9/21/2011

‘Juvenicidio’ masivo


Ricardo Rocha

La suma de siete millones 226 mil jóvenes ninis es apenas la punta del iceberg. Debajo hay una realidad explosiva siempre a punto del estallido. Aunque ya se sabe que son muchos, valen algunos datos comparativos: equivalen a la población de Veracruz o Jalisco. O a todos los habitantes de Quintana Roo, Aguascalientes, Tlaxcala, Nayarit, Campeche, Colima y Baja California Sur. O a la población de países como Bulgaria, Suiza o Serbia, en Europa. Igualan a la suma de naciones como Jamaica, Panamá, Bahamas y Uruguay… ¡todos juntos!

De estos más de siete millones de jóvenes, un millón 931 mil tienen entre 15 y 19 años de edad. Esto es, muchachos que deberían estar estudiando la secundaria o la preparatoria y no es así. Dos millones 673 mil se encuentran entre los 20 y los 24; éstos, según la lógica, tendrían que estar cursando sus estudios universitarios y no lo están haciendo. Y otros dos millones 622 mil que van de los 25 a 29 años deberían estar ya trabajando y tampoco sucede así.

Pero, insisto, eso es tan sólo el dato más visible del crimen colectivo que todos los días comete este país en contra de sus jóvenes. Y no hay exageración alguna. Ahora, en nuestro país, el homicidio es la primera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años, según datos de la Secretaría de Salud. Que también establece que los asesinatos han desplazado ya a los accidentes viales con más de 18 mil crímenes contra jóvenes tan sólo durante el año pasado.

Son datos que estremecerían al gobierno, al Congreso, a los medios y a la sociedad entera en cualquier país civilizado, pero que ninguna reacción han provocado en esta reedición del México bárbaro de 50 mil muertos. Ni diputados, ni senadores, ni los gobiernos federal y estatales, ni la mayoría de los diarios o programas de radio y televisión parecen conmoverse por el hecho espeluznante de esta cotidiana masacre. Todos están en lo suyo: el gobierno panista empeñado en retener el poder, los priístas en la euforia de un regreso anunciado, los perredistas, petistas y loscomosellamenahora cuidando que Marcelo y Andrés Manuel no se peleen. Todos en el hipotético reparto del poder y no en el presente nebuloso y menos aun en las oscuridades del futuro inmediato. Como si la media luz de ahora nos fuera a durar para siempre.

Hay otros datos igual de atroces. El suicidio es la tercera causa de muerte en jóvenes y sigue al alza: la tasa de suicidios entre la población de 15 a 29 años aumentó de 5.8 por cada 100 mil jóvenes, en 2000, a 9.4 en 2010. Uno de cada tres no tenía trabajo y 8 de cada 10 eran tan pobres que usaron el ahorcamiento.

Más horror: de los 35 millones de jóvenes con los que cuenta el país, más de un millón ya han sido reclutados por el crimen organizado. De los casi 30 mil muertos por delitos vinculados al narco, mil 200 eran menores de edad. Pero en sentido contrario hay todavía más: del total de homicidios el año anterior, 35% fue cometido por jóvenes de entre 18 y 24 años; al mismo rango de edad correspondió el 29% de las violaciones, 40% de los robos y 20% de la portación ilegal de armas. Ello explica que en los cinco años recientes haya crecido en 170% el número de chavos y chavas que están en las cárceles. En resumen, a nuestros jóvenes les cerramos las escuelas por falta de cupo, pero les abrimos las cárceles pese al sobrecupo.

En conclusión: la creciente pobreza, la ofensiva desigualdad, la falta de oportunidades y empleo, un sistema de educación pública agotado, un gobierno indiferente y omiso, un Congreso insensible y empantanado y una sociedad adormecida por la trivialidad de los medios. Todos. Cometemos un imperdonable y gigantesco crimen colectivo de consecuencias apocalípticas que sólo los ciegos no quieren mirar.

Un asesinato masivo para el que nadie plantea propuestas. Menos aun nuestros minúsculos candidatos a la presidencia, a los que cabría preguntarles qué país de viejos piensan gobernar.

ddn_rocha@hotmail.com
Twitter: @RicardoRocha_MX
Periodista

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