2/02/2011

Especulación, hambre y violencia



Alejandro Gertz Manero

La tormenta de violencia que se ha levantado en los países del Medio Oriente está sacudiendo a las dictaduras de izquierda y de derecha en esa región, en una explosión de hartazgo de sus comunidades, que lo mismo se expresa en Túnez que en Irán, para después generar una confrontación que no se había visto en décadas en Egipto, hasta llegar a Jordania, donde miles de personas han tomado las calles para protestar violentamente. Las muestras de repudio a los distintos gobiernos de esos territorios se han expresado sin distinción alguna contra los ayatolás iraníes, la soldadesca brutal egipcia o los obsoletos y anacrónicos reinados de Jordania, y las dictaduras tunecinas, para así seguir repitiéndose en cualquier otra parte del mundo como consecuencia del alza brutal y desmesurada de los precios de los granos y alimentos básicos en países cuyos pueblos habían podido resistir el autoritarismo retrógrada de sus gobiernos.

Pero ahora ya no aguantan el incremento de los precios y la enorme escasez de alimentos e insumos que están multiplicándose mientras las nuevas generaciones de jóvenes no encuentran alguna forma razonable de ganarse la vida, y hasta los egresados universitarios salen con sus diplomas en la mano a exigir trabajo y alimentos. En paralelo y por las mismas razones, también en México se dio en esta semana una marcha que de alguna manera refleja esa misma crisis, aun cuando está lejos de ser tan grave como la que aqueja a otras partes del mundo, y esta situación se debe fundamentalmente a que los especuladores financieros siguen apoderados del único territorio donde pueden seguir ganando dinero en este momento, que es el de la elevación ficticia de los precios de los productos básicos y el petróleo, el cual ya volvió a alcanzar los 100 dólares por barril.

Todos estos incrementos de precios en los artículos alimentarios y en los energéticos nos indican que los dueños del dinero no están dispuestos a dar cuartel en sus ambiciones desmesuradas ni se conforman con quedarse sin sus intereses y ganancias, y como ahora ya no tienen más estrategia para sus ambiciones que la de incrementar en forma desmedida y absolutamente injustificada dichos precios, es así como están obteniendo los frutos brutales que matan de hambre a pueblos enteros, mientras llevan a países y a sus poblaciones a otra nueva crisis, cuando aún no se han cuantificado y absorbido las pérdidas inmensas de la catástrofe económica anterior, también producida por esos especuladores, que nada les importa, y que ahora vuelven a la carga para medrar con las necesidades más apremiantes de la población mundial, llevándose “entre las patas” a los sistemas políticos, primero del Medio Oriente, para seguir así con el resto del mundo, porque a esos hambreadores implacables no hay poder ni gobierno que los pueda contener.

Esta situación, que se está sufriendo a nivel mundial, también ha logrado exhibir de la manera más descarnada a varios nefastos gobiernos, como los de Túnez, Irán, Egipto y Jordania, que pueden ser reinos, territorios de caciques religiosos, áreas de militares corruptos y abusivos o de políticos oportunistas, pero que tienen como denominador común la explotación inmisericorde de una población oprimida e indefensa, mientras sus dirigentes se enriquecen brutalmente y mantienen por la fuerza sus ancestrales territorios de poder, a costa de pueblos que viven en un estado de injusticia y de miseria que está llegando a niveles que son insoportables.

Si los gobiernos de Estados Unidos y de la Comunidad Europea no entienden que es suicida seguir dejando los precios y el abasto de los insumos básicos en manos de los especuladores y la voracidad desmedida de sus mercados financieros, para que ellos impongan los precios y el acceso a los alimentos, ya podrán cambiar y derrocar a muchos gobiernos, para imponer otros semejantes o peores, para que finalmente continúe el fracaso reiterado y violento de cualquier proyecto de paz y prosperidad, que sólo se dará cuando terminemos con los dictadores peleles de cualquier denominación, los petroleros voraces e irresponsables y los manipuladores inclementes del hambre y la necesidad, y si eso no lo entendemos en nuestro propio país, también nosotros seguiremos acercándonos a una crisis social que no va a haber manera de contener.

editorial2003@terra.com.mx
Doctor en Derecho

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