estrofas sangrantes de La Marsellesa.

El giro ideológico de la URSS tras el 20 congreso del PCUS (1956) y el rechazo del culto a la personalidad (Jrushchov dixit) fue marcado entre otros por las desapariciones de monumentos a Stalin (y la aparición de los de Lenin).

Próximamente, México cumplirá dos años sin siembra legal de maíz transgénico a cielo abierto, como producto de una orden judicial de suspensión precautoria. La orden es temporal, mientras se dicta sentencia a la demanda interpuesta por 53 ciudadanos y 20 organizaciones de productores y consumidores mexicanos de maíz, en contra de Sagarpa y Semarnat y de varios consorcios multinacionales de semillas transgénicas. Ponderemos lo que la nación gana o pierde con esta encrucijada. Si la orden judicial se suspendiera aun por un tiempo corto, la Sagarpa expediría los permisos de siembra y el país entraría a un callejón sin salida y sin retorno, que no conduciría a la seguridad alimentaria actual ni futura.

Los procesos autonómicos que protagonizan los pueblos indígenas enfrentan arduos obstáculos y desafíos, entre ellos, esencial, la falta de voluntad del Estado capitalista neoliberal para abrir espacios de reconocimiento efectivo, aun dentro de los limitados derechos formalmente reconocidos en la Constitución, principalmente en su artículo 2, y de aquellos establecidos en los marcos jurídicos internacionales, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Declaración Universal de Derechos Indígenas de la Organización de Naciones Unidas.
Olos asesores jurídicos del gobierno municipal y al gobierno del estado pecan de ignorantes, o de plano lo que buscan es ganar tiempo y engañar a las organizaciones civiles que se oponen a la construcción del Centro de Convenciones en el Cerro del Fortín con una propuesta de consulta ciudadana que técnica y jurídicamente es inviable.

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