4/19/2020

Columnas y opinón del periódico La Jornada

¡Triunfo del feminismo
Dos grandes oleadas del feminismo han sacudido al mundo: la primera, heroica, se levantó en los siglos XIX y XX en Inglaterra, Francia y Estados Unidos. Reclamó el voto femenino y condiciones más justas para el trabajo de mujeres y niños. Fue reprimida al principio, pero después se impuso, la Primera Guerra Mundial reivindicó el papel de la mujer en la economía y en la supervivencia.
El gobierno británico cambió su actitud, otorgó amnistía a las sufragistas y concedió el voto a las mujeres, antes de que terminara la guerra en 1918. El voto femenino se logró en Australia en 1902, en la Unión Soviética en 1917, en Estados Unidos en 1920 y en Francia se demoró hasta 1944. En México la oleada feminista llegó tarde; el voto se concedió como un favor del Presidente y sin presión de los grupos feministas, casi inexistentes, en 1953.
La segunda oleada empezó a alcanzar altura en los 70 y sobre todo en Estados Unidos. Influyó en México más intensamente. Quería que se revisara el papel del hombre y la mujer en el trabajo, la política y la familia; fue acompañada por la revolución sexual, que cambiaría por sí misma el rol de la mujer y la relación entre los sexos y lograría moderar en los países pobres la explosión demográfica.
En México ha tenido logros importantes: la ley contra la violencia a las mujeres (2007) y la paridad de género (2019) en los partidos, los cuerpos legislativos y en los equipos de gobierno.

Richard Haass, del Council on Foreign Relations: mundo post Covid-19 acentuará el desorden
El israelí-estadunidense Richard Haass –anterior funcionario del Pentágono, del Departamento de Estado, asistente especial de Daddy Bush, consultor de las dos guerras de EU contra Irak–, hoy preside el muy influyente thinktank CFR (https://www.cfr.org).
En su libro de hace tres años. Un mundo en desorden (https://amzn.to/2VmGzFH), adujo la ausencia de una superpotencia, antes del Covid-19, cuya pandemia no constituye ningún punto de inflexión, sino que sólo profundiza y acelera las tendencias.
Richard Haass rememora las tendencias: un paisaje global de una mayor rivalidad de las grandes potencias, proliferación nuclear, países débiles, flujos brotantes de refugiados, y creciente nacionalismo (sic), a la par del papel reducido (sic) de EU en el mundo: lo único que cambiará con el resultado de la pandemia no es el desorden, sino su extensión.
En su artículo en Foreign Affairs (https://fam.ag/3bizBag), Haass aborda el mundo post-EU: una de las características de la presente crisis es la marcada ausencia del liderazgo de EU cuya tendencia no es nueva, sino que ha sido aparente (sic) por lo menos hace una década.
No lo dice, pero la unipolaridad fue sepultada por la grave crisis económica de 2008 fomentada por la orgía especulativa de Wall Street en la fase Obama. Fue cuando China cesó sucooperación masoquista con el sadismo financierista de EU que inició en 1971 con la dupla Nixon/Kissinger.
Rememora la supervisión de la retirada de Afganistán y el Medio Oriente en la fase Obama, y la utilización por Trump mayormente del poder económico para confrontar a sus rivales.
Señala que, mucho antes de la pandemia, se había gestado una declinación acelerada en el atractivo del modelo (sic) de EU cuyo prospecto formó gran parte del atractivo de Primero EU de Trump. Haass juzga que la pandemia reforzará esta perspectiva.
Diagnostica que la persistente paralización política, la violencia de las armas, el mal manejo que llevó a la crisis financiera global de 2008 y la epidemia de los opiáceos, sumada de la respuesta inefectiva a la pandemia, reforzará la opinión de que EU perdió su rumbo.

Es el neoliberalismo, ¡estúpido!
Mucho se habla de los pacientes sin médicos, el caos hospitalario y los miles de cadáveres insepultos en Guayaquil. Pero ningún medio hegemónico explica la causa principal de la tragedia. El sociólogo Jonathan Báez sí lo hace en una investigación publicada en la web de la Universidad Central de Ecuador.
Apunta que no sólo disminuyó el gasto en salud . También lo hizo drásticamente la inversión, que en 2019 cayó 36 por ciento respecto del año anterior. Peor, según la jerga burocrática oficial la principal inversión en ese año se destinó al llamado programa de reforma institucional de la gestión pública básicamente la desincorporación –léase, despido–, de miles de servidores públicos.
¡Se invirtió más en echar a la calle personal del sector salud que en infraestructura, equipamiento y mantenimiento! No es difícil entender por qué la ciudad concentra 70 por ciento de los casos de Covid-19 en Ecuador, y la mayor tasa de contagios en América Latina.
Un regalo del gobierno de Macri.
Reporta el bonaerense Página 12 que el Ministerio de Educación de Argentina distribuirá 135 mil notebooks y tablets en las zonas del país donde hay más estudiantes secundarios sin acceso a una computadora. El ministro del ramo, Nicolás Trotta, explicó que se trata de los equipos que fueron encontrados en febrero en un depósito del Correo Argentino, donde el gobierno de Mauricio Macri los había dejado sin distribuir desde 2016, cuando abandonó el plan Conectar Igualdad.

Cierran ciber-refugios en Japón
 Clientes, desamparados
 Se moverán y propagarán virus
Miles de trabajadores precarios pueden quedarse en la calle en Japón ya que la pandemia ha provocado el cierre temporal de los cibercafés donde muchos de ellos, llamados los refugiados de la red, residen habitualmente.
Estos lugares, muy comunes en las ciudades japonesas, permiten el acceso a Internet las 24 horas del día, mangas, y bebidas sin alcohol en libre servicio, además de pequeños espacios privados y duchas.
Pero el estado de emergencia declarado a principios de abril en varias regiones del Japón, entre ellas Tokio, sus alrededores, y Osaka (oeste), ha obligado a cibercafés a cerrar temporalmente, dejando en el desamparo a sus clientes más fieles.
He pensado en dormir en un banco de una estación, o en el Metro, dice un empleado de la construcción de 58 años, que se halla en esa situación y requiere el anonimato.
Finalmente halló refugio en una gran sala de judo de Yokohama convertida en un centro de acogida de emergencia por el gobierno regional.
El desempleo es muy bajo en el archipiélago, pero ello enmascara la gran precariedad de muchos empleos, temporales y mal pagados.
En el origen, los cibercafés abiertos 24 por 24 acogían más bien a empleados que abandonaban muy tarde sus oficinas o una velada entre amigos antes de tomar el último tren hacia sus casas en las lejanas regiones semiurbanas.

Pero la precarización de los empleos, y las baratas tarifas de los cibercafés –2 mil yenes (17 euros - 18.5 dólares) por noche– han hecho evolucionar progresivamente su clientela hacia la nueva clase de los pobres.
Ayudas insuficientes
Tokio tendría unos 4 mil refugiados de la red y 2 mil sin techo, estima Tsuyoshi Inaba, responsable de una organización de ayuda a las personas desfavorecidas, interrogado por la AFP.
Las autoridades de la capital han pedido el cierre de lugares de vida nocturna debido a un reciente aumento de casos de Covid-19. Pero militantes antipobreza consideran que el número de alojamientos previstos por el gobierno es insuficiente y lamentan las condiciones restrictivas de acogida. Los candidatos deben demostrar que viven en Tokio desde hace al menos seis meses.
Muchas personas expulsadas de los cibercafés no tendrán otra opción que dormir en la calle, advierte Inaba. Ello podría provocar sufrimiento social y un aumento de suicidios, dice.
Una ayuda inadecuada puede generar además un gran problema, y contribuir incluso a propagar el coronavirus al incitar a algunos a ir a ciudades de provincia cuando quizá son ya portadores del virus, advierte Inaba.

Otra realidad
Todos los años, por estas fechas, Herminia viene a visitarnos. En esta ocasión no será así. Pilar, su sobrina, nos llamó para decirnos que su tía Hermi había caído enferma. Pensó que se trataba de una gripe severa y por eso insistió en permanecer en su casa mientras se recuperaba. Su condición empeoró. Pilar llamó al médico y él hizo un diagnóstico fatal: Herminia se había contagiado del virus y era urgente internarla en el hospital. Allí, después de una breve y terrible agonía, murió sola, sin sentir el amor y la ternura de sus seres queridos, sin nadie que le brindara consuelo. Doble, cruel, amargo fin de mi amiga y de tantas otras personas que recibieron a la muerte en completa soledad.
Me lo repito: no, este año no vendrá Herminia, ni el siguiente, ni nunca: quiero decir ja­más. No volveremos a ir al aeropuerto para recibirla, ni a verla aparecer con sus vestidos holgados que siempre parecían ser el mismo. Tampoco será posible abrazarla y aspirar el perfume floral que la envolvía. Sobra decir que no escucharemos su voz ni su risa tan especiales. En el mundo habrá más silencio.
Maga
La ciudad es la más hábil narradora de historias. Muchas las ha vivido, algunas las inventa. Ahora que las calles están desiertas ¿quién escuchará sus relatos? Los fantasmas.

Estrategia de sobrevivencia
Aterrada ante el prolongado aislamiento en soledad, Elisa tejió una especie de red de salvación basándose en los números telefónicos que en distintos momentos le habían dado sus vecinos. El propósito de llamarlos fue sugerirles que, al menos una vez al día, se pusieran en contacto a fin de charlar durante unos minutos y de ese modo sentirse menos encerrados.
La respuesta que obtuvo por parte del médico veterinario, la maestra de inglés, la podóloga y el ingeniero fue positiva. El único con quien no pudo comunicarse fue con el pianista, conocido por el rumbo como El Dandy por su costumbre de usar corbata de moño y zapatos de charol.




José Agustín Ortiz Pinchetti
Alfredo Jalife-Rahme
Editorial La Jornada
Cuando las sociedades atraviesan por alguna coyuntura sanitaria de excepción, como la que actualmente ha generado la aparición a escala mundial del nuevo coronavirus conocido como SARS-CoV2, el apego al conocimiento científico y la prudencia para dar un juicio sobre el tema resultan especialmente aconsejables. En una ciudadanía que vive un presente inquietante y afronta un futuro incierto, la información sin fundamento, el rumor esparcido de manera irreflexiva y las opiniones más apoyadas en filias y fobias que en datos probados, sólo contribuyen a sembrar la intranquilidad, el temor y la discordia. Y si esas actitudes encuentran eco en un medio informativo impreso o electrónico de gran alcance, su capacidad para lesionar el equilibrio público y entorpecer las tareas de restablecimiento de la normalidad se potencia peligrosamente.

Nuestro pecho no es bodega
Ante la emergencia sanitaria por causas de fuerza mayor, la recomendación fundamental: ¡Quédate en casa!, expresada un día sí y otro también por el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y vocero del gobierno de la República en todo lo concerniente a la estrategia frente al coronavirus, el doctor Hugo López-Gatell, y la declaración irresponsable en esta situación de pandemia mundial en el noticiero estelar de TV Azteca: Ya no le haga caso a Hugo López-Gatell, es criminal ante el grave riesgo a la salud.

El viernes pasado asumió el nuevo ministro de Salud del gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro. Se trata de un oncólogo vinculado, a ejemplo del antecesor renunciado el día anterior, Luiz Henrique Mandetta, al sector privado de salud.

La escorada nave trata de seguir a flote mientras entramos en los remolinos más oscuros de la doble o triple crisis que nos vuelve contemporáneos de todos los hombres. Como quería el poeta Paz, tal vez sin imaginar por cuál camino llegaríamos a tal vecindad. Los primeros y rotundos indicios de que la cosa va en serio y, por lo pronto, para peor, son los litigios dentro de nuestro vilipendiado sistema público de salud donde todos los días se oyen voces indignadas que revelan flagrantes insuficiencias en mate-ria de insumos básicos, indispensables para desempeñarse con relativa seguridad en los pisos y pabellones donde la vida de muchos se dirime.

Vivimos tiempos de angustia e incertidumbre. La barbarie del capitalismo neoliberal se nos revela en toda su esencia. Las consecuencias de poner al capital por encima de la vida hoy quedan a la vista.

¿Cuánto puede caer nuestra economía en 2020? La guía fundamental que parece orientar las respuestas es la trayectoria logística del número de contagios acumulados. El énfasis de esta perspectiva es la línea que resultará no sólo de una tasa de crecimiento de contagiados al día cada vez menor, sino de una tasa cero. Indicaría que ya dejan de crecer los contagiados y que podemos –entonces sí– imaginar el periodo real de duración de esta triste crisis, tan llena de drama, tan exigente de astucia, de prudencia, de solidaridad. ¡Vaya que sí!

¿Qué hace un gobierno democrático cuando recibe la denuncia de que sus funcionarios, policías o militares han cometido algún delito? Lo primero, investigar, y si comprueba que lo denunciado es real, poner a los delincuentes a las órdenes de la justicia.

Nos referimos al Códice Florentino, que recibe ese nombre porque se conserva en la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia, Italia. Es un manuscrito que incluye textos en náhuatl con traducciones y comentarios en castellano y pinturas. Lo realizó fray Bernardino de Sahagún y un grupo de coautores nahuas integrado por sabios –en náhuatl, tlamatinime, y pintores o tlacuiloque. La magna obra se realizó entre 1575 y 1577 en la ciudad de Tlatelolco; fue publicado por primera vez en México como Historia General de la cosas de Nueva España (sin pinturas) en 1830.

El 16 de marzo de 2020, el mismo día en el que en El Correo Ilustrado de La Jornada publiqué esta carta con relación al Covid-19, Me atrevo a opinar que estamos viviendo una guerra mundial en la que, por primera vez en la Historia, todos los países están unidos en contra de un enemigo común, que no es humano, pero que sí es fatal, Clarisa Landázuri escribió en La Voz Brava, “Dirán que lo imaginé, lo cierto es que cuando me encaminaba al supermercado a hacerme de lo indispensable para pasar alimentada el encierro al que la crisis nos ha confinado globalmente, se me acercó un vagabundo, sesentón, de mirada particularmente chispeante, que me pidió dinero, ‘Lo que usted quiera darme, señora, y perdone el abuso’, con habla, dicción y maneras mejores de las que su aspecto podía anunciar. Vestido de harapos, con una barba tupida gris, hirsuta, larga, descuidada; con una trenza gris, larga, rala, que asomaba por la nuca debajo de un sombrero de ala ancha, de fieltro negro desgastado; de guaraches de suela de llanta; con un pantalón demasiado amplio para su delgadez, ajustado en la cintura con un mecate; con una camiseta negra de cuello alto y manga larga, demasiado holgada para su delgadez, ‘Lo que usted quiera darme, señora’, me dijo. Le di un billete de 200 pesos, que enrolló y colocó sobre la oreja derecha, como si fuera un lápiz.

Elogio de la vida simple. Una sorpresa agradable en este periodo de confinamiento domiciliario es la invitación que hace la documentalista canadiense Sofia Bohdanowicz en Casa de la felicidad (Maison du bonheur, 2017), a penetrar en la intimidad doméstica de Juliane Lumbroso-Sellam, una dama viuda francesa de 77 años, quien desde hace medio siglo exacto vive en el mismo apartamento parisino en el barrio de Montmartre. Entre sus pasatiempos figura la astrología, pero también la horticultura y el empeño por mantener viva una larga tradición familiar gastronómica.

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