2/03/2011

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José Sánchez El Tigre (1935-2011)

Antonio Malacara
Diría Adán que esto no es más que una broma de mal gusto del buen Dios. El jueves 22 de enero, los vecinos de la colonia Alborada, en el puerto de Acapulco, llamaron a la policía para informar que el señor que vivía en la casa de la esquina de Benito Juárez y Lázaro Cárdenas tenía dos días sin salir, y que ya olía muy feo por ahí. Fue así como encontraron el cuerpo de José Sánchez, uno de los más grandes bateristas de jazz que hayan existido por estas tierras, y a quien todo mundo identificaba cariñosa y respetuosamente como El Tigre.

Al momento de escribir estas líneas, el cuerpo del maestro continuaba en las instalaciones del Servicio Médico Forense de Acapulco, pues éste sólo puede ser entregado a un familiar, y su único hijo, residente en Cuernavaca, no ha podido pasar a recogerlo. Y hay más: cuando preguntamos sobre este caso en el SUTM (Sindicato Único de Trabajadores de la Música), nos dijeron que no podían dar información alguna, pues había varios registros con el nombre de José Antonio Sánchez, y no sabían (no sabíamos) el segundo apellido del dichoso Tigre.

Después de un buen rato, y gracias a Gonzalo González, otro estupendo pionero de la batería sincopada en México, pudimos localizar a Manuel Ríos, el celebérrimo Solomillo (Puebla, 1940), quien desde su contrabajo logró hacer mancuerna con El Tigre en innumerables ocasiones, y que de igual manera vivía en Acapulco desde hace más de una década por recomendación médica por un enfisema pulmonar. Fue él quien nos dio la información que anotamos arriba.

José Antonio Sánchez López nació en abril de 1935 en la ciudad de Tijuana. En la década de los 50 llegó al Distrito Federal y aquí, debido el pulso y el filin que siempre trajo consigo, tocó la batería con los más grandes de la época, como el trompetista Chilo Morán, el pianista Mario Patrón y el saxofonista Ramón Negrete. En 1963, después de una exitosa temporada en el bar La Concha, de avenida Insurgentes, Chilo Morán decidió dejar el grupo y la dirección musical la heredó El Tigre, a pesar de que el resto de los integrantes eran jazzistas de primera línea: Freddy Manzo (piano), Juan Ravelo (sax tenor), Manuel Ríos (contrabajo) y José Sánchez en la batería.

Poco después formó el grupo Tijuana, con David Bohorques al piano, Adolfo Sahagún en la trompeta, Esteban Fabela en el sax alto y Manuel Ríos en el contrabajo. Fue así como intervinieron en el quinto Festival Nacional de Jazz, en el teatro Insurgentes, organizado por el periodista José Luis Durán, y del cual se desprendieron cinco elepés de colección. En 1964 volvió a este festival, pero ahora como baterista del Cuarteto de Tomás Rodríguez.

La primera vez que nosotros pudimos verlo en vivo fue allá por 1975, en el jardín que está atrás del cerro del Tepeyac, muy cerca de Zacatenco. Solomillo en el contrabajo y Ramón Negrete en los saxos derramaban swing y estilo, pero Javier Rodríguez (quien ahora tiene un grupo de blues en Pachuca) y yo estábamos impresionados con el pulso, la expresividad y la ecuanimidad del baterista. Nos acordamos de So what, de Miles Davis.

En México anduvo por todos lados. Con Larry Russell (saxo gringo-mexicano) anduvo de gira por Holanda, y por su cuenta, con su propio proyecto, se fue a tocar a Francia. Pero hay huecos de información que ni el tiempo ni los presupuestos nos han permitido cubrir. Algo se deberá hacer.

Con el ir y venir y regresar de todos los días, se integró a la Orquesta de Raúl Curiel (sobrino de Gonzalo Curiel) y de esta manera empezó a viajar recurrentemente a Acapulco, donde era muy solicitada. Así, El Tigre conoció a Macario Luviano, uno de los mejores jazzistas de la bahía, y en 1997, ya con el diagnóstico de cáncer de próstata, decidió quedarse a vivir por allá. En los últimos tiempos tocaba en el Siboney y en Las Brisas con el pianista Ismael Alderete y con Manuel Ríos, su amigo de siempre, a quien se le escucha la voz más triste que de costumbre.

Pero la nueva generación sigue empujando con fuerza, y este sábado 5 de febrero se va a reunir para festejar los 15 años de El Convite (Ajuasco 79, colonia Portales Sur) con un sinfín de palomazos. Alberto Aguilar dice que la música va a extenderse hasta muy tarde, para que cualquiera pueda caerle después de sus sabatinos compromisos.

A partir del miércoles 9 de febrero, Alberto Zuckermann impartirá el curso Historia del jazz: sus estilos y sus grandes intérpretes. Esto se llevará a cabo en la Fonoteca Nacional, todos los miércoles, de 17 a 19 horas, hasta el 13 de abril, con un costo total de 400 pesos. Abarcará: Nueva Orleáns y el jazz sureño; La expansión (Chicago y Nueva York); La era del swing; El jazz moderno (bebop, cool y hardbop); La rebelión del free jazz; El jazz rock y otras fusiones; El jazz actual en la Unión Americana; El jazz actual en Europa, América Latina, y otras áreas. Vale.

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